Revista Carta Psicoanalítica

El psicoanálisis en México, posee una historia que está llena de fracturas, alejamientos, amores y desamores entre los que nos dedicamos a este oficio. No podría afirmarse que todas esas desaventuras sean la única causa que le han colocado en nuestra cultura de manera marginal. Podríamos mencionar también, la hegemonía en nuestro país, de un punto de vista cientificista que se dedica al estudio de los fenómenos humanos centrándose en el laboratorio y en la obtención de una supuesta objetividad de acuerdo a la lógica cuantitativa de las llamadas ciencias de la naturaleza, a las cuales escapa la particularidad cualitativa de los hechos socio-culturales. Se quiere olvidar la cuestión del sujeto desde una perspectiva empirista que desconoce al hombre finalmente, porque, si algo caracteriza a ese objeto de estudio, es justamente la subjetividad.

La gente de la calle, conoce muy poco qué es un psicoanálisis y fuera de dos o tres grandes ciudades de nuestra geografía, existen pocos lugares dónde subsiste el empeño y el deseo de dedicarse a la que Freud definió como una profesión imposible.

La ignorancia de las entretelas de nuestro oficio aleja a los futuros psicólogos, médicos psiquiatras, y futuros psicoterapeutas de considerar nuestra práctica como la primera alternativa de tratamiento frente a los problemas emocionales.

Hemos notado también, que la gente presta poca atención a sus verdaderos problemas, los que atañen al corazón. Quizá por la razón que el poeta Yeats señalaba de manera radiante: El Hombre necesita de un valor temerario para descender al abismo de sí mismo.

A este cuadro desventajoso, se suman las múltiples promesas de curación de los programas de autoayuda, superación, las terapias de objetivos limitados, la eficiencia de los chamanes, los enfoques simplemente catárticos, y también, los ideales de una sociedad que sostiene como arquetipo a un hombre-robot sin titubeos, dedicado al deber y la eficiencia de sus actos y los de sus subordinados laborales y familiares, incapaz de la ambivalencia que caracteriza al hombre desde el principio de los tiempos. El síntoma y el dolor del paciente, desde este horizonte, quizá pueda comprenderse como un grito de alerta que señala el lugar de un deseo que quiere suprimirse o de la sombra del cumplimiento del deseo de otro, escondido en los pliegues de esa caverna oscura que llamamos identidad.

Frente a este panorama, nos hemos reunido a título personal, un grupo de psicoanalistas de distintas asociaciones, escuelas e historias unidos con el sólo propósito de proyectar nuestro trabajo, crear un espacio de discusión y recepción de los esfuerzos de otros colegas mexicanos y algunos invitados más, cercanos a nuestras ideas. Queremos que el psicoanálisis se salga de la caja de cristal y pueda ser un asunto cotidiano.

Decidimos formar una revista electrónica para contagiar nuestra pasión, aprovechamos este novísimo medio del Internet para franquear las fronteras de la distancia. Desde la red y a través de la palabra, queremos levantar nuestra voz para decir al público que el psicoanálisis no se perdió en las brumas del pasado siglo XX. Los psicoanalistas tenemos mucho que decir sobre la clínica y la cultura, las lecciones de los esfuerzos de nuestros amigos de la revista Acheronta las hemos asimilado, nos parecen útiles y valiosas, es un esfuerzo encomiable y más de un lector se preguntará por qué una nueva revista.

Hacemos una nueva revista, porque creemos que la especificidad de nuestra problemática mexicana merece un espacio que tome en cuenta las particularidades de nuestro medio, la historia mestiza que nos caracteriza, nuestros intereses y obsesiones.

Así salimos hoy a la luz, con esperanza y entusiasmo en nuestro haber, invitando a los colegas de todo México para que se nos unan en este esfuerzo y nos envíen material para publicación, noticias y comentarios que se integraran lo más pronto posible a esta revista CARTA PSICOANALÍTICA. La extensión de los trabajos no está limitada y la selección correrá a cargo del grupo del consejo editorial que arbitrará las publicaciones.

Pueden enviar ya, sus materiales al correo de nuestro director: juliusob@gmail.com.