El caso Hans desde Freud y Lacan

 Cristal Ornelas

 

¿Será que ignoran, hermanos, (porque estoy hablando a los que conocen ley) que la Ley es amo sobre el hombre en tanto que éste vive?

Romanos 7:1

De entrada el caso del pequeño Hans constituye el primer psicoanálisis con niños y Freud, aunque a distancia (a través del padre), lo trata igual que a un adulto, como alguien en quien se operan efectos a través de la palabra sobre sus construcciones fantasiosas. Su importancia teórica radica en que el desplazamiento del significante a través de las fantasías del niño permite a Freud plantear la Histeria de Angustia y reflexionar sobre el síntoma.

En el caso Hans es muy evidente el entrecruzamiento de las dos pulsiones: erótica, que calienta y construye vida y, de saber, que lo lleva a conocer y a producir. Su deseo de saber se mueve en torno al hace-pipí.

En un principio, la madre de Hans pudo no haber escuchado a qué se refería el hijo con el hace-pipí y caer en un significante fallido que no representa lo mismo para ambos.

Pensándolo a partir de Introducción teórica a las funciones del Psicoanálisis en Criminología [1] el crimen de la madre sería retener que ella no tiene hace-pipí, sustraer un objeto de saber en la historia familiar. El crimen, la falta a la Ley sería retener la verdad; porque tanto interés de Hans por el hace-pipí, su masturbación, su enamoramiento hacia la niña en Gmunden, son indicadores de que él conecta afectos eróticos con su hace-pipí y que se pregunta mas bien por lo que siente. La madre falsea entonces la respuesta, ignora la Ley acomodando a Hans como su falo.

¿Qué otras cosas hace el hace-pipí? Paulatinamente, el hace-pipí se va contextualizando y tomando diferentes sentidos; le ayuda a distinguir categorías: porque los objetos vivos tienen y los inanimados no.

La madre no da a Hans un lugar fuera de sí misma, lugar al Nombre-del-Padre, que haga triangulación previa al Edipo.

La mentira de que la madre tiene falo da lugar a una obsesión que gira en torno al falo imaginario de la madre y lo que él tiene por ofrecer para alcanzar la completud.

La mano que Hans pasa por el hace-pipí viene a recuperar la satisfacción que un día tuvo de la madre; la añoranza original es de la mano de mamá.

Hans se retrae del goce excesivo por el voyeurismo en que lo ha sumido la madre, mamá seductora y fálica, la fobia lo salva de esta seducción (verla vestirse, sus cumplidos, dormir con ella), es un grito (de jirafa, de Graf) al padre para que no lo deje solo con la madre.

Realmente no hubiera llegado yo

a conocer el pecado

si no hubiese sido por la Ley

San Pablo Romanos 7:7

Retomando la vinculación que hace Lacan sobre la epístola de la Ley de San Pablo y la Ley en Psicoanálisis, para mí la madre de Hans comete un crimen al ignorar la Ley y sustraerle al hijo el esclarecimiento sobre la diferenciación de los sexos, pero el padre comete también su crimen: estar ausente como padre real; porque se ubica como par de Hans respecto a la madre y no ejerce la Ley. Es un padre bueno, culto, sumido en el matriarcado con las visitas semanales a Lainz, además no regaña a su hijo, no impone límite entre éste y la madre y, por si fuera poco no lo escucha.

…”él estaba ahí, al lado de su mujer, el tenía su rol, discutía, se hacía <>, aunque fuera un poco por la mujer, pero en fin, el se ocupaba mucho del niño, no estaba ausente, y estaba tan poco ausente que incluso hacía analizar a su niño” La carencia, es justamente del padre terrible, el que prohibe a la madre, el que fundamenta el principio del complejo de Edipo porque está ligado a la Ley primordial de prohibición del incesto y que más allá de ejercer este rol su sola presencia alcanza el efecto inconciente de interdicción en la madre.[2]

Se trata de la intervención real del padre en torno a una amenaza imaginaria y no tanto a cortar algo del cuerpo. “La castración es un acto simbólico, cuyo agente es alguien real: el padre o la madre que le dicen <>, y cuyo objeto es un objeto imaginario”.[3] 

La transferencia con Freud es la garantía de las palabras del padre, para Hans Freud es el garante de la Ley.

Cuando Freud tiene la primera entrevista con Hans aparece el soporte transferencial que va a permitir el tratamiento. Al hacer que inicien un diálogo, al decirle lo negro es el bigote de tu papá, Hans sabe que alguien lo va a escuchar, porque el padre sólo traduce.

Las interpetaciones que Freud hace a Hans son desde el Saber y no desde el lugar de Sujeto supuesto Saber, ello reporta un costo, se induce a Hans a actuar lo interpretado (acting-out). Por ejemplo, cuando el padre le dice: “si no te pasas más la mano por el hace-pipí la tontería se te irá yendo” y Hans responde: “pero si ya no me paso más la mano”[4]

La carencia del Padre Real se compensa con la presencia de Freud, así la fobia se instaura supliendo a la metáfora paterna.

En el momento que Hans le dice a su padre: “¡oh, no! Es tan intensa porque me sigo pasando todas las noches la mano por el hace-pipí[5] apunta dos llamados hacia el padre: 1)desmiente eso de que me lo van a cortar y 2)qué puedes ofrecerme para que yo controle mi masturbación.

Cuando el padre le explica que mujeres y hombres tienen hace-pipí diferente hay un esclarecimiento que abre opciones al pensamiento de Hans; así como la posterior aclaración de que los varones no tienen hijos, posibilita que él ya no juegue a ser la mami de sus hijos imaginarios, sino el papi.

¿Qué hay más tigre de papel que una fobia,

en tanto que, muy a menudo

la fobia es una fobia que el niño tiene

al tigre de su álbum,

tigres realmente de papel?

Lacan Seminario 16, clase 20

A partir de Inhibición, Síntoma y Angustia,[6] la angustia es una nebulosa de un estado afectivo que produce displacer y que carece de representación, un temor indeterminado; desmantela al cuerpo, algo de éste no se puede controlar.

Inhibición es la limitación normal de una función (implica poner distancia entre el sujeto y el objeto) y Síntoma es la variación o la nueva operación de una función; entonces, al principio la angustia en Hans surge ante el caballo y la inhibición es a salir a caminar.

Según Freud en las fobias la angustia crea a la represión. La fobia es un logro porque centra en un solo objeto a la angustia dispersa; así parece más fácil controlar un miedo. El temor, el miedo específico se produce porque ya hay una representación.

El espacio del sujeto viene a organizarse en torno a ciertos límites que se convierten en de-limitaciones.[7]

Para Freud las fobias se ubican como histerias de angustia y la angustia en las zoofobias es angustia de castración.

En las fobias llama más la atención la intensidad de la angustia que el contenido asociado al miedo; en las fobias a animales no puede tratarse de una antipatía común a todos los seres humanos, porque suelen escapar de la dimensión de peligro normalmente aceptada, entonces, aparece como incomprensible. [8]

La angustia no proviene de la ausencia de la madre, sino de su presencia, del deseo que ella ha puesto sobre Hans.

El objeto fóbico en Hans se crea porque él tiene una pulsión erótica hacia la madre, descarga esta energía masturbándose (principio de placer) viene la represión como un mensaje del principio de realidad sobre el de placer (amenaza de castración) pero la represión elimina a la representación que lo guiaba hacia el objeto; la energía de búsqueda queda activa y por desplazamiento una nueva representación ocupa el hueco que dejó la representación original: el caballo.

El objeto fóbico es un intento de sostener una pregunta sobre el deseo y la falta, pregunta que queda sin respuesta, pero que produce una tensión en la que se generan metáforas.[9] Hans está sujetado por la propia pregunta, por el deseo de su madre que él no puede satisfacer porque quiere desear.

De acuerdo a Viltard las fobias infantiles parten generalmente de un dibujo o juguete, algo cuya forma puede ser destruida; entonces no hay objeto fóbico, se trata de los contornos resaltados. Así se puede considerar que en el dibujo de la jirafa la forma del caballo cobra el valor de un trazo escrito.[10]

En su síntoma fóbico el caballo lo va a castrar a nivel Imaginario porque en lo Simbólico la castración efectuada por el padre no se ha hecho patente.

La angustia del fóbico sobreviene cuando se da cuenta que ha perdido su miedo, perdiendo el miedo se pierde la seguridad porque ya no se sabe dónde es preciso detenerse.[11]

Hans expresa a lo largo de todo el caso lo que ha imaginarizado con sus fantasías. Asocia a un significante privilegiado su angustia.

La elección del significante caballo tiene relación con una ilustración que aparece en el primer libro del niño. El miedo que despierta el caballo es porque primero apoya la identificación con el padre y posteriormente la dificulta; esto último produce la angustia que precede a la fobia[12]

Pero el caballo según Viltard aparece también con un caballo de balanceo que Freud regala a Hans en su tercer cumpleaños, la madre del niño había estado en análisis con Freud, …”Entonces, a modo de fin de análisis ofrecer un caballo como revelación de lo que era supuestamente retenido por el analista, incluso escondido en él, develamiento último”…[13] se abre la interrogante ¿existe un vínculo del fin de análisis de la madre con la construcción posterior que hace Hans en torno al caballo?

La contextualización de ese significante lleva por la relación calle-caballo-mordida y está vinculada a la pregunta ¿quién piensa, antes de dormir en la calle y en el paseo… la madre o Hans?

Caballo… es el significante que se mueve vinculándose a otros en el análisis de Hans gracias a sus fantasías, sus construcciones míticas.

 “por causa del caballo

y por causa del caballo”

Hans

Antes de los 3 años Hans pregunta a su madre si tiene hace-pipí, ella responde afirmativamente; al ver ordeñar a una vaca dice que del hace-pipí sale leche.[14]

A los 3 ½ años la madre lo sorprende tocándose el pene y hace la amenaza de castración diciéndole que vendrá el doctor a cortárselo.[15] Pero esta amenaza no produce ningún efecto.

Hacia los 3 ½ años ve el hace-pipí del león y a los 3 ¾ se pregunta por el de la locomotora. Por esa época pregunta a ambos padres si tienen hace-pipí, ambos contestan que sí y aparece la primera vinculación con el caballo, cuando le dice a su madre que pensó que ella tendría uno tan grande como el de un caballo.[16]

Aparece su primera desconfianza a la teoría de la cigüeña cuando el día del parto ve tinajas con sangre y manifiesta que no quiere ninguna hermanita. Una semana después observa el hace-pipí de la hermana mientras la bañan y asevera: cuando crezca se le hará más grande.[17]

En el caso hay una evolución Real-Imaginario-Simbólico. Está la excitación en el hace-pipí (Real). La necesidad de explicarse el nacimiento de su hermana, la pregunta a la madre ¿tu también tienes un hace-pipí? (este cuestionamiento es efectuado alrededor de los 3 ½ años de Hans, cuando inicia la transformación en el cuerpo de la madre por el embarazo, probablemente también estaba en el proceso de control de esfínteres, esto que el padre no reporta permite que Hans abra un Imaginario con el significante del hace-pipí). Luego hay un pasaje Simbólico cuando el Imaginario se comparte con otro y circula el significante; pero Hans no encuentra una verdad sino en el Imaginario de la madre que él coloca en su Simbólico y toma como verdad, por tanto su estructura tiene una falla Simbólica y Hans va haciendo crecer un Imaginario que estalla en la fobia.

A los 4 ½ años se resquebraja la posición de falo imaginario de Hans porque constata que su hace-pipí es pequeño (que no puede colmar a la madre, está marcado cuando la madre le dice que es una porquería, indecente[18]) y porque es destituido de esta función por su hermana.

Hacia sus 4 ¾ de edad y durante el segundo viaje a Gmunden, cuando ya manifestaba angustia al anochecer, aparece el temor específico: “tuve miedo de que un caballo me mordiera[19] Aquí la angustia ya encontró como objeto al caballo. Después de su cirugía en amígdalas el temor se asocia a la mordida: “No le pases los dedos al caballo blanco, de lo contrario te morderá[20] Cuando el niño se recupera, sale con el padre a la calle y éste le esclarece la diferencia entre los sexos, Hans se siente bien porque hay pocos carruajes.[21]

Según Freud el esclarecimiento de los sexos despierta el complejo de castración y se vincula a la fantasía de las jirafas; en la cual llega a la correspondencia entre: jirafa grande-pene, grande (del padre) y jirafa arrugada (miembro de la madre), donde a través de esta fantasía Hans no puede medir su hace-pipí con el de su padre y el sentarse encima figura el deseo de posesión sobre la madre.[22]

Desde una lectura lacaniana la jirafa grande tiene que ver con la madre fálica y la pequeña con Hans, quien comprueba que es una escritura al arrugarla y sentarse encima. Así hace pasar el falo a lo Simbólico. [23]

Con esto pide al padre la garantía de que se puede hacer lo que se quiera con una jirafa dibujada, por ejemplo arrugarla; al mismo tiempo es una petición al padre para que valide el valor de intercambio del significante, ¿qué se puede hacer del dibujo en tanto que significante? pero Max Graf continua con su sordera electiva y se pregunta amparado en la teoría freudiana ¿qué quiere decir una jirafa arrugada?[24]

Hans, arruga una palabra: el apellido paterno, puesto que entre la pronunciación en alemán de Giraffe y Graf, g(i)raf sólo hay un ligero arrugamiento.[25] Al arrugar y aplastar el dibujo busca la integridad de su nombre.

“El simbólico es el significante pero el cuerpo del simbólico es la lengua. Gracias a la función de fonación la lengua permite “sonorizar” el significante y así hacer sentido. Lo que Hans busca hacer por medio de este arrugamiento del sonido de su Nombre propio es diferenciar el Nombre propio de la lengua común, soportar que los sonidos de su nombre estén en la lengua sin que ello amenace su integridad. Él busca hacer de su nombre un trazo de escrito, fuera-lengua y fuera-sentido. Hace dos jirafas, ha disociado fonetización y significante. Una de las jirafas está sonorizada, grita (y no grita cualquier cosa desde el punto de vista del sentido; ella denuncia esta separación, esta disociación), y la otra jirafa es de papel, muda, arrugada. La lengua resuena pero el significante es silencio. La portadora del Nombre propio, Lacan nos lo hace notar, es Hanna. Ella es quien se convierte en el amo del caballo, del significante, y la que por su lugar de ideal del yo, resuelve la cuestión de la posesión del falo. Por otro lado, es a ella a quien Hans –cansado de las preguntas de su padre sobre <<quiénes son estas jirafas>>- atribuye la jirafa arrugada, el escrito, el significante. ¿Qué decir de este cuerpo del simbólico, para el pequeño Hans, de esta G(i)raf que grita? ¿Qué ocurre cuando el significante <>?”[26]

Pienso al ruido como herencia de su fobia, así Hans, Herbert Graf, se convierte en músico y la música le permite sonorizar por medio de notas el significante, sin recurrir a la palabra.

Volviendo a las fantasías de Hans, tras aquella de las jirafas aparece la siguiente con el padre: “He viajado contigo en el ferrocarril y hemos roto una ventanilla, y el guarda nos ha llevado[27] a partir de la cual, según Freud Hans vislumbra que está prohibido ponerse en posesión de la madre.

Aparece la intervención directa, personal de Freud sobre lo negro alrededor de la boca, donde le habla sobre la rivalidad que siente hacia su padre por querer a su mamá. Freud le interpreta: “El negro es el bigote y los anteojos de tu padre”, esto hace sentido, porque a partir de entonces Hans empieza a manejarlo como un atributo y detestar el calzón negro de su madre, los cojines negros del tren, los caballos negros en las calles.

El caballo no amenaza a Hans con incorporarlo porque sobre su boca la fobia ha puesto el Negro que erige la barrera del miedo.[28] El padre interroga ¿Qué es este negro? ¿es hierro? ¿el bozal? ¿el freno? No, es el Negro.

“La imagen no está ya vinculada al cuerpo mas que por el Negro y el sonido no está vinculado al significante más que por el ruido”[29]

Hasta aquí el caso constituye un llamado al padre marcado por la rivalidad “debes arreglártelas conmigo, debes estar enojado conmigo” Hans (invoca al padre Real) pide al padre que se haga responsable de su papel frente a su mujer y que sea un padre del cual él pueda sentir miedo. Porque así, con el Don de la castración él podrá desear más allá del deseo de su madre.

Sin embargo, ya que Hans no tiene miedo ante la palabra de su padre, necesita el miedo hacia el caballo:

…”un miedo no es una angustia, en el miedo se sabe a qué se le tiene miedo: <>, eso es ubicable. La angustia es el vacío, en cambio el caballo está delante de la puerta, a la salida, está circunscripto y sobre todo puede ser nombrado: un significante que hace borde, que hace littoral, hace límite entre el exterior y el interior. Hans dice bien: <>. En cambio la angustia es confrontación […] con el deseo de la madre en donde uno es tomado, engullido, uno se pierde allí”. [30]

Las imágenes de iniciación a las heridas y el choque tienen relación con el pasaje de la castración materna (devoración de la madre) a la paterna (rivalidad). En este recorrido el significante caballo aparece como sigue:

1) vinculado a la mordida, mordida de la madre (el punto de partida es la boca)

2) en el juego de los caballos con las niñas (domestica al caballo, durante el juego puede golpearlo)

3) en el bigote del padre (lo negro) (el negro de la boca del caballo, el caballo pasa de la madre al padre: metáfora paterna)[31]

Hans tiene aproximadamente 4 ¾ años, aparece en él la angustia frente a los carruajes, a la partida de éstos, a que los caballos se tumben y a la partida del carro con él adentro.[32]

A partir del carro que se va aparecen centros de temor, alrededor de los cuales gira el restablecimiento de su seguridad, miedos de algo exterior, real; gracias a lo cual ya no es simplemente un sujetado. Porque la fuente de su angustia y de su fobia es por estar sujetado como falo de la madre.[33]

La frase a causa del caballo y a causa del caballo,[34] surgida en Gmunden cuando Fritz que jugaba a ser el caballo cae y a partir de la cual según Hans adquiere aposteriori la tontería, donde wegen (a causa de) conecta la fobia con wägen (coche) por anudamiento homofónico; es decir, por arrugar las palabras.

Hans teme ahora a los carros pesados, a lo negro en la boca del caballo, al barullo de las patas del caballo, asociado a: se tumbará y morderá.

Con la escena de la caída de un caballo pesado estalla la fobia.[35] Él se ve en la caída (el movimiento de la caída disocia Imaginario y Real), en ese caballo que hace barullo con las patas; porque ha caído como objeto a del plus de gozar de su madre (efecto de nominación real), entonces aparece angustia.

No tolera la caída del caballo, algo se inscribe más allá de la percepción de la caída real del animal. Queda atrapado en esa separación y se ve en el caballo caído.[36]

Empiezan a desplegarse una serie de conexiones: caballo-barullo, Lumpf-defecar[37] en la bacinilla donde el carruaje cargado y la cesta de niños hacen alusión al cuerpo de la madre (cargado de hijos) y al cuerpo de él (cargado de heces). En Lainz aparece el miedo a ir al baño[38] y accionar la descarga del inodoro por el barullo (fuerte-Lumpf y débil-pipí). Hans es el Lumpf y teme irse por el excusado y se asocia al miedo a la bañera[39] en Gmunden.

Hans está incorporado a su madre, está dentro de su cuerpo, puede ser evacuado, por eso percibe primero la desnudez y luego la ropa “las mujeres están desnudas bajo su vestido” [40]

En la fantasía del mecánico [41]cuando él está en la bañera y aquel le mete un taladro en la panza están asociados el Lumpf, el barullo que hace con las patas el caballo que cae y la panza de mamá embarazada de Hanna. A partir de esto sale a la luz el deseo de que la hermana no naciera; o bien, de que muera. Se asocia el barullo [42]con los gritos de Hanna que Hans no tolera.

Después de que ambos padres explican a Hans cómo vienen los bebés al mundo, éste figura la fantasía de tener hijos y ubica al padre como esposo de la abuela de Lainz y a su madre como pareja suya, pero se ha producido un movimiento respecto a esos hijos fantaseados, como dice Hans: “Antes yo era la mami, ahora soy el papi”.[43]

 Finalmente, la fantasía del instalador [44]alude a la castración paterna ”Ha venido y con sus pinzas me sacó primero el trasero y me dio otro y luego un hace-pipí” La mordida negra de la boca materna se convierte en la pinza paterna. Aquí el instalador va a des-sujetar algo, la angustia de estar sujetado, porque por estar sujetado no sabe a dónde puede llevarlo eso.

Caballo que ha comido su carro

Contempla el horizonte.

Henri Michaux

Hans, en realidad llamado Herbert Graf fue hijo del musicólogo Max Graf, además de ser un destacado director de ópera a nivel mundial.

Interesante coincidencia el caso Hans en Freud es un sendero de fantasías y encontrar que dedicó su vida a la música, remite inevitablemente desde Freud al vínculo fantasía-arte.

“Existe, en efecto, un camino de regreso de la fantasía a la realidad y es…el arte. Al comienzo, el artista es también un introvertido, y no está muy lejos de la neurosis. Es constreñido por necesidades pulsionales hiperintensas; querría conseguir honores, riqueza, fama y el amor de las mujeres. Pero le faltan los medios para alcanzar esas satisfacciones.” [45]

Que el artista elabora a través de su obra sus sueños diurnos, sustrayendo lo personal y disfrazando las fuentes prohibidas, posibilitando que otros extraigan consuelo de su propio inconsciente, por lo cual el artista obtiene agradecimiento y admiración, alcanzando por su fantasía de fama, poder y amor de las mujeres.[46]

Porge[47] plantea que hacia el final de su vida Herbert Graf busca un encuentro con el pequeño Hans, porque algo se perdió o quedó incompleto en Schönbrunn. ¿Qué fue a buscar? …”¿Un nuevo significante?”[48]

En 1971 Herbert Graf decide abrir un segundo centro en el festival de Salzburgo (encuentro mundial de jóvenes con ópera, conciertos, teatro y danza) en Hellbrunn (hell Brunnen: fuente límpida) que puede asociarse a Schönbrunn (de shöner Brunnen: bella fuente) éste último, sitio donde aparece la fobia de Hans.

Además los dos puntos guardan similitudes, el primero es un castillo cercano a Salzburgo como el segundo lo es con respecto a Viena y, ambos cuentan con parque y zoológico. Graf muere en 1973, no obstante su proyecto le sobrevive.

Freud cree que Hans salió bien librado de la fobia con el análisis; sin embargo, Lacan cree lo contrario, sobre todo respecto a su sexualidad, donde ubica que aunque parezca heterosexual está cercano en algo a la homosexualidad y estará limitado en su vínculo con la mujer.

La salida del complejo de Edipo en Hans es falseada, aunque haya salido gracias a su fobia, tendrá una vida amorosa marcada por el estilo del Imaginario.[49]

Hans acude a ver a Freud 14 años después de su breve análisis (1922), Freud refiere dicho encuentro, a saber: …”el análisis no había preservado de la amnesia el episidio, sino que él mismo había caído bajo ella”[50] Es decir, Freud alude aquí al éxito del psicoanálisis en la infancia; sin embargo, Viltard leyendo a Lacan ofrece una versión muy distinta donde Hans “no olvida la fobia, está olvidado el mismo”.[51] Remitiendo a cierto fracaso.

…“algo no ha sido abordado con Hans, es decir la relación con las niñas, él modificó su relación con la madre y eso es bastante, pero en la medida que el Padre Real le ha faltado, en la medida que su padre no había hecho un análisis, hay algo que quedó detenido en cuanto a su narcisismo como niño, su narcisismo de muchacho cuestionado por las niñas. El tiene niñas de sueños, niñas de su imaginación, y allí hay un problema que ha quedado suspendido y que no ha sido abordado”.[52]

Las producciones musicales de Graf adulto son niños imaginarios en los que puede mirarse incorporado al cuerpo de su madre, pero en una posición subjetiva que lo deja ausente de sí mismo. ¿Esto habría tenido lugar si su análisis hubiera continuado? o bien, ¿si el de su madre hubiera seguido?[53]

Max Graf escribe en 1942 “Cuando mi hijo nació, me preguntaba si no debía sustraerlo del odio antisemita reinante, que en ese momento difundía en Viena un hombre muy popular, el Dr. Luger. No estaba seguro de que no fuese preferible que mi hijo fuera educado en la fe cristiana. Freud me aconsejó no hacerlo <>” [54]  

Ante señalamientos como el anterior y por la intervención de Freud como padre simbólico es evidente que Hans no tuvo trangulación edípica, sino cuarteto ¿De quién es hijo entonces, de Graf o de Freud?

A modo de cierre

Freud habla de Hans como un Don Juan, mientras Lacan lee en el caso una relación fallida con las mujeres.

Hans es el caballo que quiere librarse de su carro, de una carga que no puede sostener; por ello el epígrafe de Michaux me ofrece una solución: después de las fantasías de ser devorado, comerse la carga significaría habérselas arreglado frente a ella y poder desear figurado en contemplar el horizonte. Esta opción me hace pensar en Freud.

Sin embargo, también puedo leerla como un destino: tragarse su fobia y ausente de sí mismo mirarse en sus óperas. Idea que me remite a Lacan.

Hans es un caso seductor y un clásico de imprescindible revisión, creo que cualquier lector queda fascinado con la frescura de su discurso y maravillado por una especie de galope a caballo recorriendo sus fantasías; sin embargo, quizá su mayor valor pueda estar en ponerlo a trabajar en la clínica psicoanalítica infantil actual, en el caso por caso.

Bibliografía

§ FREUD, S. Análisis de la fobia de un niño de cinco años (El pequeño Hans) t.X, En: Obras Completas, Amorrortu, Bs. As., 1990, pp. 3-118.

____Inhibición, síntoma y angustia, t.XX, pp. 73-164.

____23ª conferencia. Los caminos de la formación del síntoma, t.XVI, pp.326-343.

____25ª conferencia. La angustia, t. XVI, pp. 357-374.

§ JULIEN, Phillipe El Padre es un nombre. En: Del Padre. Seminario de Psicoanálisis (21 al 24 de julio de 1990, Montevideo) Transcripción Blanca M. Heredia, Córdoba, Argentina, 1991, pp. 13-33.

§ LACAN, J. Introducción teórica a las funciones del Psicoanálisis en Criminología. En: Escritos 1, s. XXI, México, 1990, pp. 117-141.

____Seminario 5 Las formaciones del Inconciente, clase 9 La Metáfora Paterna I. 15 de enero de 1958 y clase 10 La Metáfora Paterna II. 22 de enero de 1958.

____Seminario 16 De otro al otro, clase 20, 14 de mayo de 1969.

§ NOVOA, Víctor Las diferentes apreciaciones de Freud y Lacan sobre el caso del “Pequeño Hans”. En: Psicoanálisis. Teoría y Clínica, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 1999, pp. 70-94.

§ PORGE, Erik Del desplazamiento al síntoma fóbico En: Littoral Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, No. 2/3 blasones de la fobia, (traducción del No.1) Editorial la Torre Abolida, Córdoba, Argentina, 1987, pp.91-110.

§ VILTARD, Mayette Arrugar la Palabra, En: Littoral Revista de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, No.13 El niño y el psicoanalista, (traducción del No.22), E.P.E.L., Córdoba, Argentina, octubre de 1991, pp. 25-46.


[1] Lacan, Introducción teórica a las funciones del Psicoanálisis en Criminología, pp.117-141.

[2] Lacan, Seminario 5, clase 9.

[3] Idem.

[4] Freud, Análisis de la fobia…, p. 27.

[5] Idem.

[6] Freud, Inhibición, Síntoma y Angustia, pp. 73-164.

[7] Porge, Del desplazamiento al síntoma fóbico, p. 92.

[8] Freud, 25ª conferencia, p. 364.

[9] Novoa, Las diferentes apreciaciones de Freud y Lacan sobre el caso del “Pequeño Hans”, p., 84.

[10] Viltard, Arrugar la palabra, pp. 42-43.

[11] Lacan, Seminario 5, clase 9.

[12] Novoa, o.c., p., 84.

[13] Viltard, o.c., p. 32.

[14] Freud, Análisis de la fobia…, p. 8.

[15] Ibid., p. 9.

[16] Ibid., p.10.

[17] Ibid., pp. 11-12.

[18] Ibid., p. 18.

[19] Ibid., p. 22.

[20] Ibid., p. 26

[21] Ibid., p. 28.

[22] Ibid., pp.32-35.

[23] Lacan, Seminario 16, clase 20

[24] Viltard, o.c., pp. 36-37.

[25] Viltard, o.c.,p. 37.

[26] Ibid., pp. 38-39.

[27] Freud, Análisis de la fobia…, p. 36.

[28] Viltard, o.c., p. 34.

[29] Ibid., p. 45.

[30] Julien, El Padre es un nombre, p.27.

[31] Ibid., pp. 27-28.

[32] Freud, Análisis de la fobia…, pp. 39-41.

[33] Lacan, Seminario 5, clase 10.

[34] Freud, Análisis de la fobia…, pp.49-50.

[35] Ibid., pp. 42-45.

[36] Viltard, o.c., p. 31.

[37] Freud, Análisis de la fobia…, pp. 46-48.

[38] Ibid., p. 54.

[39] Ibid., p. 56.

[40] Viltard, o.c., p.33.

[41] Freud, Análisis de la fobia…, p. 55.

[42] Ibid., p. 61.

[43] Ibid., p. 80.

[44] Ibid., p. 83.

[45] Freud, 23ª. Conferencia, p. 342.

[46] Ibid., p. 343.

[47] Porge, o.c., p. 94.

[48] Ibid., p. 98.

[49] Lacan, Seminario 5, clase 10

[50] Freud, Análisis de la fobia…, p. 118.

[51] Viltard, o.c., p. 34. Remite a Lacan, Seminario La relación de objeto, 26 de junio de 1957.

[52] Julien, o.c.,p. 30.

[53] Viltard, o.c., p., 35.

[54] Idem., Extraído de: Reminiscences of Professeur Sigmund Freud by Max Graf. Psychoanalytic Quaterly, 1942, pp. 465-476.