Guadalupe Rocha

La violencia es una de las características inherentes y distintivas del ser humano que va marcando cada época, instalándose y cambiando de acuerdo a sus diversos escenarios. Guarda un carácter multívoco y puede ser ejercida tanto de forma visible y escandalosa como de forma silenciosa, con esos modos sutiles y casi inadvertidos en los que también opera. Asimismo, se revela en una variedad de expresiones casi incalculables que remiten a su vez a toda una serie de efectos que se inscriben en los cuerpos, las almas y el tejido social, sin concesiones o salvedades de forma tal que se puede convertir en un impulso que escapa a la posibilidad de nombrarla. Sin embargo, al mismo tiempo, la visibilidad exponencial de la violencia a través de las redes sociales, su generalización y la cotidianeidad de la misma en sus variadas expresiones la han ido convirtiendo en una realidad habitual, normalizándola y velando la crueldad que requiere e implica en cada acto en el que se ejerce. Se la ha ido convirtiendo en algo Natural, (propio de la Naturaleza) y se termina por hacerla en algo admisible e indiferente, algo que da cuenta de la anestesia de las emociones y del enmudecimiento de las conciencias que impera en nuestra época. 

Si bien es posible asumir que la violencia surge de los fundamentos de lo que hace al ser humano, y que necesariamente deja huella en toda cultura, asumiendo manifestaciones propias de éstas; es inevitable vislumbrar que hoy por hoy, aparece vinculada a la exacerbación del imperio del narcicismo, al enaltecimiento de su majestad el Yo aunado al decaimiento de los regímenes de intercambio y solidaridad, a la desaparición de los rituales y a la entronización de los valores y principios regidos por el Mercado. De cualquier forma, no hay un solo espacio de la vida que haya quedado libre de sus manifestaciones y el camino que ha seguido en nuestro proyecto civilizatorio parece dirigirnos hacia la extinción.    

 

¿Cuáles son las formas en las que actualmente se expresa la violencia? Con esta pregunta como eje de reflexión tuvo lugar el segundo Coloquio internacional organizado por el Centro de Investigaciones en Psicoanálisis y Ciencias Sociales (CEPCIS) y siendo fieles al proyecto de Carta Psicoanalítica como espacio abierto de apertura y pluralidad para compartir ideas, decidimos publicar los trabajos ahí presentados. Si bien no es un panorama alentador, se trata de una realidad ante la que hay que abrir bien los ojos y tomarla como un reto para intentar transformarla. Es así que en este número logramos reunir la reflexión que se lleva a cabo por colegas y profesionales de otras áreas que enriquecen y amplían la visión acerca de los diversos modos y contextos en los que se manifiesta la violencia, así como los efectos que su ejercicio produce en diferentes partes del mundo y a diversos niveles.