Marzo de 2005

Quebrar límites…

Por: Julio Ortega Bobadilla

Fecha a no olvidar: 27 de enero de 1945. A finales del mes de enero de este año, se conmemoró el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz. Jefes de estado de diversos países se encontraron en una mañana de frío inclemente y hablaron más en nombre, de la humanidad que de sus personas y países, para decirnos que la memoria de esos hechos sigue presente y hacer al mundo la promesa de que tales actos no volverán a ser cometidos por nadie. No recordamos se haya realizado una evocación así (…)

La textura del infierno

Por: Alberto Constante

Porque los vivos tienen que recordar siempre Lo que los muertos no pueden olvidar nunca Laurence Durrell ¿Cómo vivir después del horror? El mal sufrido debe inscribirse en la memoria colectiva, pero para dar una nueva oportunidad al porvenir Tzvetan Todorov
La textura del infierno Hablar del mal no es más que un simulacro. Y, sin embargo, al igual que Heidegger frente a los prejuicios que envuelven al ser, podemos decir que el simulacro no nos exime de plantear la pregunta por el (…)

Mal de ojo

Por: Benjamín Mayer Foulkes

1. El mal de ojo en el borde
Dice Freud que la angustia ante el mal de ojo es la de quien posee algo valioso y frágil que teme la envidia de los demás (esto es, quien teme la envidia que él mismo habría sentido en el caso inverso). Tales mociones se traslucirían por vía de la mirada al haber sido denegada su expresión en palabras. Cuando alguien se diferencia de los demás por unos rasgos llamativos, en particular si son de naturaleza desagradable, se le atribuye una envidia de (…)

De Sade a Freud: el mal como un deber kantiano

Por: Daniel Gerber

En el comienzo de su texto Kant con Sade, Lacan afirma que la obra de Sade no se adelanta a Freud por el hecho de elaborar un catálogo de perversiones sino porque el tocador sadiano puede equipararse a aquéllos lugares que dieron nombre a las escuelas de filosofía antigua: Academia, Liceo, Stoa. ¿Cómo se justifica esta insólita equiparación? En todos estos lugares se piensa una nueva praxis y la teoría inherente a ella y el tocador sadiano es el espacio donde se produce una rectificación de (…)

En el nombre del padre, la “depredación sexual”: interrogantes, enigmas, dificultades

Por: Alberto Sladogna

Como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo. Isaías 66, 13 (Biblia de Jerusalén).
La noche de su cumpleaños 15 años le canté a Delgadina la canción completa, y la besé por todo el cuerpo hasta quedarme sin aliento: la espina dorsal, vértebra por vértebra, hasta las nalgas lánguidas, el costado del lunar, el de su corazón inagotable
Profesor Mustio Collado, Memorias de mis putas tristes, Gabriel García Márquez, México, 2004.
La cita bíblica nos lleva al nudo de un tema: el desamparo, la (…)

Espanto y silencio en la poesía de Paul Celan

Por: Evodio Escalante

Quizás el dolor es el verdadero principium individuationis. Vivir es aprender a vivir con ese dolor que nos adviene y permanece en nosotros de forma tal que de él y sólo de él estamos obligados a extraer nuestro sentido de la identidad. El sentido del ser, mientras la época no sea otra, encarna en un sentido del yo que permite que el sí mismo se corone en la tesitura de su estremecimiento más abismal. El sufrimiento se acoraza y produce silencio, mutismo, desesperación, rabia, y una cuota (…)

Desaparecidos, justicia y amnistía

Por: Edwin Sánchez Ausucua

Más allá de las fronteras que afectan a las naciones y las sociedades, recuerdo que durante el proceso de extradición de México a España del ex-militar argentino Ricardo Miguel Cavallo, se pudo escuchar de una de las familiares de las víctimas de la actividad represiva del siniestro personaje ahora encarcelado en España, una frase que se presentaba de alguna manera como enigmática: “ahora nuestras víctimas tienen un nombre” se decía.
¿Cuál es sentido de esa frase? Uno de sus sentidos posibles, (…)

El objeto del duelo

Por: Josafat Cuevas S.

“Huérfano de la muerte soy ahora”
Cardoza y Aragón
Para Hiram, mi hermano, muerto.
Este trabajo se organiza en torno al cuestionamiento de la concepción del objeto que, según Jean Allouch, sería la de Freud en su texto Duelo y melancolía. Me propongo discutir su crítica a la versión “freudiana” del duelo, desde dos perspectivas íntimamente vinculadas, presentes en su argumentación. La primera tiene que ver con consideraciones de orden general, ligadas a una contextualización histórica, que (…)

La vecindad del mal. Del otro yo al yo auténtico

Por: Ernesto Priani Saisó

Un asesino padece siempre un cierto grado de locura, aunque no por ello ha de ser menos calculador ni más cobarde.
En el fondo, puede tratarse de alguien exactamente igual que tú y que yo.
Wallander
¿Puede el mal ser objeto de nuestra cotidianidad? Esto es, ¿puede ser materia de trabajo, objeto de atención mediática, rasgo característico de uno mismo, en fin, un trozo de nuestra realidad diaria a la que no escinde, ni realmente atemoriza?
La respuesta es si. Y se sostiene en (…)

La crueldad de lo visible

Por: Lucía Rangel

…la inclinación innata del ser humano al “mal”, a la agresión, a la destrucción y, con ellas, también a la crueldad[1]
Sigmund Freud
Introducción
El deslizamiento que efectúa Freud del “mal” hacia la agresión, destrucción y crueldad[2] es una indicación problemática y no del todo evidente, y es en ese sentido que habría que retomar en qué términos el psicoanálisis puede abordar este tema. Otro punto de partida es la ubicación de ese espacio de la agresividad como inherente al ser humano e incluso hasta (…)