Categoría: Clínica psicoanalítica

  • Violencia y crisis socioambiental. Escenarios futuros… y presentes

    Luis Tamayo Pérez

    Introducción

    Hoy los seres humanos han llevado tan adelante su dominio sobre las fuerzas de la naturaleza que con su auxilio les resultará fácil exterminarse unos a otros, hasta el último hombre.

    Sigmund Freud (1976/1930: 140).

    El estudio es una actividad que genera mucho sufrimiento. Sobre todo, cuando, por tratarse de estudios de prospectiva humana, permite adelantar escenarios venideros. El mundo, y México en particular, se encamina en una vía que hará muchísimo peor la ya de por sí complicada situación socioambiental actual. La declarada incapacidad de muchos funcionarios de nuestro gobierno dejará inerme a la población ante una conjunción de fenómenos que significará una violencia de dimensiones inimaginables.

    Que la cultura  –dado que “se edifica sobre la renuncia de lo pulsional” (Freud, 1979/1930: 96)— es directamente responsable de la infelicidad humana es algo que sostuvo Freud en El malestar en la cultura –nunca olvidemos que el nombre con el que inicialmente pensaba intitular dicha obra era Das Unglück in der Kultur (La infelicidad en la cultura). También indicó que, para dejar atrás tal insatisfacción pulsional, la humanidad recurría a dispositivos diversos:

    La vida, como nos es impuesta, resulta gravosa: nos trae hartos dolores, desengaños, tareas insolubles. Para soportarla, no podemos prescindir de calmantes. […] Los hay, quizá de tres clases: poderosas distracciones, que nos hagan valuar en poco nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas, que la reduzcan y sustancias embriagadoras que nos vuelvan insensibles a ellas (Freud, 1976/1930: 75).

    Un distractor particularmente exitoso, socialmente hablando, es el de la religión, aunque, para la inteligencia preclara, es insostenible:

    La religión [impone] a todos por igual su camino para conseguir dicha y protegerse del sufrimiento. Su técnica consiste en desfigurar de manera delirante la imagen del mundo real, lo cual presupone el amedrentamiento de la inteligencia. A este precio, mediante la violenta fijación a un infantilismo psíquico y la inserción en un delirio de masas, la religión consigue ahorrar a muchos seres humanos la neurosis individual. [Pero eso no dura mucho] Cuando a la postre el creyente se ve precisado a hablar de los “inescrutables designios” de Dios no puede sino confesar que no le ha quedado otra posibilidad de consuelo ni fuente de placer en el padecimiento que la sumisión incondicional (Freud, 1976/1939: 84). 

    Al final, Freud sostiene que es un superyó sádico (vigilante continuo y juez implacable) el factor principal de la infelicidad humana por lo que “en la tarea terapéutica nos vemos precisados muy a menudo a combatir al superyó y a rebajar sus exigencias” (Freud, 1979/1930: 138).

    Tales fenómenos, totalmente vigentes en nuestros días, se agravan si pensamos en que se está gestando, de manera soterrada, la mayor violencia nunca realizada contra un pueblo o una nación: una violencia socioambiental contra las generaciones venideras. No logró Gro Harlem Bruntdland (1987) que la humanidad detuviese su loca carrera y, en consecuencia, las generaciones venideras no gozarán de un mundo que posea, al menos, la misma calidad del que nosotros recibimos.

    Denomino “violencia socioambiental” a la que causará la conjunción de cuatro fenómenos asociados: Calentamiento Global Antropogénico (CGA), Sexta extinción masiva de las especies, Contaminación generalizada y Crisis económica. Todos estos fenómenos han empezado a presentarse de manera aislada en varias regiones de la tierra y cuando lo hagan globalmente, la humanidad no tendrá manera de enfrentarlos.

    Tales fenómenos, asimismo, han sido minimizados, disfrazados o ignorados. Por ejemplo, al CGA, ocasionado por el incremento de la emisión de gases de efecto invernadero, se la denomina, eufemísticamente “Cambio climático” y es cada vez más común encontrarlo como la causa de un número mayor de fenómenos, desde una sequía a una inundación, hasta un huracán o un incendio forestal. Se escucha “tal catástrofe ocurrió a causa del cambio climático” con la misma resignación que ocasionan los fenómenos naturales. La realidad es que los fenómenos ocasionados por el CGA no son naturales, son la consecuencia de décadas de un incorrecto vínculo con la naturaleza, de un vergonzoso desconocimiento de los mecanismos que desarrolló la tierra para generar la vida.

    La explotación petrolera: el acto más estúpido jamás realizado

    La desaforada explotación petrolera, que la humanidad realiza a lo largo y ancho de la tierra, puede ser considerado como el acto más estúpido que la humanidad haya nunca realizado, si estamos pensando en la manera como se generó la vida en la tierra.

    No se requiere saber mucho de biología o de geología para darse cuenta de que, para generar la vida, Gea requirió realizar una actividad clave: el secuestro del carbono. La geología enseña que, para que pudiese darse la vida tal y como la conocemos fue menester que las bacterias fotosintéticas –que por alguna razón aparecieron en la tierra— tomasen los gases carbónicos que, en aquellos años, componían buena parte de la capa gaseosa de la tierra y, de manera masiva, sustituyesen el dióxido de carbono (CO2) por el oxígeno (O2), conservando el carbono (C) en su estructura. Tales bacterias, al morir, cayeron al suelo generando los depósitos de carbón (si morían en tierra firme) o los de petróleo (si morían en el mar). En resumen, para generar la vida, la tierra debió secuestrar el carbono atmosférico para enterrarlo en lo más profundo de sus entrañas y enviar oxígeno a la atmósfera. Y el plancton marino, las bacterias fotosintéticas y las plantas lo hicieron de manera tan eficiente que, en nuestros días, el 20% de nuestra atmósfera está compuesta por dicho gas. El oxígeno que respiramos es un regalo que nos hacen los organismos fotosintéticos. 

    Gracias a ello, durante milenios, la humanidad creció, pero no demasiado, debido a que no podía superar los límites que los reducidos recursos energéticos con los que contaba le imponían. Como bien recuerda Iván Illich (1973), hasta hace menos de dos siglos, la humanidad se movía a la velocidad del caballo.

    Desgraciadamente, desde hace poco más de dos siglos, la humanidad comenzó a extraer, primero el carbón y después el petróleo, para cubrir una necesidad creciente de requerimientos energéticos.

    De la primera máquina de vapor para extraer agua de las minas de carbón a la primera locomotora y del primer auto al moderno Airbus, la humanidad exige, para sus actividades cotidianas, la quema de más y más combustibles fósiles.

    Cada año, como bien indican Yan Arthus-Bertrand y Michel Pitiot (2012), “quemamos el equivalente a un millón de años de plancton acumulado. La revolución industrial ha costado al planeta 100 millones de años de carbono”. O, dicho en las palabras de Dominique Belpomme (2007): “Un litro de gasolina proviene de 23 toneladas materia orgánica transformada en un periodo de un millón de años”. Asimismo, cada vez que accionamos el disparador del inodoro utilizamos agua perfectamente potable –y que costó mucho trabajo a la naturaleza producir y a los gobiernos extraer—, para conducir nuestras heces hacia cuerpos de agua cada vez más inmundos y contaminados. Si a ello sumamos la cantidad infinita de artilugios plásticos que una economía descontrolada pone en nuestras manos a precios simplemente ridículos –y que fueron concebidos bajo el esquema de la obsolescencia programada, es decir, que pasado un tiempo determinado, tendrían que dejar de funcionar—, podemos darnos cuenta de la razón por la cual los recursos finitos de la tierra no tardarán demasiado tiempo en agotarse.

    Todos sabíamos desde siempre que el petróleo era un recurso finito, que el bienestar que generó a la humanidad no era eterno. Dado que en el 2008 se alcanzó el pico de su producción mundial, según indica la Agencia Internacional de Energía (2010), la humanidad avanza hacia su inevitable declive. 

    Contar con los recursos energéticos del carbón y el petróleo, condujo a que la humanidad creciese de manera desaforada: mientras que se necesitaron decenas de milenios para que la humanidad alcanzase los primeros mil millones de seres humanos (1830), fue necesario tan sólo un siglo (1930) para sumar dos mil millones, y menos de 30 años para los tres mil (1960) y sólo 20 más para los cuatro mil (1980) en una explosión demográfica denunciada por Ehrlich (1968) y minimizada por múltiples autores. Hubo, sin embargo, algunos que, desde una época muy temprana intentaron hacer sonar las alarmas. Entre muchos, vale la pena resaltar las estimaciones del Club de Roma (Donella Meadows, 1972), confirmadas por Ugo Bardi en el 2011, las cuales indican un descenso de la población a partir de la tercera década del presente siglo. Una catástrofe que será una consecuencia de la crisis socioambiental que ha iniciado.

    Los límites de la sociedad del dispendio

    El incremento de la comodidad que la humanidad gracias a los abundantes recursos energéticos favoreció la existencia de una nueva forma de consumo: el “comprar y tirar”, es decir, el dispendio. Y esa conducta se presentó en todos los ámbitos de la vida humana pues la moderna economía de mercado lo exigía.

    Las sucesivas revoluciones industriales (la del carbón, la del petróleo, la de la informática y la de la automatización) han generado una sociedad que no puede dejar de crecer al grado de que detener su loca carrera sería su ruina.

    Pero el crecimiento tiene límites y son muchos los fenómenos que nos muestran que ya los estamos alcanzando. En primer lugar, se encuentra el descenso de los recursos de la tierra. Al respecto, debemos mencionar el encarecimiento de los recursos energéticos: en España, por ejemplo (El País, 2021), el incremento sostenido en el precio del gas repercute no sólo en el aumento del costo de la luz (pues buena parte de la electricidad producida por esa nación se obtiene con gas natural) sino que amenaza con generar un gran malestar social ante el aumento del costo de la calefacción invernal; el helio, otrora un gas abundante, ha sido malgastado en globos para infantes y en la actualidad se sufre por su carencia (Ferrado, 2014); finalmente, las tierras raras, esas que son fundamentales para la producción de múltiples gadgets electrónicos, se han vuelto tan escasas que China ha empezado a restringir su exportación (Espinoza, 2019).

    La crisis, como antes indicamos, también se manifiesta en la emergencia de una serie de fenómenos siglos antes desconocidos: Calentamiento Global Antropogénico (CGA), Sexta extinción masiva de las especies y Contaminación generalizada.

    El Calentamiento Global Antropogénico (CGA)

    El 9 de agosto pasado, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, 2021), afirmó, de manera muy clara, que se está generando una catástrofe que afectará no sólo a la humanidad sino a muchas otras especies de la tierra. 

    El AR6 (Sixth Assessment Report) del IPCC es el informe más completo y contundente que, hasta ahora, ha publicado ese organismo de las Naciones Unidas y presenta no sólo la situación actual sino los escenarios futuros que el CGA ocasionará en todo el planeta: pérdida masiva de la criosfera (polos y glaciares), incremento en frecuencia e intensidad de los fenómenos hidrometeorológicos (huracanes, sequías, incendios forestales y ondas de calor), incremento de los refugiados ambientales, entre otros. El AR6 indica también que muchos esos fenómenos han alcanzado el punto de no retorno, es decir, que por más que intentemos evitarlos, ya no podremos hacerlo (pues son inerciales). 

    El informe nos permite vincular fenómenos aparentemente desligados: las terribles inundaciones asiáticas y europeas, los incendios de Norteamérica y Siberia, las ondas de calor acaecidas en India, Europa, Sudamérica y Norteamérica. Todo ello está ligado y es una consecuencia de los gases de efecto invernadero que la humanidad arroja a la atmósfera, no sólo por los escapes de los autos sino por las toberas de las empresas e incluso por el que liberan las vacas que, por miles de millones, pueblan la tierra. Muchas regiones están, en consecuencia, condenadas a la inhabitabilidad, otras, no podrán sino intentar adaptarse.

    El Informe del IPCC es también contundente en lo concerniente a la situación actual del planeta: el incremento de la temperatura global (1.09 grados centígrados más respecto a épocas preindustriales) es indudablemente una consecuencia de las actividades humanas. La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera ha alcanzado ya las 410 partes por millón y el metano las 1866 partes por billón. Al respecto o debemos olvidar que, tal y como lo indicó el exinvestigador de la NASA, James Hansen, el punto de no retorno en ese rubro son las 450 partes por millón de CO2 equivalente. Y se incrementan ente 2 y 3 puntos anualmente. Todo esto ha ocasionado que las últimas cuatro décadas, sucesivamente, hayan sido las más cálidas jamás registradas. No hay duda alguna, tampoco de que en el curso de los próximos 20 años se alcanzará el límite de aumento “irrebasable” para la COP de Paris (2015): los 1.5 grados centígrados. Si seguimos actuando como hasta ahora (Escenario Bussiness as Usual) la temperatura global se incrementará entre 4 y 5 grados centígrados al final del siglo, lo cual es simplemente catastrófico. 

    El informe del IPCC sostiene que la humanidad aún puede detener su carrera a la autodestrucción. Ello implica que interrumpa sus principales prácticas ecocidas: la afición por la extracción y quema de combustibles fósiles y el consumo desaforado de todos los recursos naturales. 

    El Ocean State Report del Copernicus Marine Service

    En septiembre pasado, el Copernicus Marine Service de la Unión Europea publicó su Quinto informe (von Schuckmann et al., 2021), en el cual estableció la complicada situación por la que atraviesan los diversos océanos y mares de la tierra. Tal Informe presenta lo que ocurre en los tres tipos de mares: el azul (factores físicos: temperatura, corrientes, volumen), el verde (factores bioquímicos: concentación de nutrientes, oxigenación, acidez), y el blanco (extensión y volumen de los mares Ártico, Bático y la Antártida). 

    Respecto al Océano azul el informe reporta un incremento de la temperatura media del mar así como un aumento en su nivel. Respecto al Océano verde, indica un incremento no solo de la acidificación, sino de la desoxigenación, eutroficación (exceso de nutrientes generada por los fertilizantes químicos vertidos en los cuerpos de agua) y, en otras regiones, oligotroficación (falta de nutrientes en los mares cercanos a las zonas industriales). Finalmente, el Oceano blanco presenta la disiminución en la extension y volume del Ártico y el Báltico, así como la pérdida de la masa polar de la Antártida. 

    Las consecuencias para la vida de la tierra que tales cambios generarán son incalculable pues, nunca lo olvidemos, los oceanos ocupan el 71% de toda la superficie de la tierra. Más de la mitad de la humanidad, además, habita en costas y regiones inundables. 

    La Sexta extinción masiva de las especies

    Respecto a la Sexta extinción masiva de las especies, el 6 de mayo del 2019 la UNESCO declaró –vía el Informe Evaluación Mundial de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de Ecosistemas (IPBES)—, que ha iniciado la mayor crisis que la humanidad haya generado a los ecosistemas de la tierra (Zhang, 2019). El Antropoceno, es decir, la manera como Paul Crutzen ha propuesto se renomine al Holoceno, está pasando factura a una cuarta parte de las especies de la tierra y las ha hecho ingresar a la Lista roja de especies en peligro de extinción. Al respecto, indica la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) en su Red List of Threatened species 2019 (Lista roja de especies en peligro de extinción), que más de 28,000 especies han ingresado a dicha lista: el 40% de los anfibios, el 25% de los mamíferos, 34% de las coníferas, 14% de las aves, 30% de los tiburones y rayas, 33% de los arrecifes de coral y el 27% de los crustáceos. Y si comparamos tal informe con la edición 2010 de la misma lista notamos que casi se ha duplicado. En el 2010, de 46,677 especies estudiadas 17,291 especies se encontraban en peligro de extinción (21% de los mamíferos, 30% de los anfibios, 12% de las aves, 28% de los reptiles, 37% de los peces de agua dulce, 70% de las plantas y 35% de los invertebrados). Las causas del importante aumento son la fragmentación de los ecosistemas, la contaminación y el calentamiento global. La WWF (World Wide Fund for Nature) en su informe Planeta vivo 2018 añade que las poblaciones de vertebrados han disminuido en un 60% en los últimos 40 años, que se ha perdido el 20% de la Amazonia en los últimos 50 años, que son los trópicos los más afectados (han perdido un 89% de su biodiversidad en relación a 1970), que ya se han perdido la mitad de los corales de las aguas someras del mundo y el 90% de las aves marinas del mundo tienen fragmentos de plástico en su estómago y que los peces de agua dulce han sido los más afectados: han disminuido en un 83% desde 1970. En el Informe 2010 ya se indicaba que había caído en un 30% la salud de los ecosistemas del mundo, siendo los más afectados los de las regiones tropicales (deteriorados en un 60%) y el hábitat de agua dulce (dañados en un 35%). Y que entre las especies en peligro de extinción se encontraba la Posidonia oceánica, una angiosperma marina endémica del mediterráneo que para algunos es la especie más antigua de la tierra (con una edad de 100 mil años) y que presta innumerables “servicios ambientales” (pesquería, protección de las costas, etc.), la cual desaparece al increíble ritmo del 5% anual (superior a los bosques tropicales). Y el informe Planeta vivo del 2016 oscurecía aún más el panorama: de 1970 al 2012 se habían perdido el 58% de los vertebrados de la tierra: el 38% de los terrestres, 36% de los marinos y 81% de los anfibios. 

    Todo indica que si la humanidad pretende existir más allá del siglo XXI es menester que cambie su modelo civilizatorio. El actualmente vigente —que implica el uso indiscriminado de combustibles fósiles, el uso de la tierra como inagotable mina y basurero, la revolución industrial con su práctica generalizada del comprar y tirar, así como la creencia de que contamos con recursos infinitos en un planeta finito— ha aniquilado a una muy buena parte de las especies de la tierra (WWF, 2016) y amenaza con aniquilar también, en el corto o mediano plazo, a las economías humanas. Tal y como indica Antonio Turiel en su Petrocolapso. Crisis energética global y como (no) la vamos a solucionar (2020), una economía fuertemente petrolizada como la nuestra se enfrenta a una muy cercana y previsible catástrofe (Turiel, 2020). 

    La devastación que la pesca de arrastre ha generado en el mar, sumada a la deforestación que la humanidad realizó, y aún realiza a lo largo y ancho de los continentes, acabará no sólo con las pesquerías del planeta sino con las condiciones que posibilitan la vida. Al respecto no sobra recordar que el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la UNAM informó recientemente que para el periodo 1976-2000 la tasa de deforestación fue del 0.43% anual, es decir, 545 mil hectáreas por año, cifra similar a la que ocupa el Estado de Aguascalientes (Pennington y Sarukhán, 2005: 16ss).

    Las sucesivas revoluciones industriales, al par que hicieron accesibles a la humanidad innumerables bienes antes reservados a reyes y grandes burgueses, han ocasionado no sólo la depredación del mundo sino la contaminación de agua, suelo y aire. Incluso el espacio exterior a la tierra se ha vuelto peligroso a causa de nuestra “basura espacial”. 

    La asociación de los cuatro fenómenos asociados –CGA, Sexta extinción, Contaminación generalizada y Crisis económica— ocasionará cantidades crecientes de refugiados ambientales, los cuales escaparán de la hambruna que dejarán los diversos fenómenos hidrometeorológicos que asolarán a sus lugares de origen. El caos reinará en la mayoría de las naciones de la tierra y la gran mayoría de los ciudadanos culparán de su desgracia a sus gobiernos, a sus familiares, a su mala suerte, incluso a sus dioses. Difícilmente podrán darse cuenta de que fueron los hábitos de consumo de las generaciones previas los que causaron su ruina.

    Conclusión

    No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que siento todos los días y luego quiero que actúes. 

    Greta Thunberg (ante el Foro Económico Mundial, Davos, 2019).

    El ejercicio del psicoanálisis obliga a “mirar desde arriba” la banda de Möbius en la que la humanidad circula. Todas las humanas vicisitudes se revelan para el análisis en su vanidad o en su excelencia. En consecuencia, la vida humana se valora en su sentido más profundo. Y así como se revela su banalidad, se descubre su belleza. Es entonces cuando se percibe claramente todo lo que podría perderse de no detener la debacle que, desgraciadamente, ya ha iniciado.

    La catástrofe socioambiental ha comenzado y no se nota que la humanidad, o los mexicanos y con ellos muchos otros ciudadanos del mundo, estén tomado las medidas urgentes para detener la debacle. Todo apunta a que nos desbarrancaremos pronto y que muchos sufrirán por la carencia de mirada de largo plazo y por la ausencia de medidas para mitigar el fenómeno. Es una grave violencia la que la humanidad actual ejerce contra las futuras generaciones. No debemos esperar mucho respeto de ellas. No lo merecemos.

    Cuernavaca, Morelos, 8 de octubre de 2021.

    Bibliografía

    Arthus-Bertrand, Y.; Pitiot, M. (2012). Film: Planet Ocean, Francia.

    Bardi, U. (2011). The limits to growth revisited: https://cassandralegacy.blogspot.com/2011/06/limits-to-growth-revisited.html

    Belpomme, D. (2007). Avant qu’il soit trop tard. Paris: Fayard.

    Brundtland, G.-H. (1987). Our common future, informe presentado ante las Naciones Unidas: http://www.ecominga.uqam.ca/PDF/BIBLIOGRAPHIE/GUIDE_LECTURE_1/CMMAD-Informe-Comision-Brundtland-sobre-Medio-Ambiente-Desarrollo.pdf

    El País (2021). El banco de España estima que el 70% de la subida de la luz se debe al coste del CO2 y del gas, El País, 10.08.2021: https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/08/10/companias/1628602763_304194.html

    Espinoza, J. (2019). China amenaza con paralizar su exportación de tierras raras, El Mundo (21,05.2019): https://www.elmundo.es/economia/2019/05/20/5ce2c147fc6c83e3258b458e.html

    Ferrado, M-L. (2014). ¿Nos estamos quedando sin helio? Scientific american, 9.12.2014: https://www.scientificamerican.com/espanol/noticias/nos-estamos-quedando-sin-helio/

    Freud, S. (1976/1930). El malestar en la cultura, em Obras completas, Vol XXI, Bs. As.: Amorrortu.

    Ehrlich, P. (1968). The population bomb. USA: Sierra Club/Ballantine Books. 

    Illich, I. (1973). Energía y equidad. México: Joaquín Mortiz: http://habitat.aq.upm.es/boletin/n28/aiill.html

    IPCC (2021), Climate Change 2021. The Physical Science Basis. Summary for Policymakers: https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg1/downloads/report/IPCC_AR6_WGI_SPM.pdf

    Pennington, T. & Sarukhán, J. (2005). Árboles tropicales de México. México: UNAM.

    Tamayo, L. (2020). Aprender a decrecer 3.0, México: Fondo editorial de la Universidad Autónoma de Querétaro.

    Turiel, A. (2020). Petrocolapso. Crisis energética global y como (no) la vamos a solucionar. España: Plataforma editorial.

    von Schuckmann, K., P.-Y. Le Traon, N. Smith, A. Pascual, S. Djavidnia, J.-P. Gattuso, M. Grégoire, G. Nolan (2021): Copernicus Marine Service Ocean State Report, Issue 5, Journal of Operational Oceanography, DOI: 10.1080/1755876X.2021.194624

    World Energy Outlook 2018, OCDE/AIE. Resumen ejecutivo. Consultado el 27 de agosto 2019: https://webstore.iea.org/download/summary/190?filename=spanish-weo-2018-es.pdf

    World Wildlife Fund (WWF), Informe Planeta vivo 2016: http://d2ouvy59p0dg6k.cloudfront.net/downloads/informe_planeta_vivo_2016_2.pdf

    Zhang, J. (2019). Las cinco cosas que hemos hecho para poner a un millón de especies en extinción, Noticias ONU (6.05.2019): https://news.un.org/es/story/2019/05/1455481

  • Violencia Económica

    Arturo Mauricio Gonzalez Salgado

    El título no me es del todo satisfactorio, pero solo es una aproximación de una serie de reflexiones que he venido haciendo a lo largo ya de algunos años, enfatizando la cuestión de lo que está ocurriendo a nivel social, político y económico en este país no es casual, sino todo lo contrario, es algo más bien diseñado.

    Con la actual reflexión espero aproximarme a la base de lo que en mi caso considero una de la razón de dicho diseño y que lamentablemente de no equivocarme, presagia un futuro nada prometedor para este nuestro país y con ello, evidentemente, para la mayoría de los mexicanos.

    Para fundamentar la tesis que a continuación pretendo sostener, quiero hacer mención de algunas cifras de la economía mexicana, cifras que sin muchas dificultades se pueden consultar vía internet, aclaro que la mayoría de las cifras son del año 2020, salvo las de las remesas y el petróleo que son del primer bimestre del presente año.

    Somos la segunda economía en Latinoamérica, solo detrás de Brasil y la decimoquinta en el mundo, no parece ser un mal lugar dentro de las economías en el mundo, solo que lamentablemente año con año vamos en descenso, en el sexenio de Vicente Fox nos encontrábamos en el noveno lugar de las economías en el mundo. Con un PIB que pronostica un crecimiento de 0.8%  para este año en curso, un poco mejor de lo esperado que era de 0.4% y según datos del Banco de México dirigido por Alejandro Díaz de León el crecimiento esperado será del 6% un poco por debajo del pronóstico que tiene la Secretaria de Hacienda de Arturo Herrera, no suena mal pero hay que considerar que venimos saliendo de la pandemia y eso hace entendible esos números, en 2020 se pierden aproximadamente casi 500 mil empleos y los datos oficiales hablan de una recuperación de casi 300 mil empleos, solo el tiempo dirá la exactitud de estas cifras, ahora pasemos a los ingresos.

    Los ingresos más importantes de México son:

    En quinto lugar, turismo, con aproximadamente 24 800 millones de dólares

    En cuarto lugar, la agroindustria y ello a pesar de una baja muy importante en la caída de productos como el maíz, frijol y otros granos, pese a ello productos como el aguacate, el tequila, las fresas y frambuesas, así como la cerveza nos ayuda a mantener unos ingresos aproximados de 37 433 millones de dólares.

    En tercer lugar, se encuentra las remesas que envían nuestros compatriotas de Estados Unidos a México y que aproximadamente en el primer trimestre del presente años fue de 6 471 millones de dólares, es decir un aproximado anual de más de 38 millones de dólares.

    Es importante señalar que es muy probable que el incremento en el monto de las remesas sea aún mayor, un factor interesante para entender esta posibilidad es que el mayor número de remesas provienen de los estados de California y Texas, dos de los estados con mayores ingresos en todos los Estados Unidos y que se encuentran en plena recuperación post-pandemia, claro está esto es solo un cálculo que los que saben o se dicen expertos del tema pronostican.

    En segundo lugar, se encuentra la industria automotriz, que, a pesar de no salir muy bien librado con el nuevo tratado con Estados Unidos y Canadá (Temec), se mantiene en unos 82 000 millones de dólares.

    Y bueno llegamos al primer lugar de ingreso aquí no hay cifras oficiales, me voy a permitir dar una cifra proporcionada por el Secretario de Seguridad Pública en la administración de Felipe Calderón Hinojosa, el Sr. García Luna, por cierto, detenido en los Estados Unidos por su posible vinculación con el narcotráfico. El Sr. García Luna, que parece saber bastante sobre el asunto, mencionaba en al año 2010 que un monto aproximado de ingreso del narco era de 67 000 millones de dólares, cifra muy próxima a la proporcionada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. 

    Siendo cifras solo aproximadas y teóricamente conservadoras, de 2010 a la fecha han transcurrido 11 años, seguramente las cifras ya no son las mismas, solo como punto de referencia, en esos años el cartel Jalisco nueva generación, aún estaba por formarse, su crecimiento ha sido exponencial y se considera el cartel más fuerte en la actualidad con operaciones en Europa, Asia, y África, incluso se habla de Oceanía, dicho de otra manera es un cartel que opera a nivel global y que por mucho a desplazado al cartel de Sinaloa, de que cifra en realidad estamos hablando, nadie lo sabe, pero expertos en el tema como Alfredo Jalife Rahme, hablan hasta unos 170 000 millones de dólares o quizás aún más.

    Dos puntos me llaman la atención poderosamente sobre estas cifras en su conjunto, en primer lugar, como se podrá observar la dependencia que tenemos con nuestro vecino del norte es total, en todos estos sectores quien esencialmente nos compran son ellos, realmente preocupante dicha dependencia, ya que como nos ocurrió recientemente con el Sr. Trump en la presidencia, si decide presionarnos por cualquier razón, estamos en sus manos, es evidente nuestra vulnerabilidad. Y, en segundo lugar, lo que esta ocurriendo con el petróleo, otrora el principal ingreso del país, ahora aparece detrás del turismo en un modesto sexto lugar con un ingreso de 3 583 millones de dólares en el primer bimestre de este año, con lo cual hay una proyección aproximada de unos 21 498 millones de dólares al año.

    Si tomamos estas cifras como buenas y hay muchos datos que lo avalan, es sumamente preocupante porque lo que nos muestra, con sus muy fríos números, es que el principal ingreso del país es el narcotráfico, con todo lo que ello implica y de verdad que implica mucho, hagamos un poco de historia para entrar en materia.

    Si recordamos en los años setentas, existía una industria pujante en México, se construía trenes, vagones del metro, automotores, existía una incipiente industria aeronáutica, así como una Comisión de Energía Nuclear, éramos los primeros productores de vacunas de Latinoamérica, en síntesis, una potencia industrial emergente.

    En esos años si bien existía una disparidad en el ingreso económico de la población, es de llamar la atención que solo existía una familia multimillonaria, la familia Garza Sada, mientras que en la actualidad son 4 las fortunas multimillonarias y estas son:

    1er. Lugar, Carlos Slim, grupo Carso

    2do lugar, Sara Mota de la Rea, grupo México

    3er. Lugar, Ricardo Salinas Pliego, grupo Salinas.

    4to. Lugar, Alberto Ballleres, grupo Bal

    Así mismo la pobreza en 1970 era del 17% del total de la población, y para el año de 1988 paso a ser del 44%, para el 2020 la cifra de pobreza en México se calcula en un 43.9%. (estos datos son tomados del CONEVAL)  

    ¿Qué explicación podemos dar a estas cifras?

    Bueno una posibilidad es que esta política, tan puesta en primer plano, y tan insistentemente señalada por el presidente López Obrador, de lo que él llama el neoliberalismo, ciertamente ha favorecido a una elite muy selecta, el acceso a una situación de privilegio económico, en detrimento de la mayoría de los mexicanos, esto en sí mismo es un gran problema al cual solo me limito a señalarlo, el punto relevante es otro, cuando menos para la presente reflexión.

    Desde los tratados de Bucareli firmados en la administración de Albaro Obregón, hay claras restricciones para el crecimiento de este país, tratado que aparentemente ya prescribió pero que sin embargo, con características muy distintas y en condiciones igualmente diferentes  en algún sentido ha sido sustituido en 1994 con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), firmado en la administración del presidente Salinas de Gortari, el cual de alguna manera nos ha transformado en un país maquilador que dejo atrás o de alguna manera renuncio a continuar con su industrialización y que afecta hasta nuestros días de manera tan contundente, y que parece avalar como una sentencia funesta las palabras del ideólogo norteamericano y fundador de la Comisión Trilateral, (quizás uno de los más importante Think-time, entre muchos otros),   Zbigniew Brzezinski muy ligado a los Clinton y asesor del presidente Obama, que para Estados Unidos no era conveniente un Japón en su frontera Sur, sentencia ominosa, pero a su vez  muy certera.

    Y ahora me van a permitir especular, es solo una suposición, como hace para que alguien se ocupe de un “negocio” tan importante como el narcotráfico, un negocio de miles de millones de dólares y muy importantemente en efectivo, al contado, cash, no es exagerado hablar de que es el lubricante de la economía mundial, sin él una economía financierista, como en la que estamos atrapados actualmente, hecha de papel y de números en una computadora, una economía de ficción, pero que supera por mucho a la economía “real”, la economía de la agroindustria, de las casas y los autos, ¿que sería de esta economía de ficción, sin el efectivo del narcotráfico?

    Un solo ejemplo, a principio del este año, The Guardian, este periódico ingles sumamente reconocido, saca a la luz el escándalo del Banco Wachovia con sede en Charlotte, Carolina del norte, que lavo más de 110 000 millones de dólares del narcotráfico, un solo banco manejando esas cantidades y que decir de banco HSBC y bueno un largisisisimo etc.

    Honestamente me atrevo a hablar de todo esto porque estoy muy lejos de ser una voz publica, un líder de opinión, muy difícil hablar de estos temas y créanme cuanto más investiga uno queda paralizado, anonadado de lo que está en la superficie, que será entrar en las entrañas de este monstruo.

    Pero permítanme seguir ahora con mi argumentación con un ejemplo de lo que esta ocurriendo actualmente en la ciudad de Panamá donde se está dando un crecimiento espectacular a nivel económico ya que se está convirtiendo en un centro financiero muy importante de todo tipo, pero sin duda también ocupado en el manejo de fortuna y de dinero de muy dudosa procedencia, principalmente evasión de impuestos,  dinero proveniente de fraudes privados o que involucran a todo un pais o por supuesto activos del narcotráfico, un botón de muestra de este manejo financiero y de lavado de dinero son los ahora muy  famosos pana-papers, cuantos figuras del deporte y del espectáculos internacionales salieron a relucir, y que decir de políticos y aristócratas, fueron muchos y sí que causó revuelo.

     Es entonces necesario todo un equipo de financieros, abogados y administradores, que con habilidad de prestidigitador convierten ese dinero sucio en dinero limpio y cristalino. Este equipo de profesionales y personas encargadas de este trabajo tienen todo un estilo de vida y como es de esperar las boutiques de marcas prestigiosas, de joyas y relojes de lujo, de bares y restaurantes de alto nivel, crece aceleradamente y que decir de inmuebles, casas y departamentos de lujo igualmente van al alza. 

    Claro es un medio que vive bien y exige niveles muy altos de vida, financieros, contadores y administradores, abogados y todo su equipo que crean burbuja de bonanza, y que bien por ellos y que bien a la ciudad que los acoge, en tanto dure, claro está.

    Pensemos en un Silicon Valley, situado en la bahía de San Francisco, un ejecito de jóvenes muy talentosos y con un poder adquisitivo muy altos, se han instalado junto a un grupo muy importante de empresas como Google, Microsoft, Facebook entre otras, para llevan al estado de California a ser, la quinta economía del mundo, si decidiera independizarse de los Estados Unidos, solo california. Es así que es muy fácil ubicar el tipo de zona que es, una zona de lujo con un impresionante crecimiento económico, un lugar único con todos los avances tecnológicos al alcance de la mayoría de la población, una ciudad muy segura y con estándares muy altos de vida, en todos sentidos, servicios, educación, cultura, salud etc., es impresionante estar ahí, quienes han estado por ahí no me dejaran mentir. 

    Ciudad digna de jóvenes muy talentosos, algunos genios en aquello a lo que se dedican y además todo el equipo que los acompaña para hacer posible esa magia.

    Pero sigamos con la especulación que pasaría si algún poder casi inimaginable decidiera que este negocio del narcotráfico, pues no se puede descuidar, francamente sus ganancias no son nada despreciables, ciertamente el grupo de operadores, de trabajadores,  para hacer funcionar este negocio pues no son precisamente financieros ni abogados, aunque por supuestos los ocupan pero son unos cuantos y mucho menos chicos talentosos y creativos, en este caso se requiere de otro tipo de operadores, un poco menos talentosos y si más bien un tanto toscos en su trato, y que decir del equipo de distinguidos colaboradores que requieren para llevar a cabo sus muy arriesgadas operaciones, esta de más decir que se requiere, y bueno por supuesto una zona, o región o estado sino que todo un país mas bien pobre, para que se dediquen bien al negocio, personas con futuro difícilmente se dedicarían a este negocio, se requiere pobreza, aderezado con funcionarios corruptos a todos niveles policías, ejercito, políticos, secretarios de Estado, diputados y senadores, cuanto mas corruptos mejor para el negocio, y si hay un secretario de Seguridad Pública a su completo servicio pues que mejor, sino es que hasta el presidente, por que no, total es una especulación.

    Por supuesto el costo para esta zona, región o incluso país sería desastrosa, demoledora su población civil seria rehén y víctima de toda esta maquinaria para sostener un negocio, eso sí, importantísimo, alguien tendrá que hacerse cargo del costo, de la sangre y los muertos, viudas y huérfanos de dicho negocio, y ojo aunque fuese un país sumamente rico en todos sentidos el  costo a pagar será muy alto por esta decisión que unos cuantos van a tomar y a implementar, bueno lo importante es que es solo una especulación o ¿no?

    Ojalá y que esta especulación se quede en eso, ojalá y me equivoque, ojalá y solo sea una idea salida de una pesadilla, porque de no ser así esa zona o región o estado o país completo esta en serios problemas, muy serios problemas.

    Ojalá sinceramente me equivoque.

  • Transtemporalidad en psicoanálisis (o cuando los títulos yerran)

    James Herrerías

    RELOJ DE SOL

    Hora extraña. No es

    el fin del mundo

    sino el atardecer. 

    La realidad, 

    torre de Pisa, 

    da la hora

    a punto de caer.

    Gabriel Zaid

    He de comenzar con una confesión, a menudo —con más frecuencia de la que me gustaría aceptar— me propongo trabajar un tema que me parece interesante, o debo decir más bien seductor, y con el desarrollo, un sesgo eclipsa la temática original. Esto me recuerda lo que algunos metodólogos de la investigación han insistido en indicarnos: “El nombre de un trabajo es lo último que se escribe”; por las circunstancias de nuestro encuentro en que el nombre es solicitado con anterioridad, uno querría articular respecto a cierto tema y hasta se atreve a poner títulos curiosos y elocuentes, pero ya sabemos en psicoanálisis lo que significa querer y creer, o más bien dicho, al menos sabemos lo que no significa…

    De esta manera, cuando fui invitado a participar en este encuentro sobre el texto lacaniano que remite al tiempo lógico, di con el presente título sobre el cual me veo obligado a referir que la condición trans referida en él apuntaba a impactar provocadoramente, a sabiendas que sería debatible en torno a las posibles concepciones temporales en psicoanálisis. La propuesta parcialmente traicionada del título ahora corregido, remite en su origen a un más allá, pero también al otro lado, detrás de o incluso a través de. Según refiere el diccionario panhispánico de dudas respecto al prefijo trans, la n seguida de s, tiende a relajar su articulación y así se da una simplificación castellana, hemos dado con que el uso en la mayoría de las palabras a las que afecta este prefijo se conserva sólo el tras y ya no el trans de origen latino (una notable excepción es transexualidad que ha ocupado un lugar privilegiado en los círculos más diversos en los últimos tiempos). 

     

    Pero entonces justo en la partida y después del trans que he propuesto, emerge la pregunta ¿Qué es entonces el tiempo? Desde luego comenzamos con las referencias de la RAE que nos remite a: época, secuencia de sucesos y duración; al mismo tiempo sabemos que su etimología viene fonéticamente del tempus latín, forma de traducir el Chronos griego (Tal vez sea pertinente mencionar aquí que nos es advertido no confundir Chronos con Crono, el primero dios de las Edades, personificación del tiempo y el segundo el rey de los Titanes, padre de Zeus). Chronos es compañero de Ananké —la inevitabilidad—, cuyo nombre nos resuena en psicoanálisis, y juntos dieron génesis al universo ordenado de tierra, mar y cielo, al separar el huevo primigenio.

     

    Por su parte María Moliner en su magnificente Diccionario de uso del español, refiere que el tiempo es: 

    Magnitud en que se desarollan los distintos estados de una misma cosa u ocurre la existencia de cosas distintas en el mismo lugar. Se le da con mucha frecuencia un valor patético, como sucesión de instantes que llegan y pasan inexorablemente y en los que se desenvuelve la vida y la actividad, reflejado en el lenguaje con verbos como «acosar, acuciar, aguijar, aguijonear, apremiar, apurar…»

    Podemos sobre esta base indicar la posible coexistencia de distintos tiempos: un tiempo psicológico, uno biológico, uno físico; sin embargo en una óptica minuciosa, sería extremadamente tirante su unicidad, José Ferrater Mora se refiere así a estas distintas aproximaciones del tiempo: 

    No es fácil, caso que sea posible, agrupar sistemáticamente las concepciones e investigaciones sobre el tiempo y alcanzar una «concepción unificada» que valga igualmente para las intuiciones del sentido común, la experiencia común del tiempo, los experimentos biológicos y psicológicos, las concepciones físicas, los análisis epistemológicos y ontológicos, las especulaciones metafísicas, los cálculos lógicos, etc. Parece especialmente difícil «unificar» aspectos de la noción de tiempo tan diversos como la experiencia (psicológica) de la sucesión temporal y los conceptos físicos.  

     

    Según Ernst von Dobschütz hay una diferencia en el modo en que los hebreos y los griegos piensan. Los primeros son fundamentalmente temporales y los segundos intemporales. En el pensamiento hebreo se pone el acento en el pasar y en el segundo en el estar, en los primeros se organiza en función del futuro y en los segundos en función de un presente. En consecuencia, los hebreos conocieron el tiempo, lo determinaron y lo midieron, por su parte los griegos conocieron el tiempo en base al movimiento de los cuerpos celestes y tendieron a otorgarle un carácter cíclico, es decir, repetible. Una linealidad que está inscrita dentro de ciclos, remitiendo así en esa serie a un conjunto de presentes. 

    En esta categorización, podemos referir que el psicoanálisis freudiano pertenece a la línea griega, según sabemos Freud caracterizó a su Inconsciente como atemporal, lo importante de esto es que según nos aclara, eso inconsciente determina y modifica a veces de manera contundente y otras ocasiones discretamente hasta los actos más racionales de la cotidianidad del sujeto, entonces tenemos que, si lo inconsciente no distingue edades, la experiencia del sujeto se ejerce en un eterno presente, en un conjunto de presentes que no por ubicarlos en el calendario de manera más o menos lejana, pierden fuerza o vigencia, todo lo contrario, es una perpetua reactualización, de sostenerse esto, regresamos a su concepción griega del tiempo, pues los eternos presentes pertenecen a una serie de movimientos circulares, a la repetición, ¿nos sería lícito agregar: compulsiva?. 

    El tiempo, según advierte Aristóteles, es determinable por el movimiento, lo expresa así: el tiempo es el número [la medida] del movimiento según el antes y el después [lo anterior y lo posterior]. El tiempo según Aristóteles es una gran paradoja, y así pone en tela de juicio su existencia “Es difícil concebir que participa de la realidad algo que está hecho de cosas que no existen”, pero en fin se concluye que a pesar de eso el alma garantiza la realidad del tiempo. San Agustín, un aristotélico, dice que el tiempo es: un fue que ya no es, también un ahora que no se puede detener y que tan pronto se indica, ya no es, y —agrega— es un será que todavía no es. No tiene dimensión y en el intento de asirlo, se desvanece y sin embargo, nos dice, yo sé lo que es el tiempo, pero lo sé, sólo cuando no tengo que decirlo “cuando no me lo preguntan lo sé; cuando me lo preguntan, no lo sé.” Lo anterior remite a dos líneas de larga tradición dentro de las concepciones del tiempo, esto es: el absolutismo, bajo el que se concibe el tiempo como una realidad completa en sí misma y el relacionismo, que estima que el tiempo no es una realidad en sí misma sino una relación. San Agustín trata el tema de la relación entre el tiempo como algo interior, es decir anímico y algo exterior; esto es dependiendo si la medida se encuentra dentro o fuera del alma. En apoyo de lo anterior podemos decir que no siendo el tiempo una cosa perceptible por los sentidos, parece apuntar a un continente vacío, o bien una relación o un orden de existencias de cosas no simultáneas. Dentro de este relacionismo, entre las tendencias filosóficas contemporáneas tenemos al primer Heidegger con su Sein und Zeit (así, sin artículos), con quien sabemos que Lacan ha tenido intercambios textuales puntualizados pero sobre todo no declarados; según nos refiere Ferrater Mora, le acompañaron a Heidegger un grupo de filósofos menores especialmente en Alemania que trabajaron la estrecha relación entre el tiempo y el ser, dentro de estos, podemos destacar a Neuhäusler con una fórmula que nos regala para ser cavilada desde el psicoanálisis “Die Zeit ist die Unruhe des Seins”, esto es: “El tiempo es la inquietud del ser.” 

    Además de referir las concepciones sobre el tiempo desde los puntos de vista metafísico, ontológico, histórico y epistemológico, psicológico y físico, encontramos todavía dos referencias temporales: el tiempo biológico, que connota entre otras cosas los ritmos de los procesos orgánicos (podemos en este punto hacer referencia al tiempo en que acaece con la Verwerfung, por ejemplo). El otro es el tiempo pensado a partir de la lógica, en lo que ha sido llamado la lógica temporal o lógica de los tiempos o lógica cronológica entre cuyos exponentes, contemporáneos de Lacan, están: Jósef Maria Bochénski, Benson Mates, Jaakko Hintikka y Nicholas Rescher, los cuales plantearon problemas respecto a las nociones de: lo actual, lo posible y lo necesario con base en el llamado argumento dominante, el cual fue arrojado por el filósofo griego de nombre sugerente: Diodoro Cronos.

    A manera de addendum, al comenzar a redactar estas líneas, fue inevitable la remisión a un libro temporal, el texto al que hago alusión es La subjetividad como clepsidra de José Eduardo Tappan. He tenido con este libro varios diálogos, mas allá de los que he tenido con su autor y es que en este momento doy con proponerlos como distintos, hay una brecha entre el que suscribe un texto, al que podemos regresar una y otra vez y por el otro con el que articula espontáneamente, el que elabora intentando exponer o asentar algo sin poder pensárselo detenidamente, pues la escritura y la charla espontánea, ambas de gran riqueza, se mueven en distintos tempos. 

    Ya desde su título, nos es lícito establecerlo como un escrito temporal, en la clepsidra el libro remite al tiempo, recordemos que la clepsidra (de las que por cierto hay de muchos tipos) es un mecanismo que utiliza el flujo de un líquido para medir el tiempo. Refiere José Tappan en su texto temporal que “El Psicoanálisis que inventó Lacan se despliega en un análisis sincrónico que opera sobre la lógica simbólica que constituye al sujeto (en tanto sujetado o producto del deseo) y su subjetividad, y que, por lo tanto, da cuenta de operaciones, relaciones, instrucciones, agentes y funciones. Es decir, un conjunto de reglas y ordenamientos que actúan con cierta independencia […]” y establece una relación necesaria entre las dimensiones temporales para su abordaje psicoanalítico: “La manera en que el plano sincrónico de la estructuración del sujeto se relaciona con el plano diacrónico, relación entre lo contingente y lo necesario, es esencial para comprender que el Sujeto Psíquico es poroso, y no refractario a sus circunstancias […]”

    Entre la lectura que transita en recovecos inesperados de la subjetividad, hago referencia al capítulo: Tiempo lógico, cronológico y memoria en donde Tappan pone en relieve el paso que da Lacan sobre las propuestas temporales de Freud, esto es que “[…] el psicoanálisis cambia de eje, del diacrónico con Freud al sincrónico con Lacan, de la temporalidad cronológica a la lógica, de las concepciones históricas a las estructurales, de los personajes a las funciones […]”

    Revisitando a Freud, José Tappan demarca con precisión el interés historicista en Freud y su tendencia diacrónica, sin omitir distintas lecturas posibles de otros asertos freudianos, al mismo tiempo que despliega de manera puntual el devenir temporal del psicoanálisis a partir de las elaboraciones de Jacques Lacan. 

    El texto del que hablo tiene una gran riqueza, está nutrido de preguntas cuyas respuestas no están cerradas, y posee una orientación crítica que incita a dialogar y argumentar, diría incluso que el texto invita al lector a generar y pensar asuntos más allá de su temática explícita. 

    Al proponer Transtemporalidad en psicoanálisis, puede colegirse de manera automática que esta propuesta se relaciona con el tiempo lógico de Jacques Lacan, sin embargo, a partir de la invitación implícita de Tappan, indico una sincronía en Freud y una diacronía en Lacan. En cuanto a la sincronía en Freud, además de lo asentado anteriormente respecto al eterno presente de la experiencia del sujeto freudiano, podríamos añadir en la clínica, en la interpretación; cuando le dice a su analizante: ha dado usted un mal paso, interviene sobre la sincronía, hace con ello una captura. Por el lado diacrónico, Lacan en el estadio del espejo requiere un momento de cristalización del algo que implica un momento que da lugar a una cierta producción, hay un antes y después que es cronológico, también diacrónica es la concatenación de la estructuración psíquica (que en el caso según decíamos podría involucrar hasta determinaciones biológicas) e incluso la cuestión del sinthome, algo que se produce, se engarza y que sostiene lo que antes estaba desanudado. 

     

    • Dasein es un ser allí, pero en cada ocasión, una reactivación y reorganización perenne, pero diacrónica al fin y al cabo. 
      • La escucha del Dasein. 
    • “el tiempo es una cuarta coordenada o, mejor dicho, espacio y tiempo son coordenadas en un universo y tetradimensional. Se ha dicho que ello representa una «espacialización del tiempo», pero debe tenerse en cuenta que la «fusión del tiempo con el espacio» no ha significado en dicha teoría que el tiempo sea concebido como si fuera espacio; en rigor, el universo tetradimensional es más bien un universo de tres más una dimensiones.”
  • Tensiones en el espacio humanitario a propósito de logos y emblemas

    Dr. Jacques Serba

    *Por el Dr. Jacques Serba, Investigador Asociado del IRIS (Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas) y Director Adjunto del IPAG (Instituto de Preparación a la Administración General) en Brest, Francia.

    Publicación con autorización del autor, a partir de la primera publicación en francés en Les Analyses Géopolitiques de l’Aide en septiembre del 2021 del Programa Humanitario y de Desarrollo del IRIS (https://www.iris-france.org/wp-content/uploads/2021/09/Note-g%C3%A9opo-de-laide-4-JSerba.pdf)

    Traducción y edición: Astrid Vanesa Correa Rocha y Avril Eliosa Minor

    Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) humanitarias se confrontan a numerosos tipos de inseguridad las cuales a priori parecen lejanas entre sí, al menos territorialmente: la fragilidad de la recaudación de fondos es por causa de lo fugaces que son los donadores, por la “reducción del espacio humanitario”, en especial debido a la pérdida de efectividad, e incluso por desechar el Derecho Internacional Humanitario (DIH). 

    De hecho, los especialistas de las ONG conocen muy bien la relación que existe entre la recaudación de fondos en la sede de la ONU y las misiones humanitarias de campo. Por ejemplo, existen pocos fondos privados, por tanto, existen pocos fondos propios, lo que significa que hay poca capacidad de acción ante una emergencia; demasiados fondos públicos pueden traer consigo una pérdida de independencia en un país en conflicto, incluso de imparcialidad, desafortunadamente.

    Nuestro objetivo es explorar, de manera ilustrada y apartándonos un poco del tema principal, esta relación a través de nombres, logos, marcas y emblemas de las ONG humanitarias que son, por un lado, herramientas para la recaudación de fondos y por el otro, para la protección.

    En realidad, esta exploración no es nueva, pero debido a la expansión de la Internet resulta útil poner mucho mayor atención a la interacción entre los países donde existe una sede de alguna ONG humanitaria, así como a sus misiones operativas que evolucionan cada vez más en una tercera y misma dirección: el ciberespacio humanitario. 

    La noción de “emblema” y de “logo” nos llevan inmediatamente a los signos distintivos del movimiento internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, así como al Derecho Internacional Humanitario. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en su estudio sobre el uso de emblemas precisa en su quinto párrafo que “…en principio, entonces es posible y útil, establecer claramente una distinción entre: el «emblema», utilizado con fines de protección […]; y el «logo» […], que se utiliza a título indicativo […]”. 

    El CIRC concluye su propósito en otro documento de 2016 acerca de los emblemas y logos en la comunicación, la mercadotecnia y la recaudación de fondos: “nuestras marcas representan lo que las personas piensan y sienten respecto a nosotros. Con frecuencia, asocian el concepto de “marca” a una identidad visual o a un logo, pero esto se extiende más allá de la representación visual de la organización. Una marca es el conjunto de imágenes, de impresiones y de sentimientos de una organización en el público. Es la suma de nuestros valores, nuestros actos y nuestras actitudes, así como de nuestras palabras e imágenes”.

    Esta definición de marca hace que aparezcan tres estratos o niveles. Los valores constituyen lo que los autores suelen llamar el “nivel axiológico”. Esos niveles se encuentran principalmente en los estatutos de las ONG humanitarias. Sus antecedentes históricos, con frecuencia en su sitio web, se integra a “nivel narrativo” y la identidad visual y el logo resaltan el “nivel estético”. Efectivamente, si no se habla de un emblema para las ONG humanitarias, salvo para el movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (“el Movimiento”), no podemos hacer a un lado la idea de que los logos de las ONG también tienen una función emblemática incluida en la narrativa de su misión. Tanto las ONG humanitarias como la Cruz Roja y la Media Luna Roja ocupan el mismo espacio. Entonces, postularemos, a otra escala, que estos logos mencionados juegan dos roles. 

    Tras recordar los cambios relativos a la Internet, plantearemos los desafíos actuales de la recaudación de fondos y la seguridad de las misiones, así como los asuntos relacionados con la confianza y la responsabilidad. Después analizaremos las dificultades de gestión de las ONG, especialmente de manera articulada, los nombres, marcas, logos y emblemas. Una pequeña visita guiada por los sitios de las ONG ilustrará nuestro propósito.

    El ciberespacio humanitario: la Internet y las redes sociales, poderosos mecanismos por dominar en una economía competititva, en un terreno de operaciones inseguro y bajo la mirada de una confianza frágil 

     

    Más de 4 millones de personas en el mundo utilizan la Internet y las redes sociales y hacen del ciberespacio un desafío para los Estados, las empresas, los ciudadanos, y para todo tipo de actores, desde los más virtuosos hasta los más criminales. 

    El ciberespacio humanitario: la Internet y las redes sociales, poderosos mecanismos por dominar

    Para objetivar estos datos, vale la pena mirar cautelosamente el mapa de las conexiones cableadas de los submarinos que figuran en el sitio “submarinecablemap.com”. Efectivamente, el conjunto de cables se encuentra a la imagen y semejanza de los flujos económicos y financieros, pero también es una imagen física del mundo globalizado.

    La Internet fue concebida como un espacio de libertad que vino a perturbar el orden de las cosas en el plano económico, social y político y que plantea interrogantes monopolísticas, de seguridad y de soberanía. Confrontados a este espacio complejo de multiestratos de información e interacciones instantáneas, abierto y sin un centro, algunos Estados están tentados a gobernarlo arriesgándose, según algunos autores, a “balcanizarlo”.

    W. Chan Kim y Renée Mauborgne, al inicio de su obra La estrategia del Océano azul: Cómo desarrollar un nuevo mercado donde la competencia no tiene ninguna importancia, exclamaron sobre la ruptura del poder y de la credibilidad que ha causado la Internet entre las organizaciones y los individuos: “Apenas se puede creer: hace unos diez años, las organizaciones tenían el control sobre la mayoría de la información que se difundía al público y que tuviera que ver con sus productos, servicios y ofertas. Hoy en día, eso es cosa del pasado. Redes sociales, blogs, microblogs, […] con ello, el poder y la credibilidad se han redireccionado de las organizaciones a los individuos. 

    Ni las ONG humanitarias ni los otros agentes económicos se escapan de los desafíos, ya que utilizan las herramientas que nacieron con la Internet y que hacen de la comunicación un pilar de su actividad, y hasta de su existencia. En el ciberespacio, se identifican, se diferencian, recaudan fondos y defienden causas; rinden cuentas a los ciudadanos, donadores y patrocinadores, en general, ahí se comunican. Las ONG humanitarias se volvieron aún más visibles y accesibles. Todo en un mismo instante.

    Pero esta develación, a la vez causa y consecuencia de la democracia, ese poder de comunicación que corrige, al menos parcialmente, las asimetrías ante actores poderosos, también es una debilidad. En efecto, ¿cómo articular los mensajes cada vez más numerosos e instantáneos en la “aldea global” de Marshall Macluan, hecho de verdadera y falsa proximidad en materia política, social y cultural de ciberataques cuyo objetivo de ataque principal es la reputación?

    A veces, blancos diferentes pueden volverse paradójicos. Es cierto, comunicarse con sus donadores, por ejemplo, insistiendo en la culpabilidad del que no da y, poniendo deliberadamente imágenes degradantes de personas o de situaciones puede ser mal percibido; denunciar ante los ciudadanos del país donde se encuentra la sede violaciones a los derechos humanos o crímenes de guerra puede tener impactos de seguridad en el terreno mismo de las operaciones humanitarias. La naturaleza de los Estados, regímenes políticos, situaciones económicas, contextos de guerra, culturas, religiones, usos y costumbres, valores, leyes… todo puede colicionar en una misma aldea.

    El movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja no dice más en su guía práctica sobre emblemas y logos en la comunicación: “Para las promociones en línea, no hay que olvidar que no existen fronteras geográficas en la Internet […] Los internautas pueden consultar todo lo que está en línea sobre todo lo que forma parte del Movimiento, donde quiera que se encuentren. Si los medios de comunicación en línea constituyen una herramienta de promoción esencial, también implican por su naturaleza toda una serie de desafíos para el mantenimiento y preservación de una identidad de marca sólida y coherente”.

    Podemos intuir que la articulación de los mensajes que engloba el nombre de la ONG humanitaria, sus marcas y emblemas, plantea el tema de la confianza. 

    La confianza, un bien común todavía más fugaz en la Internet, impone prudencia, fortalecimiento de la responsabilidad y de la rendición de cuentas

    Los recursos de las asociaciones humanitarias francesas, aunque también de las fundaciones y fondos de dotación que trabajan en la misma área recaen, conforme a proporciones variables, sobre la generosidad del público, fondos públicos y de manera no preponderante en actividades comerciales. De naturaleza muy diferente, esos recursos tienen, por tanto, una base común: la confianza.

    Patrice Naudy, especialista en estrategia y transformación de las organizaciones, quien especialmente acompañó a Acción Contra el Hambre-Francia (ACF) a principios de los años 2000 (en el marco del proceso Restaurando la confianza en la red de ACF), le gusta definir la confianza citando al sociólogo alemán Georg Simmel: “ La confianza es la suspensión temporal de la duda”. Él “subraya una dimensión de fragilidad y temporalidad”.

    La confianza es particularmente sensible ante las vicisitudes de la vida política, económica y social. Entre fidelidad y fugacidad de donadores y patrocinadores, ésta se nutre de igual manera, bien o mal, de elementos tangibles (informes de actividades y financieros de las ONG, auditorías e investigaciones) e intangibles (sentimientos, falsas noticias o fake news). 

    La confianza fortalece el ímpetu generoso y perderlo provoca un tsunami. A principios de los años 2000 se dieron a conocer los fraudes de ENRON (una compañía americana de corretaje) y su despacho de consultoría presentó una caída repentina y vertiginosa; Arthur Andersen es un claro ejemplo. De la noche a la mañana casi desapareció a pesar de que era uno de los big five del concejo internacional, en auditoría y temas fiscales, con más de 80 000 colaboradores en cientos de países. Falló en su misión de verificar las cuentas de ENRON. Aún más por tratarse de negocios, ¿quién donaría “dinero de corazón”, y por tanto, también su confianza, a entidades que se han desviado del camino, aunque se trate de instituciones o quasi instituciones que como el CICR o Médicos Sin Fronteras (MSF) inspiran a la esfera humanitaria? Recordemos, si fuera necesario, el sismo causado por la Asociación para la Investigación sobre el Cáncer (ARC) en los años noventa (aunque reconocida como de interés público) cuyo presidente fue condenado por abuso de confianza. En fin, ¿qué institución política o administrativa daría su apoyo a entidades que podrían hacerles perder una parte de los recursos brindados por ciudadanos y contribuyentes?

    Está claro que la acción humanitaria no se reduce a una historia de dinero, testimonio y participación de los ciudadanos, donadores, Estados y ONG. Ante todo, es una acción de asistencia llena de principios. En contextos más o menos peligrosos, dramáticos y complejos, la confianza también juega un rol esencial. ¿De qué valdría una Declaración de valores y principios de una ONG en un universo violento si careciera de efectividad? ¿Qué arriesgarían las ONG humanitarias ante las partes del conflicto que están tentadas por la instrumentalización de lo humanitario y que buscan exoneración de sus obligaciones al menor paso en falso de los otros actores? ¿Y qué decir del riesgo que representa para el ámbito humanitario un escándalo sexual como el de Oxfram-Reino Unido en 2018? Al haber contratado prostitutas la organización perdió la autorización para llevar a cabo acciones en Haití.

    Ya sea en materia de recursos, de apoyo a sus causas o de intervención en campo, no pueden escapar a la sentencia de Garcin en Huis Clos (A puerta cerrada) de Jean Paul Sartre: «No se necesita una plancha, el infierno, son los demás». Las ONG también son responsables. Son partícipes en su reputación y seguridad. Durante un largo tiempo, las ONG internacionales que actúan en el ámbito internacional ocuparon espacios con fronteras bien definidas. 

    De manera simplificada, observamos dos espacios más bien separados, aunque no eran herméticos entre sí, en especial por el ir y venir de voluntarios de las ONG, la prensa, medios de comunicación, diplomáticos y militares.

    Por un lado, un país, el de la sede de la ONG, donde se desarrollaban las actividades estratégicas y de dirección. La ONG interpelaba a las autoridades del país anfitrión a propósito de las disposiciones referentes a aspectos institucionales, jurídicos o financieros de las ONG (ley 1901, patrocinio, subvenciones…). Las ONG se dirigían a los donadores privados en su sentido más amplio, sus clientes (según especialistas en mercadotecnia social), así como a los ciudadanos, para defender su causa. La ONG se ponía en contacto con las instituciones internacionales donadoras o actrices de la escena internacional. Si bien los países en cuestión podían ser parte en los conflictos como regla general gozaban de cierta estabilidad.

    Para Antoine Vaccaro, especialista en mercadotecnia en el ámbito humanitario, en este contexto “el cliente es por tanto el donador; recibe una contrapartida (satisfacción moral) y debe ser capaz de verificar que se ha sostenido la promesa”.

    Por otro lado, sobre el terreno, cerca o lejos, las ONG mostraban sus actividades operativas de asistencia comunicándose con los Estados anfitriones, con las partes en conflicto y por supuesto con la población mediante la mirada de los reporteros, de otras ONG e instituciones.

    Las acciones y los mensajes de las ONG cambiaban de acuerdo al lugar, al blanco, o de acuerdo a los contextos, aun si los valores, principios y responsabilidades se mantuviesen intactos. Los mensajes podían ser diferentes, ya que casi no se afectaban entre sí. El terreno era visible desde la sede, pero esto era menos cierto en el caso contrario. Prevalecía una asimetría de visibilidad. De este modo, la entrevista de Sylvie Brunel (expresidenta, quien renunció a ACF) publicada en marzo de 2002 en el periódico Libération, tuvo un impacto temporal sobre la recaudación de fondos de Acción Contra el Hambre-Francia, pero sin afectar realmente la red internacional de las demás Acción Contra el Hambre (España, Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá) ni las misiones humanitarias en el extranjero. Sin embargo, fue un ataque vivaz. Brunel denunciaba que “las organizaciones humanitarias se habían vuelto un negocio”.

    Las cosas han cambiado. La sede y el terreno son cada vez más visibles entre sí y al mismo tiempo. El escándalo que afectó OXFAM-Reino Unido lo ilustra. En efecto, si el abuso sexual en campo databa de 2011, su revelación en 2018 encendió la hoguera: perdió la autorización de intervenir en Haití, pero también, donadores (7000 según OXFAM) y subvenciones fueron congeladas, en especial las del Departamento para el Desarrollo Internacional del gobierno del Reino Unido).

    El filósofo Alain Etchegoyen lo había subrayado: la responsabilidad recae sobre un territorio. Desde ahora, el espacio humanitario es global y las ONG están en todos lados y al descubierto. Las expectativas de los ciudadanos, las leyes, la cultura del control interno (el dominio de la actividad) que cobró fuerza con el escándalo de ENRON, pero sobre todo la Internet y las redes sociales han cambiado la situación.

    El ciberespacio es ahora un territorio de responsabilidad global para las ONG humanitarias en el cual deben preservar su reputación y rendir cuentas de su injerencia.

    La fragilidad de la economía de las ONG y la inseguridad en el terreno de operaciones son actuales hoy y siempre

    La economía de la generosidad constituye una fuente financiera importante de las organizaciones, fundaciones y fondos de dotación. En Chiffres clés de la génerosité (Cifras clave de la generosidad), France Générosité indica que en Francia aumentó a 7,5 miles de millones de euros en 2015. Este monto incluye a particulares, empresas y a la esfera pública. En su Panorama nacional de generosidad, la Fundación francesa evoca un monto del orden de 200 millones de euros recaudados en beneficio de las entidades públicas territoriales.

    Aunque la suma parezca importante, resulta útil compararla, en la medida de lo posible, con los datos establecidos en el Panorama de la filantropía en Europa del Observatorio de la Fundación de Francia/CERPhi de abril de 2015: “En comparación con Estados Unidos, el porcentaje de donadores europeos (44%) y el monto total de donativos (22,4 mil millones de euros) está muy por debajo de las cifras norteamericanas (95% donadores con 224 mil millones de euros). […] Al reunir la mitad de los donativos de particulares en Europa (11,5 mil millones de euros), el Reino Unido parece confirmar la existencia de un modelo anglosajón muy comprometido en materia de donativos”. Sin embargo, en Francia la tasa de deducciones de impuestos por donativos llega a alcanzar el 75% (Ley Clouche). 

    Por tanto, el Estado destina poco en partidas financieras y varía de un año al otro. El barómetro del sitio web de France Générosité establece que los donativos de los franceses a fundaciones bajaron en 150 millones de euros (-54%) entre 2017 y 2018 debido a la supresión del Impuesto de Solidaridad Sobre la Fortuna y a la aparición del Impuesto sobre la Fortuna Inmobiliaria. A la inversa, la crisis del Covid-19 ha generado un alta del 22% de donativos en el primer semestre de 2020 en relación al primer semestre de 2019. 

    Las ONG están en plena competencia en lo que aparece ante ciertas miradas como el mercado de la generosidad. Si la competencia incluye la naturaleza de las causas que las ONG defienden (grosso modo, France Générosité, 1/3 por la protección de la infancia, 1/3 de investigación médica y 1/3 por la lucha contra la exclusión y la pobreza) y la naturaleza de los organismos (público/privado; asociaciones/fundaciones/fondos de dotación), también abarcan, sobre el territorio francés, a las estructuras de origen francés y ONG extranjeras o de origen extranjero (por ejemplo, World vision-Francia, Oxfam-Francia). 

    Además, los contribuyentes franceses tienen la posibilidad desde hace unos diez años de deducir sus impuestos por los donativos realizados a organismos que tienen su sede en un espacio distinto al europeo, a condición de que sean similares a las ONG humanitarias francesas. Estas sumas han alcanzado los 40 millones de euros en 2015. 

    Igualmente, la competencia entre las ONG se concentra sobre los fondos públicos. Recordemos que la “Comisión europea provee fondos humanitarios en el mundo entero a más de 200 organizaciones miembro que llevan a cabo acciones de rescate en campo. Éstas incluyen ONG, organizaciones internacionales y agencias de las Naciones Unidas”. El presupuesto inicial de la Unión Europea (UE) en materia humanitaria y de protección civil era de mil millones de euros por año entre 2014 y 2020.

    En cuanto a la inseguridad sobre el terreno de operaciones, Fabrice Weissman, director de investigación del centro de investigación sobre acción humanitaria de la Fundación Médicos Sin Fronteras, en un artículo publicado en el sitio web CRASH, sostiene que para MESF “el mayor peligro es creer que los actores humanitarios se encuentran protegidos por sus principios, su logo y la calidad de su trabajo. Los asesinatos en Afganistán y en Sudán a principios de los años 90 demostraron que no por llevar una preciosa ayuda a la población y ser respetados y apreciados por las autoridades civiles locales y por los pacientes, pudo impedirse el ataque de un avión de MSF o el asesinato de uno de sus informáticos”.

    Dicho de otra manera, los emblemas en términos de la protección exit (en casos de emergencia) del derecho internacional humanitario (DIH), en cuanto al movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y otras ONG humanitarias. A pesar de ello, dicha sentencia inapelable no pone fin a la actividad de MSF u otras ONG humanitarias. Pero el precio es muy alto. En 2020, la revista Défis humanitaires (Desafíos Humanitarios) recopiló información de la base de datos del reporte anual de Aid Worker Security. Ésta, relativa a lo humanitario y se traduce en un aumento de la inseguridad desde hace unos veinte años, lo cual afecta principalmente al personal de salud y a los trabajadores humanitarios nacionales; “el año 2019 fue el de mayores incidentes contabilizados contra lo humanitario (desde 1997). Un total de 483 trabajadores humanitarios fueron asesinados, secuestrados o heridos en 277 ataques distintos”. Para la Coordinación Sur, la reducción del espacio humanitario es “una constatación agobiante”. “La confusión civil y militar así como las dudas relativas a la imparcialidad y a la neutralidad de las ONG engendradas por la operacionalización del nexo triple (esfuerzos conjuntos de construcción de la paz, el desarrollo y la acción humanitaria) contribuyen a acentuar este fenómeno que afecta en su mayoría al personal local. Contribuyen a complicar cada vez más el acceso de las poblaciones civiles a los servicios básicos. Al mismo tiempo, el derecho internacional humanitario no cesa de ponerse en entredicho debido a la aplicación de diferentes regímenes de sanción y leyes antiterroristas transpuestas por los Estados en las legislaciones nacionales y numerosos acuerdos de financiamiento de la ayuda”.

    En este universo de competencia financiera y de inseguridad en campo, las ONG deben desarrollar ingeniosos tesoros para preservar su identidad, reputación y seguridad, incluido el plano inmaterial. En este sentido, la elección y protección de su denominación son requisitos previos a toda operación. Las ONG deben identificarse, diferenciarse y protegerse tanto en su sede, como en campo y en el ciberespacio.

    Denominar adecuadamente las ONG para actuar contra las fuentes de confusión e inseguridad

    En un universo agitado por la competencia y la inseguridad, la elección y la protección de la denominación son requisitos previos a toda operación.

    Las ONG deben identificarse, diferenciarse y protegerse tanto en su sede como en campo y en el ciberespacio

     

    Las ONG humanitarias francesas son organizaciones relativas a la ley del 1o de julio de 1901. El artículo 5 dispone que los fundadores de una asociación destinada a adquirir competencia legal deben establecer ante la Secretaría de Asociaciones de la Prefectura, previa declaración, el título de la asociación, es decir, su denominación. Identificarse es obligación al igual que tener una sede, un objeto y especificar la identidad de las personas que se encargan de la administración del organismo. El nombre de la asociación, incluso sus siglas, son distintivo de la personalidad moral.

    En principio, la asociación tiene la libertad de elegir su denominación. Sin embargo, existen limitaciones. Los fundadores no pueden utilizar el nombre de un particular sin tener el acuerdo o sin haber registrado su marca en el INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial). Por tanto, los fundadores tratan de bautizar la asociación con un nombre original y distintivo, lo que tiene como consecuencia que se genere una verdadera apropiación privativa de este nombre. Cuando los fundadores no han escogido un nombre original, pueden sin embargo llevar el asunto ante la justicia, o desistir de éste para evitar cualquier confusión con otro organismo que tenga un nombre similar. Al perdedor de la demanda se le prohíbe el uso del nombre o deberá modificarlo. Así se pone fin a una fuente de confusión para el público (donadores, patrocinadores, asociados, instituciones, sociedad civil…) y, por tanto, a una competencia que podría ser desleal en materia de recaudación de fondos.

    Nombres, logos distintivos y significados

     

    Solemos olvidarlo, pero el primer logo de MSF tenía una cruz blanca sobre un fondo rojo. El logo actual evoca “a la vez a un ser humano en movimiento que huye de la violencia o a una persona que viene a ayudar a otras. En ambos casos, se trata de un personaje activo y las rayas fortalecen este dinamismo. Finalmente, conservamos el rojo que predominaba en el logo inicial”.

    Con esta modificación, MSF muestra su preocupación por identificarse, diferenciarse de la Cruz Roja para evitar toda confusión y también su preocupación por afirmar sus principios de humanidad, independencia e imparcialidad. MSF muestra igualmente su capacidad de respuesta rápida frente a situaciones de emergencia, movedizas y violentas, y se pone al frente su profesionalismo médico que atiende a las personas (víctimas, desplazados, refugiados), planteando la interrogante sobre las fronteras y la soberanía de los Estados.

    Subrayaremos que el despliegue del corporativismo médico obliga a veces a que MSF, en sus campañas de reclutamiento, esté recordando que también contrata a colaboradores que desempeñan actividades no médicas. De manera que, el 7 de julio de 2021 en LinkedIn duarnte una sesión informativa acerca de las contrataciones indicaron: “Con un nombre como Médicos Sin Fronteras, muchas personas creen que nuestra organización sólo contrata médicos para trabajar en el extranjero”.

    El nombre de Médicos del Mundo (MDM) también pertenece a la corporación de los médicos. El logo de MDM es una cruz que la ONG asume como símbolo de los cuidados médicos. La paloma representa evidentemente la paz y podría estar evocando una organización pacifista. Las 5 hojas de olivo simbolizan los 5 continentes y la acción internacional de MDM, sin que ello plantée la cuestión de las fronteras.”

    ACF (Acción Contra el Hambre) cambió de logo y de nombre en 1996. Al principio, en 1979, la ONG se llamaba Acción Internacional Contra el Hambre (AICF). En 2017, imágenes nuevas marcarían la vida de la ONG. Algunos lamentaron perder el adjetivo “internacional” y con ello un carácter fundamental para quien interviene en todos los continentes afectados por el hambre; otros, al contrario, vieron una oportunidad: abrir una misión en Francia. Finalmente, otros sólo recordaron la pérdida de notoriedad espontánea que indujo el cambio de nombre y las incidencias sobre la recaudación de fondos, puesto que los donadores creyeron que la AICF había desaparecido.

    Para algunos, el antiguo logo de ACF evocaba en exceso las actividades agrícolas, el desarrollo de algún modo, y no lo suficiente la acción humanitaria

    (el verde y el azul simbolizan la alimentación y el agua). También se trató, según ACF, de motivar compromiso: “Ésta nueva identidad de marca es positiva, más comprometida con la acción y orientada hacia las soluciones que implementamos (…) Proponemos una imagen global a nivel mundial para impulsar el compromiso de cada uno. La gente debe saber que un mundo sin hambre es posible y que lo estamos construyendo gracias a ellos”. 

    ¿Infinitas marcas humanitarias que crean confusión e inseguridad?

    Para Jean-Noël Kapferer, la proliferación de las marcas tanto en lo público como en lo privado son consecuencia de la mercantilización de nuestras actividades, de la urbanización y de la mundialización. También ve en esto una prueba de dinámica social en un universo caracterizado por la competencia que obliga a tener mayor visibilidad. Para él, “en el plan operativo, en síntesis, la marca debe definirse como un nombre y un símbolo asociado que adquirió un fuerte poder de influencia, pues evocan valores únicos, beneficios tangibles e intangibles, distintivos y poderosos para el principal objetivo que persigue dicha marca[…] Somos la marca del cliente, incluso si desde el punto de vista jurídico la marca es propiedad intelectual de la empresa” y agrega que “la dimensión emocional y simbólica permite distinguir el producto de la marca”. 

    Las ONG humanitarias no escapan a ese fenómeno. Ante la competencia, las ONG posicionan sus marcas para responder a las expectativas de quienes son movidos por las causas humanitarias y tienden a comparar los organismos. Más importante aún, al buscar la adhesión de los donadores, el compromiso de los ciudadanos y el reconocimiento de los patrocinadores, trabajan en su identidad, y por tanto, en su sistema de valores, para crear al mismo tiempo, una osamenta de principios y de “puentes emocionales”. Para lograrlo, para dar aún más sentido y fuerza a su presencia, relatan sus actividades particularmente gracias a las herramientas electrónica. Por lo que cabe hablar de “marcas misioneras”.

    Las marcas que compiten están sujetas al paso del tiempo, a la evolución de las mentalidades y de los comportamientos, a los contextos económicos, políticos y sociales, a los eventos mediatizados. Algunas como el CICR y el MSF, al ser la imagen de las instituciones o quasi instituciones, parecen resistir mejor al tiempo. 

    Benoît Heilbrunn, profesor del departamento de mercadotecnia en la ESCP (Escuela Superior de Comercio de París), en un artículo intitulado Una marca sin idea… o la mercadotecnia que no piensa retoma el marco analítico del antropólogo George Dumézil y sostiene que “bajo esa óptica se pueden tomar en cuenta las tres funciones estructurantes de una marca, a saber una función de soberanía que corresponde a la capacidad de una marca para reivindicar un área de especialización y de legitimidad por medio de un saber-hacer y la visión particular del universo de productos que propone, una función guerrera que tiene por objetivo proteger y defender ese territorio y una función de reproducción que busca diseminar su producción en el mercado y asegurar la subsistencia gracias a las estrategias de desarrollo […]”. Este marco analítico se aplica muy bien a las ONG humanitarias.

    Las ONG humanitarias protegen su nombre contra la competencia, pero también al interior de su red

    El juicio del Tribunal de Primera Instancia de París del 7 de septiembre de 2007 dio punto final de un litigio sobre marca y designaciónentre la asociación Autistas Sin Fronteras y la asociación Médicos Sin Fronteras. Los hechos abordaban la solicitud de registro de la marca semifigurativa “Autistas Sin Fronteras think positive” y la oposición a ello, por parte de MSF, porque con anterioridad se había registrado en el INPI (Instituto Nacional de Propiedad Industrial) la marca “Médicos Sin Fronteras”. 

    La lectura del juicio permite apreciar la dureza de una batalla entre las ONG en torno a nombres y marcas que tienen como objetivo productos y servicios. Los considerandos del juicio muestran cómo las ONG humanitarias saben pelear ante el INPI y los jueces, para proteger su identidad y su patrimonio, incluidas aquellas que como MSF, a veces pueden dar la impresión de ver, en términos relativos, diplomas y marcas como limitaciones infundadas en materia de ética y operativa.

    El juicio subraya que MSF “justifica su acción con las numerosas decisiones que ha producido el INPI desde hace varios años, en contra de las solicitudes de registro de marca que contienen los términos Médicos Sin Fronteras (…) o con la decisión de rescindir los acuerdos de coexistencia con diferentes asociaciones o empresas que han utilizado SIN FRONTERA”.

    MSF en el marco de una contrademanda, intentó dar fin a la denominación Autistas Sin Fronteras porque había una falsificación y “violación a su propia denominación”. El juez, si bien reconoció que la notoriedad de la marca MSF era indiscutible y distintiva, desestimó las solicitudes presentadas por MSF a favor del contrademandante. Para el juez “a pesar de la notoriedad o la similitud de los productos y servicios implicados, la ausencia de similitud intelectual y la débil similitud visual y fonética entre los signos involucrados en su conjunto excluyen cualquier riego de confusión”. 

    Al tratarse, ya no de ONG humanitarias que compiten, sino de ONG “hermanas”, subrayaremos la elección de Acción contra el Hambre y de Acción Against Hunger de confiar sus marcas a una entidad de derecho británica ubicada en Londres, “ACFIN licensing limited”. El tipo de estructura –una sociedad privada de responsabilidad limitada sin capital social corresponde a lo observado en el caso Reino-Unido respecto a las ONG. Por ejemplo, Save The Children utiliza la figura de sociedad de responsabilidad limitada sin capital social es utilizada.

    Más original es el objeto de la sociedad “Arrendamiento de propiedad intelectual y productos similares, excepto los trabajos con derechos de autor” . Este montaje se justifica en una red internacional informal de ONG humanitarias, ya que cada una es amo de su propia casa. Se trata de una herramienta complementaria de gestión de coherencia de la red. Ésta se suma a los estatutos comunes de valores, a concursos financieros entre las entidades de la red, a los grupos de trabajo internacionales de representantes escogidos por elección y asalariados de la red…

    Dejar la red significaría a priori perder el poder sobre las marcas y por tanto, sobre una parte de su identidad y de los medios asignados a su propia recaudación de fondos. Sin embargo, en razón de la importancia que tienen la denominación (atributo de la persona moral) y las marcas (patrimonio), en caso de desacuerdo, esto puede parecer un montaje para ciertas miradas ciertas miradas que se encuentran en conflicto con la opinión, aunque sea anterior, del Concejo de Estado que consideraba que una asociación reconocida de utilidad pública (RUP) no debía “arriesgarse a caer bajo el control de una empresa[ …] o de una asociación”.

    Tensión entre emblemas y logos: ¿una realidad para el movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y las otras ONG humanitarias?

    Los textos nacionales e internacionales, los contratos, las guías de buenas prácticas relacionadas con los emblemas y logos son herramientas en ocasiones insuficientes para encarar una realidad compleja. 

    Los logos del movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja están protegidos por los Acuerdos de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales en la medida en que incluyen un emblema y una designación

    El artículo 1 de la Convención de Ginebra del 22 de agosto de 1864, para mejorar la suerte de los militares heridos en los ejércitos en campaña prevé que “las ambulancias y los hospitales serán reconocidos como neutros, y que, como tales, serán protegidos y respetados por los beligerantes, durante el que existan enfermos o herido”. En esta misma Convención se adoptó, en el artículo 7, como signo distintivo de la neutralidad y por tanto de la protección, el emblema de la cruz roja sobre fondo blanco. 

    La historia de este emblema, justo como la historia de lo humanitario, es un largo y sinuoso río que acarrea política y religión. Esas dificultades conducirán a las partes, desde 1929, a adoptar de la misma manera como signos distintivos la media luna roja y el león o sol rojo. No haber reconocido estos dos emblemas habría traído como consecuencia que el emblema original no hubiese sido reconocido por algunos beligerantes, que no se hbiesen respetado los compromisos a los que induce y por tanto una reducción, incluso aniquilación, de la fuerza protectora de la cruz roja sobre fondo blanco.

    Este cuestionamiento del emblema provocó otras perturbaciones. Un emblema adicional, el cristal rojo, salió a la luz en diciembre de 2005 durante una conferencia diplomática que reunió a las partes en las Convenciones de Ginebra. Se trató de poner punto final a cualquier connotación religiosa o política y a cualquier riesgo de confusión y de instrumentalización.

    Los emblemas contemplados en los acuerdos tienen dos funciones: una orientativa que tiene que ver con la pertenencia a la organización y con sus recursos en el movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja; la otra es protectora. Encontramos el uso del signo distintivo en el capítulo VII del Acuerdo de Ginebra para mejorar la suerte de los heridos y enfermos en las fuerzas armadas en campaña el 12 de agosto de 1949. Este capítulo se remite también a los artículos 24 y 27 de dicho acuerdo. El uso de los signos distintivos se enmarca de manera muy precisa en cuanto a los lugares donde pueden colocarse, su tamaño, las actividades que abarcan en tiempos de paz o de guerra, bienes, personal y organismos a quienes conciernen, al rol de las autoridades supervisoras o las dan su consentimiento.

    La protección es válida sólo en ese contexto tan estricto. Antoine Bouvier ya lo recordaba en 1989 en la Revista Internacional de la Cruz Roja: “Como tal, el emblema no protege; sólo el respeto escrupuloso de las reglas que rigen su uso permite que juegue el rol atribuido por los Acuerdos”.

    De esta manera, en su guía sobre emblemas y logos en la comunicación, el movimiento de la Cruz Roja y Media Luna Roja insiste para “(…) que el logo de su Organización nacional que figure en sus instalaciones debe ser lo suficientemente discreto, incluso en el interior (por ejemplo, en la recepción de un edificio). El logo debe ser más pequeño que el emblema que se muestra a título protector para evitar toda confusión, en especial durante un periodo de conflicto armado”.

    Gestionar las marcas y el emblema, respetando valores y principios: el ejemplo del movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja

    Entonces, no existe por un lado el emblema (terreno de acción humanitaria) y por el otro la marca (el país donde se encuentra la sede de la organización). Más que nunca, los dos están vinculados en el ciberespacio. Pueden resultar contraproducentes entre sí cuando no se utilizan respetando los valores y principios que deben estructurar, que es lo que llamamos “la capa protectora de la Internet”, es decir, la información interactiva.

    El movimiento internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja se refiere a siete principios fundamentales: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad, universalidad. En el Diccionario práctico del derecho humanitario, se precisa que “en los Acuerdos de Ginebra, es el término «imparcial» el que define la acción de ayuda humanitaria. Este principio esencial de acción humanitaria define la ayuda sin discriminación […] La imparcialidad no debe confundirse con una neutralidad aritmética de la ayuda que consistiría en brindarla de la misma manera a cada parte presente y bajo pretexto de no favorecer a ninguna”.

    Para el movimiento internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, la imparcialidad, un “principio de comportamiento”, “no distingue nacionalidad, raza, religión, condición social o pertenencia política. Se aplica solamente para ayudar a los individuos en proporción al sufrimiento y para atender, según la prioridad, las desgracias más urgentes.

    Encontramos el principio de imparcialidad en los estatutos de las ONG humanitarias, por ejemplo, en los de MSF y de PUI (Première Urgence Internationale). El principio de neutralidad se menciona en los estatutos de la Cruz Roja, MSF, PUI y ACF. La expresión “no discriminación” es resaltada por MSF, ACF y Solidarités International y la palabra “independencia” por las ONG citadas anteriormente, así como por Médicos del Mundo.

    Sería erróneo creer que un estatuto con principios no constituye más que una simple yuxtaposición de términos. Los estatutos enuncian valores y principios operativos; revelan principios y comportamientos dilemáticos y, por tanto, también tensión. ¿Cómo ser imparcial sin ser movido por el principio de humanidad y de ser independiente? ¿Cómo mantener la neutralidad frente a lo insostenible y la independencia cuando las necesidades financieras son apremiantes?

    El movimiento internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja plantea claramente el tema sobre la articulación logo/emblema en su guía publicada en 2016 intitulada Los emblemas y logos de la Cruz Roja y Media Luna Roja en la comunicación, la mercadotecnia y la recaudación de fondos. Para el Movimiento, “cuando un logo o un emblema aparece en un anuncio o en una foto, es importante cuidar la manera en que se muestra para que no atente contra el respeto o prestigio del mismo, y que no mancille la reputación de la organización nacional en cuestión o al Movimiento. Por ejemplo, no deberá mostrarse a una persona portando un arma al lado de un emblema o logo de una Organización nacional”.

    El movimiento de la Cruz Roja y Media Luna Roja basa su propósito en la suerte: “Como nuestros logos contienen un emblema y una designación (las palabras «Cruz-Roja» o «Media Luna Roja») protegidos por los Acuerdos de Ginebra de 1949 y sus Protocolos adicionales, debemos cuidar que nuestros miembros, personal y voluntarios los utilicen de conformidad con las reglas. Las Organizaciones nacionales no son propietarias de los emblemas […]. Es la suma de nuestros valores, de nuestros actos y actitudes, así como de nuestra palabra e imágenes”. 

    En su guía sobre emblemas y logos en la comunicación, el movimiento dicta reglas, consejos muy precisos e ilustrados para su propia red, pero de hecho también para sus asociados: “En el marco de colaboración con universidades, grupos de expertos […] siempre es importante velar para que la naturaleza de la organización sea clara y no existan riesgos de malentendidos susceptibles a comprometer la reputación de la independencia y neutralidad de la Organización Nacional o del Movimiento […]”. 

    “Cuando se elabore material publicitario o promocional en común (con una empresa), es importante precisar claramente el tipo de asociación relacionada con la empresa, para evitar que parezca que el Movimiento respalda a la empresa, a sus productos o servicios. […]”. 

    “Cuando se diseñen estandartes […], hay que poner atención en que el logo ocupe un lugar discreto para evitar toda asociación con la función protectora del emblema. […]”.

     “Debe pensarse en el uso que podría darse a los artículos impresos, como por ejemplo la ropa […] que podría, por ejemplo, utilizarse inmediatamente por personas que se encuentren en zonas de conflicto. 

    La yuxtaposición de logos y emblemas del movimiento internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja, de las ONG, de los patrocinadores y asociados puede originar dificultades

    El movimiento internacional de la Cruz Roja la Media Luna Roja posiblemente lamentó el uso inapropiado, hasta abusivo, de sus logos y emblemas, incluso por parte de las ONG humanitarias, entre quienes se encontraban los french doctors, cuya cultura de acción no es como la del movimiento internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. 

    Las ONG que están fuera del movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se ven afectadas por el DIH en términos operativos (protección, acceso a las víctimas). Éstas no escapan al debate respecto a la reducción del espacio humanitario.

    Todavía es más reciente cuando MSF-Francia, en voz de su directora jurídica, Françoise Bouchet- Saulnier, pidió la introducción en el derecho penal francés de una cláusula de exención humanitaria para “eliminar la ambigüedad en torno a las acusaciones de complicidad criminal llevadas a cabo contra las organizaciones de asistencia […] [y] limitar las acusaciones a una persona humanitaria francesa ante los tribunales de otro país”.

    En efecto, una ONG humanitaria imparcial que no forme parte de ningún movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja puede “ofrecer sus servicios a las partes en conflicto” en los conflictos armados que no tenganun carácter internacional (artículo 3 común a los cuatro Acuerdos de Ginebra). El artículo 70 del protocolo adicional a los Acuerdos de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de víctimas de los conflictos armados internacionales (protocolo I) autoriza “acciones de asistencia de carácter humanitario e imparcial y conductas sin ninguna distinción de carácter desfavorable”. Efectivamente, el artículo del Acuerdo de Ginebra del 12 de agosto de 1949 para mejorar la suerte de los heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña prevé que “Nadie tendrá que volver a perocuparse o ser condenado por el hecho de haber cuidado a heridos o enfermos” . Pero qué sucede con el uso que la ONG hace de los emblemas de la Cruz Roja o la Media Luna Roja? 

    En el Estudio sobre los usos de los emblemas. Problemas operativos y comerciales y otros problemas no operativos, en la sección 29 relativa al uso del emblema por parte de organizaciones que no sean el Movimiento (recomendación 1), se indica que “las organizaciones privadas que no sean Cruz Roja/ Media Luna Roja (las ONG, por ejemplo) no están autorizadas, como tales, a usar el emblema (uso protector e indicativo).

    Más adelante, en la recomendación 4, está escrito que “conforme al artículo 9, párrafo 2, inciso c, del PA I, las “organizaciones internacionales imparciales de carácter humanitario” pueden, siempre que respeten el principio de imparcialidad, ya sea que tengan carácter humanitario o que lleven a cabo actividades humanitarias, usar el emblema con fines de protección, en las condiciones establecidas en el artículo 9, párrafo 2, inciso b, del PA I […] con excepción de una sola de estas condiciones: estar debidamente autorizadas a actuar por el Estado de origen”.

    Este enfoque lo comparten las ONG,. En el Diccionario práctico del derecho humanitario de François Bouchet- Saulnier, en su edición de 2013, se dice que “el emblema también puede ser usado con fines de protección (grandes dimensiones) en periodos de conflicto. Este uso es la manifestación de la protección que el derecho humanitario otorga a los servicios sanitarios, instalaciones, personal y material en tiempos de guerra (GI art. 38 à 44, 53 à 54 ; GII art. 41 à 43 ; GPI art. 18). Por tanto, el uso del signo protector no pertenece al movimiento de la Cruz-Roja, pero otros organismos pueden usarlo para proteger actividades sanitarias. 

    Las ONG humanitarias deben ser prudentes al usar los emblemas. En efecto, el artículo 433-14 del Código Penal dispone que “se castiga el hecho con un año de prisión y con 15 000 euros de multa, para toda persona, públicamente y sin derecho: 4° De usar el emblema o la denominación de uno de los signos distintivos definidos por los acuerdos firmados en Ginebra el 12 de agosto de 1949 y sus protocolos adicionales”. 

    Las ONG que se confrontan a terrenos hostiles tienen todo el interés de adoptar, respetar y hacer valer los principios que caracterizan sus acciones humanitarias acordes con el DIH, en especial el principio de imparcialidad. Además, deben tener una política prudente de la gestión de su marca más aún cuando se asocian a sus logos, a otros logos (movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, a otras ONG , patrocinadores o socios como las fundaciones de las empresas). En todo caso, cuando las ONG humanitarias se asocian a entidades del movimiento internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se encuentran unidas por la doctrina del Movimiento que figura en especial en la guía práctica sobre usos de emblemas y logos en la comunicación. La doctrina precisa que “en un caso así, si la Organización nacional es responsable de la iniciativa o la financia, su logo puede figurar en el material a los costados del de la organización colaboradora. Sin embargo, es importante vigilar que el carácter de la colaboración sea clara y que no haya riesgos de malos entendidos susceptibles a comprometer la reputación de independencia y neutralidad de la Organización nacional o del Movimiento […]”. 

    En su guía sobre los usos de los emblemas, el movimiento aboga por la prudencia. Para él, “el uso colectivo de logos constituye un riesgo potencial para la imagen de actores humanitarios neutro, imparciales e independientes […] La guía especifica que “en ciertas situaciones, al asociarse con organizaciones externas al Movimiento (las Naciones Unidas, por ejemplo) la organización nacional se arriesga a poner en peligro la posibilidad de aproximarse a las personas que necesitan asistencia así como la seguridad de su personal y voluntarios[…]”.

    Para el Movimiento, “el uso conjunto de logos sólo es posible si el colaborador externo es una organización con un objetivo humanitario: es una condición absoluta. Sería muy perjudicial, en términos de imagen, que la organización nacional se asociara a una que tenga una agenda u objetivos de carácter político. […] Según el contexto, incluso la asociación con las agencias humanitarias de la ONU (HCR o PAM, por ejemplo) debería contemplarse con mucha circunspección. Las organizaciones nacionales deben estar particularmente alertas y estudiar con gran cuidado si, en un contexto dado, los «donadores humanitarios» (como ECHO o USAID) no están asociados, en la mente de la población o en la de los combatientes, con una de las partes del conflicto armado, o si, por una u otra razón, esos donadores no son percibidos como neutros o como no imparciales.[ …]”. 

    Pequeña visita a sitios de ONG humanitarias francesas

    Los sitios de las ONG humanitarias son a la vez una ventana y una visión limitada del mundo. Albergan gran cantidad de logos.

    El logo de ECHO

    El logo ECHO pide a sus colaboradores, por medio de un contrato, que hagan visible su calidad de donadores y eso, sin importar qué tipo de los proyectos de carácter humanitario son financiados por la Unión Europea. Esta obligación contractual no nada más prevé las operaciones en el terreno de la asistencia, sino también en el de la comunicación de la ONG humanitaria. No obstante, existe una cláusula de exoneración en algunos casos.

    Al revisar atentamente los sitios de las ONG humanitarias, observamos que los logos de los patrocinadores y claboradores están por lo general muy presentes, en razón de las obligaciones contractuales o del principio de transparencia adoptado por las ONG correspondientes. Siendo así, las cosas varían de una ONG a otra incluida la Cruz Roja. 

    La yuxtaposición de logos se refiere por ejemplo a ECHO y MDF (Médicos del Mundo). Encontramos también el logo de ECHO en el sitio de la Cruz Roja francesa en la sección “Nuestros colaboradores institucionales” en especial en el comentario siguiente: “La Dirección General de ECHO (DG) es un socio esencial de la Cruz Roja francesa para el financiamiento de sus operaciones internacionales de respuesta ante crisis repentinas y recurrentes y de prevención bajo riesgo de catástrofe” […] La DG ECHO otorgó el “Certificado de Colaborador humanitario de la Unión Europea a la Cruz Roja francesa” durante el periodo 2021-2027. Este certificado acredita la calidad de las operaciones y de las capacidades de la gestión de la Cruz Roja francesa según los criterios de la DG ECHO”. 

    Este último párrafo que reivindica una sello puede sorprender a la luz de las recomendaciones de comunicación propias del movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Por el contrario, mientras que Acción Contra el Hambre (ACF) recibió por parte de ECHO 21 millones de euros en 2020, no encontraremos el logo de ECHO, pero sí una frase muy general en la sección Patrocinadores de fondos gubernamentales o internacionales: “Las acciones de la red internacional ACF se apoyan en subvenciones concedidas por los gobiernos (…) u organizaciones internacionales (Comunidad Europea, Naciones Unidas) en el marco de su política de cooperación y de intervención humanitaria. Estos fondos representan el 74% de los recursos aplicados en beneficio de las poblaciones asistidas”. 

    Logos de colaboradores privados muy diversos

    Respecto al reclutamiento de colaboradores privados, incluso los sitios de MSF y de la Cruz Roja francesa desarrollan una política de mercadotecnia bastante ofensiva: “Asocie sus marcas y clientes. Entre nuestros colaboradores, numerosas empresas respaldan misiones clave de la Cruz Roja francesa favoreciendo la contribución de un gran público en cualquiera de nuestros proyectos”; “ Asociarse con MSF le garantiza ser parte de una acción humanitaria eficaz y de gran impacto; mejorar el poder de convocatoria de su empresa ante sus clientes y proveedores; otorgar más valor a sus marcas y productos […].

    Observamos que los logos de los socios de las ONG humanitarias son numerosos y variados.  

    Por ejemplo la Cruz Roja promociona a BNP Paribas,
    Coca Cola-Francia, Novartis; MDM resalta en especial los logos de las fundaciones VEILIA, Chanel y de la empresa American express; Acción Contra el Hambre ha establecido colaboraciones con Magasins U, Lagardère Travel Retail, Fundacion SUEZ, etc. Finalmente, MSF menciona que obtienen fondos de las fundaciones SUEZ, VEOLIA y del fondo de Emergencia y Desarrollo de BNP Paribas.

    ¿La yuxtaposición de todos esos logos puede traer dificultades? Si buscamos en Google los nombres de esos colaboradores privados, por ejemplo, como lo haría cualquier internauta en cualquier país, accedemos fácilmente a los siguientes títulos e información: “Novartis crece a pesar de los escándalos. El gigante basiliense publica resultados sólidos sobre los medicamentos patentados. La investigaciones por corrupción no tienen efecto ni en sus márgenes ni a su cotización bursátil”. E incluso: “BNP Paribas acusado de «complicidad de crímenes contra la humanidad» en Sudán. Las ONG ya habían acusado al banco francés por su actuación en el genocidio en Ruanda. En Estados Unidos, admitió haber violado el embargo”.

    Visiblemente, las ONG humanitarias aludidas estimaron que la inofrmación difundida por la prensa no hacía que corrieran el riesgo de manchar su reputación. Podemos pensar legítimamente que consultaron y dialogaron con sus colaboradores para obtener la información necesaria que los ayude. Por otro lado, también conocemos la capacidad que algunas ONG tienen para renunciar a fondos y por tanto, a colaboraciones en nombre de sus principios. Además, las fundaciones de las empresas que apoyan a las ONG humanitarias son entidades diferentes a las empresas mismas y en todo caso la quiebra moral de algunas mujeres y hombres no es válida para toda una comunidad profesional. 

    Pero, ¿qué pasa en el terreno de operaciones donde el tiempo de análisis y las diferentes tonalidades no siempre ocurren y donde la instrumentalización de lo humanitario es una práctica desafortunadamente común? Sin duda es en extremo difícil medir el impacto que tiene un mal matrimonio, pero en el momento en que la información cuenta, sin importar cuál es, si es verdadera o falsa, incluida la que no respeta la presunción de inocencia, no convendría que los sitios y redes sociales fueran más explícitos, didácticos y no sólo promover la mercadotecnia? Efectivamente, la yuxtaposición pasiva de los logos puede ser una fuente de interpretación. 

    Preservar el logo y emblema de la ONG humanitaria en las páginas dedicadas a la mercadotecnia social y al mecenazgo

    Los logos de los colaboradores de las ONG humanitarias, en las páginas dedicadas a los sitios de las ONG, ¿se asocian con demasiada frecuencia a la pura mención de las ventajas financieras ( para las ONG) y fiscales (para las empresas)? ¿En lugar de esto, deberían dar paso sistemáticamente a algunas palabra relacionadas con las misiones y valores de la ONG, explicando por qué hay colaboraciones que continúan a pesar ciertas acusaciones? ¿En las secciones consagradas a las colaboraciones, no deberían hacer referencia sistemáticamente a los principios que presiden las colaboraciones? Desde luego, existen estatutos con los valores y principios (humanidad, imparcialidad, independencia…) pero los que son específicos sobre las  colaboraciones son poco o nada visibles, aunque se sabe que en las ONG existen reglas y debates internos sobre ese punto. Un pequeño motor de búsqueda dedicado a información sobre los colaboradores privados, como el de la Cruz Roja francesa, puede constitutir un factor de explicativo nada despreciable si se encuentra bien alimentado. 

    También resulta interesante resaltar el ejemplo de la asociación Handicap Internacional. Las reglas de conducta de Handicap Internacional son particularmente explicitas: “En un primer momento y antes de comprometerse en una colaboración, conviene verificar que las prácticas de la empresa no estén en contradicción con los valores de Handicap Internacional […] Si la asociación ha elegido no elaborar una lista negra, existen, sin embargo, elementos que son redhibitorios para cualquier colaboración: campo de actividad contrario a nuestros valores y principios humanitarios (armas); inversiones directas o indirectas para fabricantes de minas antipersonas o bombas de dispersión; […] apoyo de actividades ilícitas /corrupción.” 

    En el sitio encontramos una sección llamada Criterios éticos de Handicap Internacional en materia de colaboración con el sector privado” junto a las propuestas de colaboración: “Empresas: descubra nuestras ofertas de colaboración. ¡Nuestro equipo construye con usted una colaboración a la mediada, juntos elegimos el proyecto donde usted desea invertir e inventamos las dinámicas que le permitan implicar a sus asalariados, clientes y proveedores en su iniciativa solidaria!”.

    Ante la proliferación de noticias falsas (fake news) y las dificultades para regular las redes sociales, en un espacio humanitario reducido y perturbado por la crisis de Covid-19, la competencia entre las ONG humanitarias, a pesar de sus instrumentos de cooperación, corren el riesgo de agravar las tensiones entre logos y emblemas en detrimento de las misiones humanitarias. Ahora bien, todo desafío para las organizaciones profundamente comprometidas con la acción humanitaria tiene que ver con eliminar la duda de manera duradera. Para lograrlo, no se trata de implementar una aproximación puntillosa de la comunicación o una forma de cancel culture, sino de velar por la permanencia del tríptico axiológico-narración-estética de la marca, en particular dentro del espacio digital.

  • Ser y resistir

    Alí Gómez Lunagómez

    Dondequiera que haya un duelo, estaré de parte del que cae. 

    Ya se trate de héroes o rufianes.

    Telemaquía, J.J.Arreola  

     

    Hace algunos años en un aula de enseñanza en psicoanálisis, que tuve oportunidad de fungir como profesor, un alumno trajo, en el marco de una discusión académica, no sin cierta congoja, la siguiente pregunta “¿Por qué muchos de sus colegas profesionales en psicología – en el ámbito de la atención e intervención en área de salud pública– muestran una franca oposición y desconocimiento al psicoanálisis y al psicoanalista? La cuestión a inquirir era más o menos esta: “¿Por qué hay rechazo al psicoanálisis? ¿Por qué muchas veces no podemos dialogar con otros especialistas?” Y en última instancia, algo así como “¿Por qué vamos perdiendo la batalla frente a otras psicoterapias?”. Yo, sin entrar en muchas argumentaciones en ese momento, me pregunté, por qué habríamos de librar una batalla con otras psicoterapias o modelos de atención con los que, en más de un sentido, tenemos puntos inconciliables, irreductibles, y cuyas diferencias son más que concordancias; a veces, pienso, consentimos y cedemos más de lo que deberíamos en el triste afán de hacer “converger” ideas y, lo más preocupante, “ganar”. 

    Después del intercambio de algunas opiniones entre condiscípulos, me referí al tema antes planteado como una lucha, que, para decirlo de un modo lacónico: “ya estaba perdida, en todo caso, estamos del lado de la resistencia”, pues, no siempre la victoria es lo conveniente, y, a veces, aunque se consiga ¿A qué precio? 

    Sirva esta pequeña anécdota para convocar algunas ideas que desarrollaré en lo sucesivo, ¿Qué puede significar para el psicoanalista “ganar” espacios de intervención, de exposición, de intercambio, etc.? ¿Es necesario para evitar el desahucio del psicoanálisis que se arribe a algo así como un “triunfo”? Cabe recordar aquí el deseo de Freud volcado en una premonición –allá por el año de 1910 en Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica– expuesta en un congreso de psicoanálisis, Freud narra la exquisita fortuna que le deparará al psicoanálisis: a) habría nosocomios y médicos psicoanalistas pagados por el Estado para una atención masificada a poblaciones de neuróticos; b) se adecuaría la terapia analítica (o al menos hasta donde sea posible) para colaborar con terapias sugestivas para la conformación de un tratamientos más accesibles para la generalidad. 

    Sabemos que el curso del psicoanálisis en otros países no es como el contexto mexicano, en países como Francia y Argentina (y en décadas pasadas en Estados Unidos) el psicoanálisis habría triunfado al ser el principal medio de tratamiento y con la siempre riesgosa aquiescencia de la población en su conjunto. Cabe aclarar, que, evidentemente, no debemos confundir el acceso del psicoanálisis a poblaciones diferencialmente expuestas a la vulnerabilidad social –inducidas políticamente–, que, a consentir adecuaciones en virtud de “ganar” un lugar privilegiado en el panorama de psicoterapias avaladas por el Estado y con recursos provenientes de este. 

    A título personal y por mis propios intereses en la cultura clásica, tengo una particular simpatía por La Ilíada y La Odisea, creo que en ambas hallamos metáforas consolidadas que subyacen en la materia prima cultural de Occidente y que, el carácter imperecedero de algunas cuantas imágenes indelebles, puede, a la luz de hoy, reactivarse con cada atrevido lector y en producciones culturales aun cuando estén poco advertidas del contenido de estas obras. Pero, lo que quiero decir, es que encontramos que en La Ilíada en el canto XXII la muerte de Héctor a manos de Aquiles, y, en más de un sentido, aquel representa a los caídos que aún dotados de conocimiento de su inminente derrota asisten a la lucha. El príncipe de los Troyanos es el héroe de la resistencia ante la poderosa liga de los aqueos, y, sabedor de su desventaja, no sin temor, acude a la cita para ser derrotado por el divino héroe de pies ligeros. 

    Para extender más el ejemplo, pensemos en los pueblos, todos aquellos pueblos, tan habituados a lidiar con la conquista, a la invasión ejercida por otras poderosas naciones, que resisten, esos pueblos más “débiles” que persisten en la existencia y en la poca o mucha autonomía que les quede ante el poder del vencedor. Quizá, tan lejana como puede parecer La Ilíada a los pueblos latinoamericanos, tan acostumbrados a resistir, puede mostrarnos una cierta característica compartida con los actos del hijo del rey Priamo. 

    Parece probable que, estamos de alguna forma condicionados a tasar el triunfo como la victoria, a laurear al héroe conquistador como el poderoso, a la vez que se nos escapa concebir una cierta heroicidad en el acto de resistir, de insistir a pesar de la inminencia de la derrota, no como una necedad vacua, sino como una posición que es existencia ante un panorama en el que “ganar” ya está negado, o, en el mejor de los casos, sabiendo que el éxito no se medirá en los parámetros habituales (como el levantamiento del gueto de Varsovia entre abril y mayo de 1943). Pero ¿Cómo es esto?, pues bien, creo que en términos de “ganar” o “perder”, en psicoanálisis, y sirva el paradigma de la clínica del duelo, tratamos fundamentalmente con las pérdidas. Abordamos siempre la complejidad de la pérdida, por ejemplo, en el trabajo que nos muestra la identificación con el objeto perdido en el que el analizante se juega la vida en las batallas cotidianas para resignar una segunda pérdida, más activa, más sufrida y con más escollos, para ganar perdiendo esa lucha.  

    Pero, vuelvo a la cuestión inicial, para el psicoanalista, propongo que entre “ganar” o “perder”, esté del lado de la pérdida. Entre Aquiles y Héctor, su posición es semejante a la de este último. No porque busque perder, no porque se encuentre perdido, sino porque su terreno, su posición misma está convocada a esa contraparte de la vida: en la interacción dialéctica ¿No es acaso la inauguración del deseo una pérdida fundamental? 

    Resistencia

    En la literatura psicoanalítica se suele abordar la «resistencia» (Widerstand), como todo aquello que obstaculiza la cura, en el decir o en actos, y, por extensión, a la oposición que se muestra a los descubrimientos del psicoanálisis, según Freud: “La sociedad no se apresurará a concedernos autoridad. No puede menos que ofrecernos resistencia, pues nuestra conducta es crítica hacia ella” (Freud,1910, p.139). Esta última cuestión, parece ser parte de la identidad imaginaria del practicante en psicoanálisis, que, por momentos suele fomentar para sí mismo una lejanía que adquiere tintes de solipsismo teórico, porque, precisamente, ese ostracismo puede resultar convenientemente útil para no exponerse, bajo el argumento de que se resisten los opositores a las “verdades” del psicoanálisis. Pudiendo ser este movimiento una réplica y ampliación del anhelo de victoria a partir del temor a verse vulnerable entre los pares. Sin embargo, la resistencia a la que me quiero referir no es aquella con tintes de rechazo al psicoanálisis, ni la que se muestra, de modo esperable,  en la dirección de la cura, sino a la resistencia que es condición de existencia, a la resistencia en terrenos prácticamente ontológicos. 

    Desde un punto de vista vital, la vida misma es, desde Aristóteles en Sobre Anima, una facultad que se actualiza de manera constante en el ser viviente, que, con un deber para sí mismo, como ser que aloja la vida, permanece, tiende a la unidad de sí, y, por tanto, durante el tiempo que dure su vida, resiste. ¿Frente a qué resiste el ser viviente? En otros términos, resistir los embates de la degradación es vivir. La permanencia del ser vivo está dada por un principio de organización fisiológico que permite al organismo esté ordenado de tal forma que posibilite la vida. Así, conserva sus funciones vitales ante las fuerzas disgregadoras que lo amenazan.  

    Lo anterior es complejiza cuando encontramos que, en el caso del ser humano, su existencia no está enmarcada sólo por su biología. Es necesario pensar la situación humana, en sus orígenes, es decir, en el origen de todo ser humano adviene la condición fundante de todo sujeto. Que sólo es posible en una posición de franca dependencia a un otro semejante. Es decir, nos referimos a la condición infantil de total dependencia, que, dejará improntas indelebles y que, en cierto sentido, no abandonará nunca al adulto, pues, la necesidad de ayuda del semejante ante el desamparo (Hilflosigkeit) originario es la fuente de toda angustia, de toda añoranza y de todo anhelo, nuevo o viejo, que posibilitará el lazo con el otro que está hecho a partir de la ausencia y que, en tanto filamento, hila y devana al sujeto en el gran entramado al que pertenece sin ser absorbido del todo. 

    En otros términos, la primera resistencia ante la muerte es el primer acto de vida para todo sujeto: el cuidado que el cobijo de la función materna salva del abismo que le amenaza. La primera y originaria resistencia es el sostenimiento del nuevo ser que, constreñido, se refugia en las largas noches de angustia, en la soledad del desabrigo y de la “injusticia” natural, abordada por Nietzsche, de haber nacido. ¿Qué significa que la primera resistencia ante la muerte sea el cobijo en el otro? Considero que, es entonces el acto más humano, profundamente básico, y, que es ya, desde el inicio, el fundamento de toda actividad que apueste por la vida, es decir, el lazo con el otro que, como hilo Ariadna, nos salva de la fuerza del laberinto de la intemperie. Y me pregunto ¿No es acaso la primera posición terapéutica? ¿No es el psicoanalista el que extiende esa función de ayuda ante el sufrimiento del atribulado sujeto? Pienso, esa es la puerta entrada para un psicoanálisis, el analista que, sea consciente o no de ello, dice con sus actos: “Pase ¿cómo puedo ayudarle (a tratar su pérdida)?”

    Así pues, la resistencia no es mera procuración de la individualidad. En su centro orbita desde el inicio el anhelo del cobijo con otro, pues, el sujeto está condicionado a la otredad, al enigma concreto de ser en devenir que fluye para él y para los otros, en esa circunstancia de realidad que está dada por su misma situación humana. Hay en él una inercia contradictoria, anhela ser uno y al mismo tiempo evadirse de sí mismo. Está atrapado en el intersticio de su ser y su no ser. Tragedia del que es o anhela la unidad. Sólo en la figura retórica de la divinidad, en las palabras del dios de Moisés –tan lejana para el mortal sujeto–: “tó òn éstin” (“lo que siendo es”) se encuentra acompasada la contradicción, pues, lo que fluye y cambia, al mismo tiempo es. 

    Todavía queda insistir, la resistencia en la que nos ocupamos es el factor clave en la posición que el psicoanalista, o, mejor dicho, que el vínculo en psicoanálisis, tiene en el escenario del ejercicio de poder, pues, la resistencia encuentra su razón fundamental en la necesidad de permanencia. Para ser, hay que resistir en los vínculos, el resistir también es sostener, sostenerse en esa paradoja de ser uno y ser otros. El filósofo catalán, Josep Maria Esquirol, al respecto de estas consideraciones, afirma lo siguiente: “Que nuestro existir sea un resistir es algo que se puede sostener precisamente porque una de las dimensiones de la realidad se deja interpretar como fuerza disgregadora.” (Esquirol,p. 19).  En muchos y desde muchos sitios las fuerzas de la entropía, desde dentro o desde fuera del sujeto, se revelan como los agentes que tienden a la dispersión, a la ruptura de lo fundamental en él. Considero que, precisamente, una de esas fuerzas más desconsoladoras para la vida psíquica, es la privación del sujeto (como en las psicosis y casos graves), el aislamiento que puede ser producido por una promesa actual de individualismo para el éxito, el triunfo, y que, en el fondo, puede interpretarse como atomismo psíquico. Además, la resistencia también puede entenderse en su vertiente social, ante las cuestiones propias del ámbito colectivo –violencia de Estado, procesos segregatorios, desamparo jurídico– es el cobijo en el vínculo con el otro lo que adquiere el tamiz de resistencia, identificada, en su aspecto más necesario, para hacer frente, quizá, en la modesta intimidad del consultorio.

    Para concluir, comprendo que la multivocidad del término «resistencia» conlleva reflexionar sobre el término en sus diferentes acepciones, tanto en el interior del corpus psicoanalítico como en las otras vertientes aquí pensadas, y, considero, que es precisamente en la peculiaridad del término en el que se basa mi propuesta de discusión. Considero que, esencialmente, el psicoanálisis es un ejercicio de resistencia social y que, en el fondo, pasar del lado del discurso dominante, debe conllevar, al menos, la revisión constante de sus fundamentos éticos y formativos. Habrá quién pueda preguntarse si el psicoanálisis realmente sea incompatible con el dominio (epistemológico, terapéutico) y tendrá razón en cuestionar si realmente deba ser así. Por mi parte, pienso que, vivimos en una actualidad cuya estirpe está comandada por temor al “fracaso” y ser arrojada a la marginalidad del contentamiento masivo. 

    Bibliografía: 

    Freud, Sigmund,  Obras  Completas, Ed.  Amorrortu, Argentina, 2007, 24 T

    _____________, Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica, (1910), T. XI

    Esquirol, Josep Maria, La resistencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad”. Ed. Acantilado, Barcelona, 2015.

    Aristóteles,  Acerca del alma (trad. T. Calvo Martínez). Ed. Gredos, Madrid, 2000.

  • ¿SE PUEDE HACER MÚSICA DESPUÉS DE AUSCHWITZ?

    Jaime Gonzalez Martinez de Escobar

    ¿Se puede hacer música después de AUSCHWITZ? ¿Escribir poesía es un acto de barbarie después de Auschwitz, como dijera Teodoro Adorno? ¿El arte y la belleza son ajenos a las atrocidades humanas? ¿Es posible el psicoanálisis cuando el horror y la violencia se han normalizado hoy día?

    Con estas preguntas enlazamos arte, poesía, música y psicoanálisis con el horror  y la violencia. 

    Que el arte, la poesía y el psicoanálisis estén enlazados, lo sabemos desde Freud. No así la música, para la cual el fundador del psicoanálisis confiesa su resistencia y el mismo Lacan refiere que quizás valga la pena hablar de ello, pero… “más adelante”. Nunca lo hizo. Cosa que no deja de extrañarnos, pues es indudable que la música está ahí desde siempre en el ser humano, desde que nace, a ella recurre, muchas veces sin saberlo, el mismo sujeto -ese del inconsciente lacaniano, ese que concierne al psicoanálisis- cada vez que hace frente a un acontecimiento. Vemos por ejemplo, hoy día como frente a un acontecimiento como la pandemia y el encierro, se recurre y se comparte en las redes, el hacer música.

    La gente canta, baila, desde el propio encierro o desde los balcones de su casa para el otro. Circuló un video muy conmovedor de un tenor cantando el Nesum Dorma de Turnadort de Puccini en el patio de un hospital para llevar alivio a los pacientes y estos emocionados le aplauden desde las ventanas de sus cuartos.

    Vimos también una fotografía del periódico La Jornada; en donde los famosos Topos, rescatistas mexicanos, se emocionaron al rescatar a una anciana en Haití, quien después de siete dias atrapada y cubierta todavía de polvo no hacía otra cosa que; cantar.

    La mujer que narra Esther Cohen en su libro Los Narradores de Auschwitz, sube al tren de los condenados, siempre cantando.

    Un combatiente de la revuelta polaca Judía, escribió en su diario:

    Los Judíos no lloraron, no gritaron, 

    se enfrentaron a la muerte con dignidad. 

    Entonces empezaron a cantar:

    “¡Shma Israel!

    EL PODER DE LA MUSICA

    Este es el poder de la música que nos muestra; Monteverdi en su Ópera: Orfeo & Eurídice: “Hace felices a los tristes y tristes a los felices”. “Adormece y convence a los dioses”.

    Al acompañar a Jasón y los argonautas en busca del vellocino de oro, Orfeo hace acompasar sus remos a un  ritmo tal que logran sobrevivir a la furia de Poseidón. Vence a las sirenas también. El arte apolíneo venciendo al dionisiaco, si nos ponemos muy Nietzchenianos.  

    Continua la música: “A los pájaros los detiene en sus ramas” “Al rio calla,

    y a la brisa somete”

    Pero también sabemos era fiel acompañante de Hitler, quien gustaba de la música. Desde luego de la música alemana, principalmente de Beethoven y Wagner.

    Goebbels el encargado de la propaganda Nazi, sabia del poder de la música sobre las masas, la centraba en las emociones y organizaba espectaculares paradas militares con marchas y cantos.

    Himmler, jefe de la SS, constructor y supervisor de los campos de concentración en donde murieron más de 15 millones de civiles, disfrutaba de tocar el violín.

    Heydrich, su subalterno, director de la Gestapo y de la Oficina de Seguridad del Reich, llevaba como segundo nombre Tristán, en honor del Tristán de Wagner, ya que su padre era compositor y cantante de ópera. Él mismo amante de la música.

    La SS organizaba bandas en las ciudades y pueblos ocupados. Hemos visto en documentales y películas, su gusto por los cafés y cabarets musicales

    Sabemos por relatos de sobrevivientes, que la música, ocupaba un lugar destacado en los centros de exterminio nazi y en los guetos. La música, nos dice Primo Levi, acompañaba los asesinatos masivos. La voz de Lager le llamaba: 

    “Para aniquilarnos primero como hombres 

    para luego matarnos más lentamente”

    En los campos se escuchaba Schubert al piano después de llevar a cabo la matanza de cientos de judíos.

    Quizás Elías Canetti, tenía razón al decir que: “Es la maldad de los hombres lo que los hace aficionados a la música”  Y agrega;  “(…) Un criminal sabría como consolarse si le dieran a oír la música adecuada. Mientras suena la música todos los valores y todos los juicios son distintos

    El poder de la música, tiene un efecto similar al de la droga, lo mismo alivia el dolor, que incita a la violencia. Entonces parafraseando a Adorno: ¿hacer música después de Auschwitz también sería un acto de barbarie?

    Tropicalizando el horror: ¿escuchar, componer o bailar al ritmo de los narcocorridos es un acto de barbarie? ¿Ya no se podría escribir poesía después de escuchar al “pozolero” narrar orgulloso como disuelve en sosa caustica a las víctimas de la guerra del narcotráfico para desaparecerlas?

    ¿O cuando sabemos de la vejación de los cuerpos de los niños para traficar con sus órganos? ¿O las muertes en Siria, o la de los migrantes desesperados por encontrar una vida digna fuera de sus países? Esa vida que dice Agamben que no es sino una vida nuda, una vida que alguien ha decidió que no merece ser vivida.

    ¿A qué se refiere Adorno, con esto que estamos nosotros extendiendo al arte, a la música y al psicoanálisis frente al horror, como un acto de barbarie ante estos acontecimientos? O formulando su pregunta tal y como se propago más popularmente:

    ¿Es posible escribir poesía después de Auschwitz?

    Algo similar ocurrió en México con el poeta Javier Sicilia quien ante el asesinato de su hijo expreso que no volvería a escribir poesía. ¿Cabria interpretar este acto solamente como un acto de protesta ante la incapacidad del estado, de las naciones o, digámoslo, de la humanidad entera para detener la violencia? El mismo Sicilia lo expresa así.

    «Cuando matan a mi hijo, entendí qué es Auschwitz. 

    No es un asunto de números, es de intensidad.

    Y México es Auschwitz: 60 mil muertos (En ese momento 2012, ahora se cuentan del 2006 al 2021 más de 350 000 y 72 000 desaparecidos), las decapitaciones, el lenguaje de los políticos, la degradación de la lengua… 

    no me alcanza la lengua para poder seguir escribiendo poemas, son para mí la forma más sagrada. 

    No tengo la altura de Celan; no tengo su talento y sí tengo una lengua envilecida con la que no me da para lo que tendría que escribir. 

    ¿Será entonces que la palabra no alcanza para dar cuenta del horror y que por ello no se puede escribir poesía? O siguiendo a Walter Benjamin, ¿será que la historia toda es un desastre, un acto de barbarie?

    Nos dice Rodrigo Zuleta que el propio Adorno matizará la frase, después de leer los poemas de Celan,  diciendo que:

    “(la poesía) debe ser de tal manera que con su sola existencia no se entregue en los brazos del cinismo”

    Es importante resaltar este matiz que pone Adorno, para no caer en los lugares comunes como: “No hay palabras para explicar este horror”

     o “hay que ver hacia adelante”  o ante la realidad actual, decir simplemente: “ya todo en el mundo es Auschwitz”,  pues se corre el riesgo de que Auschwitz pase a ser solo un accidente de la historia y que la violencia que vivimos pase a normalizarse, como un hecho cotidiano de la vida.

    Ciertamente Adorno muchas veces titubea e intenta matizar su frase y llega a decir que cualquier forma de poner en imágenes, aunque sean musicales, el sufrimiento de las victimas es una forma de traicionarlas y más aún si son interpretadas por aquellos que provocaron los horrores del Holocausto o incluso disfruten ellos como espectadores. En cierto modo se banalizaría el mal. 

    Muchas personas se preguntan ¿Como se puede disfrutar de obras que surgen de la maldad y del sufrimiento? Por ejemplo, hablando del cine, y del Holocausto,  las películas como la de Roberto Bellinni de La Vida es Bella, o La Lista de Shindler de Spielberg, o La Decisión de Sophie, de Pakula, que representan el genocidio judío, y después ver como son galardonadas en medio de la frivolidad de una fiesta al estilo Hollywood.

    Ciertamente existe una enorme responsabilidad de la palabra emitida frente a la violencia y el horror, lo mismo en la poesía, que en la música, que en el arte en general y no lo es menos, digámoslo ya, en la práctica psicoanalítica, ya sea pensando en  Auschwitz, intentando buscarle un sentido a lo ocurrido en el corazón mismo de la civilización europea, o en la experiencia Psicoanálitica; un sentido que apunta al corazón mismo del cuerpo humano, que lo sabemos es un cuerpo hecho de palabras.

    O bien, su lugar lo ocupe el silencio como un mecanismo de resistencia y salud mental, evitando una segunda muerte. Un duelo imposible o interminable

    De cualquier manera, lo peor sería considerar estos hechos como derivados de una psicopatología, de actos propiciados por unos locos, aislándolos de su responsabilidad; propia y de una responsabilidad que nos involucra a todos como sociedad. Caer en la trampa de una catarsis demasiado rápida y asumir el costo del olvido, desconociendo que el infierno está en la propia tierra, en la sociedad y en la condición humana.

    Tal y como descubriera, para sorpresa y escándalo de la sociedad de su tiempo, Hanna Arendt; el hombre que tuvo a su cargo matar a mas de 15 millones de personas, no era un monstruo, ni un loco, sino un hombre como cualquiera. Un burócrata que solo cumplía órdenes superiores. Digámoslo brutalmente, Eichmann es un semejante, un hombre como uno. Es decir que uno mismo podría ser ese  “no monstruoso”. Ese monstruo que Woddy Allen, describe muy bien como el peor de todos: 

    Aquel cuya mitad del cuerpo es la de un hombre

    y su otra mitad… 

    ¡!también!!.

    La psiquiatría después de varios estudios llega a la conclusión  que no había en Eichmann, nada fuera de lo normal. Eichmann cumplía con suma eficacia su trabajo.

    Lo mismo sucede con los sicarios mexicanos cuyo trabajo de matar a cambio de un sueldo; “es como cualquier otra chamba”. 

    Sin embargo, con Lacan, lo sabemos, esto no se queda únicamente ahí, detrás de ello siempre hay un goce.  Un plus, un plus de obediencia, de docilidad… un plus de goce. Es decir, que ni lo simbólico, intentando dar cuenta de una lógica burocrática, acompañada de la ciencia moderna, de la razón, de la eficacia, en donde solo se cumplen órdenes superiores; ni la pantalla encubridora en el registro de lo imaginario de hacerlo por el bien superior de la raza y en donde acabar con los judíos por un bien  superior, es tan solo “un daño colateral”. Un mal necesario.  Repito ni lo imaginario, ni lo simbólico que permiten al sujeto mantenerse a distancia de los horrores en los que participa, nos dice Ziseck, son suficientes para explicar el horror, sino que hay un plus de goce, un goce Otro, un goce oculto, que no alcanzan a cubrirse, ni por lo imaginario, ni por lo simbólico, sino que está en el registro de lo Real. Un goce que no se limita con acabar al otro, sino que… se puede orinar en la cabeza de una anciana judía, pegarle un tiro en la cabeza a un hijo frente a sus padres, o como lo mostraron las humillantes fotografías de Abu Ghraib en Irak por parte de la CIA, acabar con la dignidad humana. Aunque, sabemos todos, que ni los agentes estadounidenses, ni la judicial mexicana torturan, lo que ellos hacen, nos dicen,  es “obtener información”.

    Al otro se le puede descabezar y colgar en los puentes del periférico 

    o hacerlos pozole, o comérselos como se dice del “Lazca”; jefe de los “Z” 

    o… acompañar a las victimas con música rumbo al horno crematorio, pues finalmente “los de la SS, eran gente civilizada y culta” y es solo que estaban obligados a hacer cosas desagradables, pero necesarias”.

    O la contraparte, hacer, escuchar, música o poesía, cuando el dolor es insoportable, cuando se siente vergüenza de haber sobrevivido cuando el otro no pudo hacerlo. ¿es un hecho de barabrie?

    Dice Javier Sicilia:

    “Siento vergüenza de estar vivo”

    “ La misma vergüenza que narran los sobrevivientes de Auschwitz”.

    Primo Levi dice que no tiene culpa de vivir, sino vergüenza de haber sobrevivido a costa de los otros que sí murieron.

    El hecho es que después de Auschwitz, se hizo poesía, y también se hizo música.

    ARNOLD SHOENBERG, 

    UN SUPERVIVIENTE DE VARSOVIA (1947)

    Arnold Shoenberg, compuso en 1947 su obra: Un Superviviente de Varsovia, en donde narración y texto juegan un papel importantísimo al igual que su música dodecafónica, que no por serlo deja de emocionar e impactar a quien la escucha. No es sencilla, incluso en su estreno fue necesario repetirla.

    Y se repitió porque alguien pregunto al terminar ¿que significa esta obra? El director en respuesta volvió a tocar la obra completa. 

    Es decir, enfatizando precisamente, que no hay palabras, no hay razón, para dar sentido a una obra creativa que a su vez intenta expresar el dolor y el sufrimiento, menos si se trata de la música, pues esta encarna el espíritu absoluto.Nuevamente si tomamos a Nietzsche; significando esa unión entre el arte apolíneo; las palabras, la poesía y la narración, y la música, lo dionisiaco, lo inconmensurable, lo enloquecedor aquí llevado todavía a un extremo con la música dodecafónica, para dar origen a la tragedia entendida en toda su belleza y lo insoportable del horror humano.  

    En esta obra se narra las dificultades de un sobreviviente para llevar a su memoria el horror de vivir en un gueto. Su voz surge desde las alcantarillas que bien a bien el mismo no recuerda ni como llego ahí, su recuerdo más vivido es aquel en que los prisioneros, al punto de formarse para ir a la cámara de gas, comenzaron a entonar una antigua oración el Shema Yisroel . El poder de la música surge “ya sea para dar esperanza en el más allá después de la muerte o sea para crear un espíritu de unidad”. Así abre la obra: 

    No consigo recordar todo.
    Debo haber estado inconsciente la mayor parte del tiempo.
    Sólo recuerdo el grandioso momento
    en que todos comenzaron a cantar como si hubiera estado planeado,
    la antigua oración abandonada durante tantos años,
    ¡el credo olvidado!”

    Schoenberg, advierte que esta obra: 

    “Es para que los judíos jamás olviden lo que les hicieron”

    “Para mí, el milagro que encierra esta historia es que toda esta gente que durante años habían olvidado que eran Judíos,

    de repente, enfrentados a la muerte,

    recordaron quienes eran”

    También el recién fallecido Mikis Theodorakis, el de Zorba el Griego, puso música a unos poemas de Iakovs Kambanellis sobreviviente del campo de concentración de Mauthausen, considerada como la más bella música escrita sobre el Holocausto. Fundiendo Eros y Tanatos, cuenta una historia de amor: La balada de Mauthausen

    “¿Si hay un Dios en el paraíso,

    Dónde estaba, adormecido?

    Oh, niños de Auschwitz, 

    (…)oh, venid, decidme lo que ocurrió del amor (…)”,

    Después de Auschwitz se hizo música, se hizo poesía…

    Una fuga es lo que escribe Paul Celan… Fuga de Muerte. 

    PAUL CELAN. FUGA DE MUERTE.

    También traducida como Muerte en Fuga, haciendo clara e irónica referencia a la fuga musical a esa música barroca cuyo principal exponente es un  alemán: Juan Sebastian Bach.

    Paul Celan;  sus padres murieron en campo de concentración y el estuvo recluido en un campo de trabajo en Moldavia. Escribe poesía después de Auschwitz, narra la vida en esos campos de concentración, recordando que la música y el baile eran parte del ritual macabro. 

    “Grita ustedes caven más hondo en la tierra

    los demás canten y toquen

    (…)ustedes entierren las palas más hondo los demás sigan tocando para el baile”

    Las tumbas las cavan los mismos judíos, lo que justificara quizás el silencio después de Auschwitz de muchos de ellos que estaban asignados no solo a esas tareas, sino a recoger los cadáveres, muchas veces de amigos o hasta de sus mismos familiares; guiarlos hacia los hornos, recoger sus ropas y clasificarlas. Comander se les llamaba.

    «(…)silba a sus judíos caven una tumba en la tierra»

    “Negra leche”, oxímoron racista, leche blanca de mujer rubia y blanca, convertida en oscuridad, leche negra que beben los prisioneros día y noche. 

    «Negra leche del alba te bebemos de noche

    te bebemos en la mañana y al mediodía 

    te bebemos por la tarde bebemos y bebemos»

    Cavan una tumba en el aire, que les ofrecerá finalmente un lugar más digno, más libre y menos estrecho que en las barracas

    «(…)cavamos una tumba en los aires donde no hay opresión

    Y sí, solo un poeta puede narrar el horror aunque su escrito sea un acto de barbarie, como dice Adorno. Ahí en donde la muerte es un Maestro Alemán… de ojo azul, un maestro que  hace sonar los violines, para que tengan una tumba en las nubes. Una música que se evoca ante el horror. Una música a la cual aunque Wagner insistiera que le es negada a los judíos, sabemos que no es así, y que es parte de su vida y que jugó un papel preponderante para mitigar el dolor en su encierro.

    Una música, en contraparte, utilizada por el «Maestro alemán» emisario de un mensaje perverso: acompañar con música la muerte misma de sus víctimas, el «Maestro alemán», no quiere en su campo solo judíos tristes y muertos, “también quiere judíos que alegren el campo”… un “acto de humanidad” en todo su sentido. Propaganda perversa, que se abre al teatro, música, pintura y hasta prostíbulos en esos campos. 

    Así Celan, crea una vertiente sarcástica a la vida en esos campos del horror; divertir y divertirse.  Lo cual es efectivamente un acto de barbarie.

    PRIMO LEVI

    SI ESTO ES UN HOMBRE

    Primo Levi, hace otro tanto y no cuenta la muerte, sino la vida en los campos de concentración. Desde luego si es que se le puede llamar vida a lo que cuenta en su libro: “Si esto es un Hombre”:

    “Imaginemos ahora un hombre a quien,

    además de a sus personas amadas,

    se le quitan la casa, las costumbres, las ropas, todo, 

    literalmente todo lo que posee: 

    será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y la necesidad, falto de dignidad y de juicio, 

    a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede

    perderse a sí mismo;

    hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana;

    en el caso más afortunado, apoyándose meramente en la valoración de su utilidad.

    Comprenderéis ahora el doble significado del término

    «Campo de aniquilación», 

    y veréis claramente lo que queremos decir con esta frase: 

    yacer en el fondo.

    Primo Levi, fue sobreviviente de Auschwitz,  pero sobrevivir no es condición para superar el dolor, sobrevivió para contar, pero no le fue suficiente: Él, Paul Celan, Amery y muchos otros, que escribieron después de Auschwitz terminaron suicidándose. Con su acto quizás conceden la razón a Adorno, que no es posible escribir poesía después de Auschwitz. O por el contrario; es llevar la poesía a su límite. Celan decía…

    “(…) el poema muestra, 

    y eso es indudable, 

    una tendencia a enmudecer”

    Eso llevado al extremo es el suicidio. Al silencio total, frente a la imposibilidad de significar lo indecible.  La Pulsión de Muerte se hace presente en lo Real. La poesía, la música y agreguemos el psicoanálisis, persiguen algo que esta mas allá de la palabra y de la representación. Que bordean el límite.

    Eso de lo que no se puede hablar, no porque la censura pública o el pudor lo impida, sino por el hecho de ser sujetos del lenguaje. 

    Así deconstruyen la realidad para mostrarnos lo real imposible y  desmaquillar el cataclismo y el horror subyacente creando algo nuevo en donde antes no había nada. Tan solo un vacio, un silencio.

    Por ello el arte: hacer poesía, hacer música,  pasar por la experiencia psicoanalítica, es crear, no descubrir algo que fantasmagóricamente se piense que ha estado ahí, sino… CREAR ALGO NUEVO EN DONDE ANTES NO HABÍA NADA. Como el arquitecto que construye en el espacio vacío, 

    como la música que irrumpe en el silencio, como la palabra que borda lo real, lo inconsciente en el análisis.

    Ese gran vacío, que deja la muerte, el horror, la pérdida, que es vacio puro. Puro Real. ¿Es posible escribir lo Real?… ¡No¡ respondería Lacan, pero… lo Real es aquello que no deja de no escribirse. 

    Es lo imposible de significarse, la repetición constante, quizás por ello el suicido, el silencio definitivo fue la apuesta de Celan, de Primo Levi, de Amery.

    Y es que como sujetos del lenguaje no podemos más que hacer metáforas, para desesperación de Susan Sontag, y su libro La Metáfora de las Enfermedades, quien en sintonía con la pregunta de Adorno, nos invitaría a que se evite hacer metáfora de las enfermedades y enfrentar la enfermedad como tal.

    Independientemente de que la enfermedad misma para el psicoanálisis es una metáfora, la invitación de Susan Sontag viene a cuento para que no se nos olvide precisamente la responsabilidad que evadimos con ciertas metáforas. 

    Por ejemplo; al decir que estos acontecimientos, COVID incluido, son producto de la neurosis o de la locura, o son designio divino, pues eso no hace sino ocultar la responsabilidad subjetiva y la responsabilidad social, sea en la destrucción del plantea o en  la propia autodestrucción sin hacernos cargo de la pulsión de muerte freudiana.  

    O, centrandonos en nuestro tema; cuando al mismo Primo Levi, le dicen que a él lo eligió la Providencia para sobrevivir y (poder) escribir su testimonio, eso le parece algo intolerable para sí mismo:

    “Era algo monstruoso

    (…) que (yo) pudiese estar vivo a costa de otro, 

    que podría haber suplantado a alguien, 

    es decir, en realidad haber matado a alguien”.

    Y es que ciertamente goza, quien testimonia, goza quien recuerda, goza quien escucha, goza quien escribe, quien compone música, goza quien analiza. Goza de eso que, incluyendo al psicoanálisis, no se quiere saber. 

    Pasión por la ignorancia dice Lacan. Del sinsentido como lo es Auschwitz.

    LA RAZON

    Quizás hay una pregunta anterior a la de si es posible hacer poesía después de Auschwitz y es esa otra pregunta que todo mundo se hace;

     ¿Cómo es posible que en el país más civilizado, más culto, más avanzado, haya sido en donde este horror se produjo? El país en donde la razón triunfó, con el iluminismo de sus más ilustres pensadores como Kant.

    Es precisamente Adorno junto a Max Horkheimer, – también de la Escuela de Frankfurt, escribieron La Dialéctica del Iluminismo en 1947, exiliados ambos en California precisamente por ser judíos-  en quienes, nos dice el filosofo Jose Pablo Feinmann, podemos encontrar una respuesta interesante proponiendo que la razón, esa que se pensaba desde la Revolución Francesa que el hombre alcanzaría la plenitud, el progreso, la plenitud, la felicidad, que sería el camino de emancipación del hombre… esa es la que llevo a esta barbarie.

    Por medio de la razón es que se había llegado a los horrores de los años 40´s con el holocausto y nazismo alemán.  Esa racionalización de la burguesía capitalista,. Es ese hecho racional, el que conduce a Auschwitz. El genocidio no como una carnicería, sino como un acto administrativo. Pero no ajeno al goce, agregaríamos nosotros.

    Es decir Auschwitz, para Adorno y Horkheimer no es un hecho irracional, sino todo lo contrario es producto de la razón instrumental del hitlerismo, del dominio sobre los hombres y la naturaleza. Nuevamente eso que Hanna Arendt pone en evidencia con el caso Eichmann, en donde el asesinato de millones de judíos se vuelve un trabajo burocrático. 

    Es la Razón la que gobierna sus actos. La razón instrumental; hacer las cosas científicamente y con eficacia, sin preguntarse el PORQUÉ, sino solamente el COMO hacerlo.

    El fenómeno Auschwitz se vuelve un hecho racional, razonado eficaz y eficiente. Es decir, la maldad no está del lado de lo irracional sino de lo racional. Cuando la muerte de millones de individuos se vuelve precisamente una razón instrumental con el objetivo de “mejorar una raza”, por ejemplo, o para apoderarse de una plaza para cualquier Cartel de las drogas.

    El uso de la razón, nos dicen los autores, es un uso que se le ha dado para someter al Otro sean a los hombres o a la naturaleza. 

    Pero aquí lo importante, que el hombre es más que la razón. El Hombre también es locura, sensibilidad, erotismo, eso que para el arte, la poesía, la música y el psicoanálisis, ES UN ACTO DE CREACIÓN, NO DE RAZÓN.

    Los autores toman el mito de Ulises en la Odisea, en donde el héroe se ve expuesto ni más ni menos que a aquello que escapa a la razón que es la música, en este caso al canto, al canto de las sirenas. El arte dionisiaco.

    Ulises desea entregarse al mismo pero la razón, representada por las ataduras al mástil se lo impide. Escuchar esa música, ese canto es perder la razón, enloquecer. La lucha del hombre de la razón contra sus pulsiones, diría Freud.

    Un superyó obsceno dirá Lacan que por un lado le prohíbe y por el otro lo incita a dar cauce a su deseo de escuchar el canto de las sirenas. El Hombre común, el hombre racional,  prefiere la seguridad cotidiana al riesgo de la locura, al acceso a un goce desbocado,  sin detenerse a pensar que ambas son parte de la condición humana.

    Así se forma la sociedad racional burguesa, con la razón; esa que ata sus pulsiones de placer y su más allá que es el goce. Esta dominación por medio de la razón que sofoca los deseos, lleva su razón instrumental hasta los campos de exterminio de Auschwitz en donde son “racionalmente” exterminados millones de seres humanos”.

    DIOS

    Y sí… surge esa otra pregunta en el célebre relato de Wiesel, ante el ahorcamiento público de un niño como castigo ejemplar en Auschwitz :

    ¿Dónde está Dios?

    El mismo Primo Levi, dice: 

    “si existe Auschwitz, entonces no hay Dios”

    Así se da un giro más a la pregunta adorniana: ¿Después de Auschwitz pensar en un Dios totalmente bueno es posible? Preguntas que ya escapan a esta presentación y solo agregaría, tomando a Dostoievski en Los Hermanos Karamazov :

    “Si Dios no existe, todo está permitido”

    A lo que Lacan, replicará, tomando en cuenta lo que demuestra la historia de la humanidad, que más bien:

    “Si Dios existe entonces TODO está permitido”

    Para muestra tenemos los crímenes que en su nombre se cometen a diario; sean por el islam, el cristianismo o el judaísmo.

    Para finalizar no podemos terminar esta presentación sin poesía:

    Ese es de Wolf Biermann (1936, 84 años), cantautor, poeta, disidente  y compositor. Alumno de Bertolt Brecht:

    “Cuando mi padre ardió en Auschwitz 

    no había ninguna campana de la muerte a la mano. 

    Hasta la muerte ya estaba enferma de muerte 

    y sobre el campo sólo se abovedaba una demente risa de cadáveres, 

    la campana hecha del hedor de carne quemada. 

    Sin embargo sigue habiendo poemas después de Auschwitz.

    Hay incluso canciones divertidas.

    Somos así. 

    Nos hundimos por completo y volvemos a levantarnos.”

    A lo que yo pregunto ¿“Humano, demasiado humano”? ¿”Compulsión a la repetición”? ¿“Lo que no cesa de no escribirse”?

    Tomando la lógica modal de Aristóteles concluiríamos que escribir Auschwitz quizás sea IMPOSIBLE, pero hacer poesía, música y psicoanálisis, 

    después de Auschwitz es NECESARIO.

       

  • Nuestra natura antinatura: Sobre las muertes.

    Manuel Rodríguez

    Porque el titulo que enmarca este trabajo? Recorrí varios senderos y cuevas para poder dar cuenta de esta afirmación. La clínica es de lo que menos hablare, pues creo que hay un problema más urgente que atender del que depende la posibilidad de nuestro porvenir. Las reflexiones que quisiera compartir con ustedes aparecen a partir de “El malestar en la cultura” en Freud, sobre todo en lo que toca precisamente en la pulsion de muerte. Además de ese texto central en mi trabajo las premoniciones freudianas nos llevan a una discusión sobre la naturaleza y las pulsiones. 

    El mundo actual esta enfermo, enfermo de una especie que fue tan inteligente que olvido su pertenencia a la naturaleza. Los efectos climáticos de la actividad humana es la puesta en evidencia de aquello que discutía Freud, efectivamente, El hombre no solo domino la naturaleza sino que impuso otra como efecto de la cultura. Veamos como crece china y cuanto Bióxido de carbono avienta a la atmósfera, ese calculo debería ser medido en hectáreas de hielo en los polos, Es decir quienes toman las decisiones  que afectan el ecosistema, no tienen la capacidad de ver el futuro. Entonces volvemos a la pregunta sobre quien o que toma las decisiones. Si echamos un vistazo a la producción de contaminación de Co2 en nuestras actividades, vemos que la pulsion de muerte vino junto con el dominio de la naturaleza y la creación de un medio ambiente como efecto de la actividad cultural. La asimetría de las naturalezas están en el malestar en la cultura cuando Freud Señala:

    “El comienzo es fácil: reconocemos como culturales todas las actividades y valores que son útiles para el ser humano en tanto ponen la tierra a su servicio, lo protegen contra la violencia de las fuerzas naturales, etc. Sobre este aspecto de la cultura hay poquísimas dudas. Remontémonos lo suficiente en el tiempo: Las pequeñas hazañas culturales fueron el uso de instrumentos, la domesticación del fuego, la construcción de viviendas.”

    Este exceso de poder de los efectos de nuestra actividad, muestra que el advenimiento del sadismo y del dominio de la naturaleza son formas últimas de la pulsion de muerte. Además de mi, en este encuentro, este escrito costo algunas horas de sueño. Escribir sobre la muerte es ya un desafío pues precisamente la muerte de la que se trata siempre pulsa sus tentáculos contra la posibilidad de escribir. No tiene voz ni nombre ni lugar por eso es omnipresente. Inscrito en el imperativo del goce.

    Quien gana entonces con un desarrollo destructivo, la pulsion de vida o muerte? Es decir parece superponerse literalmente la naturaleza humana a la ecología. Efectiva y dolorosamente, la pulsion de muerte gana junto al desarrollo. Países como China o EEUU no están dispuestos a afectar gravemente sus economías para la conservación ecológica o disminuir el Co2. La decisión muestra que es más importante la economía que el porvenir. Parece que los efectos de nuestra falta de visión de futuro no tuvieran costos económicos. 

    Porque en un encuentro de psicoanalistas yo me dedico a este problema? Quizás para mostrar que no solo en el diván aparece la pulsion de muerte desde sus silencios, sus delirios. En una suerte de estado de reflexión científica, Freud comienza a dar cuenta de la pulsion de muerte precisamente a partir de una suerte de contemplación: “Partiendo de especulaciones acerca del comienzo de la vida, y de paralelos biológicos, extraje la conclusión de que además de la pulsion para conservar la sustancia viva y reunirla en unidades cada vez mayores, debía de haber otra pulsion, opuesta a ella, que pugnara por disolver esas unidades y reconducirlas al estado inorgánico inicial. Vale decir: junto al Eros, una pulsion de muerte; y la acción eficaz conjugada y contrapuesta de ambas permitía explicar los fenómenos de la vida.” Precisamente comienza su reflexión alrededor de la naturaleza y además parece mostrar que la fuerza destructiva de la actividad cultural es una fuerza opuesta a la naturaleza, la ganancia es la comodidad y el efecto es la muerte. Veamos las noticias para poder ver imágenes de incendios en los bosques en las fabricas Co2, Co2.

    Otro rostro de la pulsión de muerte se muestra cuando la cultura reconoce algunas formas del sadismo como los toros o la cacería. Recuerdan que hace poco un niño mato en estados unidos un puerco de 500 kilos, no era Bush. Lo que no se dice es que ese tamaño de animal mas parecido a un dinosaurio adquiere esas dimensiones por los desequilibrios ecológicos. También hay ventajas de la muerte. El hecho de que no se incluya en las decisiones políticas y de desarrollo parece mostrar algo que se disfraza de que algo no se quiere ver. Parece regresar la guerra que nosotros emprendimos con el desarrollo, ahora le toca a la naturaleza y ya sentimos a diario sus efectos. Estamos empezando a perder nuestro espacio. La noción de “conciencia planetaria” de algunos delirantes New age ahora parece una premonición que cobra sus tributos. Hasta por eso hay que escuchar a nuestros casos con delirios.

    La tecnología y las herramientas le dieron un poder de dominio que rebasaba su condición natural: “Con ayuda de todas sus herramientas, el hombre perfecciona sus órganos –los motrices así como los sensoriales- o remueve los limites de su operación. Los motores ponen fuerzas en operación  que puede enviar en la dirección que quiera como a sus músculos; el barco y el avión hacen que ni el agua ni el aire constituyan obstáculos para su marcha. Con las gafas corrige los defectos de los lentes de sus ojos; con el largavista atisba lejanos horizontes; con el microscopio vence los limites de lo visible, que le imponía los limites de su retina…” Parece que la ciencia dio al hombre mucho poder y poca sabiduría. Recordemos que esa tecnología que protege de la naturaleza es también efecto de la pulsión erótica que muestra la otra cara de la moneda.

    Que puede prometer el poder de un Dios en manos de los hombres? Freud nos recuerda esta idea en el malestar señala: “… El hombre se ha convertido en una suerte de dios-prótesis, por así decir, verdaderamente grandioso cuando se colocan todos sus órganos auxiliares; pero estos no se han integrado con el, y en ocasiones le dan todavía mucho trabajo.  Es cierto que tiene derecho a consolarse pensando que ese desarrollo no ha concluido en el año 1930 D.C. Epocas futuras traerán consigo nuevos progresos, acaso de magnitud inimaginable, en este ámbito de la cultura, y no harán sino aumentar la semejanza con un dios. Ahora bien, en interés en nuestra indagación no debemos olvidar que el ser humano de nuestros días no se siente feliz en nuestra semejanza con un Dios.” Vale preguntarnos quien decide con la fuerza de los dioses? Si es el poder entonces en manos de quien estamos?

    Lo que ha conducido históricamente los destinos de nuestra especie ha sido el poder sobre muchas de sus formas, entre ellas de manera más notoria son las guerras. Ahí se produce un Otro radical. El enemigo es desde la psicología de guerra una forma ominosa del gran Otro. Para los soldados es solo posible salvar sus vidas aniquilando al enemigo. Las palabras dejaron de circular para hablar en actos de guerra. Recordemos que el ejército es una de las masas artificiales, es decir los soldados son un objeto más de la maquinaria de guerra, que obedecen la consigna de un superior. Parece acercarse mucho a la condición del psicótico quien obecede las consignas del gran Otro. Entonces la guerra escribe la historia y en su devenir se muestra la operación de la pulsion de muerte y destrucción.

    Porque cuando Bush se va a la guerra aumenta su popularidad?, veamos que nos dice Freud desde el narcisismo de las pequeñas diferencias: “No es fácil para los seres humanos, evidentemente, renunciar a satisfacer esta inclinación esta, su inclinación agresiva; no se siente bien en esta renuncia. No debe menospreciarse la ventaja que brinda un círculo cultural más pequeño: ofrecer un escape a la pulsion  en la hostilizacion a los extraños. Siempre es posible ligar en el amor a una multitud mayor de seres humanos, con tal de que otros queden fuera para manifestarles la agresión.” Casi inmediatamente señala: “Le di el nombre de “Narcisismo de las pequeñas diferencias”, que no aclara mucho las cosas. Pues bien; ahí se discierne una satisfacción relativamente cómoda e inofensiva de la inclinación agresiva, por cuyo intermedio se facilita la cohesión de los miembros de la comunidad.” Al igual que las sectas, la creación del enemigo parece dar consistencia al interior del grupo este lugar del extranjero parece producir efectos narcisistas en los sujetos.

    La invención del extranjero es fundamental para la cohesión interna, el caso mas evidente son las sectas donde la invención del outsider vierte sus efectos en la cohesión interna. Cada pueblo produce un extranjero en el sentido del unheimlich. Lo in-familiar ha producido los discursos sobre la guerra, esta articulación bélica como discurso parece fundarse en el mismo lugar que las religiones. El mito y los dioses también fundan la muerte como ejercicio sádico del poder propio de las guerras. Parece que la guerra organiza lo social en un solo corpus, sin intersubjetividad. Los sujetos al devenir soldados pierden su condición de sujetos para devenir objeto. La situación de guerra, es decir la ley marcial, es una condición de “excepción” donde regula otra legalidad.  Aquí como un asunto de criminología, cabe preguntarnos se ve afectado el papel del estado, la fuerza, el sujeto y la ley durante los periodos de guerra. Como una dolorosa verdad las guerras modernas son decididas como una inversión más. “El hombre es el lobo del hombre” nos recuerda Freud. Y como otro ejemplo podemos decir que siempre han sido más importantes los muertos de las potencias que de los países vencidos. Ahí tenemos el caso de Irak casi 3500 muertos americanos; más que en Vietnam.

    Lo que sea que gobierne el mundo debe estar loco, parece ser un suicida que no puede parar de insistir su propia realidad delirante. El ejercicio de la actividad humana calienta el medio dando ya un límite entre el futuro o la muerte. La cultura y sus productos ya no solo se impusieron sobre la tierra sino en el aire, desde nuestros mares hasta nuestra sangre literalmente. En ese limite esta la pregunta sobre la vida. ? Podemos traducir nuestros desechos para tener formas de vida sustentable? Tienen que ser antagónicas nuestras naturalezas? En muchos sentidos el criterio político no puede seguir siendo dictado por los intereses financieros sino un criterio que incluya el futuro pagando los descuidos del pasado. Una tierra para el porvenir.

    La naturaleza humana tiene más efectos que la naturaleza que nos sostiene, eso deja nuestro porvenir en manos de algunas decisiones definitivas e inmediatas. Literalmente nos estamos ahogando en los mares de nuestros desechos. Anterior a la pregunta sobre que queremos esta la pregunta sobre si queremos vivir o morir. Mientras escribía estas líneas Europa se comprometió a bajar 50% sus emisiones de Co2 para 2050. Nuestra única posibilidad de sobrevivir a nuestra  propia estupidez es la reducción global de la contaminación. Volvamos al contexto y a la pregunta que se hizo Freud sobre la pulsión de muerte y ahora podemos ser la evidencia de esa otra pulsión que apuesta a lo inanimado. Digámoslo mas claro; El triunfo de la pulsión erótica es también la muerte de la naturaleza y con ella de nuestra propia especie. 

    Suena a un Discurso delirante o lo que no podemos asumir y sin embargo es la noticia de todos los días. En estos días el cambio climático se siente hasta en la piel. Cada vez es más imposible negarlo. 

    O cambiamos o morimos, esa es la cuestión.

    Sepamos que la pulsión de muerte no habla, pero muestra sus efectos. 

    Hagamos algo. 

    Por la vida.

    Gracias.

  • Madre Muerte El drama de los niños sicarios en México

    Guadalupe Rocha Guzmán

    Palabras clave: narcotráfico, niños sicarios, violencia, figura materna, muerte.

    Madre Patria, Madre Naturaleza, Madre Tierra, Madre Santa … ¿Santa Muerte? 

    La figura materna en México posee, como en la mayoría de los países, un lugar casi sagrado, ya que es uno de los personajes más venerados y celebrados, respetada incluso, por delincuentes y criminales. Por ese lugar tan exaltado y reverenciado que ocupa resulta chocante la relación entre lo materno y la muerte, entre lo sagrado y la muerte; sin embargo, a pesar de que casi nunca se reconoce ni se menciona, lo materno posee también un simbolismo funesto y su figura aparece como el terreno donde se juegan el amor y el odio en forma descarnada, mostrando que lo mortífero está siempre presente, enlazado de muy diversos modos con la vida, aunque sin lugar a dudas es sumamente difícil acercarse a los aspectos menos nombrados, los más oscuros y terroríficos que guarda la figura materna. Jacques Lacan es una de las excepciones y sus planteamientos acerca de los estragos del maternaje es fundamental para pensar en lo mortífero que puede ser el vínculo primario para distinguir la función del personaje y darle el peso al lugar desde donde se ejerce la función materna. Y en este orden de ideas, la Santa Muerte venerada especialmente por narcotraficantes me remitió a pensarla como una condensación de estas propiedades, puesto que simboliza velada –o no tanto– la vida, lo sagrado, lo materno y la muerte. 

    En la Ciudad de México se encuentra, en el barrio de Tepito, uno de los altares más visitados de la Santa Muerte a donde acuden sus devotos para honrarla y agradecer los favores obtenidos. Le llevan ofrendas y se encomiendan a ella. Antonio es uno de ellos, lleva un tatuaje de la Santa Muerte en la espalda y al preguntarle sobre éste explica que durante un asalto a mano armada –obviamente cometido por él– se encomendó a ella y le dijo que si sobrevivía la llevaría siempre en su piel. “La trato de madre, de amiga, de lo mejor”. Personas que no han encontrado en la religión – principalmente la católica – consuelo o respuestas, así como de manera distintiva delincuentes y narcotraficantes, veneran a la virgen, a la Santa Muerte y a su madre. Como escribió Javier Valdéz en un reportaje titulado La madre no se toca: “La figura de la madre representa el único de los valores del ‘narco’; es la última figura que sigue siendo intocable, porque en los pactos que había entre los cárteles ya hubo muchas cuarteaduras. Hace unos 20 años, no mataban a los niños ni a las esposas. Ahora ya matan a niños y uno de los últimos espacios que todavía respetan es el de las madres” .  Por ello Sara Sefchovich suponía que pidiendo ayuda a estas madres para impedir que sus hijos entraran al mundo de la delincuencia podía lograr cambios; viajó por muchas zonas de México para reunirse con ellas y tratar de convencerlas; asimismo, con esa intención escribió la novela Atrévete, propuesta hereje contra la violencia en México, pero como ella misma reconoce: se llevó la sorpresa de que ninguna estaba dispuesta a sacrificar los beneficios que reciben por las “actividades” de sus hijos. De ahí surgió otra de sus novelas, Demasiado odio, en la que arremete contra la moral de las madres mexicanas tomando como tema principal su complicidad y la de los familiares de los narcos. De hecho, se puede decir que algunas de estas mujeres también se han hecho famosas, como María Consuelo Loera Pérez, madre de Joaquín Loera, mejor conocido como “el chapo Guzmán” y Aurora Fuentes, madre de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”.

    Por otro lado, se encuentran también los cientos de niños y niñas enrolados fácilmente por los grupos delincuenciales debido a que son abandonados, vendidos, maltratados y abusados cruelmente por esas mujeres que los parieron, a quienes reconocen como madre, y de quienes a pesar de todo, añoran su presencia. ¿Qué queda cuando las fantasías, los sueños, aquello que hacía creer, anhelar o que era soporte de ideales día a día se va derrumbando? Los niños sicarios muestran una aproximación de respuesta que obliga a reflexionar acerca de ese empuje hacia la muerte que parece lanzarlos al vacío de sentido, sin amparo ni sostén, en un presente continuo. 

    Desde hace 15 años, la presencia en México de los cárteles de narcotraficantes ha ido en aumento hasta llegar a escenarios inimaginables, permeando en todas las capas de la sociedad y a partir de entonces, empezaron a convertir en una práctica común la de reclutar adolescentes y niños cada vez más pequeños debido a que, el plazo máximo de encierro antes de los 18 años es de siete años y antes de los doce años son considerados inimputables. Hace cinco años, en 2016, se calculaba que había alrededor de 45 mil menores de edad incorporados a la delincuencia organizada. Con esta barbarie desatada se develaron descarnadamente rostros de pequeños que participan en robos, secuestros, tráfico de drogas y asesinatos que implican una crueldad desmedida. Uno de los más famosos hasta hace poco seguía siendo Edgar Jiménez “El Ponchis” quien a los 11 años ya formaba parte de el Cártel del Pacífico Sur. Fue detenido en el año 2010 y confesó haber decapitado por lo menos a cuatro personas. 

    Actualmente encontramos cientos de testimonios, reportajes y noticias sobre muchos casos de niños que lamentablemente lo han superado con creces. Tal como los que encontramos en el libro titulado Un sicario en cada hijo te dio. Niñas, niños y adolescentes en la delincuencia organizada. A través de los relatos de seis menores que fueron reclutados por diversos cárteles, descubrimos el infierno que han vivido a sus cortas edades; las estrategias utilizadas por los delincuentes para reclutarlos, para que quienes ‘levantan ‘ permanezcan ahí y además se vuelvan fieles a su grupo. A continuación, algunos breves ejemplos de lo que narran:

    Blanca: —Me agarraron por el primer secuestro que hice, pero ya traía yo muchas cosas encima; desde los trece años me uní a un cártel en el que tenía un rol específico por ser mujer … 

    Jesús: —Los que subimos a la sierra ese día aplicamos para ser sicarios. Antes de subir, se firmaba una hoja en la que decías cuánto querías durar a quién y a dónde querías que dejaran el dinero si te mataban… 

    Raúl: —Empiezas a seguir los mismos pasos y de pronto te das cuenta de que ya estás mochando cabezas, brazos y todo … y ya no sientes nada. 

    Damián: —Creo en Dios y en la Santa Muerte, ella me ayudó en muchos problemas … los mismos del cártel me querían matar, me mandaron a la cocina y todo eso, pero ella me salvó. Tienes que “cocinar” lo más rápido que puedas porque si los zopilotes huelen se dejan caer. Los soldados andan persiguiendo zopilotes en el monte porque así dan con nosotros y descubren que estás “cocinando” a alguien. Sofía: —A los cinco años sufrí mi primera violación. No sabía lo que pasaba. Sólo llegó mi tío … que en ese momento tenía 30 años, y lo hizo varias veces. No recuerdo cuántas, pero fueron muchas durante un año. Cuando empecé con todo lo del crimen mi mente me decía “Mata al que te violó, mátalo, mátalo”. La banda me apoyaba mucho. Cuando le platiqué a mi patrón (jefe del cártel al que se unió) que mi tío me violó, me preguntó si quería que lo violaran.  

    Empujados a la inmediatez, a la sobrevivencia y a la satisfacción instantánea frente al ambiente de inseguridad y de incertidumbre generalizados, los niños sicarios parecen asumir esa aparición omnipresente de la figura de la muerte que puebla el espacio de lo cotidiano. La muerte ha ido quedando como espectáculo, borrando la diferencia entre la fantasía y el horror de la realidad. Engrosando las filas de la delincuencia organizada, secuestran, torturan, degüellan, o “cocinan” seres humanos; la mayoría son niños y adolescentes que se convirtieron o a quienes convirtieron en adictos a las drogas, que buscan fugarse de la realidad donde han crecido. Desterrados de su propia infancia, ofrecidos al culto de la violencia, estos niños y adolescentes son engullidos por la barbarie. Asesinados, desaparecidos, “levantados” por el narco. Son sólo un instrumento, testimonio del desbordamiento de la crueldad a la cual los ha llevado la degradación del vínculo, el borramiento del semejante como “fuente de todos los motivos morales”.

    Para colmo y de forma escandalosamente cínica, para las nuevas generaciones los narcotraficantes son ahora el modelo identificatorio a seguir y la “narcocultura” ha atravesado todos los niveles socioeconómicos. Los menores juegan a ser narcos, los adolescentes sueñan con serlo, cantan sus corridos y buscan parecerse a ellos. En diversas comunidades estos personajes han contribuido con mejoras que el gobierno nunca realizó, lo que provoca que estén protegidos e incluso, que vivan en la absoluta impunidad. La gente sabe dónde habitan, comen, circula, pero nadie los delata o bien, suele ocurrir que el gobierno esté coludido. En su cotidianeidad, los pequeños sicarios saben que un “chavo” que roba, vende drogas, recluta a otros niños y que no es detenido por la policía – ya que se encuentra “protegido” por el cártel al que pertenezca – se convierte en un personaje de admiración y de ejemplo para sus semejantes, tanto por el dinero que obtiene, como por el poder que suele ejercer en su barrio o colonia. Sara Sefchovich escribe en “Demasiado odio”:  

    “Lo terrible, tanto en México, como en otros países, es que el narcotráfico ya no es sólo de arriba para abajo, sino de abajo para arriba, por eso mismo es más difícil de combatir. Tú puedes tener un líder terrible y corrupto y a lo mejor logras sacarlo del poder, pero no puedes impedir que la mayor parte de la sociedad participe en el narcotráfico, como sucede en México, porque muchos están satisfechos con la situación actual. Aunque cambies a los líderes, pierdes la batalla, porque siempre habrá familias que quieren seguir en el comercio de la droga porque les beneficia y eso me parece realmente catastrófico”.

    Sumado a este panorama, es claro que por el miedo a la impunidad con la que actúan, casi nadie se atreve a denunciar un robo, un secuestro, una extorsión, o un delito padecido, provocando la exacerbación de un actuar en el vacío de valores. La violencia en general se ha convertido en un modo de vida para los niños, niñas y adolescentes víctimas de la delincuencia organizada que los va llevando del apremio de la vida al de la muerte. Los caminos para el ejercicio de la crueldad son los que han encontrado abiertos para transitar y estos chicos circulan por ellos convertidos en objetos desechables que pueden ser tratados como herramienta, arma, escudo, mercancía o “deshecho”, utilizados como “carne de cañón”. Para los niños que han perdido el miedo a matar, pero también la esperanza de vivir, pertenecer a un cártel suele ser visto como una oportunidad para salir de la miseria –en todos sentidos– en la cual muchas veces sobreviven. Esto hace que fácilmente puedan sentir pertenencia y lealtad hacia el grupo delincuencial que lo reclutó o incluso, lo secuestró, pues a pesar de todo, se sienten cobijados por ellos. 

    En este contexto, es importante señalar que para renunciar al arrojo pulsional, se requiere que el principio del placer ponga coto al goce, que el yo pueda creer en la promesa de un futuro en el que podrá alcanzar anhelos; pero como hemos visto, en muchos casos esa promesa nunca se produjo y son cientos de niños y adolescentes que carecen de condiciones que les permitan investir un futuro que derrame para ellos algún baño de sentido; hay, más bien, un baño de excitación en el que se sumergen para experimentar el aquí y ahora. ¿Qué hemos hecho y qué les estamos dejando a las nuevas generaciones, a las que están por venir? ¿Hasta dónde somos cómplices? ¿Nos hemos convertido en espectadores pasivos que, en el mejor de los casos, logramos sorprendernos y nos dejamos afectar? Los niños sicarios, los “narco juniors”, los niños huérfanos y los miles de menores asesinados pueblan el mundo. Es una realidad que produce una sensación de derrota y de impotencia. ¿Enseñarles a matar para defenderse será uno de los legados que les dejemos? ¿Los niños de Ayahualtempa serán el ejemplo a seguir para estás comunidades abandonadas a su suerte?

    Finalmente, y quizá para empezar, sólo nos resta salir del estupor o peor aún, de la indiferencia. No hay fórmulas que valgan, no hay mucha esperanza tampoco, pero la poca que queda habrá que ponerla a trabajar para intentar sembrar algunas semillas que apunten hacia lo imposible, hacia las utopías. 

  • “Las uvas de la ira”… hoy.

    Teresa Morandi Garde. Psicóloga Clínica. Psicoanalista. Barcelona

    “…lo que define el modo de actuar de los hombres no son las condiciones objetivas de una situación, sino la manera en que ellos perciben e interpretan esas condiciones”.Harald Welzer 2

                                          “Con el dolor podemos hacer dos cosas: convertirlo en odio, en rencor, o elaborarlo, sublimarlo y convertirlo en crecimiento, poesía, literatura, fraternidad, solidaridad con las víctimas. Este fue mi camino”. Cristina Peri Rossi3

    • Tres modos de conceptualizar las Violencias:

    Para adentrarnos en la complejidad del tema, haré referencia a tres modos de presentación de las violencias y su compleja interacción, descriptas por  el  filósofo S. Zizek4 :

    Una violencia “simbólica”: 

    Encarnada en el lenguaje se articula  en discursos, los cuales suelen imponérsenos, incluso inconscientemente. Un ejemplo es cómo la imagen/ figura de lo diferente (sea mujer-rojo-judío-musulmán-loco-gay-trans- etc.) ha sido construida en la tradición y en el narcisismo de cada sujeto, no pudiendo luego distinguir entre esa imagen que circula- generalmente vista en masa y deshumanizada- y el otro de la realidad. A su vez, ese otro también puede verse a sí mismo a la manera como es visto. 

    Son discursos peligrosos en tanto se autoproclaman “verdad”, obviando la complejidad de la vida psíquica, social y determinando un sentido ideológico que puede derivar en racismo, odio, segregación. 

    El dramaturgo W. Mouawad, trabaja este tema en sus escritos y obras de teatro- varias de las cuales hemos podido ver representadas en Barcelona-. Dicho autor, en cada creación, no deja de interrogarse sobre una cuestión fundamental: la identidad y las violencias traumáticas que atentan contra ella, basándose en su propia experiencia: “Mi identidad se ha construido en el hecho de odiar al otro, de odiar a los palestinos, de odiar a los israelíes, de odiar a los chiitas sólo porque no eran cristianos maronitas. Es el exilio el que me ha hecho reencontrar en mi vida a esa gente y me ha permitido tomar conciencia de ese insecto espantoso que llamamos odio, que está en mí, que veo y del que me debo avergonzar. Yo he convertido en mis héroes a estas personas a quienes me enseñaron a odiar. Mi héroe es un personaje al que yo mismo podría haber matado. En lugar de ello, le he dado la palabra en mis obras”5. Reconoce que ese discurso de odio marca su identidad y no negarlo abre la posibilidad de desandar ese camino, considerarse él mismo como diferente y, a través de la sublimación dar  al Otro y a su palabra un lugar. 

    Es necesario estar atentos y además de oponernos a toda forma de violencia, trabajar en las sociedades actuales esos discursos de odio que se están haciendo presentes sin ningún pudor 6.

    -Una violencia “sistémica u objetiva”, 

    Se trata de un real que determina -por medio de relaciones de dominio, de control  y explotación- una realidad social de miseria, desigualdades, segregación, ocasionando  la mayor parte de violencias, aunque lo que se condena con más fuerza sea la violencia visible del terrorismo, de los fundamentalismos. 

    Un ejemplo muy actual, en  Europa y otros países: las  vidas que “no importan”, la nuda vida7 miles de personas que mueren huyendo de guerras, del hambre, del expolio de los recursos de sus geografías. Algunos llegan a las fronteras y son devueltos o encerrados en campos de concentración. Verdadera vergüenza europea y del mundo. La “ultra derecha europea, lleva adelante el mayor genocidio del siglo XXI en el Mediterráneo”, diseñando una especie de cultura anestésica, que evita duelos8. 

    -Una violencia subjetiva 

    Que son, por una parte, las violencias visibles, muy destacadas a través de los medios llamados de comunicación: asesinatos y violaciones de mujeres, de niños, ataques homofóbicos y racistas, narcotráfico, delincuencia, fundamentalismos diferentes,  que pueden- y lo hacen, sin duda-  horrorizarnos y conmovernos.

    Y por otra,  aquellas – que hacen al tema que me interesa plantear-  que este autor reconoce como invisibles/mudas, que se producen en un registro inconsciente, que apunta  a una cierta denegación, presente ante violencias de todo tipo: “lo sé, pero no quiero saber lo que sé, así que no lo sé”.  

    Esa tendencia a negar  aspectos oscuros de lo humano: la barbarie, la crueldad,  aparece claramente en diferentes procesos dictatoriales Pensemos en tantos judíos que no huían porque se mostraban incrédulos frente a la impiedad de los nazis. 

    No creer en  la crueldad humana, en el hecho de que nadie está exento de ejercer alguna de sus formas,  es desconocer las fuerzas pulsionales de odio, de hostilidad  en el Otro y ocultar las propias. En ciertos acontecimientos históricos se ha llegado a valerse de la melancolización, humillación  del Otro para poder maltratarlo y aniquilarlo9 provocando inhibición e impotencia y acarreando violencias,  en forma de rechazo y odio hacia otro humano- “extranjero”- quien con su presencia nos recuerdan algo que no queremos ver: nuestra propia “extranjeridad”, vulnerabilidad, fragilidad y desamparo.

    Entiendo que es capital insistir sobre ese reconocimiento porque- como sabemos- tiene consecuencias en el psiquismo, sobre todo de quienes están en” construcción”, es decir niño/as y adolescentes, que asisten a la deshumanización/ cosificación/ desubjetivación de las personas, excluidas de derechos. 

    • 2 – “Las uvas de la ira”:

    El título que he elegido10 lo he tomado prestado a la novela de J. Steinback, escrita en 1939, narración  que es  una dura crítica social a la amarga pobreza de los trabajadores migrantes de Estados Unidos, en  los años 1930, en tiempos de la Gran Depresión. Y es también un alegato sobre la condición humana, sobre sus luces y sus sombras.

    Al volver a releerla y – a pesar del largo tiempo transcurrido- , quizás por obra de la repetición, encuentro que habla de nosotros, de nuestra sociedad, de nuestros días. Desde la devastación del planeta que lleva  a pérdidas del hábitat, laborales, al hambre y a la miseria, agravada por guerras que dan lugar a éxodos migratorios que despiertan- en los sitios a los que llegan-  la intolerancia al otro, el odio a lo extranjero y el racismo, desencadenando violencias-terror que, ahora en un mundo neocapitalista, tecnocientifico, digitalizado ,se globalizan.

    De manera tal que ,  “… en las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando”,  expresando lo vivido traumático por desamparo, por humillaciones, por abusos de todo tipo(una, de gran actualidad los de la iglesia católica en el mundo sobre niños y niñas), por  mentiras y ocultamientos,  sumado a los efectos de la gran conmoción subjetiva que significa el incierto tiempo de  pandemia, logrando que  las uvas de la ira “cojan peso,  listas para la vendimia”,  es decir para desencadenar diferentes reacciones:

    -Unas, ligadas a cierta reparación/sublimación del vínculo social. En este sentido,  la ira- como violencia emancipatoria-  ha combatido la “historia universal de la infamia”  de forma radical-, propulsando la mayoría de las grandes transformaciones que se han dado en el mundo. Desde la obtención del sufragio para las mujeres, el movimiento de los derechos civiles de la población negra en los Estados Unidos,  la lucha contra el apartheid sudafricano.

     Y más recientes, luchas a favor del aborto , contra el feminicidio y las manadas; la de las madres y abuelas de Plaza de Mayo que lograron llevar a juicio a los perpetradores de tanta crueldad, la de las víctimas del franquismo por recuperar a sus familiares de las fosas…, por citar sólo algunas de las batallas que sirvieron para quebrantar injusticias(no-todas conseguidas), reclamar el ejercicio de derechos o erosionar regímenes dictatoriales, opresivos o autoritarios y consolidar Estados democráticos. 

    -Otras, que nos ocupan ahora, ligadas al pasaje al acto violento singular y colectivo, en que la repetición muestra que no es posible el mundo humano sin violencia.

     

    “Walter Benjamín lo dirá muy claramente y queda inscripto en su tumba en Port Bou:” Jamás se da un documento de cultura sin que lo sea a la vez de barbarie. E igual que él mismo no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión en el que pasa de unas manos a otras11

    Jack Fuchs,  sobreviviente del Gueto de Varsovia y del campo de exterminio de Auschwitz, refiriéndose a quienes han descrito  al siglo XX como “Bestial”, dirá: “es un siglo humano, como lo es este siglo XXI. Humano, por la simple razón que somos nosotros los responsables de esta  imposibilidad de convivir, de la necesidad de destruirnos los unos a los otros”. 12 

    – Las Violencias en la enseñanza del Psicoanálisis:

    Freud trabaja sobre esa línea en toda su obra:” la investigación psicoanalítica muestra que la esencia más profunda del hombre consiste en mociones pulsionales; de naturaleza elemental…del mismo tipo en todos (…) entre los cuales se encuentran los que la sociedad proscribe: las egoístas y las crueles”13 

    En el Malestar en la Cultura, escribe 14:… “el ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional una buena cuota de agresividad…   el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la  agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo. Homo homini lupus” 15. 

    El amor al prójimo es endeble y las leyes sociales insuficientes para lograr la convivencia entre semejantes, pues lo constitutivo del humano está comandado por la pulsión de muerte que tiende a la destrucción y a la disolución, a diferencia de Eros que busca la fusión, encontrándose  ambas en lucha permanente.

    Al reconocer que no haría falta la prohibición – ”no matarás”- si no existiese ese deseo en el humano, su  clínica y teoría se aleja de cualquier naturalismo que piense la violencia anclada en soportes biológicos, o en lo instintivo-animal,  innato o genético; así como de todo idealismo que augure un fin definitivo de toda violencia: En Freud “la inclinación agresiva es una disposición pulsional autónoma, originaria, del ser humano”. Por tanto, Las tendencias destructivas no pueden ser eliminadas del “alma humana” porque forman parte de su constitución y son  indispensables para los fenómenos de la vida como las pulsiones eróticas”16.

    También Lacan aborda el tema desde sus primeros escritos.  En  “La agresividad en Psicoanálisis”17 trata el concepto de pulsión de muerte desde la agresividad  imaginaria, mostrando que la tensión agresiva, es básica en la identificación del ser humano, en su alteridad.  Y en este sentido es importante la diferencia   entre agresividad, aquello que pertenece a la “fuerza vital”,  y la violencia que es una “fuerza mortal”, (Zizek ).18 

    En un escrito de 195419 plantea una clara definición bajo la forma de una pregunta:” ¿No sabemos acaso que en los confines donde la palabra dimite empieza el dominio de la violencia, y que reina ya allí, incluso sin que se la provoque?”.

     En 195820 insiste en el tema: “lo que puede producirse en una relación entre humanos es o la violencia o la palabra”. Si la violencia se distingue en su esencia de la palabra, se puede plantear en qué medida la violencia propiamente dicha puede ser reprimida, pues “sólo se podría reprimir lo que demuestra haber accedido a la estructura de la palabra, es decir, a una articulación significante”. 

    En la última época de su enseñanza21, aparecen ya diversas declinaciones de las violencias actuales –poder, dominio, odio, crueldad, sadismo, segregación- relacionadas con el discurso del capitalista, con el objeto “a” como objeto de consumo,  producto de las tecnologías y la promesa de obtención de un goce que escapa a la articulación significante, ahora en relación a lo real como imposible.

    Siguiendo estas enseñanzas  podemos concluir que es imposible erradicar la violencia, en tanto es  inherente a la condición humana, al ser en tanto hablante, a la estructura subjetiva, al desamparo primordial que, a la vez que hace al sujeto dependiente de Otro, le genera tensión – pulsiones- con la organización social creada en torno a un” bien común”, encargado de contener,  reprimir dichas pulsiones y,  tensión consigo mismo. La marca de esta discordia hace  difícil el logro de cierta armonía y el malestar se hace presente y,  algunas veces,  conduce al estrago.

    “En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y cogen peso, listas para la vendimia”

    Esta frase, central en la novela, me lleva a considerar el efecto en la subjetividad y en el lazo social, de las ofensas, humillaciones y resentimientos, cuestiones  también analizadas por diferentes pensadores:

    Freud, ante el estallido de la Primera Guerra, escribe   “La guerra, en la que no quisimos creer…. Destroza los lazos comunitarios entre los pueblos empeñados en el combate y amenaza dejar como secuela un encono que por largo tiempo impedirá restablecerlo”. 22

    La escritora Marlen Haushofer se refiere a ello: “El malestar en el que vive el hombre moderno es la tragedia silenciosa de las pérdidas de honor no vengadas. Pasar por alto y no vengar las ofensas nunca ha generado otra cosa que resentimiento. Resentimiento en ambas partes, porque quien ofende sabe lo que se merece” 23

    A su vez, Wilheim Reich24 en La psicología de masas del fascismo describe que fueron las masas empobrecidas las que ayudaron a que el nazismo accediera al poder. «Los nazis supieron conectar con la estructura psíquica del proletariado y las clases medias. El mensaje de Hitler tenía un fuerte componente emocional». 

    En su libro” El perdedor radical”,  Hans M Enzerberg25, señala que no bastó la crisis económica para llevar a Hitler al poder sino, la conexión, podríamos decir inconsciente,  con el estado emocional de los alemanes, humillados por la derrota de la Gran Guerra y del posterior tratado de Versalles. El narcisismo herido, caldo de cultivo privilegiado para ensalzar a la patria y al fanatismo creando “enemigos”: judíos, comunistas, con el  objetivo final de exterminio y  autodestrucción: Hitler mismo declaró que el pueblo alemán no merecía sobrevivir. 

    No hay duda de la fuerte resonancia de ese discurso (incluso desde gobiernos europeos) en nuestra sociedad neoliberal actual en que se ha  logrado una “fabricación” de subjetividades de un humano que niega la falta de ser que lo constituye, consumidor de objetos idealizados, individualista,  convencido de que su éxito depende sólo de su empoderamiento. Vigilante de que nadie, mucho menos un extranjero- otro- se beneficie -de lo que cree son sus privilegios, los cuales, por cierto no existen, ya que, tocados y conmocionados por la “crisis”,  la falta de trabajo, la precarización del mismo y de los lazos, se termina sintiendo como un fracaso -culpa-personal 26.  

    Se aumenta el consumo, pero  también los sectores expulsados, segregados y las violencias adquieren una presencia inevitable. Basta escuchar a la ultraderecha española en su conspiranoia y su doble moral,  promoviendo el desprecio y odio a lo diferente,  la homo y transfobia, la misoginia, el ataque a los refugiados sin refugio,  a los menores desamparados y un largo etcétera. 

    • Cuando la palabra dimite…

    En agosto del 2017, dos ciudades,  Barcelona y Cambrils se vieron sacudidas  por un atentado violento  que conmovía y sorprendía,  en primer lugar,  a la comunidad de Ripoll de donde eran originarios los autores. Nos conmovía a todos, por el daño causado a tantas personas y porque quienes habían pasado al acto terrorista provocando su propia muerte, eran jóvenes considerados aparentemente “integrados”, que estudiaban, trabajaban, fueron criados en el seno de familias y de una sociedad acogedora y contenedora y no tenían dificultades económicas.

    Para poder ir más allá de apresuradas, peligrosas y simples respuestas a cuestiones humanas complejas un grupo de profesionales de diferentes disciplinas27 nos reunimos a pensar a fin de comprender y encontrar herramientas para afrontar este tipo de problemas que pueden repetirse. Contábamos  con dos compañeras de Ripoll, ligadas a organismos de su comunidad- muy activas  en cuidar la fractura social a la se encontró expuesta la población,  buscando salidas reparadoras y preventivas.

    Más adelante pudimos saber que constituyeron, aunque no la primera célula yihadista, sí la más cuantiosa y joven de Europa. Con lazos de amistad y familiares: nueve de ellos pertenecían a cinco familias, influenciados por  el imán que tuvo un papel importante en el reclutamiento.28

    Algunos elementos importantes que señalan la relación entre la época y las respuestas subjetivas, que en ciertos casos desencadenan síntomas sociales, los encuentro en una entrevista29 realizada al antropólogo Le Breton, especializado en observar las diferentes  formas de conductas de riesgo en adolescentes y jóvenes. Señala allí,  y en su obra, que  partir de los años 70 se presentan las anorexias y las toxicomanías. En los 90, las matanzas en institutos o universidades, en EEUU, Europa y Latinoamérica en adolescentes de 14/15 años. 

    En estos tiempos, las escarificaciones, la alcoholización extrema, los hihikomori, – en Japón,  sobre todo chicos- encerrados en su habitación durante meses o años, cuya existencia transcurre a través del ordenador, porque tienen terror al mundo real, al cuerpo a cuerpo y por supuesto, el islamismo radical, chicos entre 16/17 años que van a degollar infieles o a hacerse explotar. Se trata de ritos de virilidad notablemente en Daesh, donde el poder lo tienen los hombres. 

    Efectivamente, según estudios en relación a jóvenes radicalizados violentos, es que, en su mayoría (89,6%) son hombres, en edades comprendidas entre 15 y 19 años y segundas generaciones de familias  inmigrantes.30

    Estas coincidencias entre quienes  se dedican a estos temas  nos llevaron a trabajar31 sobre varios y diferentes aspectos de los que, en esta ocasión sólo me referiré a tres:

    1) el momento vital y de malestar en la adolescencia/juventud, en una sociedad de acelerados e inciertos cambios, tanto a nivel social como familiar- de la autoridad perdida al autoritarismo violento o a la ausencia de cuidados- , en un momento de mutación de la infancia a la adolescencia, con las incertidumbres propias en relación al cuerpo, a la sexualidad, al futuro. Situaciones doblemente difíciles para chicas y chicos de familias inmigradas, cuya inserción no deja de ser dificultosa. Destacan también los menores desamparados en encrucijadas culturales, una educación con parámetros de otras épocas, la oferta de goce “todo es posible” alimentada por las pantallas, la dificultad de hacer duelos  y el impulso adolescente de transgresión rebeldía, ingredientes que los convierten en  altamente vulnerables a la captación ideológica de fanatismos diversos.32 

    2) las masculinidades: Los hombres ejercen en porcentaje más alto la violencia, en las llamadas “bandas”, “manadas”,  grupos  que les protegen de las insuficiencias propias otorgándoles un sentimiento de potencia e incluso de pertenencia, aliviándolos de la angustia y del solitario pasaje por las mutaciones de la pubertad a la adolescencia. Diferentes temas aparecen: el “mandato de masculinidad” con que carga el hombre y las dificultades para sostenerlo en tanto la precarización de la vida; el cambio en la posición de la mujer; las nuevas sexualidades, etc. 33,34. 

    Hans M. Enzensberger35 nos brinda claves para acercarnos a estas complejísimas cuestiones, señalando que, al tiempo que las sociedades más ricas han ganado derechos y reivindicaciones y las exhiben– a través de las tecnologías omnipresentes- –hacen patentes las desigualdades con otras partes del planeta, aumentando tanto el deseo como la consecuente decepción y lo que ello acarrea.

    En su ensayo sobre El perdedor radical, (su antípoda: el ganador radical, Master del Universo) describe a alguien, casi siempre hombre, que vive  en sociedad, aislado porque se siente excluido en tanto cree haber perdido una supuesta superioridad, tradicionalmente incuestionada.  Su conclusión es: la culpa es de otros, creado un enemigo, un “chivo expiatorio”. Discreto, calla y espera, hasta descubrir un detonador, que puede ser ideológico, transformándose  en terrorista, asesino, suicida o genocida. El motivo que provoca el estallido suele ser insignificante y la única solución imaginable para su certeza es acrecentar el mal que le  hace sufrir.

    A partir de ahí presenta un perfil del terrorista islámico36 de hoy como un nuevo prototipo del perdedor radical de siempre: “la misma desesperación por el fracaso propio, la misma búsqueda de chivos expiatorios”, la misma pérdida de realidad, el mismo machismo, el mismo sentimiento de superioridad con carácter compensatorio, la fusión de destrucción y autodestrucción, y el deseo compulsivo de convertirse, mediante la escalada del terror, en el amo de la vida ajena y de la muerte propia”.

    Prueba de ello es que, junto a otros elementos familiares, religiosos,  “…en el caso de la célula de Ripoll, la investigación de los atentados demuestra su malestar en relación a este aspecto, ya que pertenecían a un grupo de WhatsApp cuyo objetivo era poner de manifiesto los agravios que sentían por ser marroquíes”.37.

    De excluidos,  melancolizados,  víctimas del Otro, pasan a ser sus verdugos todopoderosos.  El pasaje al acto destructivo  parece funcionarles como límite a una humillación, a un malestar que les acompañaron durante  sus infancias y adolescencias y que, paradójicamente implica su propia destrucción.

    3) La trasmisión generacional de lo vivido traumático: “Los padres comieron uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen dentera”.38

    Esta frase del Antiguo Testamento apunta a la importancia de la transmisión traumática entre generaciones. Tema que, durante años,  hemos estudiado analizando los efectos psíquicos del trauma producido por las violencias de la guerra del 36- Guerra Civil-,  la posguerra y la dictadura en los sujetos, en tres/cuatro generaciones. 39

    Aunque en estos casos no se trate de una guerra en el sentido clásico, podemos comprobar el enlace de una serie de  aspectos de la condición humana en relación a la violencia, el daño al otro, la pulsión de muerte y la crueldad.

    Ciertamente hemos visto que los avatares del presente tienen gran incidencia sobre las personas, pero siempre en interacción con situaciones vividas. Podemos explicar   el maltrato y el odio por diferentes factores, pero “la memoria histórica es imprescindible en la investigación de cualquier fenómeno colectivo” 40 y lo es,  en tanto colabora a no silenciar la historia propia y colectiva ya sea por culpa, humillación o vergüenza, facilitando la elaboración del trauma en las generaciones por venir.41

    No debemos, entonces,  desconocer el peso que las herencias familiares y socioculturales tienen en la construcción del  psiquismo de los sujetos, y específicamente en relación a la  transmisión de acontecimientos violentos y traumáticos entre diferentes generaciones.

    Con el tiempo las representaciones psíquicas del trauma original, mitificado, se convierten en un daño crucial en la cultura, el colectivo, la sociedad. 

    Diferentes disciplinas coinciden en que la persistencia de hechos de cultura, que devienen del vínculo social, marca una cierta continuidad, por lo que cada generación no está confrontada a un hecho nuevo, sin ningún nexo con lo que lo precede.

    El Psicoanalista Volkan,42 entre otros, ha estudiado aquello que denomina ”traumas escogidos”: representación mental de un hecho negativo en la historia de un grupo social en el cual se vivió una pérdida catastrófica. En el trauma insoportable se ven involucradas segundas y terceras generaciones: las imágenes dañadas de los padres viven a través de la de los hijos/as y éstos inconscientemente pueden asumir tareas de reparación que no les pertenecen: vergüenza, humillaciones, duelos por las pérdidas asociadas al trauma. 

    Ahora bien, lo dicho no marca un destino fijo y funesto. Cada sujeto estará implicado en un trabajo psíquico activo. A través del aforismo del Fausto de Goethe: «Lo que has heredado de tus padres, es necesario que lo adquieras para poseerlo”, Freud  señala que lo que ha sido transmitido psíquicamente a través de las generaciones, sólo será eficaz si el sujeto puede adquirirlo activamente, transformándolo.  Aquello que elige,  inconscientemente, de esa herencia es su responsabilidad subjetiva. 

    • Nos queda la palabra y la cultura?

    Freud tuvo una cierta- aunque vana- esperanza de que,  a través de la cultura se pudiera terminar con las guerras y las violencias. Y pienso que cada uno de nosotros, aun estando advertidos de ello, seguimos apostando por la pulsión de vida,  por la palabra.

    Pero no podemos desconocer que lo simbólico, los lazos, los tiempos para ver, comprender y concluir se han convertidos en líquidos en esta sociedad contemporánea. En este sentido, esos jóvenes que cometieron el acto homicida-suicida en 2017 en Barcelona y Cambrils, responsables de ello sin duda, son a la vez producto de una sociedad y una época.

    Ante la noticia periodística en la cual aparecían las fotos de todos, un docente dice ver allí – “La lista de clase”41, es decir la lista de muchos alumnos.

    Junto a alertar sobre la posible y peligrosa atribución -de corte claramente racista- de ese acto a todos los musulmanes, pone el acento en la difícil tarea de los docentes en colegios públicos con alumnado de diferentes procedencias, de diversos niveles económicos, sociales, religiosos y en dónde ellos mismos, aun percibiendo el profundo malestar,  encuentran carencias de  recursos para afrontar y ayudar a detener el horror…

    “…Sé que a veces  el perro pastor no puede cuidar a las ovejas si las ovejas viven de espaldas al rebaño, si pasan las horas comunes escindidos del resto, dormidos, disidentes del contacto de otros, disidentes de la palabra hablada y escrita, o si las familias apoyan esa doble vida imposible.

    Queda aquí  muy claramente dicho y por tanto advertidos  que,   donde la palabra dimite empieza el dominio de la violencia.

    Y hay que contar con que  la  presencia del humano puede ser tanto pacificadora cuando, con la palabra, el contacto, calma la angustia y el pánico propios del desamparo y la fragilidad de la existencia humana -como catastrófica cuando, implicando la rivalidad, los celos, la envidia, se descarga en forma violenta sobre otros tomando diferentes formas: poder, dominio, odio, crueldad, sadismo, segregación.

    Sí, nos queda la palabra y la cultura, que aportan al reconocimiento de la subjetividad, la alteridad , la diferencia y lo común;  nos queda la responsabilidad de  crear otros discursos sobre  las violencias para que la trama de la vida humana  no se vea dominada  por la crueldad y el sadismo en cualquiera de las formas de las que he y hemos hablado hoy. 

    • Reparación subjetiva   

    El final de Las uvas de la ira  es una mezcla de  horror y  de cierta esperanza: la hija mayor de la familia Joad, que por sus pésimas condiciones de vida, ligadas al hambre y los continuos desplazamientos a los que se ve obligada su familia, acaba de dar a luz a un bebé muerto,  salva otra vida al amamantar con su leche a un hombre que está agonizando por el hambre. 

    Steinbenck  nos muestra en ese gesto simbólico las miserias y las grandezas de la condición humana.  Vida y muerte. Ángeles y demonios. Pese a las tendencias mortíferas del humano, el deseo de vida y amor de un sujeto singular reconcilia con la condición humana.  Eros venciendo a  Thanatos?. 

    Podremos crear, aportar los psicoanalistas – o intentarlo – en nuestra época algún/algunos gestos simbólicos que interrumpa(n) -no digo erradiquen-, porque ya hemos dicho que es un imposible- el odio, la violencia y ese goce ilimitado que inunda nuestras sociedades?. 

    De hecho, entiendo que encuentros como este que propiciáis apuntan a esos gestos simbólicos y a una ética de la que no podemos dimitir: abrir los ojos al mundo que nos rodea, no callar ante las violencias, solidarizarnos con quienes la sufren, sean países- como Brasil en este momento al que se dedica la Jornada- o una infancia y adolescencia maltratada, robada,  o los asesinatos de mujeres, o cualquier acto de violencia y terror. 

    Son maneras de resistir a la violencia, a la crueldad, a la barbarie y se constituyen en actos de responsabilidad y dignidad.

    Por supuesto desde nuestra práctica singular como  psicoanalistas, encontramos eficacia -si se me permite esta palabra- en la transferencia, en la singularidad del caso por caso, singularidad que nos acerca  a la subjetividad de la época, de la que también somos parte y apunta a aquello que Freud nos indicó con argumentos de la clínica: que la Psicología individual es también Psicología Social. 

    NOTAS:

    1-Steinbeck, John: Las uvas de la ira. Alianza Editorial, 2020.

    2-Welzer, Harald: “Guerras Climáticas”. Por qué mataremos (y nos matarán) en el siglo XXI. Katz Editores, 2010

    3- Peri Rossi, Cristina: Palabras recogidas de FaceBok, en relación a serle otorgado el Premio Cervantes de las Letras, 2021.

    4-Zizeck, Slavoj: Sobre la Violencia. Seis reflexiones marginales. ED. Paidós, 2009

    5-En Google se puede encontrar la Entrevista a Wajdi Mouawad: “Incendis me aburre soberanamente” -Catalunya Express, 28/02/2014.

    6-Emcke, Carolina: “Contra el odio”. Editorial Taurus.2017

    7-Agamben, Giorgio: Homo Sacer I. El poder soberano y la nuda vida. Pretextos. Madrid, 1998

    8- J. Antequera ,2019 

    9-Goldstein, Mirta: Xenofobias, Terror y Violencias. Lugar Editorial, 2006.

    10-Agradezco a mi colega Jorge Tió, compañero del Grupo de Trabajo por llevarme a releer “Las uvas de la ira” y elegirlo como título de esta presentación, al citarlo en su texto sobre Adolescencia (ver referencia Nota 32.

    11-Benjamin, Walter. ”Tesis de Filosofía”. En Discursos interrumpidos. Taurus, 1987.

    12-Fuchs, Jack.: “Sin respiro”. Página 12, del 22/08/2012

    13-Freud, Sigmund: “De guerra y muerte. Temas de actualidad”. 1915 Amorrortu, T.XIV, 1994.

    14-Freud, Sigmund:”El Malestar en la Cultura” ,1930. Ed Amorrortu, T. XXI, 1994.  

    15-La frase que toma Freud de Plauto en latín, completa es: “El hombre es un lobo para el hombre, y no -hombre cuando desconoce quién es el otro”.  

    16Freud, Sigmund: ¿Por qué la Guerra? (Einstein y Freud), 1933. Ed. Amorrortu. T.XXII, 1994.

    17-Lacan, Jacques:“La Agresividad en Psicoanálisis”, 1948. Escritos II. Ed.Siglo XXI ,1978.

    18-Zizek, Slavoj: Obra citada.

    19-Lacan, Jacques: “Introducción al comentario de Jean Hyppolite a la Verneignung de Freud”. Escritos 1.Ed.Siglo XXI, 1978. 

    20-Lacan, Jacques: El Seminario, libro 5:” Las formaciones del Inconsciente”. 1957/58Cap. XXVI, Bs.As., 1999.

    21- Lacan, Jacques: Radiofonía,  en “Psicoanálisis Radiofonía  & Televisión”.  Editorial Anagrama, 1974.

    22- Freud, Sigmund: “De guerra y muerte”, obra citada.

    23- Aushofer, Marlen es una escritora austríaca de los años 30,  y este  párrafo es citado por Gustavo Dessal, página 90 de su libro “Face to Facebook. Una temporada en el Manicomio Global”. Ed Ned 2021

    24- Reich, Wilhelm: “La Psicología de Masas del Fascismo”. México, DF, 1973.

    25-Enzensberger, Hans Magnum: “El perdedor radical. Ensayo sobre los hombres del terror”. Ed. Anagrama, 2015

    26-Morandi, Teresa: “Psicoanálisis: ¿apolítico <> políticamente (in)-correcto?” en Revista Intercambios/Intercanvis 42, Junio 2019

    27– “Radicalización”. Sobre los extremismos y sus derivas violentas. Subjetividad y lazo social” es el Grupo  de Trabajo que, en diálogo continuado interdisciplinario, comienza en el 2017, en el seno de la Fundació Congrés Català de Salut Mental con el fin de reflexionar y aportar a esta problemática, a raíz del atentado de las Ramblas de Barcelona . Web: fccsm.

    28- Riera Fusté, Núria y Mesas Parra, Alicia:” Aproximación a la radicalización desde la realidad territorial de Ripoll”. Gestión del impacto de un post-atentado. Barcelona, 2021. En prensa

    29Iglesias, Analía- Rabat. Entrevista al antropólogo Le Breton, “El País”, 25/4/2017.

    30Reinares, Fernando y García-Calvo, Carola: “Marroquíes y segundas generaciones entre los yihadistas en España”. ARI 61/2018 – 27/4/2018

    31- Es importante decir que en el Grupo de Trabajo citado,  todas estas situaciones de riesgo de los adolescentes y jóvenes se van analizado tanto desde las diferentes fuentes bibliográficas aportadas,  como desde la experiencia de sus miembros en la Clínica Psicoanalítica, en Salud Mental, en los medios de Justicia Juvenil, de Trabajo y Educación Social, con la participación de profesionales del Derecho y de diferentes Instituciones y Asociaciones de la Comunidad Musulmana.

    32-Tió, Jorge: “Extremismo violento e identidad en la Adolescencia”. Barcelona, 2021. En prensa. 

    33-Segato Rita,Laura: “Las estructuras elementales de las violencia”. Ed Prometeo, 2010

    34-Proyecto Una: Leia, Rihanna & Trump. “De cómo el feminismo ha transformado la cultura pop y de cómo el machismo reacciona con terror”. Ed. Descontrol, 2019.

    35- Enzensberger, Hans Magnum: Obra citada.

    36-En el trabajo hemos ido comprobando que la figura de “el perdedor radical” y las derivas violentas no sólo puede dar lugar al fanatismo de terrorismo islámico, sino también a  integrar “bandas”, “manadas”, a célibes involuntarios(incels), y a convicciones y ataques ultraderechistas, etc.

    37- Riera Fusté, Núria y Mesas Parra, Alicia.  Obra Citada

    38-Jeremías,  Antiguo Testamento. 

    39-Miñarro, A.; Morandi, T.: “Trauma y Transmisión”. Compiladoras. Xoroi ediciones, 2012.

    40- Ruiz Castillo, Pilar: El maltrato a la mujer. Ed. Síntesis. Madrid,2006.

    41-Morandi, Teresa: Capítulos: “Violencia, Trauma y Duelo” y “Transmisión Psíquica del trauma en los sujetos y en las generaciones”, en “Trauma y Transmisión”. Miñarro, A. y Morandi,T. Compiladoras. Xoroi ediciones, 2012.

    42-Volkan, Vamik: ”El psicoanálisis en las relaciones internacionales y las relaciones internacionales en el psicoanálisis”, en Revista de Psicoterapia Analítica Grupal, Nº5, 2009.

    43- Soto, Marcelo. “La lista de clase”, en Cuarto Poder, 21/08/2017.

  • La violencia internacional: un cambio de paradigma

    Dr. Pierrick LE JEUNE Traducción y edición: Avril Eliosa Minor y Astrid Vanesa Correa Rocha

    La expresión “violencia internacional” puede abarcar muchos significados. Al delimitar nuestro estudio de la violencia entre naciones, entre entidades políticas, probablemente es necesario interrogarse primero sobre el Estado y la violencia que este ejerce -para algunos autores,¡ es una de sus características– y después, ver sus implicaciones en el plano internacional. 

    Históricamente, violencia legítima; hoy legítima defensa o violencia 

    Cuando se habla de violencia de Estado, los escritos de Max Weber (sociólogo, politólogo, economista alemán de finales del siglo XIX y principios del XX) no resultan ajenas. Y a través de la definición de Estado que concibió Max Weber en “La política como vocación”, la noción de violencia y en particular la de violencia legítima aparece como punto central.

    En efecto, para Weber « L’État est cette communauté humaine, qui à l’intérieur d’un territoire déterminé (…) revendique pour elle-même et parvient à imposer le monopole de la violence physique légitime ».

    [El Estado es esa comunidad humana, que al interior de un territorio determinado (…) reivindica por sí misma y consigue imponer el monopolio de la violencia física legítima]

    Desde un primer momento, Max Weber es preciso en su definición, la “violencia legítima”. Para él se trata de dar una definición sociológica al describir al Estado tal como lo percibe y lo analiza, no como lo desea, no como debería ser según él. Se trata entonces de una definición de poder del Estado y no una justificación de la violencia que emplea con su pueblo o, por qué no, con otras entidades. 

    Ya que precisamente Max Weber lo define así en su época, el Estado dispone de ese medio en específico y lo hace solo. Dispone del monopolio de esta violencia legítima, las otras entidades o agrupamientos políticos no o, siendo más exactos, ya no lo hacen (ejércitos, iglesias, ciudades, territorios, etc.) Desde luego que convendría debatir acerca de los términos de la definición como en el caso de las palabras “violencia legítima”. Sólo unas palabras antes de usar esta definición en el marco de nuestro tema “violencia internacional”. La palabra “legítima” sin duda remite al hecho de que, en el territorio del Estado, la mayoría de la población acepta al Estado como el que debe poner fin a los conflictos en última instancia y hacer que se respete su decisión. Podemos debatir acerca de esta noción de legitimidad, pero nos remite al contexto de la mayoría y por tanto, en el Estado considerado como “moderno”, se refiere a la noción de soberanía con un reconocimiento fáctico de legitimidad del poder en un momento preciso. Es inútil prolongar esta digresión de poco interés con respecto a nuestro tema del día.

    En cambio, la noción de violencia está en el centro de nuestra reflexión del día de hoy. El término de “violencia” que usan las traducciones de la definición de Estado, según Weber, es a veces criticado. Se trata, en algunas traducciones más elaboradas, aunque poco utilizadas, no de “violencia”, aino de “coerción” definida por sí misma como “medio para garantizar el derecho” 

    Vemos aparecer la noción de derecho y por tanto, para nuestro tema concerniente a la violencia internacional, tal vez sea necesario abordarlo por el lado del derecho internacional. 

    El derecho internacional público hace referencia a la violencia en casos muy particulares: se trata principalmente de la cuestión sobre los vicios de consentimiento para un Estado al igual que del dolo o del error. Es una cuestión muy técnica a la cual concierne el uso de la coerción para presionar a un Estado o a sus representantes, por ejemplo, durante una negociación, con la finalidad de hacer que se acepte un acuerdo o la firma de un tratado internacional. Es muy particular, y eso se mantiene muy al margen.

    Por otro lado, cuando se evoca la violencia en las relaciones entre los Estados en derecho internacional, se utiliza la noción de “uso se la fuerza”. Y, como en la mayoría de los casos en derecho, si bien el principio es claro, no obstante, apela a un buen número de excepciones más difíciles de identificar. 

    Es posible que primero se deba precisar que el derecho internacional es el derecho que rige las relaciones entre los Estados, y entre los Estados y las organizaciones internacionales. De tal manera, salvo raras excepciones, ese derecho no concierne directamente a las personas físicas o a otras personas morales. En resumen, y para simplificar, es un derecho que rige las relaciones interestatales. 

    Si bien el Estado dispone del monopolio de la violencia legítima al interior de sus fronteras, en el plano internacional la situación ha evolucionado mucho. El artículo 2 § 3 de la Carta de las Naciones Unidas precisa que “Los Miembros de la Organización arreglarán sus controversias internacionales por medios pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad internacionales ni la justicia.” Más adelante el párrafo cuatro precisa que “Los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas.”

    Haré rápidamente algunas observaciones de este artículo. Se refiere a Estados Unidos que, en el pasado, usaba con frecuencia la fuerza como medio para solucionar los desacuerdos (antes de 1945) y quienes desde ese momento en adelante deben abstenerse de hacerlo. Es necesario advertir que este artículo no siempre fue respetado al pie de la letra…

    Pero para regresar a nuestro tema acerca de la violencia internacional, vemos los esfuerzos realizados sobre un plano normativo, pero también sobre un plano más concreto, con la finalidad de evitar el uso de la fuerza y los ejemplos son numerosos aunque no necesariamente hayan dado lugar a efectos positivos y se hayan resgistrado demasiados conflictos. Hay que observar que ahí está la debilidad del sistema de la Naciones Unidas, que sin duda es una de las críticas más divulgadas de la organización y que el 10 de septiembre de 1960, con motivo del conflicto en el Congo, Charles de Gaulle evocó como “esa cosa llamada ONU.”

    Sin duda, la principal debilidad proviene del mecanismo previsto en el Capítulo VII de la Carta que prevé que la Organización tenga la posibilidad de decidir por sí misma recurrir a la fuerza en caso de amenaza o de ruptura de la paz (artículo 42), pero sobre todo en el artículo 51: “Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales.”

    Bien podemos ver que el uso de la fuerza está prohibido a menos que… ya regresaremos a ese punto…

    Pero lo datos actuales ya no son en todo como los de 1945 y los de la Carta de las Naciones Unidas. Entonces, ¿qué fue lo que cambió?

    La violencia siempre ha estado ahí, pero son los actores y las características de esta violencia internacional los que cambiaron. Después de la guerra la situación internacional se caracterizó por la confrontación de los bloques Este-Oeste, la Guerra Fría, con sus consecuencias, los conflictos periféricos: sin enfrentamiento directo entre los dos Grandes. Pero esos conflictos generaron la aparición a gran escala de un fenómeno existente, el terrorismo internacional. 

    Una nueva era de violencia internacional

    La naturaleza de los conflictos y de la violencia internacional experimentó una verdadera transformación desde la creación de la ONU, ya hace 76 años.

    El periodo que siguió de 1945 hasta los años 60 estuvo marcado por el fenómeno de la descolonización y existieron conflictos menos mortíferos, pero con frecuencia más largos con nuevas (formas de violencia) violencias internacionales. A menudo se trataba de conflictos periféricos bajo la sombra de los Grandes (USA Y URSS) quienes sobrevolaban permanentemente. 

    Esas “guerras de liberación” presentan características particulares. Se llevaron a cabo al interior de un Estado preexistente (entidad autónoma , India Británica o bien Vietnam francesa, o como parte de un Estado soberano, Vietnam del Sur, Argelia en e caso de Francia). Esas guerras en un inicio consideradas jurídicamente como guerras civiles y después en 1960, con la llegada de una “mayoría africana”
    (mayoría de países africanos al interior de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1960 “año africano”) consideradas como guerras legítimas de la liberación y por tanto reconocidas como lícitas. 

    En un informe que personalidades de alto nivel entregaron a la ONU en 2004 intitulado Un mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos se precisaba que:

    “Hoy día, y en los decenios por venir, el mundo debe hacerse cargo de seis tipos de amenazas que comprenden:

    • Las guerras entre los Estados.
    • La violencia interna de los Estados (guerras civiles, violaciones masivas de los derechos del hombre, genocidio, etc.);
    • La pobreza, las enfermedades infecciosas, la degradación del medio ambiente; las armas nucleares, radiológicas, químicas y biológicas;
    • El terrorismo;
    • La delincuencia transnacional organizada”.

    En un informe del ex Secretario General Kofi Annan intitulado Un concepto más amplio de la libertad: desarrollo, seguridad y derechos humanos para todos precisa que “…todas estas amenazas pueden ser causa de muerte o reducir gravemente las posibilidades de vida. Todas ellas pueden socavar a los Estados como unidades básicas del sistema internacional”. 

    De entre ellas, las nuevas violencias internacionales desde 1945, por su clasificación cronológica y en orden de aparición son:

    • El terrorismo: de lo político a lo religioso y lo mafioso
    • Las violencias y guerras asimétricas: ex Al Qaeda ( Afganistán) –Siria – Sahel
    • Las violencias tecnológicas, ambientales, sanitarias.

    Respecto a la delincuencia transnacional organizada, ésta sale un poco del nuestro tema y al final no es tan reciente como los fenómenos mafiosos. 

    El terrorismo

    No soy de la idea de que antes de 1945, 1969 o 2021 no existiera el terrorismo. Existía bajo diferentes formas como el terrorismo de Estado; existía sobre todo bajo la forma de un terrorismo político muy focalizado o de un terrorismo de Estado o estatal. 

    Algunos ejemplos de este tipo de violencia ejercida en Europa: dos presidentes franceses Sadi Carnot por un anarquista italiano Caserino y Paul Doumer por un antibolchevique Gourgulov; Jean Jaurès por un nacionalista francés Villain; Louis Barthou por un revolucionario búlgaro que deseaba asesinar al rey Alexander I de Yugoslavia (asesinato del Archiduque François-Ferdinand por un nacionalista serbio de Bosnia Gavrilo Préncipe de Sarajevo, lo que conduciría a la declaración de la guerra del Imperio Austro-Húngaro en Serbia).

    Podríamos citar el asesinato de Lon Trotsky en México bajo las órdenes de Stalin, de Pancho Villa bajo las del diputado Barraza o aún más , para no perder demasiado tiempo o suscitar reflexiones fuera del tema que nos ocupa, retengamos únicamente los atentados anteriores a 1945.

    Del terrorismo de Estado, citemos el nazismo, los bombardeos de Dresde, el periodo estalinista de la URSS y por qué no la revolución cultural de China.

    De los atentados mencionados anteriormente de los motivos políticos, citemos los atentados de los años 70, en Europa esencialmente; un terrorismo internacional que valida nuevas formas y que apareció con los primeros desvíos de avión y las primeras tomas de rehenes. 

    Esos actos pudieron ser considerados por algunos como “comunicación política” que tenía por objetivo repercutir a nivel mundial en cuestiones que con frecuencia eran silenciadas o descuidadas según los terroristas (JO de Munich en 1972 por ejemplo, el asunto de Palestina); a menudo esto conducía a una solución relativamente rápida y, aunque con víctimas, regularmente sin baños de sangre. 

    El modelo del terrorismo internacional nació cuando las acciones de asesinato selectivo se transformaron en ataques de estilo militar con la voluntad de sembrar el terror. Aquí no estoy hablando de un terrorismo político intraeuropeo el cual quedó en lo anecdótico a pesar de ciertas acciones exitosas. Hablo en particular del terrorismo radical islamista que azotó toda Europa a partir de algunos países de Medio Oriente o de África (Argelia, Marruecos y Libia, esencialmente). En consecuencia, los grupos terroristas fundamentalistas desarrollaron una verdadera habilidad en esa área que culminó con el atentado del World Trade Center del 11 de septiembre de 2001.

    Este atentado marcará un segundo periodo en la evolución de la violencia internacional. Así que teníamos conflictos armados “tradicionales” y “guerras de liberación” en la descolonización, toma de rehenes y de desvíos de aviones y después, de cierta manera, una recuperación de esas técnicas en atentados llamados “ciegos”, que sembraban el terror de manera indiscriminada con el objetivo de crear una sensación permanente de angustia. Recordemos que el principal objetivo de la empresa terrorista es aterrorizar al pueblo y, al final, se torna hacia su gobierno para exigirle que cambie su política, es decir, para que ceda a las exigencias de los terroristas. 

    Es cierto, en lo que se refiere al terrorismo de los años 70, aún más en los atentados actuales. Los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos se perciben con frecuencia como venganzas de Ben Laden, es cierto, pero también es una acción que significa “el pueblo americano no está protegido, y ya no estará libre de un ataques como ese a menos que su gobierno cambie de política.”

    Los atentados del 11 de septiembre de 2001 son un terremoto para los Estado Unidos, golpeados por primera vez de forma violenta en su propio territorio (salvo un atentado en el estacionamiento del WTC en 1993 que no dejó muchos daños). Claro que Estados Unidos conoce el terrorismo, ese terrorismo interior perpetrado por “supremacistas” o nacionalista; claro que conocen los atentados en contra de sus embajadas en Kenia o en Tanzania (en 1998) por parte del mismo Ben Laden; pero un atentado con un alcance sin igual en suelo estadounidense, comandado desde el extranjero era simplemente imposible.

    Un nuevo periodo se abre, el de las guerras asimétricas 

    Éste nuevo periodo, sigue siendo el conflicto armado. Hasta aquí nada nuevo, pero ese conflicto armado esconde una guerra que sería calificada ulteriormente como “guerra asimétrica” y que no tenía base o definición jurídica, ya que es imposible para el plano del derecho internacional (conflicto armado = conflicto entre Estados). La guerra asimétrica no es algo nuevo, es una guerra desproporcionada como en las luchas de independencia o incluso, en las guerrillas al interior de un Estado. Sin embargo, el atentado del 11 de septiembre es una novedad que aparece a nivel internacional. 

    En retrospectiva: la Carta de las Naciones Unidas prohíbe recurrir a la fuerza pero prevé ciertos casos en los que ese recurso es lícito, especialmente en legítima defensa (la “excepción” antes mencionada).

    Que Estados Unidos sea atacado en su propio territorio desde el extranjero es un acto terrorista. Pero desde el momento en el que no sabemos qué es un acto de terrorismo internacional en nuestro territorio, si no tenemos ninguna “referencia”   (Francia y Europa lo supieron desde los años 70, por ejemplo), nos encontramos ante lo desconocido.

    En cambio, la historia de Estados Unidos abunda en ejemplos de conflictos armados, por tanto, de emergencia; y para tranquilizarse y volver a encontrar sus marcas, lo más fácil es hacer una paralelismo con un acto de guerra( un “ Pearl Harbour” 2001). Y listo, las autoridades norteamericanas encuentran algunas dificultades importantes: ¿Quién es el enemigo? ¿A qué estado solicitarle reparación de daños? ¿Contra qué Estado ejercer eventualmente su derecho de legítima defensa (artículo 51)? Tiene que haber una asimilación de este acto terrorista en un acto militar de agresión, no obstante, no todo es fácil de comprender. 

    Al ser atacados, Estados Unidos considera que se trata de una agresión armada y en consecuencia, utilizan el artículo 51 de la Carta para responder. Reconstituyen una ecuación que se eslabona, para ellos pero también para sus aliados, lógicamente: Ben Laden= Al Qaeda= talibanes= Afganistán. Y tenemos entonces a un Estado sobre el cual ejercer esta legítima defensa. Luego de pedirles a los talibanes la liberación de Ben Laden, Estados Unidos atacará Afganistán a partir del 7 de octubre del 2001. Tranquilos, Estados Unidos ataca un Estado y persigue a Al Qaeda.

    Eso pasa en Afganistán, y pasaría más tarde en Irak con el inicio de operaciones el 20 de marzo de 2003, por primera vez con el recordatorio de una amenaza –ahora por parte de un Estado- que conduce a la implementación del concepto de “legítima defensa preventiva” para Estados Unidos. No obstante, ese conflicto es, de principio, un conflicto armado más clásico, ya que al ejercerse entre Estados, más tarde se transformará en guerra asimétrica. 

    Ese es el principio de esas guerras asimétrica que continuarán en Siria contra ISIS y que actualmente se llevan a cabo en Sahel contra el movimiento Al Qaeda en el Magreb islámico. Esos conflictos traducen bien el cambio de naturaleza de la violencia, en particular de la violencia legítima que constata Weber. Aquí estamos en el corazón de la impugnación del monopolio de la violencia legítima “moderna” de un Estado por parte de grupos que pretenden precisamente establecer una autoridad como la de los Estados. Ellos no renuncian, sino que es lo contrario, al monopolio de la violencia legítima, pero al desear el advenimiento de un califato regido por la Sharia revindican un monopolio que tampoco es en beneficio del Estado, que es más bien en beneficio de la religión y por tanto, de los califas (u otros emires, por lo que no tiene sentido religioso). En nombre de la memoria, los talibanes introdujeron un Emirato entre 1996 y 2001; seguramente se disponen a reestablecerlo; Isis (Islamic State in Iraq and Syria) usa el término Estado cuando su líder se proclamaba Califa.

    “Efectivamente, muchos enfrentamientos ya no se desarrollan en campos de batalla identificables ni delimitados. Intervienen entre poblaciones civiles, lejos de los desafíos efectivos de los adversarios, en zonas turísticas o en medio de las ciudades. Oponen partes que en ciertos casos no son Estados, pero que aspiran a serlo (palestinos, minorías de la ex Unión Soviética, movimientos autonomistas, musulmanes de Bosnia, macedonios, albaneces del Kosovo , kurdos de Turquía o de Irak, tamiles de Ceylán, etc.) y otros que ni siquiera aspiran a constituirse en Estados, ya se trate de movimientos terroristas como Al-Qaeda o de movimientos alter mundialistas.”

    La violencia de las guerras asimétricas frecuentemente está relacionada con actos terroristas más que con acciones “militares” reales. Para comprender un texto de las Naciones Unidas publicado con motivo del 75° aniversario de la Organización: “Los conflictos siguen siendo el principal motor del terrorismo, y más del 99 % de todas las muertes relacionadas con el terrorismo se producen en países que participan en un conflicto violento o con altos niveles de terror político. La mayoría de los atentados mortales tienen lugar en Oriente Medio, África del Norte y África Subsahariana; en particular, Afganistán, Iraq, Nigeria, Somalia y Siria son los países con las cifras más altas.”

    No obstante, el número de víctimas en la lucha armada disminuye; recordamos cerca de 90000 víctimas en 2017 a pesar del aumento del número de esos conflictos en este periodo (en un periodo de treinta años nunca había habido tantos conflictos). Ese número de víctimas se puede comparar con el medio millón de víctimas de homicidios censados el mismo año.

    Por otro lado, los conflictos se fragmentan, son consecuencia directa de la naturaleza asimétrica de éstos. Como ejemplo, en lo que era el principio de una guerra civil en Siria, se había presentado ocho grupos antirégimen. En el momento más álgido de ese conflicto, que posteriormente se internacionalizó, se contabilizaron miles de grupos. 

    La amenaza tecnológica 

    En efecto, las amenazas tecnológicas “clásicas” subsisten; algunas encuentran regularmente una actualidad, como por ejemplo la amenaza nuclear con Irán, Corea del Norte o incluso, en otro plano, los submarinos nucleares que Estados Unidos y el Reino unido entregara a Australia (AUKUS) . 

    Pero uno de los hechos que destacan en el periodo actual es el uso de nuevas tecnologías en el universo de la violencia internacional y de los conflictos. 

    Desde hace algún tiempo los progresos tecnológicos permiten por ejemplo el uso de drones, ciberataques y en particular el hackeo de datos, que hace que la naturaleza misma de los conflictos se modifique y, evidentemente, que la respuesta sea débil. 

    Esas violencias internacionales ya no se caracterizan exclusivamente por ser actos armados, dirigidos por el Estado o por grupos no-estatales o religiosos, pero presentan nuevas posibilidades de acción.

    En sí, la amenaza tecnológica no es una nueva forma de violencia internacional, pero transforma la amenaza y por consiguiente, la violencia internacional que ejercen los Estados o grupos no estatales. La inteligencia artificial, por ejemplo, refuerza la eficacia y la precisión de los ataques de cualquier tipo, ciberataques, ataques biológicos o simplemente físicos. Estos ataques se han vueltos más precisos (por ejemplo la conducción láser de las bombas consideradas inteligentes) pero también cada vez más difíciles de identificar (localizar el origen del ataque se vuelve extremadamente complejo). Si le agregamos que a veces el ataque puede ser vinculado con un simple incidente o accidente…

    Otro punto importante reside en que esta violencia ejercida por medio de nuevas tecnologías y gracias a la inteligencia artificial permite liberarse de toda moral, ya que la intervención humana en el proceso de la violencia se resume en una decisión: la de poner en juego esas armas. Todo se programa lejos del teatro de operaciones y por un costo relativamente reducido. Enviar un dron militarizado, destruir un vehículo o una casa a miles de kilómetros y hacerlo a través de una simple pantalla, para las nuevas generaciones es algo que casi entra dentro del ámbito de los video juegos. Si agregamos la facilidad con la que cualquier grupo armado o incluso cualquier individuo puede acceder a esta tecnología, podemos comprender los peligros que pueden presentar esas nuevas tecnologías. 

    Un simple dron comercial basta para destruir un avión a punto de despegar penetrando en sus motores; por ejemplo si se carga en un dron uranio empobrecido (accesible en el el mercado de la red oscura o dark web market) junto a una pequeña carga explosiva podría tener el efecto de un pequeño ataque radioactivo al estrellarse en el centro de una capital. 

    Y la amenaza se toma muy en serio en cuanto a los ataques biológicos, ya que podrían destruir personas, animales, culturas y recursos- en particular las reservas de agua–, en especial porque los ciberataques logran apropiarse de los datos necesarios para cubrir los objetivos trazados.

    Los ciberataques también están en el centro de atención para Estados Unidos; cualquier tipo de infraestructura que sea un objetivo potencial: investigación, defensa, salud, enseñanza, centrales nucleares, represas, hospitales o mejor aún, tráfico en materia de elecciones como ya se ha mencionado en Estados Unidos, por ejemplo.

    Es inútil hablar aquí de la violencia en redes sociales, de los deepfakes (esos “videos falsos”) en las campañas de desinformación, de terror o en las campañas de reclutamiento como lo hemos visto con ISIS Daesh en Siria-Irak o mejor aún, del el financiamiento del terrorismo con las criptomonedas. 

    La violencia climática, ambiental e incluso sanitarias

    Los informes de las personalidades de alto nivel de 2004 mencionaban amenazas de tipo climático, ambientales e incluso, sanitarias; la delincuencia transnacional organizada también formaba parte de esas amenazas. Algunos autores se adueñaron de esos temas para calificar como “violencias internacionales” las acciones (o inacciones) de Estado o de grupos no estatales en ese ámbito. 

    Si lo hicimos por el terrorismo, las guerras asimétricas y la violencia ligada a la tecnología, entonces ¿por qué no mencionar las otras amenazas de la no-violencia? ¿Por qué no mencionar la violencia en la crisis sanitaria provocada por el COVID19? ¿Por qué no mencionar la violencia climática que lleva a olas de decesos y a olas migratorias de amplitud desconocida hasta ahora?

    Una simple respuesta: nuestro postulado, en un inicio, era hablar de la violencia internacional como “uso de la fuerza” y además, de la fuerza armada. Sin embargo, podemos ver que más allá del uso de la fuerza armada, los Estados o los grupos políticos o religiosos recurren a medios diferentes cuyos efectos pueden ser más devastadores: ¿se maginan que un Estado utilizara una crisis sanitaria tipo COVID19 con la finalidad de paralizar la economía mundial y poner de rodillas a sus competidores?, ¿se imaginan que un país devastado por el hambre y la enfermedad ya no existiera virtualmente como Estado si no fuera por su territorio?, ¿y si le agregamos que los recursos del subsuelo sólo pudieran explotarse con la ayuda de otros Estados?, ¿imaginan que un Estado sin recursos esté obligado a recibir en su subsuelo o suelo los desechos (peligrosos o no) de los Estados industrializados?

    Está claro que, como escribe Nick Butler, algunos (franceses) “…tienen razón en considerarlos riesgos asociados a los cambios climáticos como asuntos que no sólo se relacionan con la política energética y con la protección del medio ambiente, sino también con desafíos mayores en materia de defensa y de seguridad”. 

    Sí, por el momento son amenazas; sin duda son violencias que vendrán.

    Como conclusión, ¿qué futuro nos espera?

    En 1945, la primera misión de la ONU era conservar la paz internacional, favorecer las relaciones pacíficas entre Estados en un mundo que salía de las atrocidades de dos guerras mundiales.

    Vale la pena reiterar que el derecho internacional, a partir de la violencia internacional de 1945, ya no parece estar totalmente adaptado a la circunstancia y a las nuevas formas de violencia.

    Si nuestro mundo parece más seguro si pensamos en términos de conflictos armados, es sin duda alguna porque las amenazas, o su naturaleza, han evolucionado y son menos visibles que antes. Necesitamos aportar respuestas innovadoras ante las amenazas y las violencias que resulten. No parece que la ONU esté en condiciones de hacerlo en el estado actual de sus competencias en sentido jurídico. Éstas se establecieron para salir de una guerra clásica y ya no son las mismas en nuestro contexto actual.

    La mayoría de los conflictos actuales oponen Estados y grupos políticos o religiosos no-estatales. El derecho internacional y las Naciones Unidas deben poder jugar un rol en este tipo de conflictos en la medida en que sean el resultado de la caída de un Estado en funcionamiento (dictadura, delincuencia de las instituciones, corrupción, etc.) o de la voluntad de establecer un orden nuevo diferente, de derribar un Estado que representa al enemigo a combatir. Sin embargo, el Estado es irrefutablemente el sujeto del derecho internacional.

    La idea de un nuevo “derecho internacional de la seguridad y de la protección” se mencionó paralelamente con la emergencia del concepto de “protección humana” que el Secretario General de las Naciones Unidad Ban KI-Moon retomó en 20011.

    La violence internationale : un changement de paradigme

    Par Pierrick LE JEUNE

    L’expression « violence internationale » peut recouvrir bien des significations. En limitant notre étude à la violence entre les nations, entre entités politiques, peut-être faut-il d’abord s’interroger sur l’Etat et la violence qu’il met en œuvre – c’est, pour certains auteurs, l’une de ses caractéristiques – puis voir les implications de cela au plan international.

    Historiquement, violence légitime ; aujourd’hui légitime défense ou légitime violence

    Lorsque l’on parle de violence de l’Etat, les écrits de Max Weber (sociologue, politiste, économiste allemand fin du XIXe début XXe) ne sont jamais loin. Et, au travers de la définition de l’Etat donné par Max Weber dans « Le savant et le politique », la notion de violence et plus particulièrement de la violence légitime apparait comme point central. En effet, pour Weber, « L’État est cette communauté humaine, qui à l’intérieur d’un territoire déterminé (…) revendique pour elle-même et parvient à imposer le monopole de la violence physique légitime » .

    Une précision d’emblée, Max Weber évoque, dans sa définition, la « violence légitime ». Il s’agit pour lui de donner une définition sociologique en décrivant l’Etat tel qu’il le perçoit et l’analyse, non pas comme il le souhaite, non pas comme il devrait être selon lui. C’est donc bien une définition du pouvoir de l’Etat et non pas une justification de la violence que celui-ci met en œuvre envers le peuple ou, pourquoi pas, d’autres entités.

    Car précisément, Weber le définit comme cela à son époque, l’Etat dispose de ce moyen spécifique et en dispose seul. Il dispose du monopole de cette violence légitime, les autres entités ou groupements politiques ou autres n’en disposent pas ou plus exactement n’en disposent plus (armées, églises, villes, fiefs, etc.). Bien entendu, il conviendrait de débattre sur les termes de la définition comme les mots « violence » ou « légitime ». Quelques mots simplement avant d’utiliser cette définition dans le cadre de notre sujet « la violence internationale ». Sur le mot « légitime », cela renvoie sans doute au fait que, sur le territoire de l’Etat, une majorité de la population accepte l’Etat comme étant celui qui doit trancher les conflits en dernière instance et faire respecter sa décision. On peut débattre de cette notion de légitimité mais elle renvoie au fait majoritaire et donc, dans l’Etat dit « moderne », cela renvoie à la notion de souveraineté avec une reconnaissance factuelle du bien-fondé du pouvoir à un instant précis. Inutile de prolonger cette digression qui n’a que peu d’intérêt par rapport à notre sujet du jour. 

    En revanche, la notion de violence est au cœur de notre réflexion d’aujourd’hui. Le terme de « violence » utilisé dans les traductions de la définition de l’Etat selon Weber est parfois critiqué. Il est question, dans des traductions plus élaborées, mais peu utilisées, non pas de « violence » mais de « contrainte », qui est elle-même définie comme « moyen de garantir le droit ».

    Nous voyons la notion de droit apparaitre et donc, pour notre sujet relatif à la violence internationale, peut-être faut-il se pencher sur le droit international. 

    Le droit international public fait référence à la violence dans des cas très particuliers : il s’agit principalement de la question des vices de consentement pour un Etat au même titre que le dol ou l’erreur. C’est une question très technique qui concerne l’utilisation de la contrainte pour faire pression sur un Etat ou sur un de ses représentants, par exemple lors d’une négociation afin de le faire accepter un accord ou signer un traité international. C’est très particulier, et cela reste assez marginal.

    En revanche, lorsqu’on évoque la violence dans les relations entre Etats en droit international, on utilise la notion de recours à la force. Et, comme dans la plupart des cas en droit, si le principe est clair, il appelle néanmoins bon nombre d’exceptions plus difficiles à cerner.

    Peut-être faut-il tout d’abord préciser que le droit international est le droit qui régit les rapports entre les Etats et entre les Etats et les organisations internationales. Ainsi, sauf rares exceptions, ce droit ne concerne pas directement les personnes physiques ou les autres personnes morales. Bref, et pour simplifier, c’est un droit qui régit les relations interétatiques.

    Si l’Etat dispose du monopole de la violence légitime à l’intérieur de ses frontières, au plan international, la situation a beaucoup évolué. L’article 2 § 3 de la Charte des Nations Unies précise que « les Membres de l’Organisation règlent leur différends internationaux par des moyens pacifiques de telle manière que la paix et la sécurité internationales ainsi que la justice ne soient pas mises en danger ». Le paragraphe 4 précise ensuite que « les membres de l’Organisation s’abstiennent, dans leurs relations internationales, de recourir à la menace ou à l’emploi de la force, soit contre l’intégrité territoriale ou l’indépendance politique de tout Etat, soit de toute autre manière incompatible avec les buts des Nations Unies ». 

    Sur cet article, quelques remarques rapidement. Il fait référence aux Etats, qui, par le passé, utilisaient fréquemment la force comme moyen de règlement des différends (avant 1945), et qui doivent désormais s’abstenir de le faire. Force est de constater que cet article n’a pas été toujours respecté à la lettre…

    Mais pour revenir à notre sujet sur la violence internationale, on voit les efforts faits sur un plan normatif, mais également sur un plan plus concret, afin d’éviter l’utilisation de la force et les exemples sont nombreux même s’ils n’ont pas forcément été suivis d’effets positifs et que trop de conflits ont été enregistrés. Faut-il y voir une faiblesse du système des Nations Unies, c’est sans doute l’une des critiques les plus répandues à propos de l’organisation que Charles de Gaulle le 10 septembre 1960 à Nantes à propos du conflit au Congo a évoqué  comme « Le machin qu’on appelle l’ONU ».

    La principale faiblesse provient sans doute du mécanisme prévu au Chapitre VII de la Charte qui prévoit que l’Organisation peut elle-même décider de recourir à la force en cas de menace ou de rupture de la paix (article 42) mais surtout de l’article 51 : « Aucune disposition de la présente Charte ne porte atteinte au droit naturel de légitime défense, individuelle ou collective, dans le cas où un Membre des Nations Unies est l’objet d’une agression armée, jusqu’à ce que le Conseil de sécurité ait pris les mesures nécessaires pour maintenir la paix et la sécurité internationales… ».

    On le voit bien, l’usage de la force est interdit sauf…  nous y reviendrons…

    Mais les données actuelles ne sont plus tout à fait celles de 1945 et de la Charte des Nations Unies. Qu’est-ce qui a donc changé ?

    Si la violence est toujours là, ce sont acteurs et les caractéristiques de cette violence internationale qui ont changé. La situation internationale au sortir de la guerre a été caractérisée par la confrontation des blocs Est-Ouest, la guerre froide, avec sa conséquence, les conflits périphériques : pas d’affrontement direct entre les Grands. Mais ces conflits ont généré l’apparition à grande échelle d’un phénomène existant, le terrorisme international.

    Une nouvelle ère de violence internationale.

    La nature des conflits et de la violence internationale a connu une véritable transformation depuis la création de l’ONU, il y a maintenant 76 ans. 

    Marquée par le phénomène de la décolonisation dans les années qui ont suivi 1945 jusque dans les années 60, cette période a connu des conflits moins meurtriers mais souvent plus longs avec de nouvelles (formes de) violences internationales. Il s’agissait souvent de conflits périphériques avec l’ombre des Grands (USA et URSS) qui planaient en permanence. 

    Ces « guerres de libération » présentent des caractéristiques particulières. Elles se sont déroulées au sein d’un Etat préexistant (entité autonome –Indes britanniques ou encore Vietnam français – ou partie d’un Etat souverain – Vietnam du Sud ou Algérie – France). Ces guerres ont d’abord  été considérées juridiquement comme des guerres civiles puis en 1960, avec l’arrivée d’une « majorité africaine » (majorité de pays africains au sein de l’AG des Nations Unies en 1960 « année africaine ») comme des guerres légitimes de libération et donc considérées comme licites. 

    Un rapport de hautes personnalités rendu à l’ONU en 2004 intitulé « Un monde plus sûr, notre affaire à tous » qui précisait que « aujourd’hui, et pendant les décennies à venir, le monde doit s’occuper de six types de menaces, à savoir :

    – La guerre entre les Etats ;

    – La violence à l’intérieur des Etats (guerres civiles, violations massives des droits de l’homme, génocide, etc.) ;

    – La pauvreté, les maladies infectieuses, la dégradation de l’environnement ;

    – Les armes nucléaires, radiologiques, chimiques et biologiques ;

    – Le terrorisme ;

    – La criminalité transnationale organisée. » 

    Dans un rapport de l’ancien Secrétaire général Kofi Annan intitulé « Dans une liberté plus grande : développement, sécurité et droits de l’homme pour tous  », celui-ci précisait que « tous ces phénomènes sont meurtriers ou peuvent compromettre la survie. Ils peuvent tous saper les fondements de l’État en tant qu’élément de base du système international » .

    Parmi celles-ci, les nouvelles violences internationales depuis 1945 sont, en les classant chronologiquement par ordre d’apparition :

    – Le terrorisme : du politique au religieux et au mafieux

    – Les violences et guerres asymétriques : ex Al Qaeda (Afghanistan) – Syrie – Sahel 

    – Les violences technologiques, environnementales, sanitaires.

    Sur la criminalité transnationale organisée, elle sort quelque peu de notre sujet et n’est finalement pas si récente avec les phénomènes mafieux.

    Le terrorisme

    Loin de moi l’idée de dire que le terrorisme n’existait pas avant 1945, 1969 ou 2001. Il existait sous des formes différentes comme le terrorisme d’Etat, il existait surtout sous la forme d’un terrorisme politique très ciblé ou d’un terrorisme d’Etat ou paraétatique.

    Quelques exemples européens : deux présidents français Sadi Carnot par un anarchiste italien Caserio et Paul Doumer par un anti bolchévique Gorgulov ; Jean Jaurès par un nationaliste français Villain ; Louis Barthou par un révolutionnaire bulgare qui souhaite assassiner le roi Alexandre 1er de Yougoslavie ; assassinat de l’Archiduc François-Ferdinand par un nationaliste serbe de Bosnie Gavrilo Princip à Sarajevo, ce qui conduira à la déclaration de guerre de l’Empire Austro-Hongrois à la Serbie.

    On pourrait citer l’assassinat de Léon Trotsky à Mexico sur ordre de Staline, Pancho Villa par le député Barraza ou encore, pour ne pas prendre trop de temps ou susciter des réflexions hors du sujet qui nous occupe, ne retenons que ces attentats d’avant 1945.

    Sur le terrorisme d’Etat, citons par exemple le nazisme, les bombardements de Dresde, la période stalinienne de l’URSS et pourquoi pas la révolution culturelle en Chine.

    Des attentats mentionnés précédemment, aux motivations politiques, aux attentats des années 70 en Europe essentiellement, c’est un terrorisme international revêtant de nouvelles formes qui est apparu avec les premiers détournements d’avion et les premières prises d’otages. Ces actes ont pu être considérés par certains comme de la « communication politique » visant à donner un retentissement mondial à des questions qui étaient fréquemment passées sous silence ou négligées selon les terroristes (JO de Munich en 1972 par exemple avec la question de la Palestine) ; conduisant souvent à une solution relativement rapide et, quoiqu’avec des victimes, souvent sans bain de sang.

    Le modèle du terrorisme international est né en transformant les actions d’assassinat ciblé de responsables en attaques de style militaires avec la volonté de semer la terreur. Je ne parle pas ici du terrorisme politique intra-européen qui est resté anecdotique malgré quelques actions d’éclat. Je parle en particulier du terrorisme radical islamiste qui a frappé partout en Europe à partir de quelques pays du Moyen-Orient ou d’Afrique (Algérie, Maroc et Libye essentiellement). Ce faisant, les groupes terroristes fondamentalistes ont développé un réel savoir-faire dans ce domaine, qui a abouti à l’attentat du World Trade Center le 11 septembre 2001.

    Cet attentat va marquer une deuxième période dans l’évolution de la violence internationale. Nous avions donc des conflits armés « traditionnels », des « guerres de libération » à la décolonisation, des prises d’otages et des détournements d’avion puis en quelque sorte une récupération de ces techniques pour des attentats dits « aveugles », ceux qui sèment la terreur de manière indiscriminée ayant pour but de créer un sentiment permanent d’angoisse. Rappelons que l’entreprise terroriste a pour but initial de faire que la population soit terrorisée et, en fin de compte, se retourne vers son gouvernement pour lui demander d’infléchir sa politique, c’est-à-dire de céder aux revendications des terroristes. C’est vrai du terrorisme politique des années 70, c’est encore vrai pour les attentats actuels. Les attentats du 11 septembre aux Etats-Unis sont souvent perçus comme une vengeance de la part de Ben Laden, c’est vrai, mais c’est également une action qui signifie « le peuple américain n’est pas à l’abri, et ne sera plus à l’abri d’une telle attaque sauf si son gouvernement change de politique ».

    Concernant ces attentats du 11 septembre 2001, ils constituent un séisme pour les Etats-Unis, pour la première fois frappés de façon violente sur leur sol (mis à part un attentat dans les parkings du WTC en 1993 mais sans trop de dégâts). Bien-sûr les USA connaissent le terrorisme, ce terrorisme intérieur perpétré par des « suprématistes » ou nationalistes ; bien-sûr ils connaissent les attentats contre leurs ambassades au Kenya ou en Tanzanie (en 1998) du même Ben Laden ; mais un attentat d’une ampleur inégalée sur le sol des Etats-Unis, commandité de l’étranger, c’est simplement impossible.

    Une nouvelle période s’ouvre, celle des guerres asymétriques

    Cette nouvelle période, c’est toujours celle du conflit armé. Rien de nouveau jusqu’ici, mais ce conflit armé cache une guerre qui sera qualifiée ultérieurement de guerre asymétrique et qui n’avait pas de base ou de définition juridique car impossible au plan du droit international (conflit armé = conflit entre Etats). La guerre asymétrique, ce n’est pas quelque chose de nouveau, c’est une guerre disproportionnée comme lors des luttes d’indépendance ou encore lors de guérillas au sein d’un Etat. Pourtant, avec l’attentat du 11 septembre, c’est une nouveauté qui apparait au plan international.

    Retour en arrière : la Charte des Nations Unies interdit le recours à la force mais prévoit certains cas dans lesquels ce recours est licite, notamment la légitime défense (c’est le « sauf » évoqué plus haut). 

    Les USA sont attaqués sur leur sol depuis l’étranger, c’est un acte terroriste. Mais lorsque l’on ne sait pas ce qu’est un acte de terrorisme international sur son sol, lorsqu’on manque de « références » (la France et l’Europe ont connu cela depuis les années 70 par exemple), on est face à l’inconnu. 

    En revanche, l’histoire des USA regorge d’exemples de conflit armés, alors dans l’urgence, et pour se rassurer et retrouver ses marques, le plus facile est de faire un parallèle avec un acte de guerre (un « Pearl Harbour 2001 »). 

    Mais voilà, les autorités nord-américaines rencontrent quelques difficultés d’importance : qui est l’ennemi ? A quel Etat demander réparation ? Contre quel Etat éventuellement exercer son droit de légitime défense (article 51) ? Il y a bien une assimilation de cet acte terroriste à un acte militaire d’agression mais tout n’est pas simple à appréhender. 

    Etant attaqués, les USA considèrent qu’il s’agit d’une agression armée et par conséquent utilisent l’article 51 de la Charte pour répondre. Ils reconstituent alors une équation qui s’enchaine, pour eux mais également pour leurs alliés, très logiquement : Ben Laden = Al Qaeda = Talibans = Afghanistan et nous avons donc un Etat sur lequel exercer cette légitime défense. Après avoir demandé en vain aux Talibans de livrer Ben Laden, les USA attaqueront l’Afghanistan à partir du 7 octobre 2001. Rassurés, les USA attaquent un Etat et pourchassent Al Qaeda.

    C’est ce qui s’est passé en Afghanistan, et c’est ce qui se passera plus tard en Irak avec un début des opérations le 20 mars 2003 avec, pour la première fois, l’évocation d’une menace – cette fois-ci de la part d’un Etat – qui conduit à la mise en œuvre du concept de « légitime défense préventive » par les USA. Cela étant, ce conflit est, au début, un conflit armé plus classique puisque s’exerçant entre Etats ; il se transformera en guerre asymétrique plus tard.

    C’est le début de ces guerres asymétriques qui continueront en Syrie contre ISIS et qui se déroule actuellement au Sahel contre le mouvement Al Qaeda au Maghreb Islamique. Ces conflits traduisent bien le changement de nature de la violence, en particulier de la violence légitime constatée par Weber. Nous sommes ici au cœur de la contestation du monopole de la violence légitime « moderne » d’un Etat de la part de groupes qui se veulent précisément établir une autre autorité que celle des Etats. Ils ne renoncent pas, loin de là, au monopole de la violence légitime mais, en souhaitant l’avènement d’un califat régi par la charia, ils revendiquent ce monopole mais au bénéfice non plus de l’Etat mais de la religion et donc des califes (ou autres émirs, ce qui n’a pas de sens religieux). Pour mémoire, les Talibans ont mis en place un Emirat entre 1996 et 2001, ils s’apprêtent vraisemblablement à le rétablir ; ISIS (Islamic State in Iraq and Syria) utilise le terme Etat quand son leader se proclamait Calife.  

    En effet, « beaucoup d’affrontements ne se déroulent plus sur des champs de bataille identifiables ni délimités. Ils interviennent au milieu des populations civiles, loin des enjeux effectifs des adversaires, dans les zones touristiques ou au milieu des villes. Ils opposent des parties dont certaines ne sont pas des États, mais aspirent à le devenir (Palestiniens, minorités de l’ex-Union soviétique, mouvements autonomistes ou indépendantistes, musulmans de Bosnie, Macédoniens, Albanais du Kosovo, Kurdes de Turquie ou d’Irak, Tamouls de Ceylan, etc.) et dont d’autres n’aspirent même pas à se constituer en États, qu’il s’agisse de mouvements terroristes comme Al-Qaïda ou de mouvements altermondialistes » .

    La violence des guerres asymétriques est souvent liée à des actes terroristes, plus qu’à de réelles actions « militaires ». Pour reprendre un texte des Nations Unies publié à l’occasion du 75ème anniversaire de l’Organisation : « Les conflits restent le premier facteur du terrorisme : plus de 99 % de toutes les victimes du terrorisme trouvent la mort dans des pays exposés à un conflit violent ou à des niveaux élevés de terrorisme politique. La majorité des attentats meurtriers ont lieu au Moyen-Orient, en Afrique du Nord, en Afrique sub-saharienne, en Afghanistan, en Iraq, au Nigéria, en Somalie et en Syrie, qui est le pays le plus touché » .

    Pourtant, le nombre de victimes de luttes armées diminue ; on évoque près de 90000 victimes en 2017 en dépit de l’augmentation du nombre de ces conflits à cette période (jamais autant de conflits depuis une trentaine d’années). Ce nombre de victimes est à comparer au demi-million de victimes d’homicides recensés la même année.

    Par ailleurs, les conflits se fragmentent, c’est directement la conséquence de la nature asymétrique de ceux-ci. A titre d’exemple, pour ce qui était au début une guerre civile en Syrie, le nombre de groupes anti-régime était de huit. Au plus fort de ce conflit qui s’est internationalisé par la suite, des milliers de groupes ont été dénombrés. 

    La menace technologique

    Certes, des menaces technologiques « classiques » perdurent, certaines retrouvent régulièrement une actualité, comme par exemple la menace nucléaire avec l’Iran, la Corée du Nord ou même, sur un autre plan, les sous-marins nucléaires qui seront livrés par les USA et le Royaume-Uni à l’Australie (AUKUS). 

    Mais l’un des faits marquants de la période récente, c’est l’utilisation de nouvelles technologies dans l’univers de la violence internationale et des conflits.

    Les progrès technologiques permettent désormais par exemple l’utilisation de drones, des cyberattaques et en particulier le piratage de données, qui font que la nature même des conflits s’en trouve modifiée et la riposte est naturellement affaiblie.

    Ces violences internationales ne sont plus uniquement caractérisées par des actions armées, menées par des Etats ou des groupes non étatiques politiques ou religieux, mais elles présentent de nouvelles possibilités d’action.

    En soi, la menace technologique n’est pas une nouvelle forme de violence internationale, mais elle transforme la menace et par conséquent la violence internationale qui est mise en œuvre par des Etats ou des groupes non étatiques. L’intelligence artificielle, par exemple, renforce l’efficacité et la précision des attaques, quel qu’en soit le type, cyberattaque, biologique, ou plus simplement physique. Ces attaques sont devenues plus précises (guidage laser des bombes dites intelligentes par exemple) mais également plus difficilement identifiables (remonter aux sources de l’attaque devient extrêmement complexe). Si l’on rajoute que parfois l’attaque peut être assimilée à un simple incident ou accident…

    Autre point d’importance, cette violence exercée via de nouvelles technologies et grâce à l’intelligence artificielle permet de s’affranchir de toute morale car l’intervention humaine dans le processus de la violence se résume à une décision, celle de mettre en jeu ces armes. Tout se fait de façon programmée, loin du théâtre d’opération et pour un coût relativement réduit. Envoyer un drone militarisé détruire un véhicule ou une maison à plusieurs milliers de kilomètres et ne le faire que par écran interposé, cela relève quasiment du jeu vidéo pour les nouvelles générations. Si l’on rajoute que cette technologie est facilement accessible à tout groupe armé ou même à tout individu, on comprend les dangers que peuvent faire courir ces nouvelles technologies. Un simple drone du commerce suffit à détruire un avion au décollage en pénétrant dans ses moteurs ; de l’uranium appauvri (accessible sur le dark web market) ajouté à une petite charge explosive embarquée sur un drone pourrait faire l’effet d’une petite attaque radioactive en s’écrasant au centre d’une capitale par exemple.

    Et la menace est également prise très au sérieux pour ce qui est des attaques biologiques qui pourraient détruire personnes, animaux, culture et autres ressources – en particulier les réserves d’eau – d’autant que les cyberattaques permettent de s’approprier toutes les données nécessaires à cribler les objectifs à viser.

    Les cyberattaques sont en effet également au centre de toute l’attention des Etats, tous les types d’infrastructures étant cibles potentielles : recherche, défense, santé, enseignement, centrales nucléaires, barrages, hôpitaux ou encore trafic en matière d’élections comme cela a déjà été évoqué aux USA par exemple.

    Inutile de parler ici de la violence des réseaux sociaux, des « deepfakes », ces « fausses vidéos authentiques », aux campagnes de désinformation, de terreur ou aux campagnes de recrutement comme nous l’avons vu avec ISIS Daesh en Syrie-Irak ou encore pour du financement du terrorisme avec les crypto monnaies.

    Les violences climatiques, environnementales ou encore sanitaires.

    Le rapport des hautes personnalités de 2004 (cf. supra) évoquait des menaces de nature climatiques, environnementales ou encore sanitaires ; la criminalité transnationale organisée faisait partie de ces menaces également. Certains auteurs se sont emparés de ces thèmes pour qualifier de « violences internationales » les actions (ou les inactions) d’Etats ou de groupes non étatiques dans ces domaines. 

    Nous l’avons fait pour le terrorisme, les guerres asymétriques et la violence liée à la technologie. Alors pourquoi ne pas évoquer les autres menaces dans nos violences ? Pourquoi ne pas évoquer la violence de la crise sanitaire Covid19 ? Pourquoi ne pas évoquer la violence climatique qui conduit à des vagues de décès ou des vagues migratoires d’une ampleur inconnue jusqu’ici ? 

    Une réponse simple : notre postulat de départ était de parler de la violence internationale comme le « recours à la force » et qui plus est, à la force armée. Mais nous voyons déjà qu’au-delà du recours à la force armée, les Etats ou les groupes politiques ou religieux ont recours à des moyens différents, dont les effets peuvent être plus dévastateurs : imaginez qu’un Etat utilise une crise sanitaire type Covid19 pour paralyser l’économie mondiale et mettre à genoux ses concurrents ? Imaginez qu’un pays soit dévasté par la famine et la maladie et n’existe virtuellement plus en tant qu’Etat si ce n’est par son territoire ? Si l’on ajoute que les ressources de son sous-sol ne pourraient être exploitées sans l’aide d’autres Etats ? Imaginez qu’un Etat sans ressources soit obligé d’accepter de recevoir dans son sous-sol ou sur son sol les déchets (dangereux ou non) des Etats industrialisés ?

    On voit bien, comme l’écrit Nick Butler, que certains (les français) « ont raison de considérer les risques associés aux changements climatiques comme des questions non seulement liées à la politique énergétique et à la protection de l’environnement, mais aussi comme des défis majeurs en matière de défense et de sécurité » . 

    Oui ce sont des menaces pour l’instant, oui ce sont sans nul doute des violences à venir… 

    En guise de conclusion, quel avenir ?

    En 1945, la mission première de l’ONU était de préserver la paix internationale, favoriser les relations pacifiques entre États, dans un monde tout juste sorti des atrocités de deux guerres mondiales.  

    Un constat : le droit international sur la violence internationale de 1945 ne semble plus totalement adapté aux circonstances et à ces nouvelles formes de violence.

    Si notre monde parait plus sûr si l’on pense en termes de conflits armés, c’est sans doute que les menaces, ou leur nature, ont évolué et sont moins visibles qu’auparavant. Il est évident qu’il faut apporter des réponses novatrices aux menaces et aux violences qui en découlent. L’ONU ne semble pas en mesure de le faire en l’état actuel de ses compétences au sens juridiques. Elles étaient établies pour une sortie de guerre classique, elles ne le sont plus dans notre environnement actuel. 

    La plupart des conflits actuels opposent des Etats et des groupes politiques ou religieux non étatiques. Le droit international et les Nations Unies doivent pouvoir jouer un rôle dans ce type de conflits dans la mesure où ils résultent soit de la faillite d’un Etat en place (dictature, déliquescence des institutions, corruption, etc.), soit de la volonté d’établir un ordre nouveau différent, donc d’abattre un Etat qui représente l’ennemi à combattre. Or l’Etat est le sujet de droit international incontestable.

    L’idée d’un nouveau « droit international de la sécurité et de la protection » a été évoquée  avec, en parallèle, l’émergence du concept de « protection humaine » repris par le Secrétaire Général des Nations Unies Ban Ki-Moon en 2011 .  

    Mais nous nous éloignons de notre sujet d’aujourd’hui…