Blog

  • El cabo Lortie. Una reflexión sobre el caso a poco más de 30 años de distancia y desde una nueva perspectiva.

    El cabo Lortie. Una reflexión sobre el caso a poco más de 30 años de distancia y desde una nueva perspectiva.

     Rose – Marie Mariacca Fellman.

    Conferencia dictada en Xalapa, Ver. por Rose – Marie Mariaca Fellman (miembro de la elp) autora del libro Le parlem du caporal Lortie. Publicado por la Editorial L’Unebévue. 13 de mayo de 2015 Facultad de Psicología.

    El 8 de mayo 1984  (hace ya 31 años) un cabo militar quebequense de 25 años, fuertemente armado, irrumpe en la asamblea Nacional de Québec matando a tres personas e hiriendo a trece. Eran las 10 de la mañana hora en la que  según le habían informado, estaría la asamblea en plena sesión de trabajo. Su intención era matar a los asambleístas, principalmente a René Lévesque, presidente del partido québécois y Primer ministro de Quebéc. Al llegar al Salón  azul se dio cuenta -contrariamente a lo que esperaba- que la sala estaba vacía, sesionaban ése día a las dos de la tarde.
    Fue en dirección a la silla  del Presidente de la Asamblea, se sentó en ella  con la metralleta en mano y disparó Es necesario precisar que: (apuntó expresamente la sexta silla de la primera línea a la derecha, silla del 1er ministro de Québec Lévesque, se encontraron varias marcas de bala)  se quitó la prótesis dental, la lanzó .

    Las palabras de Lortie al entrar al salón azul de la Asamblea fue:
    Quiero (sacar, limpiar) al Québec de ésos gansters.
    ¿Quienes eran esos gansters? El Primer ministro del partido Québecois René Lévesque y los miembros de dicho partido.
    El móvil principal fue publicado por el periódico La Presse:

    Denis Lortie quería destruir al Partido Québécois por el mal hecho al francés’.
    Declarando amar y respetar su lengua materna, el caporal Denis Lortie era de la opinión que el Partido québécois tenía que ser destruido, justamente a causa del mal que hizo al francés desde su llegada al poder (…) Sostiene que hubiera podido atacar con éxito tanto a los edificios del Parlamento federal, como a embajadas,  inclusive al cuartel general de la Defensa nacional. Es a Québec sin embargo a quien quería golpear porque es ahí, según el, que se hizo más para destruir al francés.

    Algunas de sus palabras:
    Son personas que han hecho mucho mal a la lengua francesa, al Québec en Canadá.
    Mi lengua está en Québec y no quiero que nadie la destruya.
    El francés con el partido, con la ley del Primer Ministro Lévesque. No podremos hablar en francés. (pp.105)  .

    Y curiosamente algo le pasaba a él con su lengua francesa, había dejado de hablarla con fluidez.

    Pese a aparecer en la primera plana y ser uno de los enunciados más repetidos por Lortie –como la razón que lo lleva a irrumpir en el Parlamento- éstas palabras no fueron tomadas en cuenta, hay un silencio al respecto o en su defecto cobran mayor importancia las interpretaciones que terminan por anular lo dicho o hacer caso omiso.
    Hacer caso de sus palabras no significa  victimizarlo, inocentarlo, hacer de él una víctima. Mató a 3 personas, hirió a otras 13,  su responsabilidad está  clara. Y Lortie cumplió con la pena a la cual fue condenado.
    En la primera sentencia es declarado culpable de homicidio en primer grado y condenado a 25 años de prisión . En la segunda sentencia –después de una apelación- es declarado culpable en segundo grado, teniendo que cumplir una condena de 10 años de cárcel.

    Cassetts:
    Un dia antes de lo ocurrido en la Asamblea Lortie grabó tres cassetts con su voz, dirigido a un comandante de las Fuerzas Armadas, a un locutor de radio y a su esposa, en ése entonces. Estos cassetts  fueron escuchados por aquellas personas que estuvieron y formaron parte del proceso jurídico, me refiero a abogado, jueces, psiquiatras pero el contenido de las grabaciones son palabras que no trascendieron la dimensión judicial, es decir el ámbito e la escucha jurídica. Lortie quería que se supiera porqué iba a hacer lo que hizo, por eso es que una vez que grabó los entregó personalmente. El cassett para el locutor de radio estaba dirigido al público en general, le solicita expresamente que lo difunda en su emisión de radio.

    Lapsus

    Retomar éstas palabras y las demás  grabadas, es el punto de interés en la elaboración de éste libro que fue contundentemente reforzado al escuchar decir a Lortie

    “lo hago porque destruyo un parlem…(hé?) (hein?) un partido político que hace mal a la lengua francesa.

    Efectivamente intenta destruir un parlem
    Pero, ‘cual?

    Cuando se presenta un lapsus  de ésta naturaleza, hay que tomarlo en cuenta porque revela que el inconsciente esta en juego en todo su esplendor, de lo contrario, ignorarlo, es hacer oídos sordos a lo que esta dicho y a lo que le estaba pasando.
    Es a partir del momento de su arresto que se inició la dimensión que prevalecerá a lo largo de todo lo que fue la construcción‘del caso del caporal Lortie’, me refiero a una dimensión jurídica en busca de una sentencia y una psiquiátrica en busca de un diagnóstico.

    No me interesó el caso Lortie, como caso, me interesó Lortie,  hacer caso de lo que Lortie dijo, y lo que dijo lo dijo en esos cassettes.  El libro es  una transcripción, un establecimiento y una lectura  hecha a partir de la voz de Lortie y de los significantes que se desprendieron de ahí,  a partir de los cuales propongo una lectura. No una interpretación. Esa es la diferencia entre construir un  caso y hacer caso …a alguien.

    Establecimiento

    Hubo una transcripción ( es decir un pasaje de lo dicho por Lortie a una escritura)  por el buró du Greff (instancia jurídica).  Es un establecimiento que se adecuó a los parámetros en los que está inserto el ámbito jurídico, quiero decir con esto que hicieron un texto legible gramaticalmente, poniendo  una puntuación sintácticamente correcta,  pero que dista,  y por mucho, de ser lo que Lortie dijo. Las repeticiones de algunas sílabas no fueron tomadas en cuenta, así como ciertas expresiones y equívocos; los lapsus fueron directamente eliminados -como el anteriormente mencionado -. Se entiende que esto no tiene ningún valor para aquellos que buscan hacer una lectura con el objetivo de emitir un juicio, pero  tiene importancia desde otro lugar que no es el lugar del juzgar sino del escuchar y hacer litera a ésas palabras,  un acuse de recibo que permite -en el mejor de los casos- dar curso a lo que quedó atorado, sin recepción.
    De ahí la pertinencia de establecer otra transcripción a partir de la voz de Lortie en el que dejé  intacto este tipo de manifestaciones verbales.
    Porqué?

    El inconsciente es agramatical, a-sintáctico,  importa tal como se manifiesta, sea lo que sea que se diga, como los lapsus, es un fenoméno de lalangue . .

    Y es así como el inconsciente se manifiesta, analizar es buscar al analfabeta. El Inc. es ignorante de la escritura ortográfica, de ahí su riqueza, en su cifrado. La letra.

    No se trata de buscar significados a los signifiantes, sino de dejar que éstos hablen y ver a qué significados se pegan , si es que lo hacen. No tiene ningún interés construir una ‘novela’ coherente desde un punto de vista literario de lo sucedido con Lortie. A diferencia de las actuales publicaciones de biografías clínicas, lo que importa aquí es escuchar lo que dice y ver a donde nos lleva. Esta es la parte más valiosa de lo que Lortie aportó. Lo que menos importa aquí es establecer un relato con principio,  trama y desenlace. Importa lo que dice y a que remite, cuando remite a algo y cuando no, queda en suspenso, abriendo –en el mejor de los casos-  nuevos interrogantes: Hay en las palabras algo del orden de lo inagotable. El efecto de las palabras van más allá de lo que se puede decir sobre ellas, la entonación de algunas de ellas riman entre si, se conectan, es casi imposible dar cuenta de ellos en el pasaje a lo escrito.
    La agramaticalidad del inconsciente nos remite a lalangue entendida como una formalización lenguajera, es decir como una emergencia del real a través de un enunciado, un lapsus, una palabra, una letra, que no solamente se presenta sino que  establece un decir único

    Declaración estatutaria

    Una vez detenido, Lortie tuvo que redactar una  ‘declaración estatutaria’ en el que a pedido de los que lo solicitan -en este caso la policía-  tuvo que describir paso por paso lo acontecido,  haciendo un detallado relato de cómo sucedieron las cosas, una tras otra cronológicamente desde un día antes del evento, ésta  es una solicitud de rutina en cualquier proceso penal.
    El documento escrito por Lortie  es valioso en  la manera como está escrito, me refiero a la agramaticalidad, a la puntuación, a los taches, a las mayúsculas. Nos remite  al terreno  del inconsciente y su ‘ciframiento’.

    Palabras escritas como:
    Mêttre  con acento circunflexo (poner y amo) maître
    Parlement y parlement (parlamento y hablar, parlotear)
    Coronel Arsenault (Arsenault) juego homofónico en francés  con arsenal.
    êtat Unis (estado unidos) (estado de ánimo unido)
    Hay algo con los acentos muy importante en Lortie. Los acentos son signos diacríticos. Un  signo diacritique ( viene del griego que significa  διακριτικός diacritikós, « que distingue ») es lo que acompaña una letra  para   modificar el sonido o para distinguir una palabra de otra palabra homónima..
    •    Su objetivo es: modificar el valor fonético de la letra, permitir una lectura más precisa, evitar ambigüedades entre homofonías..
    Lortie al acentuar ciertas palabras quiso evitar una ambiguedad y las  implantó, provocando una ambiguedad  con la connotation corporal que tiene. Los significantes se implantan  en el cuerpo.
    Otras palabras fueron:
    ajeter (tirar y comprar) (que es lo que hace con su dentadura)
    trois personne (tres y  nadie o persona en singular)
    palabras escritas en maýusculas  como Arsenault y letras en mayúsculas como H o KItbag. Parlement
    Palabras repetidas como parlement
    Esto para para nombrar algunas.
    Piensen ahora en la grabación que es la oralidad pura. No hay un escrito que fije un sentido, que ancle. Esta perseguido por lalengua (escrito en una sola palabra).

    Porque importa esto? porque en la combinación de los acentos está la musicalidad de la lengua. La musicalidad es el resultante de las acentuaciones, resultado de las diferentes entonaciones por ejemplo de la ‘e’ é è ê ait. est, ai, est, et,
    Fait- fête-fé.

    Los significantes son una manifestación del inc. sólo hay que saber leerlo, a la letra. No interpretar. El desciframiento marca la diferencia entre un análisis a un no análisis.
    La a-gramaticalidad del inconsciente nos remite a lalangua,   es decir como una emergencia del real a través de un enunciado, un lapsus, una palabra, una letra, un sonido, que no solamente se presenta sino que establece un decir  único. Con único me refiero a que no es susceptible de poder ser extraído de su contexto, de su red y de ser leído sin ipso facto quedar difuminado en una dispersión que no lleva a nada.  Hay una «in-coherencia» que habla, es decir que lo dicho no obedece a  la coherencia conciente, racional de la lógica formal a la que estamos acostumbrados. Se trata de un ‘frayage’, de vías que se abren  a partir del efecto de ésa manifestación del inconsciente, no sin obstáculos y no sin discontinuidades.  No es del orden de la comprehensión.
    Cuando le preguntaron porque había hecho lo que hizo dijo que el primer Ministro de Québec René Lévesque  y el partido en el poder querían destruir su lengua que él llama ‘materna’: el francés.

    ¿Pero ¿Qué es  una lengua materna? Que es lo materno? (caso de hijos educados por el padre (seria lengua paterna? O seguiría siendo materna? Pero entonces porque materna?  o por abuelos o  abuelas de otra naconalidad, tias, adoptados etc…). Si es la primera lengua que escuchan sea quien sea que les hable, lo materno sería los sonidos escuchados en el vientre.
    La lengua materna, el Dr Lacan la llama en una sola palabra.  lalangue viene de la homofonía con ‘lallation’. Lallation viene de lalare latin que designa el canto lala para adormecer a los niños. El término designa el balbuceo de los niños que todavía no hablan, pero que ya producen sonidos. Es el sonido separado del sentido, pero no separado del estado de contento de los niños.  Esta  lengua es en toda lengua, su exceso, lo que en cada lengua no es formalizable, escapa a todo análisis lingüístico porque está constituida precisamente por aquello que el lingüista sólo puede ver como falla, como error y que, sin embargo, revela la presencia de un sujeto (del sujeto del inc.) Se trata del efecto del significante, en tanto que su grado de certeza toma un peso proporcional al vacío enigmático que se presenta  primero en el lugar de la significación. – hay vacío de la significación-.
    Es un efecto de afecto.

    No es lenguaje haciendo frases, proposiciones, es más bien lengua es decir multiplicidad inconsistente de elementos diferenciales que no fijan un sentido.
    Así como está escrita la declaración estatutaire de Lortie y lalengua en los cassetts.

    La acentuación,
    No hay una escritura que fije un sentido, solamente palabras, pausas, que juegan y que riman.
    Levesque (sin acento) es el apellido de su esposa y Lévesque (con acento) es el apellido del Primer Ministro del Parti Québécois. Lo notorio es que en el cassett dirigido al locutor hace un especial énfasis al pronunciar  ‘L é v e s q u e’ refiriendose al Primer Ministro, enfatiza el acento,  y al referirse a esposa lo pronuncia algo así como ‘Révéque’ que suena  como un apellido diferente al Lévesque que quiere aniquilar. Hay dos artículos en el periódico que confirman  esto, hablan del posible temor de Lortie  a la violencia en contra de Levesque (su esposa)  y de sus hijos.
    Pero,  su pasaje al acto vendrá a revelar que ésa violencia y ésa destrucción se resolvió de otra manera, no hacía sus hijos y/o esposa, sino hacia aquél y aquellos que él identifica que querían destruir(lo) su lengua. Un acento viene a marcar la distinción, ésa destrucción se resolvió no hacía Levesque sino hacía Lévesque con acento. Cabe señalar que la acentuación  es un asunto que remite directamente a lalangue.
    Lortie estaba perseguido en su lengua, en la destrucción de lalengua que él llama ‘materna’,  y curiosamente algo le pasaba en su lengua, que ya no podía hablarla fluidamente. Esa destrucción es sentida por el como  un goce, el goce de lalengua. Aqui se vislumbra un poco lo que es el vinculo entre lalengua escrita en una sola palabra y la lengua. Hay un saber que tiene que ver con el goce. Su lengua lo lleva lejos de si mismo, lalangue se hace cargo de las sensaciones y de las emociones que lo desbordan. Surgen como líneas de fuga sonora intensas,

    Estando sentado en la silla del presidente de la asamblea agarra su dentadura y la lanza.
    Esta dentadura localiza el lugar del implante del significante en el cuerpo,  y que no deja de tener un vínculo con lo que dice: “c´est une dent que j´ai contre le Québec. Contre le Parlement, exactement contre le Parti québécois.” « Es un diente que tengo contra el Quebéc, contra el Parlamento, exactamente contra el partido québécois”.
    Cuando está sentado en la silla del presidente del Parlamento, se quita la dentadura y la tira, dentadura que le impedía hablar bien, pronunciar bien. Aquí es donde se puede apreciar el implante, la encarnación del significante ‘dent’ en el cuerpo.
    Por otro lado, es curioso también, no tener dentadura a los 25 años.
    No hay una escritura que fije un sentido, solamente palabras, pausas que juegan y que riman, baile sonoro.

    Legendre:
    La dimensión jurídica fue promovida por la publicación del «caso» Lortie por por Pierre Lo que está promovido en un primer plano es el estatuto de la imagen, registro del imaginario, pero desconectado de su lazo con los significantes que se articulan, así como desvinculado con el registro del real, fundamental en todos los casos, más aquí tratándose de un asunto de lalangue. Éste des anudamiento lo conduce a una lectura privilegiada del imaginario.
    Cuando le preguntan a Legendre : que es un padre?  contesta: nada es más incierto, por la constitución humana que ésta noción de padre, que diría surge fundamentalmente de lo institucional puro.
    Claramente Legendre está instalado en el orden jurídico.

    Porque volver al asunto Lortie 30 años después?
    En 1995 salió publicado un libro escrito por su ex esposa Lise Levesque, que vuelve a poner el asunto en primer plano. Este libro viene claramente a reforzar, según mi lectura, que había algo en ésta historia de no concluido. Esto bastó para que retome lo que Lortie dijo escuchándolo desde otro lugar. Lo que permitió que salga a la luz algo diferente a todas las interpretaciones que se hicieron sobre el hasta entonces.

  • Histeria en el siglo XXI.

    Histeria en el siglo XXI.

     Lucy Marlén Orozco Hernández.

    Genealogía de la histeria

    Antigua Grecia

    Desde el inicio de los tiempos el ser humano se ha preguntado el por qué de todo lo que se encuentra a su alrededor, desde aspectos ajenos al sujeto como los fenómenos naturales, hasta otros que están tan inmersos en nuestra persona y que causan angustia, sufrimiento, dolor, preocupación e incluso la muerte, como lo son las enfermedades; uno de tantos padecimientos que ha causado extrañeza  es la histeria, debido a sus manifestaciones tan llamativas.

    Hipócrates de Cos (460 a. c.- 370 a. c.) quien resalta dentro de la genealogía de la histeria debido a que fue el quien nombró a esta enfermedad “histeria” que deriva de la palabra griega hystera, que significa útero,  mencionó que la histeria era causada por el desplazamiento del útero, al igual que los egipcios, este desplazamiento se presentaba, por un lado,  en mujeres que nunca han estado embarazadas o que no habían tenido ningún contacto sexual,  y por el otro mujeres que abusaban de esta actividad carnal, por lo tanto recomendaba como tratamiento que las mujeres jóvenes contrajeran matrimonio, y las viudas se volviesen a casar. (Roudinesco, 1999).

    Por otro lado la opinión que tenía Galeno de Pérgamo (130 d. c. -216 d. c.) sobre la migración de la matriz le parecía anatómicamente imposible, por lo tanto consideró que la histeria era provocada por una retención de sangre menstrual o de semen femenino (en la antigüedad se pensaba que las mujeres también eyaculaban), por consiguiente, si la retención de semen provocaba histeria, entonces, también debía de existir la histeria masculina. (Simon, 1984).

    Edad media

    En la edad media desapareció la concepción médica de la histeria, debido al poder que tomó el cristianismo, lo cual hizo que las incógnitas se vieran aclaradas por el pensamiento reduccionista que ofrecía la religión, por lo tanto,  la histeria y algunos trastornos psicóticos fueron catalogados  como posesiones demoniacas.

    El discurso de un Dios omnipresente y cruel que no tolera ninguna expresión del cuerpo, a no ser la sumisión y el sacrificio. La religión católica somete al cuerpo, principalmente al femenino, el cual es visto como un instrumento del diablo que tiene que ser controlado. Los síntomas histéricos se vuelven en contra de la ley de Dios que no tolera comportamientos extravagantes. (Ghedin, 2009).

    Es entonces, cuando se ve a las mujeres con estos comportamientos extraños, fuera del control de la ley de Dios y manipuladas por su propia naturaleza la cual como menciona Ghedin es un instrumento del diablo; se las cataloga como endemoniadas. De ahí es cuando se inicia con la casa de brujas la cual “dura dos siglos, y entre las víctimas supuestamente ‘poseídas’ se incluyen sobre todo a las histéricas.” (Roudinesco, 1999, p. 38).

    Más antecedentes históricos

    Siglo XVIII

    En la época renacentista, la histeria deja de ser un tema religioso y empieza a estudiarse por la medicina, como fue abordado en la antigüedad, estas teorías son reinsertadas en el paradigma científico, de igual forma, en esta etapa se empezaron a tomar en cuenta aspectos emocionales.

    Estos pensamientos de la antigüedad a la vez que son retomados por unos, son criticados por otros como, por ejemplo Charles Lepois (1563-1633) que critica la teoría sobre la retención de sangre menstrual, porque niñas que aún no menstrúan, señoras que dejaron de menstruar y mujeres que menstrúan en abundancia presentaban histeria. Afirma que esta enfermedad provine del cerebro, ya que se presenta en ambos sexos. (Roudinesco, 1999).

    Otro investigador que contribuyó al saber de la histeria fue Edward Jorden (1569-1632), quien dijo que la enfermedad también podría tener una causa emocional; “Las perturbaciones de la mente son muchas veces la culpa de esto y muchas otras enfermedades. (…) no somos maestros de nuestros propios afectos”. (Thornton, 1976, p. 120).

    Por otro lado Thomas Sydenham (1624-1689),  veía a la histeria y a la hipocondría como una misma enfermedad, cuando aquejaba a las mujeres afectaba desde el útero llamándola histeria y cuando los hombres la padecían era llamada hipocondría. (Rebollo, 2002).  Respecto de la definición de dicha enfermedad  Sydenham “llama histeria a todo desorden somático de origen psíquico (…).” (De la Mota, s.f., p. 2). A partir de Sydenham  la concepción orgánica decrece y es él mismo quien empieza a ver a la histeria como un padecimiento psicológico.

    Una vez que se empezó a ver a la histeria como un padecimiento de los nervios William Cullen (1710-1790), asignó el concepto de neurosis. El termino neurosis surge de las investigaciones que durante el siglo XVIII se realizaron con relación al sistema nervioso.

    John Ferriar (1761-1815) “da a los ataques y síntomas histéricos el nombre de conversión, rescatado después en el concepto de histeria de conversión” (De la Mota, s.f. p.2). El progreso logrado por Ferriar consiste en abogar por que se preste atención a la angustia de los histéricos, sin embargo, estos cuidados no son exclusivamente provistos por parte de los médicos, sino también por los amigos, quienes según Ferriar son los encargados de ayudar al que padece un mal espiritual. (De la Mota, s.f.).

    Más adelante nos encontramos con Philipe Pinel (1745-1826) médico de la Salpêtrière, quien da origen a la psiquiatría moderna, considera “la alienación  mental como una enfermedad (…), una perturbación de las funciones superiores del sistema nervioso. Por eso las ubica en la clase de las neurosis, es decir, de las afecciones del sistema nervioso ‘sin inflamación ni lesión de estructura’ (…)”. (Bercherie, 1980, p. 13).

    Pinel reconoce solo cuatro formas de psicosis: manía, melancolía, demencia e idiocia. En la manía, se pueden observar actitudes extravagantes, o exageradamente joviales o tristes.  Tiene un carácter puramente nervioso, sin alteración orgánica. (Ackerknecht, 1993). Si observamos la descripción que realiza Pinel sobre las manías, nos daremos cuenta que sus características se asemejan al cuadro de la histeria, poniendo al relieve la carencia de explicación orgánica.

    Siglo XIX

    Llegado el siglo XIX algunos de los teóricos que estudiaron la histeria fueron, por ejemplo, Paul Briquet (1796-1881) quien publicó un estudio sobresaliente acerca de la histeria, en dónde examinó más de cuatrocientos casos, descubriendo que la histeria, se presentaba predominantemente en mujeres, sin embargo no era exclusiva de este género, ya que, por cada veinte casos en mujeres, se encuentra uno en hombres. También detectó baja incidencia de la enfermedad entre la población de monjas y alta en prostitutas, rebatiendo la idea que se tenía en la antigüedad y que perduró siglos, de que este padecimiento tenía su causa en la frustración sexual. Decía que la histeria, era una neurosis del cerebro que perturba la expresión emocional. Además observó, cómo una mala herencia genética se combinaba con emociones violentas para poner en marcha la enfermedad. (Makari, 2012).

    Robert Brudenell Carter (1828-1918) quien escribió un influyente libro sobre la histeria en 1853, aconsejó para el tratamiento de esta enfermedad, duchas frías, ampollas y la cauterización. Propuso que los médicos dijeran a sus pacientes el siguiente discurso: “Comenzar con una afirmación positiva de que ella no tiene nada en absoluto al respecto, y en realidad, se encuentra en perfecto estado de salud; siendo sus dolencias, imitaciones fraudulentas de la enfermedad real (…)” (Thornton, 1976, pp.130).

    Bénédict Morel (1809-1873) describe la locura histérica, y plantea que se caracteriza por “(…) la presencia de alucinaciones y de delirios ‘extravagantes’, las tendencias impulsivas (homicidio, suicidio, (…)), la tendencia a ‘terminaciones deplorables’, (…), la degradación y una demencia precoz”. (Bercherie, 1980, p.65).

    Posteriormente nos encontramos con Jean – Martin Charcot (1825-1893) médico de la Salpêtrière, quien afirmó que la histeria  “es psíquica por excelencia” debido a que la sugestión puede provocarla o suprimirla.

    Charcot define a la histeria como neurosis, otorgándole un lugar dentro de las enfermedades nerviosas, de origen hereditario y orgánico, esto da el soporte para separarla de la simulación; atribuye a ésta un origen traumático vinculado con el sistema genital. (Roudinesco, 1999). Demostrando luego la existencia de la histeria masculina, que si bien ya se había hablado de ella, pocos eran los que realmente la consideraban viable.

    Charcot crea una clasificación de los ataques histéricos, la cual consta de en 4 fases. (Roudinesco, 1999):

    1) Epileptoide, con sus movimientos tónicos.

    2) De los grandes movimientos, con movimientos circulares y crisis de rabia.

    3) De las actitudes pasionales (alucinatoria), acompañada de actitudes de súplica  parálisis extáticas.

    4) El periodo termina, con contracturas generalizadas.

    Respecto a la terapéutica, Charcot introdujo a la hipnosis en el terreno médico, percatándose del importante papel de la sugestión y la ausencia de toda lesión orgánica en esa enfermedad, de esta forma  “descubrió que los síntomas no eran provocados por el choque físico, como se pensaba, sino por las representaciones ligadas a él que sobrevenían en el curso de un estado psíquico particular”. (Pérez-Rincón, 1998).

    Siglo XX

    Posterior a Charcot, la idea de la hipnosis quedó arraigada y dio pie a futuras hipótesis referentes a la histeria, como por ejemplo la de Hippolyte Bernheim (1840-1919) quien “coloca a la sugestión como módulo de la hipnosis (…). Afirmaba que los fenómenos de la histeria se debían a la sugestión”. (Melgratti y Antognazzi, 1991, p.8). Por lo tanto esta tenía su cura a partir de la hipnosis.

    Pierre Janet (1859-1947) alumno de Charcot quien igualmente utilizó la hipnosis como tratamiento terapéutico, convierte la histeria en una depresión o una alteración del espíritu, en la que los fenómenos ya no son sintetizados. (Roudinesco, 1999). Para Janet, “lo síntomas histéricos son el resultado de una disociación de la personalidad, en la que el sujeto manifiesta estados de conciencia que hasta entontes han permanecido en el subconsciente. En el subconsciente, dónde se encuentra la ‘idea patógena’” (Chertok, 1999, p. 21).

    Siguiendo la cronología estaríamos en este momento hablando de Breuer y Freud y su primera concepción de la histeria, pero en este apartado se omitirá para posteriormente abordarlo junto con las dos teorías que plantea Freud sobre la histeria desde la visión psicoanalítica.

    Entonces nos enfocaremos a hablar sobre investigadores que discutieron el concepto de  histeria, en pleno siglo XX, así podremos observar como la noción de esta va a dar un gran salto, como bien se ha ido observando en el marco de cada una de las épocas.

    Retomando el rumbo, nos encontramos con que en 1919 el psiquiatra y neurólogo Robert Eugen Gaupp (1870-1953) (Gaupp citado en Maleval, 1994) dijo: “(…) desembaracémonos del nombre y del concepto de histeria. No existe, y lo que denominamos histeria no es otra cosa que un producto artificial, iatrogénico, cuando no una mezcla de síntomas que podemos encontrar en cualquier clase de enfermedad y que no son patognomónicas de nada en concreto”. (p. 274). De la misma forma el psiquiatra y neurólogo Oswald Bumke  en 1925 afirma la desaparición de la histeria, un año después, el psiquiatra Emil Kraepelin (1856-1926) declara que la histeria es un síndrome indefinido. (Maleval, 1994).

    Es entonces cuando observamos el descontento de los psiquiatras del siglo XX con respecto a la nomenclatura de la histeria, afirman que esta es obsoleta, que es como un saco en donde se meten diversos síntomas.

    Por su parte André Breton (1896-1966) escritor y teórico surrealista y Louis Aragon (1897-1982) poeta y novelista, afirman en 1928 que la histeria no es un fenómeno patológico. Creen que se la debe considerar como el medio de expresión por excelencia. (Maleval, 1994). Estos literatos “publicaron un manifiesto surrealista titulado ‘El cincuentenario de la histeria (1878-1928)’” (Pérez-Rincón, 1998, p. 70).

    El psicoanalista Lucien Israël (1925-1996), tiene una idea distinta a las ya expuestas, el planteó en 1989 que: “La histeria (…) es una manera de rechazar la adaptación social. Entonces, no es necesario mirar muy atrás ni en el tiempo ni en el espacio para descubrir que la adaptación a ciertos regímenes (políticos) es una alienación consentida. (…)” (Maleval, 1994, p.271).

    A finales de los años setenta, dos autores estadunidenses, Hollender y Shevitz, publicaron en el Southern Medical Journal un artículo titulado «La paciente seductora», que parece ser un tipo de instructivo para que el médico general pueda reconocer la personalidad histérica: “En general la mujer es atractiva, usa ropa de colores vivos y con escote. Se maquilla exageradamente, sus movimientos corporales suelen ser sexualmente sugerentes (…)” (Hollender y Shevitz, citados en Pérez-Rincón, 1998, p.86).

    Este instructivo que plantean Hollender y Shevitz difiere del pensamiento psicoanalítico, el cual no establece un número de criterios predeterminados a cumplir para determinar una patología sino que intenta a partir de cada caso clínico hacer un estudio particular que rechace los bosquejos simples.

    Siguiendo con la idea sobre, pretender enmarcar un cuadro clínico estricto, utilizando un esquema rígido, buscando que el paciente encaje perfectamente en la descripción que se presenta, nos encontramos con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), el cual, es un claro ejemplo de croquis que se debe seguir rigurosamente.

    Respecto del DSM Chertok (1999) menciona que la exclusión de la histeria en este manual “es coherente con los criterios básicos con que se construyen esos sistemas que, al definir trastornos observables bien delimitados, no admiten síndromes tan polifacéticos y móviles como son los síntomas de la histeria.” (p. 5).

    La histeria desde el enfoque psicoanalítico

    Qué es la histeria

    La histeria está definida en Laplanche y Pontalis (2004) como una “clase de neurosis que ofrece cuadros clínicos muy variados. (…) la histeria de conversión, en la cual el conflicto psíquico se simboliza en los más diversos síntomas corporales, paroxísticos (ejemplo: crisis emocional con teatralidad) o duraderos (ejemplo: anestesia, parálisis histéricas, etc.)”. (p. 170).

    La histeria de conversión, en la cual “el cuerpo del histérico sufre de dividirse entre la parte genital, asombrosamente anestesiada y aquejada por intensas inhibiciones sexuales (…), y todo el resto no genital del cuerpo, que se encuentra paradójicamente, muy erotizado y sometido a erotizaciones sexuales permanentes.” (Nasio, 1991, p. 14). Entonces en lugar de que el falo sea la parte genital, éste se vuelve hacia todo el cuerpo, siendo el histérico en su totalidad el falo, no el portador del falo.

    La histeria expresa un conflicto que, incapaz de ser elaborado mentalmente, se traduce en síntomas físicos. Una crisis histérica podría ser considerada como la realización de un sueño. Estas manifestaciones dramáticas, físicas y afectivas pueden ser vistas como un intento de expresar y simbolizar un conflicto psicosexual y, al mismo tiempo, defenderse de reconocer el conflicto. (De Mijolla, 2005).

    El histérico no es consciente del trauma que lo aqueja, el solo se percata del problema por las manifestaciones físicas, el trabajo del psicoanalista es descubrir junto con el paciente el origen del malestar; el objetivo del psicoanálisis es buscar la cadena asociativa y lo que envuelve toda la problemática. “Ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola, sino que todas las veces el recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera en la causación del síntoma.” (Freud, 1896, p.196).

    “El no saber de los histérico era en verdad un… no querer saber, más o menos consciente (…)”. (Breuer y Freud, 1895, p.276). Respecto a eso, Freud menciona “un no querer saber”, porque el suceso fue vivido o fantaseado por el sujeto, por lo tanto, no lo ignora y lo sabe, pero lo olvida, lo reprime, en el caso de acontecimientos reales; respecto a la fantasía, ésta siempre fue inconsciente.

    Etiología de la histeria

    Freud y su primera concepción del trauma

    Freud al inicio plantea una relación directa entre las escenas traumáticas, y los síntomas histéricos de sus pacientes, por lo tanto, es preciso empezar con entender que es un trauma y cómo se configura. El trauma es  “un aflujo de excitaciones excesivo, en relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psíquicamente dichas excitaciones.” (Laplanche y Pontalis, 2004, p. 447). Un suceso puede ser traumático para una persona mientras que para otra no, dependiendo de esta capacidad de control y elaboración, que están determinadas por la construcción psíquica de cada sujeto.

    “Las más de las veces no se tiene un síntoma histérico único, sino un conjunto de ellos en parte independientes entre sí, en parte enlazados. No se debe esperar un único recuerdo traumático y, como su núcleo una única representación patógena, sino que es preciso estar preparado para encontrarse con series de traumas parciales y encadenamientos de ilaciones, patógenas de pensamiento” (Breuer y Freud, 1985, p. 293).

    “Puede ocurrir que en el material patógeno haya en juego más de una núcleo”. (Breuer y Freud, 1985, p. 295). Estos diversos núcleos, provocan distintos traumas y pueden estar encadenados entre sí; esto ayuda a la comprensión del surgimiento de un trauma, que es a partir de una escena que causó controversia y que en un futuro se repite. Más tarde el objetivo del tratamiento con pacientes histéricas cambia, y la búsqueda de las escenas traumáticas cede su paso al despliegue de las fantasías y su efecto patógeno, a la asociación libre que conducirá a una rehistorización del relato y vivencias de la paciente de tal manera que eso signifique de manera diferente su vida y logre introducir cambios subjetivos que hagan posible un reposicionamiento frente a los otros y el mundo.

    La fantasía, como concepto clave en la configuración de la teoría sobre la histeria

    Cabe aclarar que este concepto varía dependiendo del autor y la traducción al español, inicialmente se tradujo este concepto en la obra de Freud como fantasía, posteriormente se habla de fantasma. La traducción nunca es completa, el dicho dice traduttore tradittore, y el término alemán equivale no sólo a fantasía, sino imaginación, visión fantástica, etc.

    En Estudios sobre la histeria, Freud planteaba que el trauma se instauraba por la sobre estimulación sexual dada de un adulto a un niño, pero posteriormente se da cuenta que esta sensación afectiva, no necesariamente tenía que ser real, esto quiere decir que en algunas ocasiones era formada por el inconsciente de niño. A éstas representaciones inconscientes Freud las llamó fantasías.

    Freud en su segunda teoría, considera que la histeria ya no depende de acontecimientos traumáticos reales en la historia del paciente. Ahora se obtiene una explicación en dónde la sexualidad infantil surge a la vista, pensar en nuestra infancia y ver el desarrollo del propio cuerpo pulsional, comprendiendo cada una de las experiencia vividas durante la niñez, tomando en cuenta las diferentes zona erógenas (boca, ano, músculos, piel, ojos), cómo fuente de una experiencia traumática. (Nasio, 1994).

    De Mijolla (2005) menciona que el fantasma es el “trabajo en el inconsciente del secreto inadmisible de Otro (el incesto, el crimen (…)). Su ley es la obligación de la ignorancia. Su manifestación, como la ansiedad, es el retorno del fantasma con palabras extrañas y actos y síntomas (fóbico, obsesivo (…)).” (p. 1265). Es el deseo que no tiene cabida dentro de la norma instaurada por el otro.

    En esta nueva teoría, el fantasma (…) está tan sometido a la represión (…) y también es portador de un exceso insoportable de afecto, exceso que ahora denominamos angustia. Angustia que, al desbaratar la acción de la represión, hallará su expresión final en un trastorno del cuerpo. (…) La angustia es el nombre que adoptan el deseo y el goce una vez inscritos en el marco del fantasma (Nasio, 1994, pp. 42-43).

    “La niña o niño histérico están proclamando una inocencia de conocimientos para hacer valer a su propia relación sexual previa a la madre. (…) ataca el desarrollo cognitivo mediante la desactivación de uno mismo en la maduración, siempre simbólicamente celebrando la posición del niño inocente.”(Bollas, 1999, p. 22). El histérico busca agradar a la madre por medio de la inocencia sexual,  que ella misma incita.

    Sobre esta teoría Freud (1896) menciona que al momento de seguir el encadenamiento mnémico, el ámbito sexual siempre sale a relucir acontecimientos traumáticos en la pubertad y a pesar de que estas parecen las determinantes en la causalidad de la histeria,  llegan a ser banales. Las histéricas presentan un horror a la sexualidad, que en los demás sujetos desempeña un papel fundamental en la pubertad, es entonces que se acrecienta hasta lo patológico y puede volverse duradero; serían, en cierta medida, personas que no pueden responder de manera suficiente en lo psíquico a las demandas de la sexualidad.

    El complejo de Edipo y la amenaza de castración como fantasma inconsciente

    Durante la etapa fálica se presenta el complejo de Edipo, el cual se caracteriza por el amor hacia el padre del sexo opuesto y la rivalidad hacia aquel del propio, suscitándose sentimientos de ambivalencia hacia este último. (Freud, 1923). Esta ambivalencia se presenta cuando la niña y el niño se dan cuenta de que su objeto de amor ya es objeto de alguien más, y decide aliarse al que fue su enemigo.

    Este conflicto se presenta de diferente forma en niños y en niñas, Freud (1923) plantea esta etapa y el proceso que conlleva:

    En el niño, surge  la angustia de castración, en donde él teme ser castrado  por el que si posee pene, que es el padre; este temor de castración surge porque el pequeño toma como objeto de amor a la madre, pero se da cuenta que no puede ser de él porque ya es del padre, por lo tanto para evitar la castración decide aliarse con el padre para aprender a ser como él y conseguir una mujer como su madre, es ahí en donde el conflicto edipico termina, por lo tanto es la castración la que marca el final de esta etapa.

    Por el contrario en la niña surge la envidia fálica, es cuando la niña se da cuenta que al igual que ella la madre se encuentra en falta y la culpa de haberle heredado esa condición;  a diferencia del niño que supera el complejo de Edipo a partir la de castración, en la niña esta castración es la que da pie al complejo.

    Posterior a este proceso, la niña puede tomar uno de los tres caminos para la construcción de la sexualidad femenina. Estos tres caminos son descritos por Freud (1931), en dónde narra que:

    1. Alejamiento de la sexualidad al verse insatisfecha respecto a la falta de pene. Un ejemplo podría ser una monja.
    2. La esperanza que guarda la niña de algún día llegar a poseer un pene, convirtiéndose esta esperanza en la fantasía de ser un hombre (complejo de masculinidad). Pensando en las características que socialmente son atribuidas al hombre ¿podría ser una sujeto exitosa jefa de alguna institución, en donde es déspota con sus subordinados, prototipo de complejo de masculinidad?
    3. La niña toma al padre como objeto de amor debido a que es el poseedor del pene y así apareciendo el complejo de Edipo. Respecto a este, Freud plantea que es el camino que la mayoría de las mujeres toma, es cuando la pequeña al ver que no puede poseer al padre porque este ya es de la madre, busca a un hombre parecido a el quien le pueda dar un hijo varón (el bebé sería la representación del falo).

    Millot (1988) comenta que: “A través del complejo de Edipo se operaría la integración de la cría humana al orden simbólico, (…) el complejo de Edipo desaparece tras su resolución y con el desaparece la fuente de conflictos neuróticos.” Por lo tanto el origen de la neurosis está en la no resolución de Edipo, pero ¿qué sucede en esta etapa, que es tan determinante en la vida del sujeto? Para comprenderlo tenemos que saber que  “‘El deseo del padre es siempre el elemento patógeno’, esto dio lugar a la hipótesis de que, ‘el deseo de su padre, sería reprimido dando origen a la histeria’ (Teoría de Edipo)”. (Silva y Fischer, 2006, p. 271). Siguiendo la idea del complejo de Edipo como núcleo central de la neurosis histérica y el padre como elemento patógeno, “(…) se ha pasado del subjetivo al genitivo objetivo: la fuente de la histeria sería el deseo reprimido por el padre y no el atentado sexual cometido por éste”. (Millot, 1988, p.15).

    Es así que: “Esta obsesión permanente de los peligros fantásticos que acechan la integridad de su falo y, más allá, la integridad de todo su ser, es una angustia intolerable, inconscientemente intolerable, que es preciso quitarse de encima.” (Nasio, p. 58). ¿Y cómo deshacerse de ella?, definitivamente no la puedes desechar, porque una vez que algo entra al psiquismo ya no puede salir, a lo que recurren los histéricos es a la represión; alojarla en las profundidades de su inconsciente para pretender que no existe.

    También el mismo Nasio nos indica:

    En el fantasma histérico, la amenaza de castración entra por los ojos, y la angustia que de ella resulta, es inconsciente pues está sometida a represión, acaba por convertirse en sufrimiento de la vida sexual del histérico, consistente en una erotización general del cuerpo a la que suma, paradójicamente, una inhibición localizada en el nivel de la zona genital. (Nasio, p. 73).

    Esta represión, que es lo que el histérico utiliza para poner una barrera a la angustia de castración, se ve reflejada en lo corporal por medio de la conversión. El histérico, con el afán de quitarse de encima la angustia causada por la castración debido al deseo incestuoso, la convierte en síntoma, ahí es cuando “deviene él mismo el objeto imaginario que le falta al Otro. Sea que transforme la angustia de castración en sufrimiento neurótico o que él mismo devenga el objeto fálico del Otro (…), lejos de desembarazarlo de su angustia, fijan al sujeto a ella.” (Nasio, 1998, p.96).

    En las histéricas, se ve al padre como este abusador sexual y a la madre como pura, es entonces que, la histérica busca un retorno a la madre a través de una desexualización de sí misma y de la madre, mientras que los sujetos no histéricos progresan a través de una sexualización del yo y el otro. La desexualisación generalmente se logra a través de la idealización de la madre, convirtiéndola en una virgen. Con el objetivo de ser la niña perfecta o niño perfecto, la histérica energiza idealización a través de la libido como desexualisación. (Bollas, 1999).

    Siguiendo la idea del párrafo anterior, se entiende que la niña o el niño que se convertirá en histérica (o) intentará mantener un rígido ideal, el cual se dirige específicamente a percibir su vida sexual como algo degradante,  y tratará de alejarse de éstas prácticas manteniendo su ideal de castidad a través de la buena conducta y su retiro de todas las relaciones sexuales, o bien todo lo contrario, cayendo en ejercicios perversos que lo que demuestran es una escisión de la conciencia.

    La represión como supuesta protectora del psiquismo

    La represión es el “conflicto en el seno del yo entre por un lado, una representación sobrecargada que intenta liberara su exceso de energía, por el otro la presión constante de la representación, la cual aislando a la representación, le impide dejar fluir su sobrecarga.” (Nasio, 1991, p. 29). La represión como mecanismo de defensa aparece para no dejar salir del ello el deseo que para el yo podría ser perturbador, por lo tanto el superyo surge como protector del yo al ver su debilidad y es ahí donde se instaura la represión.

    Freud (1905) nos hace evidente: “(…) la existencia de una verdadera intencionalidad de la mente que busca olvidar, para causar que ciertas representaciones desagradables desaparezcan. Estas representaciones están aisladas en una ‘segunda conciencia’ (…). Separado de la corriente principal de pensamiento”. (p. 12).

    La psique a partir de entonces “disocia” las ideas desagradables después de haber sido relegado a otro lugar “reprimido”, lo que bloquea cualquier descarga de la emoción dolorosa que podría estar asociada con él. (De Mijolla, 2005). Se deshace momentáneamente de la culpa, alojando las ideas en el inconsciente.

    Conversión siempre histérica

    Comprender el mecanismo de conversión histérica parece esencial para comprender en su totalidad el funcionamiento de este padecimiento. No se trata de un síndrome asociado al cansancio, el estrés, o algún tipo de variación hormonal, cómo sostienen algunos psiquiatras, sino una transformación en el campo de lo psíquico:

    La conversión es el mecanismo de formación de síntomas (…).  Consiste en una transposición de un conflicto psíquico y una tentativa de resolución del mismo en síntomas somáticos, motores (por ejemplo, parálisis) o sensitivos (por ejemplo, anestesias o dolores localizados). (…) lo que caracteriza los síntomas de conversión es su significación simbólica: tales síntomas expresan, a través del cuerpo, representaciones reprimidas. (Laplanche y Pontalis, 2004, p.85).

    “Con el fin de poner fuera de juego a la represión, el exceso de energía pasa de un estado primero – sobrecarga de una representación intolerable – a este otro estado de carga que es el sufrimiento corporal” (Nasio, 1991, p. 29). Este cambio de energía de un estado a otro, de lo psíquico a lo corporal se denomina conversión.

    La angustia que se presenta en el infante al experimentar la sobre carga sexual, como ya se ha venido diciendo es intolerable, por lo tanto el histérico no encuentra más solución que transferirla a sufrimientos corporales  o como dice Nasio (1994) “a los sufrimientos neuróticos. (…) La conversión redujo quizás en lo inconsciente el exceso de angustia, pero ahora se ha transformado en otro exceso, el de la erotización/inhibición dolorosa del cuerpo.” (p.92).

    El motivo para enfermar es, en todos los casos, el propósito de obtener una ganancia. “El enfermar (…), se presenta como la solución económicamente más cómoda en caso de conflicto psíquico (refugio en la enfermedad), por más que la mayoría de las veces se revele después inequívocamente el carácter inadecuado de esa salida.” (Freud, 1905, p. 39).

    Histeria del siglo XXI

    Síntomas de la histeria en el siglo XXI

    “Son los dolores más comunes y difundidos de la humanidad los que con mayor frecuencia parecen llamados a desempeñar un papel en la histeria; (Breuer y Freud, 1895, p.199). Y es que si bien esto se escribió un siglo atrás, aún sigue vigente, la humanidad ha cambiado, claro está, y con ella van surgiendo y transformándose las enfermedades, como la histeria.

    González (2002) menciona que el trastorno histérico ha tenido diferentes interpretaciones y abordajes terapéuticos, dependiendo del contexto cultural. En la Edad Media, se expresaba a través de las posesiones demoniacas, cuyos síntomas daban un certificado de veracidad al amo cultural de la época, llamado la Biblia; en el Renacimiento, responderá a su nuevo amo, la ciencia, dramatizando las lesiones neurológicas degenerativas, para dar fama a médicos de la época. En la actual época globalizante, el nuevo amo ya no es la ciencia, más bien es la ciencia al servicio de la informática y el mercado.

    Respecto de la época y su relación con los síntomas histéricos González (2012) comenta que: “(…)  lo que los mercados más venden son: el trastorno depresivo, el trastorno ansioso, la bulimia, la anorexia, la fibromialgia, las dificultades sexuales, los trastornos somatofrmos y el trastorno de agotamiento”.

    Buscan solución a estos problemas por medio de fármacos que contrarrestan los malestares físicos por un periodo de tiempo determinado generalmente corto, creando una dependencia,  obsequiándole al sujeto un manto con el cual cubrir su sufrimiento, malestares que no desaparecen, solo se esconden y están ahí latentes listos para resurgir y ser apaciguados nuevamente con los medicamentos, creando un circulo vicio en donde no se llega a la verdadera cura.

    Es entonces, cuándo se empiezan a “transformar los antidepresivos en una psicoterapia reconcentrada, con el fin de universalizar su consumo y desentenderse así de las múltiples causas que originan eso que llamamos depresión (…).” (Jervis, 2004, p. 202).

    Cabe destacar que en siglos anteriores esta sintomatología no variaba mucho, si bien las diferencias a simple vista se notan drásticas, nos damos cuenta, que la fibromialgia no es más que los dolores o adormecimientos de ciertas partes del cuerpo sin un origen orgánico, y sobre esto ya se hablaba desde la época de Freud y mucho antes, entonces ¿cuál es la diferencia?, esta recae en que actualmente los especialistas en salud se han empeñado en nombrar “nuevas enfermedades” sin indagar sobre su genealogía, por lo tanto ¿podríamos afirmar que la fibriomialgia no es una enfermedad, sino, un síntoma de la histeria?

    En el artículo de Silva y Fischer (2006) se muestra un estudio comparativo entre la fibromialgia y la histeria según Freud y llegan a la conclusión de que existen diversas similitudes entre estas dos enfermedades, por lo tanto presentan la hipótesis de que la fibromialgia no es una enfermedad contemporánea, sino más bien un síntoma histérico contemporáneo.

    Respecto a la anorexia y la bulimia, en la industria de la moda se observa que los problemas de alimentación son frecuentes en nuestra época, ya que se presenta en una sociedad en donde la única función del sujeto es el consumo, a una velocidad incansable que es difícil de seguirle el paso. Y es entonces cuando nos encontramos comprando productos que no necesitamos pero que el mercado nos presenta como útiles en la vida diaria. Son estos padecimientos un ejemplo de la demanda del mercado, entonces podríamos pensar que son estas las enfermedades reproducidas por las histerias, pero ¿son todas las pacientes con anorexia y bulimia, histéricas?

    Casos de histeria en el siglo xxi

    México D.F. 2007

    El caso del centro educativo “Villa de las niñas” sale a relucir en el momento en que se piensa en la existencia de la histeria en la actualidad, Ortega (2007) lo nombra “la fábrica de la histeria” y con mucha razón, ahora indagaremos un poco más sobre el caso:

    Las chicas afectadas, han sufrido dificultades para caminar, parálisis de las piernas, mareo, vómito, dolores de cabeza y musculares. Las niñas, aseguraron que esa enfermedad que mantuvo a 600 de sus compañeras sin poder caminar, se debió a una “extraña maldición” que les cayó porque una de las niñas fue sorprendida por las religiosas jugando la quija (El Mundo. Diario de Córdoba, Veracruz. 03/04/ 2007). (Ortega, 2007, p.1).

    En la declaración que las mismas niñas dan sobre el problema hace recordar el pensamiento medieval, en donde los sucesos extraños se adjudicaban a entidades superiores, este mismo pensamiento es rectificado por uno de los profesores que en su momento llegó a dar clases en esa institución y tuvo problemas debido ideas que diferían o iban en contra de las normas religiosas imperantes en la escuela:

    De palabras de Julio Ortega, rescatamos que la encargada del internado, una mujer religiosa busca que “(…) la institución siga siendo un “Castillo de la pureza”, que no tenga ninguna relación con el mundo, y se facilite así, la labor de adoctrinamiento, represión y violencia, desorientación y fanatismo religioso, que ejercen sin piedad contra esas adolescentes (…).” (Ortega, 2007, p. 3). Es entonces en donde nos damos cuenta que uno de los determinantes en el surgimiento de la histeria, es la educación religiosa, ya que esta enseña a reprimir y cargar siempre con la culpa.

    Ortega (2007) menciona que este caso de “histeria colectiva” fue un acontecimiento único en el mundo, y de gran valor en la historia de las enfermedades mentales desde hace ya medio siglo, claro está sin tomar en cuenta a las tan conocidas histéricas que Charcot reunía de diversas partes de Europa en el hospital de la  Salpêtrière a finales del siglo antepasado.

    Es por eso que hacen oídos sordos a “(…) la voz que surge del síntoma en esas niñas – con tanta desesperación – no les dice nada. Los políticos, se conforman con explicaciones seudocientíficas. A los periodistas, la noticia les empieza a dejar de interesar. (…)” (Ortega, 2007, p.4).

    El Carmen de Bolívar, Colombia 2014

    El segundo caso que se presentará es de año 2014, y tiene semejanzas con “la fábrica de las histéricas”, la noticia alarmó a la población Colombiana y ahora se ha vuelto un evento de interés mundial.

    La noticia aparece el 15/07/2014, en donde se expone la problemática siguiente: 23 niñas estudiantes de la institución educativa del Espíritu Santo en Carmen de Boliviar, Colombia, fueron ingresadas al centro de salud de la comunidad luego de recibir la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), sin embargo no se está seguro de que esta vacuna sea realmente la que provoque los malestares en las niñas, porque las vacunas se reciben de la Asociación Panamericana de la Salud, quienes a su vez cuentan con el aval de la Organización Mundial de la Salud. (El problema empezó a presentarte meses antes, en mayo, cuando se les aplicó la vacuna del papiloma humano).

    Inicialmente el nombre de la escuela nos hace pensar en una institución cargada del pensamiento religioso altamente moralista, que puede llegar a asemejarse a la “Villa de las niñas”, dando como consecuencia la resistencia a dicha vacuna, la cual previene de una enfermedad sexual.

    Posteriormente nos encontramos con otra noticia del 23/08/14, en donde informan los síntomas, los cuales son continuos desmayos, dolor de cabeza, adormecimiento en brazos y piernas y estado de rigidez.

    Estos síntomas nos hacen recordar a las pacientes de la Salpêtrière, si bien estamos hablando de épocas diferentes, podemos encontrar similitudes en los escenarios en donde se desenvuelven estas niñas colombianas, porque en el siglo XVIII el pensamiento religioso, especialmente el católico era parte del actuar social, y si bien, esto ha cambiado, aun nos encontramos con lugares como “villa de las niñas” o incluso comunidades enteras en donde esta forma de vida sigue arraigada.

    Siguiendo la noticia, vemos que el 27/08/14, son más de 200 niñas internadas, el ministro de salud comenta que estos acontecimientos son producto de la sugestión y mientras más difusión se le dé mayor será el número de niñas que presenten los síntomas.

    Es entonces cuando encontramos la semilla que implanta la idea de una afección psíquica, sin embargo esta tardará en germinar, porque estamos como sociedad tan acostumbrados a restar importancia a lo psicológico y damos un mayor valor a los malestares físicos que son observables y fácilmente analizables.

    El 08/09/14 en un periódico de Colombia (El Colombiano), hablan sobre la situación que está aconteciendo en el Carmen de Bolívar, llama la atención el título de la noticia “Ni loca ni satánica”, en este se comentan que las primeras 23 niñas que ingresaron al centro de salud, alumnas de la escuela Espíritu Santo, fueron catalogadas por los pobladores como poseída, es entonces que se pensó en casos de satanismo, esa fue la primer versión que se tuvo del problema; se dice que las madres empezaron a manifestar su disgusto y señalar a la vacuna VPH como causa de los malestares, remarcando que esta se aplicó sin el consentimiento de las niñas, respecto de esto último infectólogos de la Universidad de California declaran que la vacuna no es la responsable.  Respecto de la premisa que se disparó por parte de los lugareños, nos hace pensar en un pueblo altamente religioso.

    En esta misma noticia aparece que la secretaría de Salud de la Gobernación de Bolívar publicó en su página web un diagnóstico en donde se exponen cinco hipótesis, “(…) intoxicación por agua o alimentos; reacción adversa a la vacuna VPH; pertenencia a una secta satánica o juego con la tabla ouija; intoxicación por agua y alimentos, quinta, consumo de sustancias sicoactivas.” (El colombiano, 8 de septiembre del 1014, p.1). Posterior a esto se descartan rápidamente las dos primeras hipótesis referentes a intoxicación por agua y alimentos, se da una explicación sobre esto en la noticia, posteriormente se dice que el tema sobre el satanismo se descarta de igual forma debido a que la ciencia no lo contempla.

    En primer lugar, cómo es que incluso la secretaría de salud llegó a considerar esta idea mística-religiosa como una posible causa de los padecimientos de estas niñas, y en segundo lugar, cómo pudo haber sido la tercera razón en ser descarta por debajo de las ideas de intoxicación; si bien con base a la información que se obtuvo respecto al pueblo en donde están ocurriendo estos acontecimientos, nos encontramos con una población sumamente religiosa, ahora nos damos cuenta del alcance que tiene la religión incluso en el departamento de Bolívar, llegando ésta influencia a cuestiones gubernamentales y de salud pública.

    Siguiendo con el reportaje encontramos que las madres de las  niñas afectadas se quejaron, debido al trato inadecuado de algunos empleados del hospital local, los cuales etiquetaba a las niñas como locas, satánicas o faltas de marido. Esta última nos recuerda a esa idea que nació en la antigua Grecia, en donde se hablaba sobre la migración del útero por falta de calor causado por las relaciones sexuales, vemos que estos pensamientos no se han desarraigados, o que si bien las personas no tienen conocimientos exactos sobre esta deducción, la idea se ha ido perpetuando de generación en generación.

    Respecto de los exámenes toxicológicos, neurológicos y psiquiátricos que se le practicó a una de las niñas se encontró que “(…) dado que ninguna prueba clínica de las hechas arrojó anormalidad física, a la niña se le consideró como paciente sin alteración orgánica con trastorno conversivo, por lo que se decide dar egreso”. (Opinion y Salud, 2014, p.1).Este reportaje fue publicado el día 7 de octubre.

    Siguiendo con la indagación sobre causas psíquicas de estos padecimientos, se encontró un reportaje en donde se realizó una entrevista a Rodrigo Córdova, presidente de la Asociación Latinoamericana de Psiquiatría. Podemos observar en la afirmación de Córdova la concepción psiquiatra que se tiene de este acontecimiento. “El término de histeria se asocia con síntomas que tienen cierta teatralidad, como si se estuvieran simulando. Este no es para nada el caso. Es más apropiado llamarlo trastorno por conversión, enfermedad psicogénica masiva, o trastornos por reacción de estrés colectivo.”

    Siguiendo con esta idea del estrés el psiquiatra dice que consiste en “una situación de estrés personal que se propaga por vínculos culturales en un determinado grupo social, y que se manifiesta a través de ansiedad y dolores abdominales realmente existentes, mareos, dolor de cabeza, desmayos, náuseas e hiperventilación.” (El tiempo, 2014, 8 septiembre, p. 2). Como ya vimos el termino de histeria fue sustituido desde el DSM-III y se cambiaron todas las enfermedades por trastornos, es ahora que nos encontramos con el trastorno de conversión, que vendría siendo la histeria, pero nada tiene que ver con la reacción de estrés colectivo, como lo afirma Córdova.

    Por otro lado, vemos como presta importancia a la vacuna VPH, afirmando que “son elementos que inciden en su propagación, por lo general entre personas muy jóvenes, con muchos temores de enfrentamiento con el entorno. En este caso, el detonante fue una vacuna, relacionada con el inicio de la sexualidad, con su prevención.” Es importante esto que menciona sobre la relación de la vacuna y el inicio de la vida sexual, y como señala, este tema crea temores en la población joven, no en cualquier población provoca el mismo impacto, no todas las adolescentes viven con miedo esta etapa, entonces ¿qué sucede con estas chicas del Carmen de Bolívar?, ¿es la crianza que modela a las niñas con en base a un ideal de castidad en donde temas sexuales son tabú, la determinante?

    Conclusiones

    Hemos observado cómo es que las manifestaciones de la histeria van cambiando dependiendo de la época, y esta relación de síntomas y contexto no es exclusiva de esta enfermedad, se presenta también en diversos padecimientos; porque como seres humanos estamos sujetos al ambiente que nos rodea, el cual determina nuestro actuar, nuestro pensar y en general nuestro vivir.

    Nos damos cuenta cómo es que en la actualidad siguen presentándose ejemplos de histeria como se las observaba en la edad media, éstos son catalogados de la misma forma; así como el caso del Carmen de Bolívar y el de la institución Villa de las niñas, podemos encontrar muchos más, que quizá no han dado de que hablar porque se presentan con normalidad en ese ambiente, me refiero a las supuestas posesiones demoniacas, sobre estas podemos encontrar infinidad de ejemplos tanto en México como en diversos países, porque las ideología cristianas y de otras religiones han nombrado este tipo de manifestaciones y adjudicado un poder divino o místico que cruza la frontera de lo natural.

    Estos dos ejemplos el de villa de las niñas citado anteriormente, y el del Carmen de Bolívar analizado en este trabajo, son claras muestras de la repercusión que tiene el ambiente ante la histeria, en el segundo caso podemos destacar la educación que se profesa en dicho lugar, iniciando la identificación con el nombre de la institución en donde comenzó el broté, el cual da certeza de una educación católica “Escuela Espíritu Santo”, y es bien sabido que esta religión no ve con buenos ojos los temas sexuales, idea que seguramente fue inculcada en las niñas; posteriormente el programa de salud pública llega a vacunarlas contra el VPH, enfermedad de trasmisión sexual, ¿qué se les está diciendo a las niñas con eso?, o más bien ¿qué entienden las niñas al ser vacunadas?, podría ser una permisiva, algo que acredite que las niñas se encuentran en condiciones de iniciar su vida sexual, y si así fuera ellas estarían mostrando su angustia ante este acontecimiento, esos síntomas son un rechazo a la vida sexual, es una aceptarlo, al momento de dejarse vacunar, y luego devenir el sentimiento de culpa e impugnarlo.

    Eso por un lado, por el otro nos encontramos con la sintomatología actual, que en ciertos casos viene siendo la misma que la que se presentaba en siglos anteriores, las cuales causan intriga tanto por su “recién llegada”, como por los causantes de estos padecimientos, al saberse incomprendidos por el cuerpo científico. Este es el caso de la fibromialgia, porque se dice que no existe ningún indicio de alteración tanto orgánica como fisiológica, por lo tanto nos hace pensar en que lo psicológico se encuentra la respuesta, la incógnita sería entonces, ¿qué sucede con los especialistas en salud mental, que no dirigen sus investigaciones hacia ese campo?

    Siguiendo con los padecimientos actuales nos encontramos con la depresión, la anorexia y la bulimia, que se encuentran dentro de los primero en la lista de padecimientos en la población mundial, que al igual que la fibromialgia son tan populares, que los medios de comunicación nos bombardean con publicidad al respecto, como campañas contra dichas enfermedades, así como medicación para contrarrestarlas o como ideales de belleza que superan el estándar de lo que se considera saludable, el mercado nos incita a consumir, a vestir, a vivir, a pensar y a sentir lo que ellos quieren, todo con el fin de comercializar sus productos y servicios, que muchas veces pueden llegar a ser perjudiciales para nuestra salud mental y física, atentando a si a nuestro bienestar. De igual forma la anorexia y la bulimia así como son padecimientos en donde el índice de mujeres es mayor a la de hombres, también podemos observar una renuncia de los deseos, como lo es la ingestión de alimento, ese buscar el deseo, encontrarlo y vomitarlo por miedo al goce, o simplemente evitarlo.

    La histérica desde el complejo de Edipo, busca como la mayoría de las niñas la aceptación del padre poseedor del falo, pero ésta es coercida por la madre, quien se muestra pura y santa, a diferencia del padre sexual, es entonces que la niña reprime sus deseos hacia el padre y se somete a la voluntad de la madre; finalmente este patrón se repite, el cual se muestra como el buscar el falo, verlo casi obtenido y dar vuelta atrás por miedo al goce, sin embargo siempre está el sentimiento de querer agradar a ese que tiene el poder, mostrándose de esta forma en la actual época globalizante en donde lo que interesa son estas nuevas enfermedades, estas que “están de moda” y conciernen al otro de la salud mental.

    Respecto del gran número de pacientes histéricas mujeres a comparación de hombres, se podría pensar en la posibilidad de que la cultura sea la responsable, porque nos encontramos en un mundo en donde el patriarcado reina por sobre todas las cosas, y si bien actualmente se ha tratado de contrarrestar, aún existe, claro está que no en comparación con épocas pasadas, por lo tanto el sujeto se encuentra atravesado por esa visión, la cual ha tenido sus consecuencia en la histeria, entonces, ¿podríamos decir que las mujeres están siempre sometidas por este otro que no le permite conocer, experimentar y profundizar en temas sexuales, a diferencia de los hombres?

    Referencia

    Bibliográficas

    Ackerknecht, E. H. (1993). Breve historia de la psiquiatría. España: Universidad de Valencia.

    Bauman, Z. (2004). Modernidad líquida. Argentina: Fondo de Cultura Económica.

    Bercherie, P. (1980). Los fundamentos de la clínica. Historia y estructura del saber psiquiatrico : Manantial.

    Breuer, J. y Freud, S. (1893). Sigmund Freud obras completas.  Estudios sobre la histeria. Volumen II. Argentina: Editorial Amorrortu.

    Chertok, L. (1999). Hipnosis y sugestión. México: ¿qué sé?

    De Mijolla, A. (2005). International Dictionary of Psychoanalysis. Estados Unidos: Thomson Gale.

    Freud, S. (1896). Sigmund Freud obras completas. Primeras publicaciones psicoanalíticas Volumen III. Argentina: Editorial Amorrortu.

    Freud, S. (1905). Sigmund Freud obras completas.  Fragmento de análisis de un caso de histeria (Dora). Tres ensayos de teoría sexual y otras obras. Volumen VII. Argentina: Editorial Amorrortu.

    Freud, S. (1923). Sigmund Freud obras completas.  El yo y el ello y otras obras. La organización genital infantil (una interpolación en la teoría de la sexualidad). Volumen XIX. Argentina: Editorial Amorrortu.

    Freud, S. (1931). Sigmund Freud obras completas.  El porvenir de una ilusión. El malestar en la cultura y otras obras. Sobre la sexualidad femenina.  Volumen XXI. Argentina: Editorial Amorrortu.

    Ghedin, W. H. (2009). Las enfermedades mentales. Argentina: Ediciones Lea

    Jervis, G. (2004). La depresión dos enfoques complementarios. España: Editorial Fundamentos.

    Laplanche, J. y Pontalis, J. B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Argentina: Paidós.

    Makari, G. (2012). La revolución en mente. La creación del psicoanálisis. España: Editorial sexto piso.

    Melgratti, N. y Antognazzi, C. O. (1991). Para revolucionar al psicoanálisis. Argentina: Universidad Nacional del Litoral.

    Millot, C. (1988). Nobodaddy. La histeria en el siglo. Argentina: Ediciones Nueva Visión.

    Nasio, J. D. (1991). El dolor de la histeria. México: editorial Paidós.

    Pérez-Rincón, H. (1998). El teatro de las histéricas. México: Fondo de Cultura Económica.

    Roudinesco, E. (1999). La batalle de cien años. Historia del psicoanálisis en Francia. 1 (1885-1939). España: Editorial Fundamentos.

    Simon. B. (1984). Razón y locura en la antigua Grecia. España: Akal Editor.

    Thornton, E. M. (1976). Hypnotism, Hysteria and Epilepsy. An Historical Synthesis. Great Britain: Heinemann Med.

    Electrónica

    Bollas, C. (2005). Hysteria. Taylor & Francis e-Library.

    De la Mota, J. L. (s.f.). Clínica. La histeria. Recuperado de http://www.joseluisdelamata.com/IZARGAIN-textos/La%20Histeria.pdf

    Rebollo, C. I. (2002). Fobia, histeria de angustia. De la psicopatología al psicoanálisis. Recuperado de www.LibrosenRed.com

    Artículos de revista

    González, O. L. (2012). Nuevas formas de histeria: globalización del mercado y repunte de la histeria. Revista Colombiana de Psiquiatría. 41(3), pp. 521-535.

    Maleval, J. C. (1994). Cómo desembarazarse de la histeria o la histeria en el siglo XX. Revista Asociación Española de Neuropsiquiatría. XIV(49), pp. 269-290.

    Opinió y Salud. (2014, 7 de octubre). Niñas del Carmen de Bolívar podrían estar padeciendo un trastorno conversivo. OpiniónySalud.com. Revista digital. Recuperado de http://www.opinionysalud.com/index.php/destacados/item/7625-ninas-del-carmen-de-bolivar-podrian-estar-padeciendo-un-trastorno-conversivo

    Ortega, B. J. (2007). La fábrica de la histeria. La ciencia y el hombre. Revista de divulgación científica y tecnológica de la Universidad Veracruzana. XX(3), Recuperado de http://www.uv.mx/cienciahombre/revistae/vol20num3/articulos/histeria/index.html

    Noticias de periódicos

    El tiempo. (2014, 8 de septiembre). Niñas de El Carmen de Bolívar padecen estrés colectivo, dice experto. Rodrigo Córdoba, presidentes de Asociación Latinoamericana de Psiquiatría, asegura que no fingen. El tiempo. Recuperado de http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/salud/experto-dice-que-ninas-de-el-carmen-de-bolivar-padecen-estres-colectivo/14499575

    Palacio, J. G.  (2014, 8 de septiembre).Carmen de Bolívar: ni loca ni satánica. El colombiano. Recuperado de http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/C/carmen_de_bolivar_ni_loca_ni_satanica/carmen_de_bolivar_ni_loca_ni_satanica.asp

    Villareal, L. L. (2014, 23 de agosto). Se siguen desmayando niñas en El Carmen de Bolívar. El Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.co/regional/bolivar/se-siguen-desmayando-ninas-en-el-carmen-de-bolivar-168582

    Villarreal, L. L. (2014, 15 de julio). Ministerio de Salud investiga enfermedad de niñas en El Carmen de Bolívar. El Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.co/regional/bolivar/ministerio-de-salud-investiga-enfermedad-de-ninas-en-el-carmen-de-bolivar-164669

    Villarreal, L.L (2014, 27 de agosto). Piden esperar resultados por caso de niñas en El Carmen de Bolívar. El Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.co/regional/bolivar/piden-esperar-resultados-por-caso-de-ninas-en-el-carmen-de-bolivar-168945

  • Comunicación en la sociedad del espectáculo.

    Comunicación en la sociedad del espectáculo.

     Horst Kurnitsky

    Todos los seres se comunican de una u otra manera. De no hacerlo solo existiría la nada. Esta reflexión acerca de qué es la comunicación y sus muchos medios fue una conferencia dictada el 20 de febrero de 2015 en el Departamento de Educación y Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Xochimilco.

     

    Cuando hoy hablamos de comunicación hablamos de los medios de comunicación: el teléfono, los celulares que se encuentran en los bolsillos de cada vez más gente, la radio, la televisión y los periódicos que ofrecen las noticias del día. Pero también hablamos del internet que usan cientos de millones de personas en el mundo para enviar y recibir mensajes electrónicos de amigos y familiares, así como de las empresas que lo utilizan para transmitir propaganda y vender sus mercancías, o de los científicos, para saber cómo andan las cosas en el mundo de sus especialidades. La palabra comunicación se ha vuelto un lugar común, un término en boga ahora que los medios masivos sirven a la expansión del mercado mundial.

     

    ¿Pero qué significa comunicación? En rigor, todo el universo es un sistema de comunicación, de atracción y repulsión —como explica la ley de la gravitación de los cuerpos celestes o la ley de la difracción de la luz por ellos—, un sistema de reacciones físicas y químicas producido por el encuentro de dos sustancias que lo transforman en una tercera sustancia. De la misma manera, el mundo biológico está determinado por las innumerables reacciones físicas y químicas: las plantas atacadas por insectos o amenazadas por plagas comunican a las plantas vecinas el peligro por medio de sustancias mensajeras, por aire o por tierra, para que movilicen sus defensas. Y en la fauna, los animales se comunican para acceder a los alimentos y al agua o para advertir la cercanía de algún enemigo. Sabemos que los animales marinos y terrestres se comunican mediante sonidos: los elefantes trompetean fuertemente o emiten gruñidos para contactarse con manadas que se encuentran lejos; los changos chasquean la lengua; los pájaros chiflan al percibir adversarios, y hay peces que se comunican mediante señales eléctricas. En suma, donde hay algo, hay comunicación, y donde no hay comunicación, no hay nada. En términos filosóficos se puede decir que tanto la naturaleza orgánica como la inorgánica consisten en múltiples formas de comunicación; en cambio, la nada se distingue por la ausencia de cualquier forma de comunicación. Por eso, como seres humanos, no tenemos experiencia alguna de la nada. La nada es algo imaginado y contrapuesto al mundo en que vivimos.

     

    Como ente físico, el ser humano también vive de la comunicación. La existencia de organismos cuyas múltiples células individuales deben cumplir sus tareas conforme a los requerimientos del organismo como un todo, exige que las células posean un sistema de generación, transmisión, recepción y respuesta compuesto por gran cantidad de señales que las comuniquen e interrelacionen funcionalmente entre sí. Estas señales son eminentemente químicas y permiten que unas células influyan en el comportamiento de otras. El cuerpo humano posee alrededor de 10 billones de células. Dentro de ellas y entre ellas ocurre la comunicación de muy distinta manera. Constantemente una célula recibe y envía mensajes. En el cuerpo humano las señales enviadas a células distantes son los neurotransmisores que viajan por los circuitos sanguíneos a las diversas regiones para dejar ahí sus mensajes. Sin la comunicación celular de estos 10 billones de células se acabarían la cooperación y la coordinación que posibilitan los movimientos musculares, el apetito, la respiración, etcétera. Sabemos que la ausencia de ciertos neurotransmisores causa huecos en la comunicación y con ello enfermedades como el Parkinson, pues la neurotransmisión es un tipo especial de comunicación celular electroquímica entre las células nerviosas. En el cerebro, el flujo de información eléctrica recorre la dendrita y el axón de las neuronas en una sola dirección hasta alcanzar la sinapsis, y, en la hendidura que separa ambas neuronas, la neurona presináptica secreta unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores que son captadas por la neurona postsináptica, la cual transmite y responde la información. Cuando nuestras sinapsis se encadenan y las células se conectan, podemos reflexionar y nos podemos comunicar. De otro modo, caemos en el imperio mudo de la nada.

     

    Como podemos advertir, todo da vueltas en torno a la comunicación: todo debe ser comunicado. Lo que no es comunicado no existe. Parece que en el fondo, la comunicación mantiene al mundo reunido y en ello encuentra su raíz. Comunicar no significa solamente un comunicado, una información o el intercambio de una idea, sino la constitución de una comunidad y la formación de nuevas comunidades, de nuevas ecclesĭas. Por eso, la excomunión (en latín excommunicatio) significa la exclusión de la comunidad católica. En cambio, la comunión (del latín communĭo) es la participación en la conservación de las creencias, los ritos y los valores de esta comunidad. Claro que el concepto comunicar responde al desarrollo histórico de la lengua, pues el sentido de las palabras, al igual que su construcción gramatical en ella, se modifica con las transformaciones de la sociedad donde esta misma lengua se usa.

     

    El psicólogo René Spitz investigó cómo desde el nacimiento de cada ser humano se desarrolla el sistema de comunicación entre la madre y el hijo.[1] Mientras el feto está conectado a los sistemas de comunicación de su madre por vía sanguínea y células comunicantes, alimentándose de sustancias nutritivas y suministradas de oxígeno, su estado es plenamente satisfactorio. Por esta razón, a partir del desmembramiento del cordón umbilical, el recién nacido buscará el restablecimiento de tal estado. A él se remitirá la memoria inconsciente que propicia el deseo personal y colectivo que da lugar a imaginar paraísos perdidos. Como toda comunicación, la memoria tiene su origen en la búsqueda de la satisfacción de los deseos. El deseo alcanza su fin en la restitución de un estado satisfactorio imaginado o real. Incluso el odio pertenece al mismo ámbito, al igual que el celibato y la promiscuidad. Ahí se encuentra el punto de origen de toda economía social y personal.

     

    Las caras pálidas de los usuarios iluminados por las pantallas ilustran la fascinación infantil por la reunión de esta nueva comunidad de zombis, la cual renuncia a la reflexión y a la creación para dar el clic que los introduce en el espectáculo

     

    Cuando un bebé entra en diálogo con su madre, primero de manera táctil y más tarde verbal, este ser egoísta solamente quiere satisfacer sus deseos, y, viceversa, a través de ese diálogo, la madre satisface deseos propios, físicos y mentales. El diálogo comienza cuando el lactante busca con sus labios el pezón de su madre, para lo que también apoya sus manos, las cuales, desde entonces, se desarrollan como un instrumento prominente respecto de cualquier comunicación física entre los seres humanos, desde las caricias hasta los golpes mortales. Spitz descubrió, además, que la expresión física del no (antes del desarrollo de la capacidad verbal de decir “no”) —que en las sociedades occidentales consiste en un movimiento de la cabeza de derecha a izquierda y viceversa— tiene su origen en la búsqueda del lactante del pezón de su madre. El no es la expresión más fuerte: quiere decir “esto no lo quiero”, “esto no me satisface”, “estoy buscando un estado de satisfacción”. Por eso, la negación domina cualquier sistema, tanto matemático como lingüístico, al igual que la dialéctica filosófica.[2]

     

    Toda comunicación significa la satisfacción de deseos inmediatos mediante rodeos. Los seres humanos desarrollaron la lengua para la comunicación verbal y el pensamiento para la coordinación de sus actos con el fin de lograr un estado de satisfacción plena, como el bebé en el diálogo con su madre. La ausencia de diálogo entre madre e hijo, ya en las hordas de los simios, causa el empobrecimiento de la personalidad e inhibe la actividad sexual, produciendo la extinción de la especie. El ser humano que en su etapa lactante ha sido privado del diálogo con su madre, o con otra persona en su lugar, se convierte en una envoltura vacía, está mentalmente muerto y es un posible aspirante a un hospital psiquiátrico. La exclusión de las formas rudimentarias de comunicación conducen a los individuos si no a su muerte, sí a una deformación grave. La raíz de la palabra comunicación nos remite a la oscuridad de la prehistoria, cuando los seres humanos se asociaron y formaron comunidades. A diferencia de animales como los simios, los lobos o los leones, que se organizan en hordas, manadas o familias, los seres humanos “ponen en común”, es decir, afirman su comunión con la ayuda de fiestas y ritos sacrificiales. Este tipo de prácticas conscientes distingue a los seres humanos de los animales y en ellas se ubican no solamente las raíces de las formas de la convivencia sino también de la comunicación social. Para reconocer dichos rituales, las personas emplean un catálogo de actos y objetos simbólicos que determinan la fiesta de la colectividad que asegura su comunión y cohesión sociales.

     

    La palabra símbolo procede del griego symbállein (‘juntar, reunir, comparar, contribuir’). El símbolo (en griego symbolon) es un signo, un emblema, y denota el vínculo con un significado o con su propietario. Su origen se halla en la Antigüedad grecorromana, cuando, al despedirse, un huésped le entregaba a su anfitrión un pedazo de una tabla de barro rota (tésera) o un pedazo de un anillo de barro. Este pedazo servía como signo de reconocimiento cuando el anfitrión o un miembro de su familia devolvían la visita a la casa del huésped. Al juntar los pedazos, el anterior anfitrión y el huésped podían reconocerse. Esta fue una antigua forma de comunicarse y reunirse. El anillo abrió la puerta a algo más: significó ‘amistad’, unión.[3]

     

    Aparte del reconocimiento por el acto de juntar dos pedazos de una tabla rota, del símbolo se deriva el contrato, el acuerdo o el convenio. Los símbolos deben entenderse como documentos obligados de la fe (por ejemplo, el credo apostólico y la confesión agustiniana). Pero también se debe recordar que el simbolismo de las cifras pasa por el pensamiento teológico, cuyo fundamento es el 3 como número de la Trinidad y las virtudes teologales, y el 4 como número del mundo: 4 horas del día, 4 estaciones, 4 puntos cardinales, elementos, edades y virtudes cardinales (fe, esperanza, caridad y misericordia), 4 ríos del paraíso (Éufrates, Tigris, Pisón, Guijón). Asimismo, 4 son los profetas y los evangelistas. 3 más 4 son 7, y 3 por 4 son 12. 7 son las virtudes, los pecados mortales y las artes liberales, y 12 los meses del año, las tribus de Israel, los pequeños profetas y los discípulos de Jesucristo. Cualquier cultura con sus partes —como planteó Claude Lévi-Strauss[4]— se presenta como un conjunto de sistemas simbólicos (la lengua, las relaciones de parentesco, la economía, el arte, la ciencia, la religión) y constituye un conjunto de formas de comunicación.

     

    Además de los símbolos materiales —como las tablas de barro—, todas las comunidades emplean en su comunicación una variedad de símbolos abstractos para asegurar su comunión y celebrarla. Las comunidades religiosas poseen este tipo de símbolos para que sus miembros identifiquen su pertenencia al grupo. En el fondo, son símbolos de sumisión, como la cruz, el pañuelo en la cabeza o la kipá. Más importantes aún son los instrumentos y los objetos que usan para sus rituales de sacrificio: las hachas para la matanza del animal, las brochetas o asadores con las cuales cocinan la carne y distribuyen las partes entre la comunidad. A partir de estos asadores (obeloi, en griego) se desarrollaron los óbolos que todavía debemos pagar y las monedas con las que todas las comunidades y sociedades organizan hasta hoy en día sus relaciones económicas. Cualquier intercambio significa una forma de comunicación con el fin de cumplir la mutua satisfacción en el consumo. Este es el fondo de la sociedad de consumo que actualmente atraviesa una transformación radical.[5]

     

    En el presente, los celulares, el internet, la prensa, etcétera, son medios de comunicación que muchas veces no sirven para ponerse de acuerdo con otra persona sobre algún problema o asunto, sino solo para conectarse y quedarse conectado, de modo que el medio es el contenido y el fin de la comunicación. Estar conectado es la consigna del día. La fascinación por las pantallas de celulares, computadoras y televisión no deja lugar a dudas. Son el medio de regresión a un servicio pararreligioso de sumisión ante un espectáculo: el retorno a la reunión de la tribu en una ceremonia sacrificial donde lo que se sacrifica es el interés particular y la satisfacción de los cinco sentidos a favor del calor de la comunidad de sacrificio sentada alrededor de una fogata, en este caso la pantalla. Las caras pálidas de los usuarios iluminadas por estas pantallas ilustran la fascinación infantil por la reunión de esta nueva comunidad de zombis, la cual renuncia a la reflexión y a la creación para dar el clic que los introduce en el espectáculo.

     

    En la economía llamada neoliberal, la cual domina actualmente al mundo, la concreción de los intercambios, con los cinco sentidos, por medio de una mercancía concreta consumible desaparece progresivamente, mientras que el dinero se mueve a sí mismo, se produce y se reproduce por medio del dinero. Lo que permanece es la propaganda del consumo virtual. La reducción del uso de los objetos al consumo de su propaganda comercial conduce a la desobjetivación de su goce físico: finalmente, solo se realiza en la alucinación. El conflicto pulsional que ocurre tanto en el individuo como en la sociedad permanece irresuelto, pues en cierto modo es prorrogado o reprimido hasta que el aumento de tensión desencadena un próximo intento de evasión. La ausencia de una verdadera vivencia placentera requiere que un sustituto ocupe su lugar; esto obliga a la propaganda a cargar de nuevo el proceso y a ser incluida en una ilusión de carácter inmediato que, como la aventura de ir de shopping o de viaje, o sea, con las estrategias de la propaganda, deja a la pura propaganda atrás. Frente a la ilusión, los objetos concretos del consumo se vuelven insignificantes. Así, el evento del consumo en el mercado se convierte en la vivencia de un acontecimiento, en un espectáculo, pues en el hecho absoluto de la vivencia resultan innecesarias las siempre frustrantes relaciones con la realidad. La evidencia de la vivencia conecta origen y destino de tal manera que cancela también su tensión en la vivencia del momento. Esta es la esencia de la fascinación por la catástrofe y el mundo del espectáculo.[6]

     

    Pero la pérdida de lo concreto ya se había manifestado en el mundo de la posguerra hace 50 años, como observó Guy Debord en su libro La sociedad del espectáculo, donde analiza los mundos capitalista y comunista de ese tiempo. Él escribió: “Toda la vida de las sociedades en que reinan las condiciones modernas de producción se anuncia como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que antes era vivido directamente se ha alejado en una representación.”[7] Y más adelante comenta que:

     

    El espectáculo es la reconstrucción material de la ilusión religiosa. La técnica espectacular no ha disipado las nubes religiosas en las que los hombres habían depositado sus propios poderes desligándolos de sí mismos: los ha ligado solamente a una base terrestre. De tal manera que es la vida más terrestre la que se torna opaca e irrespirable. Ya no confina en el cielo sino que alberga en sí misma su recusación absoluta, su falaz paraíso.

     

    El espectáculo es la realización técnica del exilio de los poderes humanos en un más allá; es la escisión consumada al interior del hombre;[8] es el discurso ininterrumpido que el orden presente hace sobre sí mismo, su monólogo elogioso; es el autorretrato del poder en la época de su gestión totalitaria de las condiciones de existencia. La apariencia fetichista de pura objetividad en las relaciones espectaculares esconde su carácter de relación entre hombres y entre clases: una segunda naturaleza parece dominar nuestro entorno con sus leyes fatales. Sin embargo, el espectáculo no es ese producto necesario del desarrollo técnico mirado como un desarrollo natural. La sociedad del espectáculo es, por el contrario, la forma que elige su propio contenido técnico.

     

    Si el espectáculo, tomado en el sentido restringido de “medios de comunicación de masas” —su manifestación superficial más arrolladora—, puede parecer invadir la sociedad en tanto que simple instrumentación, no es en realidad nada neutro sino la instrumentación exacta que conviene a su automovimiento total. Si las necesidades sociales de la época en la que se desarrollan tales técnicas no pueden encontrar satisfacción más que a través de su mediación, y si la administración de esta sociedad y todo contacto entre los hombres no pueden ejercerse más que por intermedio de esta potencia de comunicación instantánea, es porque esta “comunicación” es esencialmente unilateral, de tal suerte que su concentración consiste en acumular en las manos de la administración del sistema existente los medios que le permiten proseguir esta administración determinada.[9]

     

    Esta es la hora de la televisión y el video con los que el hombre y la mujer contemporáneos empiezan la huida de su propia historia de percepción a lo no-olfativo, no-sensible, no-audible y, finalmente, a lo no-visible, a la Nada, porque los signos no son imágenes. Este es el salto atrás a aquel pasado vital donde ontogénica y filogenéticamente no existía todavía una diferenciación entre los sentidos y la sensualidad, donde todavía no había una conciencia del tiempo. Este parece ser el ingrediente determinante del progreso a la regresión. En la embriaguez de las imágenes parpadeantes de los monitores (Flimmerbilder), de las sombras electrónicas pasando rápidamente y de los supuestos sonidos esféricos extraterrestres pegados al oído, la vivencia del video se coloca en el lugar de la experiencia real. Separadas por la pantalla del mundo real que se encuentra allá afuera, aparentemente otra vez en la cueva de Platón, las sombras del mundo real no traen consigo algo físico, sino que los signos electrónicos transmiten el mundo. Pero, aunque son parte del mundo real, ¿transmiten los signos de este verdaderamente dado que ya no requieren más de los sentidos parciales que sirven como puentes? En efecto, la huida al mundo proyectado en las pantallas anula la sensibilidad, reduce las percepciones, corta las relaciones con el mundo real.

     

    Equipado con eyephone y dataglove, el último resto del mundo percibido por los ojos que hasta entonces separó al computer freak de su máquina de huida y adicción desaparece. El individuo puede simularse directamente en el mundo digital moviéndose sin trabas en la corriente de los datos. Puede también simularse como comunicación en un mundo virtual, o como una unión asexual. Para los propagandistas del ciberespacio esto no significa una pérdida puesto que desean liberarse o ya se han liberado milagrosamente de los conflictos y las tensiones que impone la vida en sociedad. Con alabanzas y elogios anuncian el tecno-zen, celebrando el juguete digital como el nuevo medio para la “expansión de la conciencia”. La posibilidad de salir finalmente del angustiado túnel de la realidad donde el individuo se frustró o atropelló permanentemente y la posibilidad de moverse locamente con la velocidad de la luz por el mundo digital parecen la traducción de la verdaderamente enorme velocidad de la circulación del dinero en un espectáculo electrónico. Lo que parece expansión de la conciencia en realidad funciona como cualquier droga: quien usa el simulador se libera de los viejos sentidos del olfato y del tacto en la embriaguez digital. Esto le permite —con la ayuda de los más abstractos sentidos— simularse regresivamente para alcanzar el estado de su objeto, es decir, ser dependiente así como lo fue en su infancia.[10]

     

    No es únicamente la huida de una realidad que ya no es accesible; la adicción a la pantalla incita a dar un salto mortale al mundo de los signos, donde la pantalla se ofrece como una “boca de origen” (Ursprungsmaul), es decir, como el retorno al paraíso perdido del útero materno. Convertido en inofensivo, este monstruo invita a jugar. Sin diferencia de la realidad, lo imaginario en la pantalla aparece donde la realidad y la irrealidad se confunden. Y como la pantalla es para el usuario el otro o la otra —cualquier otro u otra— el conflicto entre los sexos también se puede, aparentemente, neutralizar. Estilizada en la “boca de origen” que succiona y devora, la pantalla se transforma —como dice Jean Baudrillard— en una máquina de soltería (machine célibataire) que convierte el amor en un mecanismo de muerte. La pantalla representa el sexo imaginado de la madre, al que el pequeño o tal vez el gran Edipo, salta y se introduce para disolverse, para desaparecer. Lo que busca el adicto a la pantalla es, finalmente, una regresión, una liberación de la coacción de la realidad para volver al estado fetal y sentirse de nuevo nadando en el líquido amniótico, conectado a los sistemas que le proveen todo sin esfuerzo, sin trabajo. Klaus Heinrich señala que:

     

    La fascinación por la catástrofe se presenta igualmente en la filosofía del acontecimiento [Heidegger] de nuestros días como en la transformación de todas las posibles exhibiciones de acontecimientos y cadenas de acontecimientos, desde el efecto alucinógeno de la arquitectura posmoderna expuesto en las fachadas de las calles, hasta el evento de compras en un almacén, la boutique psicodélica y la permanente fiesta escandalosa de nuestras ciudades. Aquí se fija una disposición psíquica. El acontecimiento neumático, la estilización de cadenas de acontecimientos del consumo cotidiano y el afán de participar en los horrendos y más novedosos acontecimientos en este mundo son todas formas del ejercicio de la catástrofe […]. Así es hoy en día: fuera de la dialéctica del desengaño y el no-desengaño de nuestro mundo real, el neumático acontecimiento —una palabra encubridora de catástrofe— se reinterpreta en una promesa de salvación, y la resistencia contra la catástrofe se evapora en las preparaciones adventistas para la recepción de la catástrofe.[11]

     

    La mezcla de un miedo a la catástrofe vivido conscientemente y una inconsciente fascinación por esta genera una necesidad cuya tendencia autodestructiva se muestra en la virtualidad de los excesos en el cine, la televisión y los juegos de video. Pero la popularidad de las películas de guerra y catástrofe, al igual que los fines letales a donde llegan los juegos de video, señalan un deseo que con toda probabilidad no se detiene en formas virtuales de satisfacción. Las bestialidades cometidas por bandas de militares, policías y guerreros religiosos o fundamentalistas que a veces cuelgan sus atrocidades en internet confirman esta tendencia. El temor y la fascinación por las catástrofes favorecen a los grupos redencionistas autoritarios y terroristas, los cuales, al igual que en la Edad Media, se rebelan en contra de la miseria y prometen una salida a la crisis general. El retorno de mitos intemporales y la tendencia a la mistificación del mundo parecen ser una característica esencial de estos movimientos. En este contexto, el neoliberalismo, es decir, la creencia en que una mano invisible dirige los destinos de la economía, la sociedad y los individuos para conducirlos al bienestar, funge como una variante adicional en el conjunto de las nuevas doctrinas de salvación fundamentalistas, las cuales se unen en el consenso básico de liquidar la Ilustración. En vez de ilustrar a las personas acerca de sí mismas y de sus propias metas, de darles las armas para participar realmente en la sociedad, todas estas posturas tratan de convencerlas de que una fuerza mística y oscura, al igual que un espectáculo de efectos estroboscópicos, de luces intermitentes y sonido ensordecedor, traen la salvación del mundo.

     

    Como formación reactiva frente a la indudable crisis vivida como catástrofe social y económica, actualmente se produce (en el sentido psicoanalítico de este síntoma) una alegría casi histérica que caracteriza por igual a todos los nuevos movimientos de salvación representados en los fundamentalismos —incluido el neoliberalismo y su cultura posmoderna—, así como la histeria loca de la drogadicción, que encuentra sus raíces en la misma formación reactiva: la angustia frente a una temida catástrofe. En este estado, no importa que el individuo tema una catástrofe o se encuentre ya sumido en ella.

     

    Sabemos que los seres humanos, al igual que los simios, poseen un mecanismo de autodefensa consistente en la liberación de beta-endorfina para disolver la angustia. Del mismo modo, las sociedades producen su propia droga. La droga ha sido, a lo largo de la historia, una conditio humana para manejar tanto la angustia social como la individual. El estado de drogadicción, al evaporar la autoconciencia del individuo, diluye también todo concepto de proceso histórico, borra toda experiencia traumática y favorece la aparición de fantasías infantiles todopoderosas como formas de regresión al estado de plena satisfacción. El estado de drogadicción vincula actualmente la política con el éxtasis del drogadicto, representado no solamente en el mundo de la droga real, sino también en los productos posmodernos que inundan los medios de comunicación donde desde hace mucho tiempo el espectáculo ha sustituido las formas de información, comunicación e ilustración. A pocos les preocupa hoy acceder a la inteligibilidad de la complejidad mundial. Los sujetos desean percibir el mundo y la historia solo como un simultané que los disuelva, como en el éxtasis de la droga. El espectáculo posmoderno presenta el mundo y su historia en formas simplificadas, como si estuvieran a la completa disposición de cualquiera, alterando las antiguas nociones de tiempo y espacio, prescindiendo de toda mediación y sirviendo como ingredientes alucinógenos capaces de producir y reproducirse al infinito sin que exista utilidad empírica alguna. Freud sintetizó todo esto muy bien: irritado por la pérdida de su meta pulsional, el individuo busca, con sus semejantes, el calor que irradia una fogata. Frente a ella se abandona sin conciencia y emprende el camino hacia un supuesto paraíso, al retorno de lo reprimido. Así escribe:

     

    Esta plasticidad extraordinaria de los desarrollos del alma no es irrestricta en cuanto a su dirección; puede designársela como una capacidad particular para la involución —para la regresión—, pues suele ocurrir que si se abandona un estadio de desarrollo más tardío y elevado no pueda alcanzárselo de nuevo. Ahora bien, los estados primitivos pueden restablecerse siempre; lo anímico primitivo es imperecedero en el sentido más pleno.[12]

     

    Esta regresión psíquica permite explicar la existencia y el consumo de la variedad de productos posmodernos que inundan el mercado actual, mostrando su fascinación por la posibilidad de la catástrofe, cuyo sabor ya conoce el individuo deprimido, frustrado o desencantado. En el mercado, que hoy en día se presenta como espectáculo, los consumidores pueden imaginarse en un estado libre de conflictos después de la catástrofe; en este estado la historia se representa fragmentada como episodios inconexos de un espectáculo posmoderno, ordenados estos de manera casual, uno junto al otro. El hecho de que los participantes en estos espectáculos o eventos de diversión y consumo se encuentren, en términos psíquicos, en un estado de regresión o infantil es confirmado por las formas de diversión de masas, así como por la inclinación general al juego, al entretenimiento y a la diversión que matan el calamitoso tiempo. De forma más radical, esta tendencia la encontramos en los productos de la industria del tiempo libre. Una semana de televisión con sus videoclips, sus programas de música y diversión no dejan dudas al respecto. Los consumidores van como zombis que temen, lloran o ríen de un evento a otro, sin haber tenido una experiencia real que suponga elaborar sus propias vivencias. El movimiento (la vivencia) es todo, mientras que el fin (la experiencia) es nada. El carácter alucinógeno de los espectáculos, de los eventos de consumo, impide a los consumidores que participan en el carrusel de atracciones tomar conciencia de que ellos reclaman y los medios de comunicación les proporcionan la huida de su propia vida e historia para eso, para “matar el tiempo”, es decir, para cancelar la posibilidad de comunicarse y proyectar su propio futuro y el de su sociedad.

     

    [1] Spitz René. No and Yes: On the Genesis of Human Communication, International Universities Press, New York, 1957.

     

    [2] El hecho de que existan culturas donde el levantamiento de la cabeza significa no, como en Bulgaria, Albania, Turquía y partes de la India, puede tener otro origen, pero no le quita el peso al no como la expresión más fuerte. El no quiere potencialmente todo, aparte de lo negado.

     

    [3] “Symbolum est indictum, nota, tessera […] quæ in omni actu legitimo, profano vel sacro, humano vel divino, civil vel canonico interveniunt aspectabilica; ut testamentis aes et libra” (Rodolphus Goclenius, “Symbolum”, en Lexicon Philosophicum, Hildesheim, 1964).

    [4] Lévi-Strauss, Claude . “Introduction à l’oeuvre de Marcel Mauss”, en Marcel Mauss, Sociologie et Anthropologie, Les Presses Universitaires de France, Paris, 1968.

     

    [5] Kurnitzky, Horst . La estructura libidinal del dinero, Siglo XXI, México, 1978/1992.

     

     

    [6] Kurnitzky, Horst. “Un supermercado de baratijas”, en Vertiginosa inmovilidad: Los cambios globales de la vida social, Blanco y Negro, México, 1998; “Vivir en el paraíso”, en Una civilización incivilizada: El imperio de la violencia en el mundo globalizado, Océano, México, 2005.

     

    [7] Debord, Guy . La sociedad del espectáculo, Ediciones Naufragio, Santiago de Chile, 995, p. 8.

    [8] Debord, óp. cit., p. 14.

    [9] Ib., p. 15.

    [10] Kurnitzky, “Vertiginosa inmovilidad: La sociedad de información”, en Vertiginosa inmovilidad: Los cambios globales de la vida social, óp.cit.; “Vertiginosa inmovilidad”, en Una civilización incivilizada: El imperio de la violencia en el mundo globalizado, óp.cit.

     

    [11] Sigmund Freud, “De guerra y muerte: Temas de actualidad (1915)”, en Sigmund Freud, Obras completas, vol. XIV, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1992, p. 287.

     

    [12] – See more at: http://archivo.estepais.com/site/2015/comunicacion-en-la-sociedad-del-espectaculo/#sthash.XXgDP161.dpuf

     

  • Introducción del narcisismo una propuesta económica.

    Introducción del narcisismo una propuesta económica.

     José Eduardo Tappan Merino

    El ensayo de Freud se llama introducción del narcismo, no al narcisimo, por lo que el interés gravita en mostrar la manera en que el narcismo irrumpe en la vida psíquica y la forma se introduce en la subjetividad, no es una introducción al tema del narcisimo. Sin embargo, presenta un conjunto de consideraciones sobre lo que es su noción de narcismo despojándola de sus antiguas connotaciones, para ir articulándolas con su propuesta teórica.

    El presente artículo sigue el uso que se le ha dado por las traducciones a Freud entendido como Introducción del narcisismo.

     

    En el universo freudiano, el narcisismo en un fenómeno complejo, podría decir que se trata de un continente aún por descubrir, es más lo que ignoramos que lo que conocemos.

     

    Freud considera que el psicoanálisis se hermana con los procesos de conocimiento que emplean los métodos conjeturables más que con los estrictamente empíricos, por eso no es una ciencia de la conducta sino de los resortes que la gobiernan. Se trata de crear hipótesis y modelos que permitan visibilidad sobre los fenómenos de la vida que antes no podían comprenderse, que muestren las operaciones inconscientes. El psicoanálisis busca la inteligibilidad, es una perspectiva esencialmente crítica a los irracionalismos. Arma su propuesta a partir de varios criterios teóricos que orientan el análisis y la posibilidad de intervenir la subjetividad. Debemos comenzar con lo que se conoce como teoría tópica, que a su vez presenta dos consideraciones: la primera es la de comprende el psiquismo a partir de tres clases de operaciones: inconscientes, preconscientes y conscientes (1900-1920), y la segunda que articula a tres instancias: el Ello, el Yo y el Superyó (1920 en adelante). La segunda propuesta es dinámica, aquí presenta esencialmente la teoría de las pulsiones: parciales, de meta inhibida, yoicas, sexuales, de muerte etc, además del Ananké entendiendo a esa fuerza imperativa que empuja a la sobreviviencia. La teoría económica (energética) que es el caso del presente trabajo, muestra la manera en que la subjetividad va dando importancia y restándosela a los diferentes fenómenos que intervienen en la vida anímica: objetos, circunstancias, el cuerpo o la propia persona. Finalmente la propuesta estructural permite la articulación de sus consideraciones teóricas con las prácticas, es decir con la comprensión dinámica en la casuística clínica.

     

    Pero… ¿Cómo pensar el narcisismo? Lo distingue en dos clases: El narcisismo primario y el secundario. El primario es «el complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación» (Freud p. 72) El narcisismo secundario la libido se dirige a los objetos, a partir de esto, aparece una nueva operación psíquica que constituirá el yo, investido libidinalmente como el resto de los objetos y éste a su vez puede investir o reinvestir otros objetos.

     

    Pero regresemos sobre la idea de ese «complemento libidinoso del egoísmo» que constituye el narcisismo primario ¿El egoísmo puede ser pensado en un animal que lucha por su sobrevivencia? Creo que no, para que exista egoísmo es indispensable un ego. Por ello, podríamos decir que al ser el complemento libidinoso, lo que genera propiamente es la separación del antiguo orden autoerórico, para crear la instancia psíquica llamada «el yo» y hace que sea relevante, que tenga una importancia que no tenía antes, eso genera un egoísmo. Ese distanciamiento con una condición anterior en que el cachorro humano se encontraba confundido, indiferenciado crea un sentido de existencia, ahora propia y autónoma. Es egoísta el que piensa en sí mismo, el que no comparte, el que se separa del rebaño. Por lo tanto, ese complemento libidinoso es lo que transforma al ente de su condición anónima a un ser transitivo, que puede ser siendo en y por su egoísmo. Teniendo conciencia de su existencia a partir de ese egoísmo. Aunque habría que agregar a nuestra mezcla requerida para el surgimiento de nuestra singularidad: la identificación y la agresividad, para reunir algunos de los ingredientes propuestos por Freud en la constitución de nuestro egoísmo fundante, cómo condición de posibilidad del surgimiento propiamente del yo.

     

    «Es un supuesto necesario que no esté presente desde el comienzo en el individuo una unidad comparable al yo; el yo tiene que ser desarrollado. Ahora bien, las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales; por tanto, algo que tiene que agregarse al autoerotismo, una nueva acción psíquica, para que el narcisismo se constituya» (Freud p. 74)

     

    Tarea a la que Lacan dedicó algunos esfuerzos y escribió El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica, tema temprano en sus problematizaciones, pero que adquiere su forma conclusiva en 1949. Podemos pensarlo más como un complejo que como un estadio, ya que la idea de estadio nos conduce a una serie de ideas equivocadas: etapa, desarrollo y/o maduración, tiempo cronológico, personajes (la madre y su vástago) etc. Se trata de una operación de carácter simbólico, que aparece en un momento lógico, en la que operan diferentes funciones sostenidas por al menos tres agentes, uno que será el soporte de la mirada deseante, otro que se transforme en soporte de esa mirada y un tercero que realice la operación del juego de miradas, para tomar al soporte con extrañamiento y agresión, para posteriormente identificarse con el, transformado ahora en su imago. Como el mito de Narciso, ahora en esta operación el Sujeto se ahoga en su imagen, se abisma en ella, que es de lo que reviste al yo de su brillo seductor, ahora articulando las funciones del moi con el je. Entonces el yo se constituye como una instancia que busca pacificarnos frente a un mundo que parece sin sentido (al principio era el caos), busca detener la angustia frente a las incoherencias de su experiencia inmediata la vida, por lo que siempre encuentra respuestas, siempre encuentra o fabrica sentido, es por eso que es el recinto de la alienación.

     

    La imago, como esa imagen arquitectural, que construye el nosotros mismos (moi), a partir del momento de haber cumplido con su encomienda de apuntalamiento del yo (je), resultará ominosa, esa operación del desapego de la imagen, el extrañamiento con ese otro que somos nosotros mismos, se representará en el doble mitológico que nos amenaza y persigue desde entonces, de ese odio a esa imagen que identificamos primero como otro, proviene la agresión esencial a la función del yo, desde los orígenes mismos de nuestra singularidad, de nuestra condición humana es que ese otro que somos nosotros mismo, aparece representado como el gemelo, el doble que proyectamos sobre los orígenes de la humanidad, del que se construyen infinidad de mitos y leyendas.

     

    El narcisismo anida en el yo, pero ese no es el único objeto en el que reside, la libido narcisista se encuentra en otros objetos por lo que nos reconocemos y regodeamos en ellos, los poseemos, los coleccionamos, los codiciamos etc. Esta propuesta económica nos ayuda a comprender la manera en que entran en la subjetividad diferentes instancias y los distintos pesos e importancia que le vamos otorgando, así como los soportes de los que se sirven. Las operaciones económicas solo son discernibles por sus consecuencias, por sus manifestaciones. ¿Cómo son discernibles esas operaciones desde una propuesta conjetural?.

     

    «Por cierto, representaciones como las de libido yoica, energía pulsionanal yoica y otras semejantes no son aprehensibles con facilidad, ni su contenido es suficientemente rico; una teoría especulativa de las relaciones entre ellas pretendería obtener primero, en calidad de fundamento, un concepto circunscrito con nitidez. sólo que a mi juicio esa es, precisamente, la

    Rss u diferencia entre una teoría especulativa y una ciencia construida sobre la interpretación de la empeira.(…) en nuestros días vivimos idéntica situación en la física, cuyas intuiciones básicas sobre la materia, los centros de fuerza, la atracción y conceptos parecidos están sujetos casi a tantos reparos como los correspondientes del psicoanálisis». (Freud p. 75)

     

    En realidad de lo que habla Freud en este ensayo es del conjunto de operaciones necesarias para constituir la realidad, es decir el mundo y a nosotros en el. Todo lo que va constituir el mundo, lo será a partir de que sea cargado de libido, al ser investido cada elemento de nuestro entorno aparecerán en la subjetividad, no existe absolutamente nada más allá de esta realidad psíquica, más que la Cosa (categoría kantiana). Los perros, los gatos, las nubes, el alma, también los objetos admirados y denostados por nosotros, así como el yo, el ideal del yo, el yo ideal, Las fantasías, las alucinaciones, los delirios, las ideas etc. No existe un mundo material y otro ideal, son uno mismo. Esa idea, de algunos lacanianos, de un real que irrumpe y avanza por la fisuras del tejido simbólico, es simplona, toda fisura del orden simbólico no permite más que aperturar la angustia, e intuir algo de la presencia de la Cosa que no puede ser conocida, es inefable, irrepresentable, no tiene sombra, porque no es de este mundo.

     

    El principio económico elaborado por Freud nos ayuda a comprender por que podemos percibir que el mundo es dinámico, envuelto en un juego dialéctico, los objetos de nuestro entorno varían de importancia e incluso de significado constantemente, lo mismo que nuestro yo, en ciertos momentos podemos sentirnos grandiosos y en otros totalmente derrotados. Cada cabeza es un mundo, nada es mas auténtico que eso, sin embargo no es arbitrario y además de alguna manera hace lazo social, tenemos la ilusión de que es consensuado por nuestra comunidad cultural. Es verdad que se comparten un conjunto de ordenamientos simbólicos, culturales, morales, religiosos etc. que hace que los miembros de una comunidad se sientan identificados y que se encuentran a su vez diferenciados de los otros, a los que llaman extranjeros o simplemente los otros, pero en realidad cada cabeza es un mundo.

     

    La dinámica de la realidad o de aquello que llamamos mundo, como decíamos, varía de una persona a otra, de un momento a otro, ya que los parámetros, los sistemas de clasificación y jerarquía con los que nos relacionamos y creamos el mundo cambian debido a nuestra experiencia, estados de ánimo, circunstancias familiares, laborales, sociales, por nuestra salud, género, preferencias sexuales, inhibiciones, angustias, edad, etc. Lo que colocamos en cada uno de los objetos, representaciones, instancias psíquicas, síntomas, varía, por esos montos libidinales Freud descubre que son esencialmente sexuales, sin embargo una vez investido el yo, éste es el único de los objetos que al mismo tiempo puede redirigir sobre otros objetos la energía libidinal. Cargarlos y hacerlos relevantes, o quitársela y hacerlos menos importantes, sin embargo esa libido apuntalada en los objetos y la libido narcisista se entremezclan, se pasan de un objeto a otro, como decíamos y comandando ese proceso narcisista se encuentra el yo, redirigiendo la libido a la masa identitaria asía sí mismo, al yo que está constituido por el je y el moi, pero tembién a los ideales el ideal del yo, el yo ideal, que constituyen el superyo. Pero al tratarse de operaciones de carácter lógico y no cronológico, es que la libido se dirige o se retira a lo que es en un momento dato dado, a lo que fue, a lo que querría haber sido, a lo que debería haber sido; a la historia y al futuro que son construidos en el presente. La relevancia de cada suceso y cada objeto irá cambiando a partir de cada momento. Por eso es que la historia nos determina en tanto que la determinamos a partir de la libido depositada en esos hechos, en esas vivencias; en otras palabras podríamos decir que la historia se construye a partir de operaciones de carácter lógico y económico. Es necesario subrayar que la libido es una ficción teórica de la que se sirve Freud, para pensar una dinámica psíquica, por lo tanto es por entero un elemento esencial de la lógica simbólica, no se trata de una energía de carácter biológico.

     

    De esta manera como si se tratara de operaciones bancarias, los montos destinados a alguna inversión pueden ser trasladados a otra, ya sea una parte o toda. El sistema, mantiene una cantidad constante por lo que para que algo se convierta en importante requiere de la libido que fue trasladada de otro objeto u objetos. Debieron prestar esas cargas, por lo que las perdieron; para que algo sea relevante al menos otro objeto debe dejar de serlo, lo que gana uno es lo que pierde otro, el mundo es un sistema en el que todos los objetos, de alguna manera, se encuentran conectados, relacionados unos con otros, por lazos de contigüedad, de libido compartida, en su papel significante etc.

     

    El mundo se mantiene y es administrado por la libido que es retirada y depositada, gracias a nuestros sistemas que ordenan y clasifican, los diferentes objetos (representaciones) y sucesos en nuestra realidad, les dan jerarquías y sentidos a cada uno de los objetos dentro del sistema relacionando los unos con los otros. Con lo que se nos muestra que toda realidad es psíquica, aún lo somático se encuentra gobernado por la subjetividad. Realidad y mundo son construcciones que gobernamos por las leyes inconscientes que comandan el universo simbólico, pero los objetos son en realidad representaciones, propiamente los objetos son las producciones simbólicas que nos distancian de la Cosa, que se sobreponen a la misma; pero lo que investimos es propiamente a las representaciones que tenemos de los objetos. Lo que existe en nuestra realidad psíquica son las huellas de las hullas que constituyen nuestro mundo, como la caverna de Platón.

     

    Entendemos a la eficacia simbólica, como al efecto placebo muestran que tienen la capacidad de crear o revertir problemas somáticos, cánceres, enfermedades consideradas incurables etc. Curar por la intermediación de la fe y de prácticas rituales o mágicas, que no son otra cosa que la posibilidad de dar dirección en el sentido deseado del conjunto de operaciones y normas que regulan la acción simbólica, y encaminarlas a la constitución o en la solución del problema somático. Esto sería una operación en la que a partir del narcisismo redirigimos las cargas libidinales narcisistas, y las colocamos a otras representaciones. La eficacia simbólica conlleva un reordenamiento del mundo.

     

    Generalmente consideramos una personalidad narcisista a la que se se sitúa a sí mismo en el centro de su mundo, como el objeto más importante en el. Como si las cargas libidinales otrora apostadas en objetos se retiraran de éstos y se apuntalaran en su yo, en su cuerpo, su persona sin embargo como hemos dicho la constitución del mundo es esencialmente narcisista, una persona puede ser una gran samaritana, una ecologista aguerrida, una luchadora por las causas sociales incansable, un mecenas y pueden ser todas estas acciones entendidas en algunos casos como esencialmente narcisistas, ya que están haciendo todo eso porque se quieren decir a sí mismas lo buenas y lindas que son, verse como héroes o heroínas. Si el sacrificio resulta la moneda de cambio para lograr el reconocimiento Superyoico pues se sacrificarán para obtener esos aplausos que esperan a si mismas. Nadie se encuentra libre de buscar el reconocimiento propio y por otros, sin embargo, lo que es distinto es lo que cada quien está dispuesto a hacer para obtenerlos, y la instancia que se busca se crezca por nuestros actos, ya que para el Superyo siempre estaremos cerca, pero nunca lograremos el éxito, siempre nos hará falta un esfuerzo extra, en el caso del yo, será el triunfo del idiota, el éxito soso, -¡ya lo obtuve! … ¿y ahora?-; sin embargo, si se visibiliza que ese aplauso siempre es una trampa, entonces se puede buscar la vía del deseo, la satisfacción de obtener eso que nos compete, que nos hace sentirnos vivos, algo que está mas cerca de la satisfacción que del aplauso, esa verdad que sólo se devela por el deseo y que puede sorprender al yo, una verdad que les es íntima y desconocida.

     

    El narcisismo puede ser pensado como una fuerza gravitacional que atrae a los objetos sobre su yo o que los expulsa, en la medida en que el mundo se constituye a partir de dinámicas de atracciones y expulsiones, es decir de intercambios libidinales, podemos decir que es una condición que es la que articula y da proporción, simetría, dimensión y jerarquía a los objetos del mundo, relacionando a los unos con los otros, eso es lo que nos crea una realidad, y que a lo que podemos acceder de esas operaciones libidinales, tienen que ver con sus efectos dentro de un espectro en el que es posible que nos sean más evidentes, mientras que on otros momentos pasarán desapercibidas.

     

    Entonces el narcisismo no es otra cosa que la constitución de un mundo y de una persona situada en el, actúan sin que lo percibamos, cómo si el mundo fuera independiente de nosotros, con los parafrénicos «el delirio de grandeza y el extrañamiento de su interés respecto al mundo exterior (personas y cosas)» (Freud. p. 72) y en la psicosis, en el caso Schreber «… la explicación de Freud es que el enfermo pasa a una economía esencialmente narcisista.» (Lacan p.149). Es que las operaciones narcisistas pueden ser más claras. El amor y la homosexualidad como las propone Freud, son otro ejemplo de narcisismo en que lo que realmente está en juego no es buscar una pareja del mismo sexo, sino no poder aceptar la diferencia sexual, no es que le gusten las personas de su mismo sexo, sino que no soporta a las del otro.

     

     

    Todos nos encontramos en el centro de nuestro mundo, cualquier relación con otra persona es a partir de nuestro mundo y del suyo, constituyendo burbujas impenetrables, como la pizarra mágica que es un ejemplo que emplea Freud, para señalar que nuestra percepción del mundo está intermediada por una barrera (capelo), por lo que la son las huellas de la realidad las que tocan ese capelo nunca entran en contacto directo con nuestra subjetividad, sino sólo a través de esa separación, nuestra subjetividad toma contacto con representaciones de los objetos, nunca con los objetos, y mucho menos la Cosa. Sin embargo, de alguna manera en la neurosis y en la perversión puede saberse que no es la realidad en si con la que intercalamos, lo que conduce a un cuestionamiento a dudar de nosotros; aquellos que no dudan y se encuentra llenos de certezas, se colocan en extremo del espectro narcisista, son lo que propiamente identificamos como narcisistas.

     

    Por eso el contraste o su extremo estridente son necesarios para visibilizar y explorar el narcisismo, podemos hacerlo a partir de las posiciones en el mundo que no fluyen, que resultan distintas con respecto al resto de las personas, que muestran un mal-estar. Entendemos de esa manera por que un pequeño ratón o una araña al fóbico puede despertarle un sentimiento tan intenso, mientras que a otros no, el fóbico no tiene idea del desplazamiento que hace para que ese animal le sea tan abominable, supone que esos sentimiento son naturales y que cualquier persona debería sentir lo mismo, el asunto es que por la reacción de los demás es que infiere que la suya es exagerada, o bien cuando contrastamos la manera en que se estima la omnipotencia infantil y lo simétricamente opuesto que supondría una intervención divina o mágica para que todo salga mal. El amor, como decíamos, es otra forma de observar con claridad como los sapos se hacen príncipes y las ranas princesas y una vez que desaparece el encanto (la libido se dirige a otro objeto) uno descubre al batracio del que estuvo enamorado,el amor además es esencialmente narcisista también en le hecho que señala Freud de que se ama al otro en tanto espejo de a uno mismo, o bien ama al otro por que lo ama, amo que me amen.

     

    De esta manera es que nuestra construcción del mundo, que es lo que llamamos realidad, se monta sobre sistemas de clasificación y jerarquía, como si así fueran las leyes de la naturaleza y la cultura y la subjetividad no tuvieran nada que ver, se revierte la creación sobre el creador generando una ilusión de autonomía e independencia. Un ejemplo de esto es que queremos pensar que Dios nos hizo a su imagen y semejanza, cundo revisamos a los diferentes dioses vemos que cada uno se parece mucho a su pueblo: Zeus, Atón Ra, Anú, Zoroastro, Odín, Wotan, Changó o como el Dios de los judios, los cristianos y los musulmanes que si bien es el mismo es diferente, cada uno proyecta su cultura, su idiosincracia y por su puesto, cada pueblo se piensa que es su pueblo más querido.

     

    El narcisismo se despliega en una espectro amplio, constituido por los objetos que han sido dotados de la libido: fantasmas, extraterrestres, brujas, cosmogónicas, panteones, hechizos, himnos o banderas, personas, mascotas, sentido de vida, el más allá, el más acá, el significado de la muerte etc. El tiempo en el que se despliega el narcisismo es esencialmente lógico y no cronológico por lo que conviven de manera simultánea nuestra infancia y nuestra condición adulta; lo que fuimos, somos y seremos, lo que hicimos, lo que hubiéramos querido hacer y lo que deberíamos haber hacho, incluso lo que simplemente no hicimos, se relacionan con nuestros sueños, miedos, inhibiciones, traumas, angustias, logros, satisfacciones, cada uno de los objetos que puebla nuestro universo real y fantástico etc. Nuestro mundo y nuestra realidad es esencialmente narcisista, está conformada de manera compleja, las opciones sobre las que elegimos determinan con cada paso lo que somos.

     

    Bibliografía citada.

    Freud Sigmund. Introducción del narcisismo. Obras completas. Vol. XIV. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 2001

    Lacan Jaques. Seminario 3. Las psicosis. Ed. Paidós. Barcelona 1981

  • Encrucijadas de “Introducción del Narcisismo”.

    Encrucijadas de “Introducción del Narcisismo”.

     Nayanith Rivera Murrieta

    Para acercarnos a las aportaciones del texto escrito por Freud en 1914 es necesario plantear de inicio cuestionamientos que nos ayuden a clarificar y circunscribir dicho propósito: ¿Cuál es la razón de existir del concepto de narcisismo? En la historia del psicoanálisis: ¿Qué hace necesaria su existencia? ¿Qué planteamientos viene a resolver, o incluso a proponer por primera vez, de manera más delineada con respecto a propuestas anteriores?

    Introducción del Narcisismo,  no solamente se considera como uno de los escritos más importantes de Freud, sino también revolucionario y subversivo con respecto a los propios puntos de vista freudianos. Peter Gay comenta que si Freud lo etiquetó como introductorio, no fue porque se tratara de una falsa modestia, sino porque “le había resultado desagradable y que tuvo dificultades para encerrar dentro de aquel marco los pensamientos que lo desbordaban” [1].

    Cinco años antes de Introducción del Narcisismo, en noviembre de 1909, en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, al comentar un artículo de Isidor Sager, Freud había sugerido el narcisismo como el apasionamiento hacia la propia persona y como una etapa necesaria del desarrollo en la transición desde el autoerotismo hasta el amor objetal. Proposiciones semejantes fueron expuestas por primera vez en su ensayo sobre Leonardo da Vinci (1910); más tarde recurrió al planteamiento en el trabajo sobre Schreber (1911) formulando el narcisismo como un estadio normal de evolución de la libido, pero lo hizo de una manera más sucinta y sugestiva en Tótem y tabú (1913), enunciado que “La persona se comporta como si estuviera enamorada de sí misma; en ella, nuestro análisis no puede separar todavía las pulsiones yoicas y los deseos libidinosos”[2] y enfatizando ciertos cuestionamientos a los que más tarde les dedicaría un trabajo específico expone:

    “Aunque todavía no nos resulta posible trazar con la precisión suficiente una caracterización de este estadio narcisista, en el cual las pulsiones sexuales hasta ese momento disociadas se conjugan en una unidad y el yo es investido como objeto, vislumbramos desde ahora que la organización narcisista nunca se resignará del todo. El ser humano permanece narcisista en cierta medida, aún después que ha hallado objetos externos para su libido; las investiduras de objeto que él emprende son, por así decir, emanaciones de la libido que permanece en el yo, y pueden ser retiradas de nuevo hacia éste. Los estados de enamoramiento, psicológicamente tan asombrosos y que son los arquetipos normales de las psicosis, corresponden al máximo nivel de estas emanaciones comparado con el nivel del amor al yo” [3].

    El concepto de narcisismo adquirió en el pensamiento de Freud y en sus elaboraciones gran significación, pero también consiguió un uso general e incluso irresponsable en el diagnóstico, como etiqueta de perversión sexual, de modo impreciso como una etapa de desarrollo, también se explotó para designar una descomposición de la cultura del tiempo e incluso como una denominación de la autoestima exagerada.

    En la historia de vida que Peter Gay hace de Freud, declara que por el período en que apareció “Introducción del narcisismo”, Freud todavía declaraba estar más o menos resignado a una clasificación de las pulsiones según apuntan hacia la auto conservación y las que apuntan a la satisfacción sexual, sin embargo empezaba a advertir que al dilucidar el narcisismo como autoamor sexual, y no sólo como una perversión especializada, anulaba su antiguo esquema, ya no podía conservar una separación clara entre estas dos clases de pulsiones, el hecho era que el amor a sí mismo y el amor a otros solo diferían por su objeto, no por su naturaleza. [4]

    En el texto de 1914, Freud distingue un narcisismo primario, el niño inviste toda su libido sobre sí, la libido de objeto y la libido del yo no están en una relación de exclusión, existe una reversibilidad de la libido. El yo en tanto tal, aún no se constituye, los objetos investidos por las pulsiones son las partes del cuerpo, pulsiones parciales.

    Además, Freud pone el acento en la posición de los padres en la constitución del narcisismo primario: el amor parental hacia su hijo, no es más que una resurrección, una reviviscencia  del narcisismo de los padres.

    Para que se constituya el narcisismo secundario que corresponde al narcisismo del yo, es preciso que se produzca un movimiento por el cual el investimento de los objetos retorna e inviste al yo.

    Mientras que en el narcisismo primario el otro era uno mismo, en el narcisismo secundario uno se experimenta a través del otro. El elemento que viene a perturbar el narcisismo primario es el complejo de castración.

    ¿Por qué traspasa el niño los límites del narcisismo para poner la libido sobre los objetos? Lo hace cuando su yo se ve confrontado con un ideal [del yo], con el cual debe medirse, ideal que se formó en el exterior y que desde allí le es impuesto. El niño mira que la mamá dirige su mirada a otros, el niño va siendo sometido a las exigencias de la realidad, se da cuenta que  su mamá desea fuera de él,  y que él no es todo para ella. Esta herida narcisista produce en el niño un objetivo: hacerse amar por el otro, y sólo se puede complacer al otro en tanto se satisfagan las exigencias del ideal del yo (que serían las representaciones culturales, sociales, los imperativos éticos, tales como los transmitidos por los padres).

    “Las mociones pulsionales libidinosas sucumben al destino de la represión patógena cuando entran en conflicto con las representaciones culturales y éticas del individuo”… “La formación del ideal (por el cual se mide su yo actual) seria, de parte del yo, la condición de la represión. Y sobre este yo ideal recae ahora el amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real…No quiere privarse de la perfección narcisista de su infancia, no pudo mantenerla por las admoniciones que recibió y por el despertar del juicio propio, procura recobrarla en la nueva forma de ideal del yo…Lo que el proyecta frente a sí como su ideal es el sustituto del narcisismo perdido en su infancia, en la que él fue su propio ideal” [5]

    El Ideal del yo, que podemos apreciar como voces censoras del mundo convertidas en una voz propia, en lo que denominamos comúnmente conciencia moral, en situaciones patológicas, surge como delirio de estar siendo observado, posibilitando de tal manera comprender las enfermedades paranoides o las neurosis de transferencia. Sobre esta idea de conciencia moral, que actúa como custodio del ideal del yo, Freud desarrollara más tarde en “Psicología de las masas y análisis del yo” y en “El yo y el ello”, el concepto de superyó a partir de una combinación de esta instancia con el Ideal del yo.

    Freud recurrirá al estudio de la parafrenia, la enfermedad orgánica, la hipocondría, y el estado de enamoramiento como vías de acceso para abordar la cuestión del narcisismo.

    En la primera línea, Freud llega a la conclusión de que en los casos de demencia precoz y parafrenia, realmente hubo un retiro de la libido de las personas del exterior y se produce una retracción de la libido sobre el yo, con la cual estaba investido el objeto. Retiran la libido sin sustituirla en la fantasía. “La libido sustraída del mundo exterior fue conducida al yo, y así surgió una conducta que podemos llamar narcisismo” [6].  Además de este extrañamiento de su interés respecto del mundo exterior, en los parafrénicos se presentara otro rasgo fundamental: el delirio de grandeza.

    En los paranoicos, se aprecia esta regresión defensiva, desfigurando sus percepciones y sentimientos con fantasías extrañas, proyectan en lo externo su catástrofe interior. Schreber se veía  perseguido por la visión de que el fin del mundo estaba próximo.  En el paranoico su gran tarea constructiva comienza en ese punto: habiendo sido destruido el mundo, el paranoico lo construye de nuevo, no con mayor esplendor, pero por lo menos de manera tal que de nuevo puede vivir en él. Freud enunciará que lo que tomamos como producción patológica, la formación delirante, es en realidad un intento de recuperación, la reconstrucción [7].

    Dicha regresión al narcisismo, como etapa relativamente primitiva de la sexualidad infantil, en donde el paranoico reconstruye el mundo, digamos para subsistir, es una labor desesperadamente ardua, sobre esta idea Freud había llamado la atención también en su trabajo sobre Leonardo da Vinci.

    Los casos de enfermedad orgánica y la hipocondría, son otras formas de estancamiento de la libido, en donde indudablemente es indistinto que la enfermedad sea real o imaginaria, en ambos, se retira todo el interés libidinal del mundo exterior y de sus objetos de amor, al tiempo que se opera un repliegue de la libido sobre el yo.

    Freud va esclareciendo la oposición entre libido de objeto y libido yoica, enunciando que “Cuánto más se gasta una, tanto más se empobrece la otra” [8]. Y recurre así al estudio del enamoramiento como vía de acceso para la elaboración de su tesis sobre el narcisismo. El estado de enamoramiento será “una resignación de la personalidad propia en favor de la investidura de objeto” [9],  consistiendo en un desborde de la libido yoica sobre el objeto.

    El sujeto puede elegirse a sí mismo (y lo hace) como objeto erótico del mismo modo que elige a otros. En la elección de objeto de acuerdo al tipo narcisista, es decir bajo el imperio de la libido del yo, se va a amar lo que es, lo que fue alguna vez, lo que le gustaría ser, o a la persona que formó parte del propio sujeto.

    Freud declara que en relación al ideal del yo, “se ama lo que posee el mérito que falta al yo para alcanzar ese ideal”… “Busca entonces, desde su derroche de libido en los objetos, el camino de regreso al narcisismo escogiendo de acuerdo con el tipo narcisista, un ideal sexual que posee los méritos inalcanzables para él” [10].

    Con todo este recorrido se está tratando de hacer énfasis en lo que serán las postulaciones que se consideran más revolucionarias con respecto al pensamiento y la teoría psicoanalítica; Freud está planteando las bases de:

    1. Lo que será la segunda tópica del aparato psíquico, identificando el ideal del yo y las instancias de observación vinculadas con él, como parte de lo que será llamado superyó.
    1. La diferenciación entre las estructuras neurosis y psicosis, y los mecanismos que operan en esta última, “el valor de los conceptos de libido yoica y libido de objeto reside en que provienen de un procesamiento de los caracteres íntimos del suceder neurótico y psicótico” [11].
    1. Los destinos de pulsión: sublimación e idealización (de lo que no se trata particularmente en este trabajo).

    Y finalmente: ¿Cuál era la importancia de “Introducción del narcisismo” para el propio Freud? Al parecer estaba en relación a las modificaciones que un año más tarde propondría a su propia teoría. De acuerdo con Peter Gray en noviembre de 1914, en una carta dirigida a Lou Andreas Salomé, inscribe que “en secreto” se estaba ocupando de “grandes y trascendentales cosas”.  También en diciembre, le escribió a Abraham que, si su depresión no terminaba por estropear su apetito por el trabajo, podría “preparar una teoría de las neurosis con capítulos sobre el destino de las pulsiones, la represión y lo inconsciente. El biógrafo propone que dichas declaraciones están en relación a la producción de sus ideas primordiales, que más tarde se agregarían como serie para proporcionar fundamento teórico sólido al psicoanálisis. En enero de 1915, escribe nuevamente a Lou,  que su “descripción del narcisismo” algún día sería llamada “metapsicología”. Encontramos así señalada, la conexión crucial que  Freud estableció entre narcisismo y metapsicología [12].

    [1] Gay, P. (1988) Freud Una vida de nuestro tiempo. Paidós Ibérica. España, 2010. P.383

    [2] Freud Sigmund. (1913). Tótem y Tabú. Obras completas. Vol. XIII. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1976. P. 92.

    [3] Ibíd.

    [4] Gay, Peter. Op. Cit. P. 387

    [5] Freud Sigmund. (1914) Introducción al narcisismo. Obras completas. Vol. XIV. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1976. Pp. 90-91.

    [6] Ibíd. P. 72

    [7] Freud Sigmund. (1911) Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito autobiográficamente. Obras completas. Vol. XIV. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1976. P. 71.

    [8] Freud S. (1914) Introducción del narcisismo. P. 72.

    [9] Ibíd. P. 73

    [10] Ibíd. P. 97

    [11] Ibíd. P. 75

    [12] Gay, P. Op. Cit. P. 408

  • De continuidades mistificadas y esbozos de historización.

    De continuidades mistificadas y esbozos de historización.

     Fernando M. González

    DE CONTINUIDADES MISTIFICADAS Y ESBOZOS DE HISTORIZACIÓN

     

    “El pasado tiene un futuro con el que nunca contamos”.[1]

     

    “El problema de encontrar algo es que siempre hay algo más de lo que se encuentra”[2]

     

    INTRODUCCIÓN.

    Quisiera por este medio comentar el texto de Rodolfo Álvarez del Castillo – miembro del comité editorial de ésta revista –, contenido en el libro intitulado: Psicoanálisis, Nazismo, Historia e Institución: El caso Igor A. Caruso.[3] Libro colectivo coordinado por el citado, y que tiene un especial interés para mí, porque la problemática de la que trata me cruzó y me implicó de manera tal, que no era posible ni pensable el tratar de evitarla. Se me jugaba una cuestión ética ineludible – y afectiva –[4] que debía estar acompañada de una voluntad de aclarar lo no nominado hasta el 9 de octubre de 2012 día en que se hizo presente lo que no fue visible y pensable, sino a partir de ese momento.

    Parte central de la cuestión era intentar dilucidar lo que había ocurrido en el caso del psicoanalista Igor A. Caruso – antes de serlo –, o sea, durante el periodo nazi en el cual se aposentó en Viena en los inicios de 1942, hasta el inmediato post nazismo, digamos hasta 1947 cuando cofundó con otros colegas que habían pertenecido al partido nazi – o fueron simpatizantes del régimen citado, salvo excepciones –, el Circulo Vienés de Psicología Profunda (CVPP). Institución de inspiración más bien junguiana e incluso crítica de Freud. O sea, que en los principios de lo que más tarde se constituiría como la Federación Internacional de los Círculos de Psicología Profunda, no existió lo que en 1969 conocimos en México tanto de Caruso así como de las ideas respecto de su obra que se nos transmitieron en esos años del inmediato posteriores a 1968 en México a los cofundadores jóvenes del Circulo Psicoanalítico Mexicano (CPM). Un claro ejemplo de esto último que no quedó en puro discurso es la cita de presentación del CPM del Dr. Raúl Páramo que fue uno de los dos cofundadores que se formaron en Viena con Caruso en los inicios de la década de los sesenta,

     

    El Circulo Psicoanalítico Mexicano fue fundado por Armando Suarez y Raúl Páramo Ortega en la ciudad de México en 1969 […] Los fundadores sostienen la tradición de su maestro Igor A Caruso, esto es, enfatizar los aspectos socio-culturales de la teoría freudiana y su relación con la sociología (de sesgo marxista) y la etología.[5]

     

    En dicha cita, se puede apreciar que el corte con ese pasado de tiempos del nazismo es perfecto, creo que Althusser lo hubiera envidiado. E insisto, no se trató sólo de discurso, hubo una voluntad de avanzar por esa línea en el CPM cuando menos en la década de los setenta. Y actos que la prueban.

    Ahora bien, una vez que se hizo público para nosotros, lo que ya estaba explicitado desde tiempo antes en el Wikipedia, teníamos varias cuestiones a ser respondidas, entre otras: 1. ¿Que hizo específicamente Caruso durante su estancia de 8 meses en el Hospital Am Spiegelgrund en 1942; 2. ¿Por qué se cambió al instituto psiquiátrico Döbling (Marientheresien- Schössl) en 1943 y permaneció ahí hasta el final de la guerra, y que hizo en esa clínica?; 3. ¿Cuál fue la relación entre estas dos actividades con la posterior fundación del CVPP? Todo lo cual, introducía nuevas cuestiones a saber: 4. ¿Se podía establecer sin más una continuidad sin fisuras, ni cortes, entre los tres hechos señalados?; 5. ¿Existió acaso una obvia continuidad entre estos tres sucesos y la fundación en México en 1971 del CPM ocurrida en otro contexto y circunstancias, y dos años antes, entre el denominado Circulo Mexicano de Psicología Profunda (1969-70) y el Vienes?[6]; 6. ¿Los actos y compromisos de Caruso habrían acaso marcado con una mancha infamante al CPM, siguiendo sea el modelo judeocristiano del Pecado Original o aquel otro, muy católico instaurado en el siglo XV de la “pureza de sangre”? O por qué no, el muy nazi, que se puede sintetizar así: “si de judío procedes no queda sino hacerte cargo de tu identidad genealógica homogénea y yo te asesino porque amenazas con contaminar mi prístina sangre aria”. A estas tres maneras de encarar la cuestión de las continuidades genealógicas, un tal Sigmund Freud creo que judío, les envió un torpedo a la línea de flotación cuando escribió el Hombre Moisés (1934-38) y postuló que la identidad no era una sino dos o más, diciendo por ejemplo que Moisés no era Judío sino egipcio[7] y ciertamente, jamás homogénea. Y más allá de la posible o remota verificación de esta afirmación, lo que Freud introducía era un modelo heurístico para problematizar la cuestión de las genealogías, identidades y continuidades produciendo lo que Michel de Certeau, inspirándose en la Lectura freudiana denomina como la “continuidad equívoca”. [8]

    1. ¿Desde qué coordenadas pensar actos que no fueron contemporáneos a la fundación del CPM, y en los cuales ningún miembro tuvo que ver, pero que sin embargo fueron realizados por uno de los referentes fundacionales de la institución, que no su fundador? Porque como se podrá comprender, no se trataba de acciones que se habían realizado en los tiempos fundacionales del CPM o a lo largo de su persistencia en el tiempo, y menos aún que sabiéndose de antemano hubiera existido una voluntad de silenciarlas propositivamente, como si fue el caso por ejemplo con el sacerdote Marcial Maciel cofundador principal de la denominada Legión de Cristo, y sus actos violentos tanto sexuales como de poder. En dicha institución religiosa, el citado sacerdote fue protegido por sus huestes incluso más allá de su muerte, mediante una Omertá digna de la mafia siciliana.

    En el caso del CPM, se trataba entonces de un pasado que se hacía presente en lo actual, pero la cuestión era ¿De qué manera y con qué estatuto? Para darse una idea de la especificidad de la cuestión quisiera aludir a la novela de Javier Marías citada más arriba, Así empieza lo malo, para precisar las diferencias contextuales y de estatuto que se dan entre algo que ocurre en los tiempos que resultan contemporáneos a los protagonistas[9] y lo que sucede antes de que se enteren o de su nacimiento. En la citada novela, la protagonista le confiesa al marido una infidelidad y este responde de la siguiente manera:

     

    ¿Y qué hace uno con eso? ¿Tachar su vida, cancelar retrospectivamente cuanto sintió y creyó? No es posible, pero tampoco conservarlo intacto, como si todo hubiera sido verdad, una vez que sabe que no lo fue. […] Pero tampoco renunciar a años que fueron como fueron, ya no pueden ser de otro modo,[10] y de ellos quedará siempre un resto, un recuerdo, aunque sea fantasmagórico, algo que ocurrió y que no ocurrió. ¿Y en donde colocar uno eso que ocurrió y no ocurrió?[11]

     

    Y el punto está en esa “dialéctica” tan agudamente señalada por Marías en la cual algo ocurrió en un sentido y no ocurrió en otro. Incluso en ese caso como se pregunta el protagonista ¿todo lo vivido hasta entonces se puede reducir a un simulacro, y por lo tanto, habría que apostar por una cancelación retrospectiva de ello como si eso fuera posible? La respuesta a esto cae por su propio peso. Lo que si queda más o menos claro es que si se continúa en la relación como es el caso en la novela, ya no es posible vivir como si nada hubiera ocurrido porque se instaura un “resto” que genera un tipo de relación en el cual las cosas no puedan ser ya como antes. Y que puesto en palabras sería más o menos así: “ahora lo sé, no fue como lo había vivido y pensado, pero sin embargo…”. Lo cual, impide la desmentida franca. Pero tampoco elimina la posibilidad de no querer continuar en la relación. Pero creer que se puede anular lo vivido retrospectivamente, resulta ilusorio.

    Pero el caso Caruso no se adecua tal cual a este ejemplo porque insisto, no fue contemporáneo al CPM, sino que ocurrió antes de su fundación. Lo que sí es contemporáneo a la fundación y a la continuación del CPM es el haber mantenido silenciada la información por parte del Dr. Raúl Páramo uno de los cofundadores mayores que fue de los dos que se analizó con Caruso en los inicios de los años sesenta. En cuanto al otro cofundador, el Dr. Armando Suarez, en 1985 tres años antes de morir dejó una línea escrita respecto a Caruso en la cual escribió: “Igor desempeña su primera actividad como psicólogo clínico en el departamento psiquiátrico infantil en Spiegelgrund durante 1942”. Lo que hace suponer que también lo sabía, no sé si con la contundencia del Dr. Páramo, pero algo ciertamente supo. Todo esto se podrá ver en el libro Igor A. Caruso Nazismo y Psicoanálisis de quien esto escribe.[12]

    Lo llamativo fue que a ninguno de la primera generación del CPM – ni de las subsiguientes – se nos ocurrió interrogar al Dr. Suarez respecto a ese párrafo cuando lo leímos distraídamente, ni menos aún, ponernos a investigar por nuestra propia cuenta, hasta que gracias a una alumna del CPM, Cynthia del Castillo a la que se le ocurrió dar un teclazo en Wikipedia en inglés el 9 de octubre de 2102 para informarse respecto a la historia de Caruso, que el citado párrafo adquirió de pronto un densidad histórica que la escueta línea escrita por el Dr. Suarez, no mostraba a simple vista.

    He aquí un caso nítido de que no basta explicitar algo para que sea visualizado y menos aún interrogado. Como ejemplo incontrovertible, la línea escrita por el Dr. Suárez y 26 años antes otra del mismo tenor escrita por una psicoanalista colombiana la doctora Rosa Tanco Duque.[13] A partir de ese momento, el asunto Caruso entre 1942 y 45 en Viena dejo de ser indecible pero no entró en la frecuencia de lo pensable. Volveré sobre esta cuestión. Solo adelanto una nueva interrogación: ¿Se puede acaso enmarcar este caso en el modelo que la psicoanalista uruguaya Fanny Schkolnik articula dentro de los problemas inter y transgeneracionales es decir, dentro del tipo de relaciones que se pueden entretejer entre lo indecible, lo impensable y lo innombrable?[14] A este respecto, no se puede responder rápidamente ni por la afirmativa ni por la negativa. Pero si es posible adelantar alguna consideración mientras lo trabajo más a fondo en otro momento.

    Por lo pronto me parece que no habría que aplicar este modelo que está pensado más en consonancia para un universo familiar y no propiamente institucional, como si se tratara de cosas idénticas. Fundar no es lo mismo que engendrar. Aunque el modelo familiarista se haga presente en las fundaciones no puede dar cuenta de éstas.[15] Sin duda que este modelo de lo trangeneracional se puede extender a lo institucional pero teniendo cuidado de no extrapolar sin más el uno en el otro. Por ejemplo, en el caso Caruso podríamos hablar mínimamente de cuatro generaciones.[16] La del propio Caruso, en ella tenemos ejemplos de lo que este pudo decir y dejar de lado a lo largo de su vida como lo veremos más adelante. Y ciertamente ya ahí la noción de “indecible”, no es aplicable tal cual, habría que matizarla. Luego tenemos la segunda, la de sus discípulos, o sea la que pertenecen aquellos dos que cofundaron al CPM, uno de los cuales mantuvo la información indecible y el otro, aludió a parte de ella, es decir que entre los dos se podría hablar de simultaneamente indecible y parcialmente dicha. La tercera, en la que yo estaría, lo que así se transmitió lo viví(mos) como impensable y por lo tanto innombrable, hasta el 9 de octubre de 2012. Y la cuarta, precisamente la de aquella que representaría Cynthia del Castillo – la única por cierto – que al nombrarla permitió volverla pensable. Pero mientras esto ocurrió, no se detectaron síntomas que aludieran a algo “traumático” en el nivel institucional como si ocurre en el caso de muchas familias con los secretos.[17] 

    Pero no se agotaban ahí las cuestiones, porque a raíz de la explicitación de la actividad de Caruso, en el Am Spiegelgrund, primero en Austria, sobretodo entre 1979 y 2008, surgió una inevitable polémica que implicaba tratar de aclarar lo ocurrido. Por lo pronto, las voces provenientes de Austria comenzaron a llegar a México hacia finales del 2012. Y como era esperable, también surgieron las reacciones “mexicanas” a lo ocurrido. Reacciones que a estas alturas ya conforman parte de esta historia que se está haciendo sobre la marcha. Y no sólo circularon diversas versiones, sino que también se llevaron a cabo diversos actos de deslinde.

    Se comprenderá que tratar de responder a tantas cuestiones implicaba tiempo para poder corroborar y calibrar las cosas. Al menos claro está, que uno se conformara con lo que se decía en Wikipedia y lo diera sin más por bueno, y no sólo eso, sino aceptando que con la información recabada por ese medio estaba cubierta la información básica que importaba. En ese caso, sólo había que hacerla circular. Y los que así lo hicieron estaban en todo su derecho. Pero si uno partía de la serie de interrogaciones como las que he tratado de describir enmarcadas por una diferenciación entre lo que significa explicitar, visualizar y corroborar, que implican tiempos y tipos de elaboración diferente, entonces las cosas toman otra perspectiva y otro ritmo para lo cual, no hay modelo ortodoxo que rija. Elaboración que aleja de un tipo de apresuramiento que se da en muchos casos del periodismo de denuncia, el cual tiende a hacer pasar verosimilitudes por verdades, porque no se da el tiempo para comprobar lo que afirma, en la feroz competencia por ofrecer la primicia noticiosa.

    Precisamente en el texto que me propongo comentar se hacen manifiestas estas dos maneras de enfocar las cosas. Sobre todo en los dos escritos de Cynthia del Castillo en relación a los míos. El primer texto de Cynthia del Castillo, ya había aparecido publicado precisamente en esta revista en el número 20 de enero de 2014, coordinado por Rodolfo Álvarez. Y como ya adelanté, a esta colega, le debemos la explicitación del caso Caruso en México, el 9 de octubre de 2012, y por lo tanto su invaluable aportación al lanzamiento de la investigación respecto a éste.[18] Cosa que es de agradecérsele, pero no un párrafo que provocó en mi caso una respuesta irónica en la presentación pública que hice con otros colegas en el CPM el 31 de enero de 2014. Hablaré de este específico párrafo al final del texto. 

    Por otra parte, gracias a la publicación del libro aludido coordinado por Álvarez del Castillo, tenemos la posibilidad de confrontar, y exponer mínimo dos maneras de hacer historia, aunque ninguno de los que nos cruzamos en este caso lo seamos profesionalmente. Cosa no exenta de paradoja y que no dejará de provocar más de alguna suspicacia entre los historiadores de oficio que eventualmente se puedan interesar por el tema. Pero ya leeremos sus consideraciones en su momento si es que se interesan. Curiosidades de la publicación, las dos investigaciones que se han realizado, salieron con tres meses de diferencia en el 2015. O sea que finalmente se contó con un tiempo similar para investigar y llegar a conclusiones. Dicho lo anterior paso a describir los argumentos adelantados por Rodolfo Álvarez del Castillo que es el que propiamente realizó una investigación del caso Caruso en los puntos que describí más arriba. Los demás textos son más puntuales.

     

    1. ¿UNA INVESTIGACIÓN DOCUMENTAL PERO NO PROPIAMENTE UNA HISTORIA?

     

    Este sería el presupuesto básico del trabajo de investigación que el citado Álvarez pretende ofrecer. Sin duda ni él ni yo, como ya lo adelanté somos historiadores de profesión, pero intentar cubrir bajo el título de “investigación documental” (p. 17) el tipo de selección de textos que ofrece y las interpretaciones que de ellos hace y se deducen, no creo que se pueda desprender fácilmente de una manera de historiar el caso que acomete.

    Vayamos al punto. Me interesa sobre todo mostrar la manera en la cual presenta el caso Caruso durante el periodo que cubre los años 1942-1947 es decir, el periodo más problemático que finalmente provocó una serie de escritos y polémicas en una zona del pequeño mundo psicoanalítico.

    Álvarez cuestiona una de las afirmaciones centrales de la historiadora y psicoanalista Eveline List – que fue una de las qué investigo la actuación de Caruso en los archivos de la municipalidad de Viena y la hizo pública en 2008 –,[19] cuando:

     

    Denuncia, entre otras cosas, el supuesto silencio cómplice de Caruso acerca de su participación en los eventos de asesinatos de niños realizados durante el nazismo en la clínica de am Spiegelgrund, resultado de la aplicación de las políticas de “eutanasia” del régimen nazi (encuadradas bajo el programa denominado “Aktion T4”) y que lo implican tanto en la medida de su estadía de ocho meses trabajando como psicólogo en dicha clínica en 1942, como por la existencia de reportes diagnósticos realizados a los internos de la clínica y firmados por él. (p. 22).

     

    Álvarez Del Castillo está en desacuerdo con este presunto silencio cómplice de Caruso ya que señala que Caruso:

     

    En realidad había declarado públicamente su participación en am Spiegelgrund en varias ocasiones[20] antes de la transmisión de la entrevista radial [de abril de 1979], por ejemplo en la revista alemana Der Spiegel en 1964 o, como fue consignado en el trabajo de Rosa Tanco Duque […] en la Revista Colombiana de Psicología Profunda en el año 1959, ¡casi cincuenta años antes del articulo –denuncia!. (Ibid).

     

    Si el lector se conformara con esto que suena como una contundente refutación de una de las razones esgrimidas por la Dra List para investigar a fondo y escribir su trabajo de 2008, y que se resumiría en buena medida para ella en una “aparente indiferencia” por parte de la comunidad analítica austriaca en relación al pasado nazi “de algunos de sus miembros destacados”, no valdría la pena continuar analizando las cosas. Casi podríamos cerrar el debate y remitirlo tanto a las razones personales de la citada Dra. List o a cuestiones contextuales en relación al Circulo de Viena y su “matrimonio” con la IPA en ese año de 2008, cómo no se priva de afirmarlo el Dr. Reichmayr en su corto texto intitulado “furor es error”. Texto en el que por cierto se apoya el citado Alvarez del Castillo para reafirmar su argumento. Ahora bien, ya el hecho de poner el énfasis principal en la explicitación, y no más bien en si participó en los asesinatos y de qué manera, puede terminar por introducir neblina en éste que es el asunto central.

    Pero retomemos por lo pronto el o los argumentos que le dirige Álvarez a la Dra. List, con el fin de tratar de neutralizar sus afirmaciones ¿Realmente desde 1959 Caruso había abierto las cartas como señala Alvarez del Castillo? ¿Qué dijo realmente él en ese año? No lo sabemos, sólo queda consignado por la citada psicoanalista colombiana lo siguiente: “psicólogo clínico, Clínica Municipal Am Spiegelgrund (1942) en Viena”. No sabemos si se lo dijo Caruso directamente, ni tampoco si circulaba abiertamente la información entre los miembros, lo único que se puede deducir de esta escueta línea de “¿Casi cincuenta años antes del artículo!” de List, es que trabajó en la citada clínica, pero no hay ninguna descripción de su práctica efectiva.[21] Esto en todo caso es el primer paso para iniciar una investigación, es por eso que ya señalé que no es lo mismo explicitar, visualizar y corroborar. Si uno se queda en el primer paso, se entendería la falta de oficio en la investigación. Felizmente el citado Álvarez del Castillo no se va a conformar sólo con esto. Pero de todas maneras para la argumentación que sostendrá va a resultar central.

    Por lo pronto ya tenemos para comenzar una supuesta descalificación de la investigación de List desde tres puntos de vista: 1. Las “razones subjetivas”; 2. Las “contextuales” del “matrimonio” Circulo Viernes IPA[22]. Y: 3. El claro que Caruso habló y hace “casi cincuenta años antes”. Desde esta perspectiva no se ve muy claro, cómo pensaba el Álvarez del Castillo evitar colocarse “más acá de la polémica del ajuste de cuentas […] o el ríspido juicio moral” (p. 16). Descalificación que sin embargo no le permite invalidar sin más, lo afirmado por la Dra List, aunque sea por el rodeo de los otros dos investigadores que también consultaron los archivos de la municipalidad de Viena, G. Benetka y Clarisa Rudolph. Como se verá más adelante.

    Y digo que Álvarez del Castillo no se queda sólo en esos tres argumentos para tratar de descalificar a la supuesta “furibunda” Dra List, porque entre otras cosas, evita citar los aportes centrales de la Dra List que se refieren precisamente a los diagnósticos emitidos por Caruso, o su relación con su jefa psicóloga y los médicos psiquiatras, o a las posibilidades que tuvo para haberse negado a colaborar en el terrible contexto de esos tiempos, etcétera. ¿Acaso se trata de una de las maneras cómo – Álvarez del Castillo – entiende el arte de contextualizar? Pero en cambio dice que en 1964 Caruso se refirió a su actuación en el citado hospital Vienés centro neurálgico del T4 en la revista Der Spiegel, sin tapujos. Veamos entonces de qué manera. Buscando la cita del semanario alemán en el texto de Álvarez del Castillo, no lo localicé, por lo tanto me permito citarlo para que el posible lector se haga su propia idea del asunto Porque de otra manera sin la cita de la Dra. Tanco[23] ni la del Spiegel, el lector le tendría que creer bajo palabra a lo que afirma el colega de Monterrey. Caruso en Der Spiegel aparece aclarándole a un lector del semanario del cual no sabemos sus señas de identidad, lo ocurrido en el am Spiegelgrund.

     

    Parece usted menospreciar la actividad de la Comisión del Reich para la comprensión científica de graves enfermedades genéticas y hereditarias, que se prolongó hasta 1945, aún después de la suspensión de la Action T4. De las escasas experiencias que tuve en 1942, como joven psicólogo de la institución pediátrica vienesa am Spiegelgrund, primero bajo órdenes del médico jefe, Dr. Jekelius (Prófugo desde 1945 ¿Quizás sea en parte un respetable dictaminador y pediatra?) y luego del presidente del Supremo Consejo Médico, doctor [Ernest] Elling (condenado a muerte por un tribunal austriaco y ahorcado), pude observar que si bien la actividad asesina de la “comisión del Reich” era engañosa y encubierta, sin duda era masiva. Viena, Prof. Dr. Igor a Caruso, director del Círculo de Estudios de Viena en Psicología Profunda.[24]

     

    Veamos en que se diferencia esta forma de enfrentar las cosas esta vez en primera persona, respecto a 1959 en que aparece mediatizado por la Dra Tanco Duque. Por lo pronto, es el propio Caruso el que efectivamente sostiene que si estuvo integrado en el multicitado hospital. Ahora bien ¿de qué manera se sitúa en su testimonio respecto a esta integración? Porque si uno no se lo pregunta e intenta responder a esto, se desplaza fácilmente hacia la fórmula que simplifica las cosas y que se resume en que “lo había declarado públicamente […] en varias ocasiones, incluso casi 50 años antes de la Dra List.”. Y de nueva cuenta, para qué seguir investigando.

    Primeramente, Caruso habla de que estaba enterado del plan nazi de exterminación por medio de “la actividad asesina de la Comisión del Reich”; segundo, que se trataba de un plan perfectamente orquestado, aunque en ese momento por obvias razones, no podía prever que duraría hasta 1945; tercero, que Él participó cómo joven psicólogo en esa actividad aunque fuera como actor secundario a las órdenes de dos médicos nazis, encargados de implementar el plan T4; Y que a partir de sus “escasas experiencias” como joven psicólogo – tenía 28 años y duro 8 meses –, se pudo dar cuenta de “la actividad asesina de esa Comisión [ y aunque] era engañosa y encubierta sin duda era masiva”. ¿Podía ser engañosa y encubierta cuando desde el primer momento se les informaba a los que participaban en ésta de que se trataba?[25]

    Pero el punto neurálgico a mi parecer de ese testimonio en primera persona, es que Caruso habla que en efecto operó cómo psicólogo en el am Spiegelgrund, pero no dice de qué manera y menos aún, cómo se conectó su “escasa experiencia” con la actividad asesina que describe. Puesto que se coloca como si se tratara más bien del discurso de un antropólogo crítico, que agudamente y guardando una distancia con los hechos, da cuenta de lo que se pretende ocultar, para enunciarlo y denunciarlo. Y de esta manera, logra mantener la apariencia de una desconexión entre lo que observó a partir de su experiencia, lo que ocurrió efectivamente en cuanto a asesinatos se refiere y en lo que el contribuyó específicamente con respecto a esa “experiencia”. Según la Dra List, realizó mínimo 100 tests, en dicho periodo, de los cuales dice la citada psicoanalista vienesa, se pueden corroborar 14 asesinatos. Y todavía Caruso parece darse el lujo de señalarle a su interlocutor que tiende a menospreciar la actividad de la Comisión del Reich.

    ¿Era mucho pedirle a nuestro psicoanalista contextualizador que pretende rehuir toda polémica, que citara puntualmente el testimonio de Caruso para poder dar cuenta de las consecuencias y de las maneras de implicarse en lo que denomina como su “escasa experiencia”? Parece que sí. Recapitulemos, hasta aquí, tenemos a una “furibunda”, cuestionada, a una psicoanalista colombiana que sirve para que se asegure que desde mínimo 1959 Caruso habló claramente de sus prácticas, y ahora a un Caruso que más contundentemente no pudo haber dicho lo que …no dijo.

    Pero lo reitero de nuevo, felizmente Álvarez del Castillo no se conforma en su actividad de investigación y contextualización con pocos datos, lo cuál habla bien de su voluntad de elucidar las cosas. El siguiente punto, es la salida del am Spiegelgrund de Caruso. Para dar cuenta de esto, cita en el Diccionario Internacional de Psicoanálisis de Alain de Mijolla[26] la entrada escrita por August Ruhs psicoanalista del Circulo Vienés de Psicoanálisis y que a la letra dice:

     

    En 1942 Caruso se instala en Austria y trabaja algún tiempo como educador, al servicio de los niños en el gran hospital psiquiátrico Steinhof en Viena. Impresionado por las experiencias de eutanasia de los nazis, deja el servicio y encuentra trabajo de psicólogo en una pequeña clínica de neuropsiquiatría bajo la dirección del psiquiatra Alfred Auersperg… (p.39) 

     

    Mínimo tres cosas a remarcar en esta cita. 1. Afirma Álvarez del Castillo, que al parecer sería la primera vez que saldría “fuera de la comunidad de lengua alemana en el año 2002, aunque de manera muy somera”, la cuestión del tema Caruso y la práctica de la eutanasia. Curiosamente el escrito es de un miembro del Circulo Vienés, que al parecer no se enteró aún de lo que ya había dicho Caruso supuestamente de manera tan clara “desde hacía más de 50 años”; 2. Por otra parte, al eufemizar las cosas al grado de escribir que Caruso trabajó un tiempo como educador al “servicio de los niños”, sin explicitar con franqueza que tipo de servicio les rendía, obtura precisamente la cuestión de los asesinatos. Y lo hace de manera doble, ya que no sólo eufemiza y desconecta el “servicio”, de los apoyos psicológicos que ayudaron a precisar a sus jefes psiquiatras la “necesidad” de asesinar a ciertos niños diagnosticados como no dignos de vivir, sino que Ruhs al poner el énfasis en la frase “impresionado por las experiencias de eutanasia de los nazis dejó el servicio y encuentra trabajo en…”, deja de nuevo a Caruso no como formando parte activa –a su nivel– de la operación de exterminio, sino como espectador al servicio de los niños que se “impresiona” por los asesinatos y que en cuanto puede decide salirse.

    Se comprenderá, que al escoger esta cita sobre otras posibilidades que existen y que cambiarían substancialmente la perspectiva que aquí nos muestra Álvarez del Castillo, no parece resultar aleatorio. Hasta donde vamos, se acepta que Caruso estuvo ocho meses en el am Spiegelgrund, pero no se visualiza aun su práctica efectiva. En cambio, lo que aparece es un Caruso crítico con el nazismo y no colaborando de una manera específica con aquello que critica. Porque citar al propio Caruso diciendo que a “partir de las escasas experiencias que tuve…” o en palabras de A. Ruhs “impresionado por las experiencias”, el resultado es obturar la posición y las acciones del sujeto que no fue sólo observador. 

    La cita de la “salida” de Caruso del Spiegelgrund, es reforzada por otra consideración a la relación de Caruso con el príncipe Auersperg, pero entre medio, Álvarez del Castillo, intercala una referencia central al texto de Rudolph y Benetka el que toma sin citarlo puntualmente pero si la idea, y en donde finalmente, hace referencia a la práctica de Caruso durante el periodo que va del 11 de febrero al 31 de octubre de 1942, en los siguientes términos:

     

    El papel de Caruso en tanto psicólogo pedagogo (en algunos lugares se menciona su función como pedagogo y en otras veces como psicólogo), consistía en la elaboración de informes psicológicos de los niños”. Para ello usaba las técnicas de diagnóstico de la época: algunos tests y entrevistas.

    […] Realizó más de 100 estudios diagnósticos a niños, de los cuales catorce de ellos fueron asesinados. (p. 43).

     

    Como introducción a la aparición de la práctica efectiva de Caruso, Álvarez del Castillo recrea, aquí sí de manera pertinente, el contexto de exterminio del plan T4. Una vez explicitada la práctica – o el “servicio”– y el contexto ¿cómo los relaciona? Cuando se podría esperar que se iba avocar al asunto en cuestión que había diferido, de pronto parece interrumpir momentáneamente esta posibilidad, al introducir inmediatamente la relación con su nueva inserción en 1943 en la clínica Maria Theresien Schlössl dirigida por el citado príncipe Auersperg, quien era miembro de la SS [escuadras de defensa], y que más tarde, señala el doctor Álvarez, formo parte del Circulo Vienés. Dato por demás relevante, que deja aparentemente suelto, pero páginas después lo retoma refiriéndose a una versión que indica que Caruso no fue aceptado en la postguerra en la reconstruida Sociedad Vienesa de Psicoanálisis “por su cercanía con Auersperg cuyo pasado nazi resultaba demasiado comprometedor. De ese Grupo [el de A. Aichhorn con la venia de Auersperg], nace en 1947 el Circulo Vienes de Psicología Profunda (CVPP)” (p. 49). 

    Álvarez del Castillo parece decirnos: “seria de las SS pero el citado príncipe no participó de la política de eutanasia y por lo tanto qué mejor que invitarlo a formar parte más tarde del CVPP”.[27] El hecho de que no haya participado en la política de Eutanasia, Álvarez del Castillo lo afirma citando a Edith Frank- Rieser asistente de Caruso (p. 44).

    Entonces, se comienza a entender mejor el sentido de esta aparente interrupción. Se trata de preparar el terreno para hacer la mejor presentación de la salida del Spiegelgrund con la llegada al mejor lugar posible para practicar la psicología en esos aciagos tiempos. Puesto en palabras podría decirse algo del siguiente tenor: “sí, me voy con un nazi pero no es asesino cuando menos en su propio espacio”. Y entonces, puede reintroducir la práctica de Caruso en el Spiegelgrund por intermedio del rodeo del Maria Theresien en los siguientes términos:

     

    Caruso sabía de la necesidad de todos los psiquiatras de este tiempo [para que] elaboraran diagnósticos más leves, más optimistas, para que sus pacientes se mantuviesen lejos del sistema lógico de ´vida sin valor´. Y él conseguía seguir esto según consta en sus anotaciones. (p. 45).[28]

    Si conectamos esta cita que sigue lógicamente a la de Rudolph y Benetka en la cual nos decía que “realizó más de 100 diagnósticos a niños…de los cuales catorce de ellos fueron asesinados”, ¿que nos da?. Por lo pronto, queda la impresión de que Caruso 1. Tomó al pie de la letra la “necesidad” aludida y que por lo tanto los 14 asesinados no tuvieron que ver con sus diagnósticos sino quien sabe con qué. O también: 2. Que gracias a que se esforzó por ejercer tal necesidad salvó a los más que pudo. Lo cual no sería descartable si se presentaran pruebas al respecto. Pero en el texto, ninguna de las dos posibilidades está tematizada así. Sólo aquella que “él conseguía seguir esto”, o sea que sin lugar a dudas logró alejar a sus pacientes del sistema de la “vida sin valor”. Y esto estaría constatado en sus “anotaciones”. ¿En cuáles? Porque de nueva cuenta no cita pruebas de tan contundente afirmación. Ahora bien, si se ponen sobre el papel la selección de diagnósticos que realizaron tanto la Dra List como los citados R y B, de cómo manejó la citada “necesidad”, las cosas toman otra perspectiva. Se puede dar en este último caso la posibilidad de que los autores citados sólo hayan seleccionado aquellos en donde para nada se nota la afirmación de que “él conseguía seguir esto”. Pero bastaría este contrapunto para que en elemental rigor no se dejara esta cita – de Frank Rieser – como la prueba fehaciente en donde Rodolfo Álvarez apoya la argumentación que le permite simultáneamente aludir a la participación en los asesinatos y eludirla a partir de una especie de acto digno de un mago.[29] Y con esto nos hemos situado en el corazón de la operación historiográfica y contextualizadora de Álvarez del Castillo.

    Resumiendo de nueva cuenta, ahora tenemos una imagen de Caruso que se constituye como un observador crítico del nazismo que cuando actuó en el hospital, “impresionado” por la eutanasia nazi elaboró sus diagnósticos de tal manera que alejó al máximo a los niños a su cargo de las posibilidades de que fueran asesinados, y que salió del citado hospital en cuanto pudo para irse a refugiar al mejor lugar posible, con un nazi que no contribuía a los asesinatos directos. ¿Pero si indirectamente dado el hecho de su pertenencia sostenida antes y durante la guerra nada más y nada menos que a las SS?

    Pero qué mejor que citar la versión que da el propio Caruso respecto de su salida del Spiegelgrund en la entrevista de abril de 1979:

     

    Poco a poco fui aprehendiendo la espantosa realidad. […] hasta que ejecutaron a mi jefe [el Dr. Illing, después de la guerra] me di cuenta de que yo seguía siendo visto por él como un personaje poco fiable, indisciplinado, yo no encajaba de alguna manera con los nazis alemanes, me echaron a patadas (hinausgeben) y terminé en el Maria –Theresien Schlössel.[30]

     

    O sea esto apuntaría hacia la hipótesis de que Caruso resistió como pudo a la labor en la que estaba sumergido. Más adelante retomaré el asunto. Pero por lo pronto citaré la versión de su jefe el Dr Illing en un informe confidencial que envió a la municipalidad de Viena con respecto a que lo “echaron a patadas”:

     

    El doctor Caruso tiene buenos modales y es una persona agradable, pese a ser ajeno a nuestra raza (3/4 de ruso y 1/4 de italiano). Todavía enfrenta ciertas dificultades con la lengua alemana que se manifiestan en las pruebas psicológicas que realiza y en la formulación de los protocolos de dichas pruebas. Pero sin duda podrá desempeñarse muy bien como intérprete o profesor de idiomas.[31]

     

    Tratándose de un informe confidencial escrito por un asesino profesional que supuestamente desconfiaba de Caruso, lo trata con suma amabilidad. Lo cual contrasta con la versión del que era para el nazi “¾ de ruso y ¼ de italiano”.[32] Si nos atenemos a la versión de B y R nos encontramos que para ellos el problema no fue el deficiente conocimiento del idioma sino el hecho de que Caruso no había entendido del todo lo que se le pedía como psicólogo ya que:

    Tendía a imitar el discurso de los médicos con fórmulas como “demencia infantil con tintes esquizofrénicos “debilidad mental profunda de corte erótico” […] Como si su investigación se orientara más por las historias clínicas de los médicos que por los resultados de sus propias pruebas.

    […] Caruso, en efecto se acoplaba mal a las normas dispuestas por las instituciones del Am Spiegelgrund, pero no porque estuviera en desacuerdo con éstas.

     

    Ahora bien, si recurrimos a la Dra List encontramos lo siguiente:

     

    No hay ningún indicio de que alguna vez Caruso haya criticado o cuestionado su actividad de dictaminador, es probable que no se haya sentido muy cómodo […] se podría decir que Caruso “tan sólo cumplió con su deber”. [No existe…] ninguna señal de que Caruso tenía simpatía especial por el régimen, pero tampoco hay señal de que haya actuado de otra manera que conforme al sistema”.

     

    En la manera en la cual Álvarez del Castillo busca dar cuenta de lo ocurrido o al menos, ayudarnos a contextualizar, se va a inclinar más por la versión del propio Caruso pero sin citar abiertamente lo de “echado a patadas”. Versión que le permitió desembarcar con “honor” en el territorio del príncipe nazi católico Alfred Auersperg. Al respecto B y R añaden que: “Caruso no enfrentó ninguna dificultad a causa de su despido al contrario, para su nueva ocupación, ni siquiera tuvo que cambiar de empleador y, además su puesto fue mejor pagado que el anterior”.

    Del citado príncipe nazi, Álvarez del Castillo, dice que tenía una “actitud favorable” hacia el psicoanálisis (p. 45). Pregunta elemental ¿A qué tipo de psicoanálisis se refiere habiendo pasado lo que ocurrió previo a la partida de Freud y luego con la instalación del Instituto Göring? O: ¿Ahí no pasó casi nada y todo siguió casi lo mismo una vez que los miembros judíos fueron proscritos y el nombre de Freud y sus textos eliminados? O si se quiere una variante del casi nada, podemos citar la manera en como lo relata Caruso en su entrevista de abril de 1979? En ésta, después de aludir de nueva cuenta a la liquidación de los considerados por los nazis como no dignos de vivir, […] continúa su relato así:

     

    Pero debo decir que gracias a Dios, los Nazis tenían otras cosas que hacer y la psicología permaneció relativamente tranquila (no lastimada), relativamente, ¿no es cierto? Prescindiendo de los colegas judíos, particularmente la psicología profunda del psicoanálisis. Serían diezmados […] y dejaron tras de sí un vacío un hueco, porque los más brillantes intelectuales y los descubrimientos de esos pioneros fueron desaparecidos de la ciencia. Eso no lo sabía. Se quemaron los libros… (págs.., 67-68).

     

    Vayamos por partes desmenuzando esta cita que Álvarez no introduce en su texto pero que parece inspirarlo en parte de su argumentación. 1. “¡Gracias a Dios!” y a que los nazis estaban ocupados en otras cosas una vez eliminados los judíos psicoanalistas al conminarlos al exilio, y quemados sus libros[33], la psicología “permaneció relativamente tranquila”. ¿Cuál psicología gozó de tal tranquilidad? Obviamente, la que Caruso practicaba. Pero ¿A qué tipo de tranquilidad se refiere? ¿ A aquella en la cual se realizaban los diagnósticos que seleccionaban a la población de niños no digna de vivir, sin molestas interferencias que la intranquilizaran? Pero seamos justos, Caruso dice dos veces que permaneció “relativamente tranquila”. En la insistencia de la palabra tranquilidad, cabe todo incluso o principalmente, asesinatos. Caruso, para variar, vuelve a desconectar su práctica efectiva, para colocarse de nueva cuenta como observador que cuestiona. Bueno, relativamente ¿no es cierto? Se entiende la enorme dificultad para hablar al respecto. 2. Por otra parte, habla del vacío dejado por los que tuvieron que huir. Y aun así, Álvarez del Castillo, afirma sin pestañear que tanto el maestro de Caruso August Aichhorn y Viktor Von Gebsattel promovieron un grupo “psicoanalítico” en pleno nazismo.

     

    Caruso participa en el grupo de analistas que se mantuvieron en Viena durante la ocupación nazi, trabajando con August Aichhorn con quien Caruso realizó un breve periodo de análisis, sin aceptar las directrices de colaboración preconizados por Ernest Jones y qué al terminó de la guerra, cuando las condiciones sociales fueron propicias refundaron la disuelta Asociación Psicoanalítica de Viena. (p. 28).

     

    Escritas estas líneas, en una nota al pie de la misma página se corrige y dice que Caruso no se analizó con Aichhorn y que la afirmación parece obedecer:

     

    A un trabajo de construcción de la “novela institucional” de los grupos de filiación “carrusiana” en tanto le agregan a la imagen construida de Caruso elementos legitimadores desde lógicas de trasmisión del psicoanálisis, ya que la figura de Aichhorn corresponde a la del discípulo de Freud analizado de Paul Federn que permaneció en la Viena ocupada por los nazis buscando mantener viva la llama del saber freudiano. (Nota 16, p. 28).

     

    ¿No aceptan las directivas de E. Jones pero sí las del Instituto Göering? Por otra parte, coincido con Álvarez del Castillo en lo del supuesto análisis de Caruso,[34] ¿Por qué entonces, citar en la misma página una afirmación y lo que la contradice? Pero lo que no se cuestiona es que el grupo en el que participó Caruso eran psicoanalistas al amparo de las directrices nazis así como el hospital del príncipe Auersperg, lo era frente a la política de eutanasia, y que incluso, el citado Príncipe era “favorable” al Psicoanálisis. ¿No está construyendo acaso el psicoanalista regiomontano otra ficción para sostener la leyenda de Caruso por otras vías? Está bien no se analizó con Aichhorn pero estaba en un grupo que mantenía viva la llama del psicoanálisis De nueva cuenta ¿De cuál psicoanálisis se habla?[35]

    Por ejemplo, de Aichhorn escribe que el 21 de marzo de 1938, o sea un día después de que fueron retirados todos los miembros no arios de la Sociedad Psicoanalítica de Viena Aichhorn es notificado de su afiliación a la Sociedad Psicoanalítica Alemana y el 5 de mayo de ese año el citado se registra en el grupo de trabajo del Instituto Göring, mientras los hijos de Ernest Federn y Aichhorn son deportados al campo de Dahau Julio del 1938, aunque el 20 de septiembre es liberado el hijo del segundo (p. 37).[36] 

    Ahora bien: ¿Si ya iba encarrilado en la línea de cuestionar una leyenda por qué se detuvo? Me refiero al hecho que al articular dos citas sin contextualizaralas cómo hubiera sido esperable que lo hiciera, se presta de nueva cuenta a inducir un tipo de interpretación que se puede cuestionar y no me privaré de hacerlo. Me refiero primeramente a la cita ya descrita en que afirma que en el grupo de Aichhorn “no se aceptaban las directivas de colaboración preconizadas por Ernest Jones” (¡), que la relaciona con una de la página siguiente en la cual Caruso muchos años después -1963-, ya investido en psicoanalista hace una dura crítica a la IPA, lo cual le deja el campo libre para entremedio hacer una afirmación que se presta a fomentar el equívoco que le otorgaría un prestigio al CVPP que está lejos de tener. Primero cito parte de la de 1963:

    Es triste comprobar que la Asociación psicoanalítica internacional, llamada ortodoxa, en su espíritu antipsicoanalítico de totalitarismo y de institucionalismo se ha hecho completamente infiel al espíritu de Freud, quien consideraba que la pretensión de los médicos de hacer de ellos sólos el psicoanálisis era un error pesado y grave. (p. 29).

     

    Unos podrán decir orgullosamente que precede a la rebelión de Lacan cuando éste a sus 64 años se enfrentó contra el imperio de la IPA.[37] Pero sin que esta posición de Caruso se demerite, al introducir la afirmación que a continuación describo se puede ver el sentido del encadenamiento de las tres.

     

    Cuando la Nueva Asociación Vienesa le pareció a Caruso demasiado rígida y excesivamente médica, Caruso se separa de la misma para fundar el Circulo Vienes de Psicología Profunda, primera asociación freudiana no afiliada a la API (IPA) (p. 28-29).

     

    Recuérdese lo dicho más arriba por Álvarez del Castillo respecto a que Caruso no fue recibido por su cercanía con Auersperg. Pero en este caso, no las coloca una al lado de la otra. Porque en su específica manera de “contextualizar” se trata de practicar el arte de la desconexión como ya he tenido la oportunidad de señalar.

    Citar así: ¿A qué se presta? Primeramente a dejar la idea de que Caruso ya desde 1947 era un psicoanalista y además, freudiano, incluso desde antes, por aquello de la “llama viva” que supuestamente sus maestros mantuvieron durante la guerra. Lo cual es falso. Basta leer el texto del italo – ruso que le abre las puertas no del psicoanálisis sino de las iglesias que se intitula “Análisis Psíquico y Síntesis Existencial”, en el cual la critica a Freud es contundente en la supuesta primera institución no afiliada a la IPA para hacerse una idea al respecto. Pero no sólo se puede ver esto en el citado libro, sino la exaltación de Jung. Veamos una muestra:

     

    Carl Gustav Jung se ha preocupado poco de las oscuras tendencias socialistas de Adler. Poco a poco, fue desentendiéndose de las alegorías energéticas que había en el fondo del modelo instintivo de Freud. […] lo suyo era penetrar hasta el tuétano del hombre, hasta el tesoro escondido en el trasfondo del alma, hasta llegar a aquella linde que encubre el misterio inefable de la última peculiaridad […] Jung hubo de constar que tras los velos de la inconciencia no solo se esconden las tendencias placenteras insatisfechas del niño, sino también las inmensas regiones de experiencias arcaicas del linaje humano.[38]

     

    Resulta muy aleccionador saber que C. G. Jung que ofreció a los nazis en 1934[39]su nacionalizado “inconsciente ario” oponiéndolo al supuesto “inconsciente judío”, sea utilizado por Caruso como el que verdaderamente llegó al “misterio inefable de la última peculiaridad” (¡). Si alguien reconoce algo de Freud aquí, tendría que hacerlo saber. Quizá convenga citar a un discípulo directo del Dr. Caruso, al Dr. Armando Suarez cuando refiriéndose al libro de Análisis Psíquico… escribe lo siguiente: “este libro, no solo le valió un reconocimiento internacional, sino que consumó una no desdeñable hazaña histórica: romper el hielo entre el catolicismo y el psicoanálisis”.[40] Pero acota que por lo pronto se trató de un psicoanálisis “bautizado” de cristianismo y no podía ser para menos.[41] Es hasta los finales de la década de los cincuenta que Caruso se aleja de Jung y comienza a trabajar a fondo y a su manera, a Freud, Marcuse Sartre, Hegel etcétera. Y entonces, puede escribir lo que ya cité de 1963 frente a la IPA. Y además habría que recordar de nueva cuenta que Caruso quiso entrar en la inmediata posguerra con su deficiente formación junguiana espiritualista a la citada Asociación Vienesa y no fue admitido. O ¿Sería solo por su cercanía con Auersperg? No lo sé bien. Aunque la renacida Asociación no tendría tampoco de qué enorgullecerse especialmente, si analizamos la actuación de los psicoanalistas austriacos durante el nazismo. Es por esa razón, que el caso Caruso trasciende su singularidad posible y conecta con un contexto más amplio que implica de diferentes maneras al Psicoanálisis durante la guerra y posguerra.

    Y habría todavía que añadir, con quienes formo el CVPP para terminar de desarmar el mito de la “primera asociación Freudiana”. Por haber eliminado los aportes de la Dra List al respecto, Álvarez del Castillo evitó citar lo que esta describe a propósito de la fundación del CVPP[42] y por lo tanto, puede avanzar en la construcción de un Caruso crítico del nazismo durante su estancia en los dos hospitales, crítico de la IPA casi desde el inicio, Fundador de la primera asociación “freudiana” frente a la IPA, marxista y psicoanalista y que además habló de su practica desde mínimo 1959. Demasiadas afirmaciones cuestionables presentadas en un tipo de continuidad un poco accidentada, que desde mi punto de vista presentan una versión tergiversada de las cosas. 

    Último punto a analizar de este extenso comentario a la investigación realizada por Rodolfo Álvarez que tiene que ver con algunos de los efectos de la explicitación del asunto Caruso en México. Menciona tres casos en los que pretende hacer ver como el CPM quedó seriamente cuestionado. Veamos como describe las cosas. El lector puede sentirse tranquilo, ya que lo hace con el rigor ya mostrado a lo largo de su investigación.

     

    II DESLINDES, RUPTURA Y EXPULSIONES.

     

    En este apartado, hay una parte de la información que sólo puede contestar si así lo consideran pertinente los miembros del CPM, ya que tiene relación con su gobierno y su correspondencia interna. Por lo tanto, yo solamente podré hablar de lo que me compete directamente en relación a cada uno de los casos y de lo que puedo citar públicamente.

     

    1. DISOLVER PARA PURIFICAR(SE) ESTA ES LA CUESTIÓN.

     

    Álvarez del Castillo, primeramente alude al descubrimiento de la información del caso Caruso por Cynthia del Castillo como ya ha sido dicho, y describe lo que denomina como una “conmoción institucional en el seno del CPM” a raíz de dicha información. Y coma de por medio, añade:

     

    [Lo cual] derivó en la renuncia de cuatro miembros entre ellos dos expresidentes, por no haber de parte de la institución una manifestación pública de condena a Caruso y el deslinde de la institución con su obra y figura (p. 33). [43]

     

    Como ha sido su manera de proceder a lo largo del texto,[44] no trató de contactar a la otra parte para calibrar y comparar las dos o tres versiones posibles al respecto. Me imagino que procedió así para tratar de situarse “más acá de la polémica” y como Caruso, describir lo más objetiva y distanciadamente la información…de manera unilateral.[45] Para poder hacer estas dos afirmaciones, prescinde de citar específicamente la reunión pública que organizó el CPM, el 31 de enero de 2014, en la cual se dijo públicamente el estado en que se encontraba la investigación hasta ese momento. Y en la cual cinco personas dieron su versión del asunto sin tener necesariamente un acuerdo unánime.[46] Lo cual contradice a los que supuestamente se fueron por las dos afirmaciones arriba citadas. Más aún, Álvarez del Castillo sabía de la investigación en curso y fue invitado como miembro del CPM a la reunión de marzo de 2013 en Chapala Jalisco, en la cual presente el primer borrador. Y fue invitado no sólo para oírla, sino para que a su vez el presentara su avance dado que había reunido la mayor cantidad de documentos acerca del caso Caruso, no se presentó. Como tampoco, los cuatro de Cuernavaca que abandonaron la institución en septiembre. En los inicios de septiembre de ese año, presenté un segundo borrador, e informé que salía a los pocos días a Viena para entrevistar a la hija de Caruso y a la Dra, Eveline List, lo cual hice el 1 y 2 de octubre. A esa reunión asistieron dos de los que pronto abandonarían la institución – Alejandro Salamonovitz y Leolinke Valle – y tuvieron acceso como todavía miembros del CPM al segundo borrador. Y se habló de nueva cuenta, que una vez terminada, se haría pública la versión del CPM. En dicha reunión los dos de Cuernavaca hablaron de la necesidad de disolver a la institución. Cosa que no fue el sentir de la mayoría y ya he adelantado alguna de las razones de por qué se consideró como no pertinente esto. Por otra parte, Álvarez del Castillo como ya señalé, no ignoraba lo que se estaba haciendo al respecto. Citar de esa manera sin introducir todo esto que vengo de integrar, es por decir lo mínimo, realizar un trabajo de contextualización muy poco riguroso.

    Pero no se quedó ahí el asunto. Ya que los promotores de la disolución supuestamente purificatoria, realizaron un programa de radio en la UAM X, bajo la coordinación de Raúl Villamil, el 14 de mayo de 2014, en el cual denunciaron que existía en el CPM nada menos que una “cripta nazi” y por lo tanto había una razón más que poderosa para salir corriendo. Y de pasada, me denunciaron como aquel que por no publicar ya lo que llevaba escrito estaba contribuyendo a crear otra. Cito alguna de sus afirmaciones para que se puedan calibrar mejor las cosas.

    Los psicoanalistas Salamonovitz y Fernandez Gaos, una vez realizada su crítica del capitalismo y el neoliberalismo y como ha permeado al psicoanálisis, añaden respecto al caso Caruso lo siguiente, dicho en voz de A.S:

     

    Entonces, frente a esta crítica que venimos haciendo, surge de pronto, nos enteramos a partir de una investigación de Fernando González, y que viene a partir del comentario de una compañera que egresa del Circulo, Cynthia del Castillo, que [es la] que encuentra [en Wikipedia] esta temática de Caruso.

    […] que esta institución, a la que llegué porque el fundador de origen era Igor Caruso, un marxista psicoanalista, razón por la cual yo me acerco, de pronto me entero que era un nazi-junguiano. Con todo lo que significa Jung después de la muerte de Freud, que es cuando nos topamos con un Jung terrible, con conceptos como el de inconsciente racial.[47]

     

    […] Nosotros denunciamos en nuestra institución […] Y la pregunta era: ¿Qué tantos fantasmas, qué tantas criptas carusianas de la época nazi […] existen en la institución que están rezonando con la fuerza del neoliberalismo? [Por ejemplo] con nuevas prácticas de autentificación y verificación.

    [Y] cuando quisimos hablar de ellas, la violencia vino contra nosotros, como si nosotros fuéramos Caruso. Era realmente imposible abrir la temática. Entonces, nosotros, los cuatro colegas de Morelos…decidimos salirnos ante esas criptas intocables.

     

    Es difícil seguir la lógica de este razonamiento. Por una parte parece que es producto directo del neoliberalismo dar títulos y verificar el saber en psicoanálisis es más, incluso “acorrientarlo”, como si la “verificación” sólo pasara por los títulos o se pudiera recibir a cualquiera sin ningún filtro.[48] Incluso el Fernández Gaos afirma que:

     

    Freud terminaría por integrarse al circuito de los saberes […] creo que ahí podríamos escuchar fuertes resonancias de lo que es esta ideología de la raza, en lo que todavía está sucediendo en el terreno del psicoanálisis y en muchos otros.

    […] Ahora, el imaginario social está invadido de ideología neoliberal, que es la que finalmente le hace el juego a esta forma de pensar, que no se origina en la ideología nazi, pero ahí tiene un punto de inflexión.

     

    Si esta ideología neoliberal tiene un punto de inflexión en el nazismo y su noción de raza, ¿habría entonces conexión casi directa o al menos “resonancias” con éste cuando se verifica el saber? Y si se encuentran nada menos que una supuesta cripta nazi en el CPM, entonces, se daría algo más que resonancias. Salamonovitz completa el razonamiento de las resonancias cuando afirma lo de las criptas nazis en el CPM que están resonando con “la fuerza del neoliberalismo”. O sea aquí si algo más que una inflexión, línea directa. Y supuestamente por denunciar esto, los trataron “como si fueran Caruso”: Esto sí que resulta enigmático. ¿Qué quieren decir con esto? ¿Que Caruso fue tratado con violencia por el CPM y que ellos fueron identificados con éste? o ¿Cómo cripto-nazis? o ¿Cómo nazi junguianos?, o: ¿denunciándolos por haber contribuido a realizar asesinatos? O que ¿por querer denunciar lo de la “verificación” fueron rechazados? Que no fue el caso de Caruso el cual en otro contexto y circunstancia, no rechazó verificar la edad mental con la cronológica al servicio de sus jefes nazis. Todo lo contrario de lo que pretenden estos denunciadores marxistas y antiliberales. No entiendo.

    Y entonces su entrevistador el Dr. Raúl Villamil pretendiendo seguir su confuso razonamiento aumenta la confusión argumentado:

     

    Ustedes sacan el asesinato de debajo de la mesa, del closet, y hay una persecución institucional que inmediatamente los toma como culpables porque ustedes sacaron a flote esas cuestiones reprimidas.

     

    ¿Cómo es posible que sacaran el asesinato de debajo de la mesas si acaban de reconocer que supieron de éste gracias a la información que hizo pública Cynthia del Castillo a raíz de su inmersión en Wikipedia? Y además, no estaba reprimida, en todo caso impensada y por lo tanto, no visualizada. Y por otra parte el Dr. Villamil, les atribuye un mérito que no les corresponde, y como colofón coloca al CPM en la posición de perseguidor y represor implacable. Pero ellos no lo contradicen. En la era de la inflación de las víctimas, tenemos aquí una de tipo virtual. Y el Dr. Álvarez ¿nomás mirando para colocarse “más acá de la polémica”?

    Finalmente, los citados colegas se dicen “marxistas”, como si esa referencia les otorgara patente de corso a estas alturas. Ya que al no aludir a los límites teóricos y políticos del marxismo –o de los marxismos-, ni tampoco a sus brillantes realizaciones totalitarias, y ya más en sus terrenos, a los cortocircuitos que se dieron en los diferentes freudo-marxismos, su análisis con pretensiones cósmicas, resulta por lo menos hemipléjico y simplificador.[49]

    Para variar Álvarez del Castillo no cita el programa y no fue capaz de investigar que pensaba la contraparte, tanto el CPM como quien esto escribe al respecto.[50] Y por cierto, tuvo tiempo para poderlo citar y analizar antes de publicar su texto. Es decir, que el Dr. A del C no sólo práctica la desconexión entre los textos sino la sustracción de estos. En síntesis, aceptar la versión de los que se fueron de esa manera, sin añadir ningún comentario sabiendo que ya se trabajaba en el asunto con la finalidad de publicar un libro, y no decirlo, ni tampoco citar el programa de mayo de 2014 ¿Qué significa? Por lo pronto, intentar desaparecer como actor y dejar todo en manos de una parte de los implicados. O sea, arrojar la piedra y esconder la mano. Y no decir tampoco que los que se fueron también lo sabían, y que por lo tanto no se estaba ocultando nada, habla de una exquisita ética en ambos casos.

    Como dato que puede constituir la cereza en el pastel, los “dos expresidentes” a los que hace alusión Álvarez del Castillo – Carlos Fernández Gaos y Alejandro Salamonovitz –, durante su gestión dieron muestras de una notable perspicacia analítica, y de sus notables recursos marxistas, ya que no descubrieron la supuesta cripta – o criptas – en el CPM. Me imagino que estaba tan oculta, que induce a pensar que a lo mejor una vez terminado el régimen nazi se torno tímida y en algunos casos como en el CPM, incluso bonsái. Pero sin perder su poder “contaminante”. Todo lo cual una vez “destapada”, los hizo salir en estampida.

     

    1. El SUPUESTO “CRÍTICO” A SU PROPIA INSTITUCIÓN “INJUSTAMENTE” ACALLADO.

     

    Esta vez Álvarez del Castillo no trata de colocarse más acá de la polémica, sino en el corazón de esta. Pasemos al segundo y tercer caso en el cual están entreverados la descubridora de la información y el propio contextualizador, o sea Rodolfo Álvarez del Castillo. Al respecto escribe:

     

    Además hay que agregar la expulsión del CPM del autor de estas líneas por publicar en la revista electrónica Carta Psicoanalítica de la cual soy miembro del consejo editorial, el ensayo de Cynthia del Castillo incluido en este libro, y que contiene afirmaciones que molestaron a “algunos miembros” del CPM, ya que en dicho artículo, la autora cuestiona a la institución, sin que yo como editor, haya expresado una postura crítica al respecto, abalando [avalando] con mi silencio, según el CPM, lo afirmado por ella. No recuerdo haber leído como requisito para ser mimbro del CPM el abstenerse [de] hacer críticas a la institución, osa que de ser así por supuesto que nunca hubiera solicitado mi admisión. (p. 33)

     

    A la luz de todo lo anterior que he citado en cuanto a su manera de operar como contextualizador hubiera sido quizás más prudente no tratar de investirse en paladín de la libertad de palabra ni del espíritu crítico. Pero de todas maneras, habrá que tratar de tomar en serio su reclamo y revisar sus argumentos. El contexto de la publicación del citado artículo se da aproximadamente tres meses después de que a la Colega Cynthia del Castillo se le ha reiterado la invitación para publicar un texto respecto a su descubrimiento y a lo que ella hubiera continuado a investigar.[51]

    Todavía en los inicios de septiembre, cuando le hago llegar el segundo borrador, ella en un mail me escribe que no quiere quedar relegada con su descubrimiento en una nota al pie de página como yo la había puesto, y me dicta como quiere aparecer en el texto, lo cual me pareció de mínima justicia, y le prometo que en la publicación final aparecerá como ella lo escribe. Cosa que cumplí y se puede constatar en la p. 29 de mi libro.[52]

    Es decir, que ella sabía que no existía la voluntad deliberada de retrasar lo ocurrido con la información de Caruso. Por otra parte, el Dr. Álvarez me llama por teléfono –por noviembre de 2013(?)- y me pregunta si yo tendría inconveniente de que se republicará un texto mío de 2005, intitulado “Contribución al análisis del Mito Fundacional del Circulo psicoanalítico Mexicano”.[53] A lo cual yo accedo. Pero se cuida de decirme que la Dra. Del Castillo publicaría el escrito que contiene afirmaciones que “molestaron a algunos miembros del CPM”. En todo caso no sólo del CPM sino a un investigador del IISUNAM, o sea, yo.[54] No decirme lo que estaba cocinando, sabiendo que estaba metido en el tema a fondo, y republicar un texto de 13 años antes en el cual yo no sabía lo que ahora discutimos, ¿que implicaba? Como mínimo, una aparente pasividad perfectamente calculada para que quedara claramente establecido la diferente manera de encarar el pasado del CPM en el cual el asunto Caruso estaba implicado Y entonces la descubridora de la información pudiera escribir sin problemas[55]que al enfrentarse a ésta con “asombro, angustia y resistencia”, ante la información de wikipedia respecto a uno de:

    Los padres fundadores de los Círculos, y del CPM, ubicándolo en lugares donde no se le conocía que hubiera estado [Y que] no se le conocía al parecer por la mayoría de los integrantes de la Institución. [Su reacción fue] la de compartir […] con los pares tal acontecimiento, así como la determinación de que en la institución se hablara de los que por alguna extraña razón se desconocía desde hacía cuarenta años. Esta es una de las principales preguntas que lo encontrado me genera. ¿Por qué hasta ahora’ ¿Por qué asimismo nuevamente hay una demora de más de un año para procesar un trago que ciertamente tiene su nota amarga? ¿Justo porque da amargura? (p. 131)

     

    Si Álvarez del Castillo me hubiera invitado a escribir mi versión respecto de cómo se estaban procesando las cosas en el CPM, sabiendo él lo que iba publicar de Cynthia del Castillo, las cosas hubieran sido más equitativas. No fue el caso. ¿Tenía obligación de hacerlo?, ciertamente, no. Pero hubiera sido elementalmente delicado y más siendo el todavía miembro del CPM. Como hubiera sido delicado que tanto el Director de Carta Psicoanalítica. Julio Ortega[56], que hasta donde entiendo sigue siendo de CPM así como el otro miembro de la citada revista el Dr. Felipe Flores – en cuyo seminario salió la información del caso Caruso, y por el cual yo me enteré de éste –, hubieran escrito una mínima aclaración respecto de la afirmación que “molestó” a varios en el CPM. No lo hicieron. Están en su derecho, sin duda.[57] De nueva cuenta, son cuestiones de delicadeza.

    Ahora bien, como en mi caso felizmente no tengo poder para correr a nadie de no importa dónde, sólo me queda este medio y a este recurro con la esperanza de entablar un debate en donde se revisen los argumentos de una y otra parte.

    Si se lee con atención el párrafo citado de la Cynthia Del Castillo, hay una interrogación muy pertinente que se sintetiza en la cuestión de por qué se desconoció una información de esa envergadura durante un poco más de 40 años en el CPM.[58] Pero existe una segunda cuestión que obvia datos al presentarla de esa manera. Y que tiene que ver con la formulación “¿Por qué así mismo nuevamente, hay una demora de más de un año para procesar un trago que ciertamente tiene su nota amarga?”.

    Vayamos por partes. Que significa ¿“Nuevamente” en este caso? Porque en la primera interrogación simplemente no hay información conocida y visualizada[59]que se haya “demorado” 40 años para ser “procesada”. Lo cual hubiera implicado guardar una información a ciencia y conciencia de nuestra parte. Pero en otro sentido, si se puede decir que se “demoró”, precisamente porque se desconocía. En cambio, decir ¿Por qué así mismo nuevamente…”, Es suponer o mínimo insinuar, que existe una voluntad deliberada de demorar el publicitar una información. Lo que lleva a sospechar de una voluntad de mantenerla bajo llave ¿Con que finalidad? Aquí la “demora” adquiere otra connotación. Pues una vez que se supo, se buscó corroborar y contextualizar ¿que habría que haber hecho según ella y según que periodización de tiempo?

    Por otra parte, una vez que comenzó a circular en Wikipedia quien la podría “demorar” o en un caso más grave, tratar de suprimir o “convertir en un asunto privado? Imposible. A partir de ese momento, el problema comenzó a ser otro. Y ya he escrito más arriba, la serie de interrogaciones que surgieron respecto de la información. Y reitero que tratar de contestarlas exigía tiempo para procesarla y no sólo como trago “amargo”. Si se compara mi trabajo de verificación con el que vengo de analizar respecto de la investigación realizada por el Dr. Alvarez del Castillo, se podrá comprobar que no bastaba Wikipedia como fuente principal, aunque Cynthia del Castillo uso tres más, pero muy escuetamente- lo cual desde mi punto de vista, dejaba demasiados cabos sueltos.[60] Para ella al parecer, no. Está en todo su derecho, pero yo también lo estaba de no conformarme.

    ¿En que quedan las palabras “nuevamente” y “demora” una vez que apareció el libro ciertamente no en los tiempos que la descubridora de la información decidió que eran los “correctos” ¿Desde cuales criterios? Ahora bien, en caso contrario de no coincidir con los tiempos prescritos por la descubridora de la información ¿inevitablemente parecería que se estaría demorando porque entre otras cosas no se enfrenta el trago amargo de encararla? Pero cuando recibe mi segundo borrador en septiembre que implicó ahí la “demora”. Al menos que quisiera decir que también significaba tratar de publicitarlo más allá del CPM. Y parece que también apuntaba a esto cuando escribe que “Y a pesar de habérseles mostrado abiertamente y dicho su lugar de procedencia, deciden convertirlo, durante más de un año, en un asunto privado, interno y por lo tanto, político”. [61]

    O esta otra en que aludiendo a la Comisión de Reapropiación de la Memoria que coordinábamos Alejandra de la Garza y quien esto escribe, se pregunta si:

     

    Fue necesario […] esperarse durante más de un año para poder tener la certeza de que Igor Caruso había estado en Spiegelgrund, y, durante ese tiempo elaborarla primeramente de manera interna y privada como dirigentes. Sólo entonces poder abrirlo posteriormente y compartirlo a nivel institucional hacia el exterior, y todo esto “porque son psicoanalistas”. (p. 165).

     

    No era ciertamente necesario si se hubiera tratado sólo de eso. Pero “celebro” la fuerza y la lucidez de que rápidamente tomó cartas en el asunto, lo soportó, lo hizo público y denunció la supuesta maquinación “política y privatizadora” de la información por parte de los miembros del CPM y de quien esto escribe. De aceptar este contundente juicio, no quedaría sino postrarse y exclamar con los brazos al cielo un ¡Mea culpa! Pero no es el caso.

    Dije de ella que en este asunto del “nuevamente” y la “demora”, me parecía que estaba utilizando un modelo más próximo de Skinner que de Freud. Porque no existe creo un tiempo de reacción y de elaboración que nos asemeje a las ratas en estos asuntos. Sólo cuando se pone la luz verde en el semáforo no faltara el chofer del coche de atrás que tocará el claxon[62]. Pero en cuestiones más complejas, Skinner no cuenta como modelo explicativo. Por eso dijimos el: “porque somos psicoanalistas”.

    Pero hablando de intenciones ¿Cuáles serían las supuestas intenciones políticas? ¿Porque me imagino que apunta más allá de la amargura? Ahora bien, una vez que salió el libro, suponiendo sin conceder que las hubiera ¿en que quedaron? ¿No sería prudente tratar de contestarlas una vez lanzada la acusación? Y a mí vez le hago a mi vez dos preguntas. Al publicar sus dos trabajos en el texto coordinado por Álvarez del Castillo [63] ¿ella avala la versión tal como la trabajó el citado? O en su defecto ¿Qué si y qué no? Ya que parece tenerlo todo tan claro desde el primer momento y que por lo tanto, ni “privatiza” ni hace “política” ¿que si hace al publicar en este texto?

    Pero no puedo cerrar este comentario sin aludir a otro párrafo de Cynthia del Castillo. Afirma que la cito e incluye también al CPM, de

     

    [de] forma falsa. Por lo tanto son sí, imposturas y calumnias para dar como hechos lo que él y los miembros del CPM –en su lectura- buscan articular incorrectamente – como las intenciones de la autora. No hay debate serio sobre el contenido real del mismo. (p. 175) 

    Nada más y nada menos. Esto merecería una respuesta si no hubiera aparecido ya el libro citado, no sé si estará a la altura de lo que ella considera “un debate serio”. Pero por lo pronto las cartas están sobre la mesa.

    Una cosa queda clara en este apartado de los deslindes: tanto la posición de R. A del C; como aquella de los de Cuernavaca – principalmente las de Alejandro Salamonovitz y Carlos Fernandez Gaos – y la de Cynthia del Castillo, no pueden ser amalgamadas como si apuntaran a lo mismo. Los citados coinciden en su contencioso de ida y vuelta con el CPM, pero no necesariamente en su manera de enfrentar el caso Caruso.[64] El primero realizó como ya dije una investigación de la que traté de mostrar lo que modestamente denomina como “algunas lagunas”; los segundos, tomaron la información de Wikipedia y sacaron sus rápidas consecuencias que conectaban en una continuidad sin fisuras, los actos de Caruso con el CPM y sus supuesta cripta, y la tercera, después de aportar la invaluable información, también aportó sus tiempos de reacción “correctos” –y en esto coincide con los segundos- y lo que ella considera su prístina y valiente transparencia informativa. Pero en cuanto a la historización del caso Caruso una vez el teclazo realizado, no encuentro nada nuevo al respecto en su segundo artículo. Aunque si reconozco que dedica una buena parte a mostrar su indignación porque en el programa del 31 de enero de 2013, la cite según afirma de “forma falsa”, con lo cual quedé (mos)[65] reducido a un calumniador mendaz. ¿Se dará por satisfecha con hacer circular públicamente esas cálidas y reflexivas expresiones? ¿O iniciaremos un debate que terminará por desplazar el caso Caruso hacia a los actores secundarios y terciarios. Me quedó con su afirmación y con ella me acaricio mi golpeada imagen narcisista de falsario y a continuación, me doy por muerto. Pero esta vez, sin demoras que valgan. Finalmente, también me queda más claro que entiende Álvarez del Castillo por “contextualizar” y tratar de situarse “más acá de la polémica”.

     

    Posdata

    El campo psicoanalítico constituido entre otras cosas por una lógica monoteísta es decir, tanto por la marca del nombre propio con sus específicos constreñimientos, y por la devoción a los libros sagrados tiende a evitar que en la obra de Freud Klein o Lacan, aparezcan elementos que aludan a contradicciones insolubles. Y también, que no se haga muy visible que entre los postulados teóricos y las formaciones institucionales que los transmiten, se manifiesten incoherencias y flagrantes imposturas. A diferencia de otras disciplinas, la mayoría del los psicoanalistas aludimos para nombrarnos al nombre de Freud Klein o Lacan. Sin terminar de caer en la cuenta de que se trata de un campo estallado desde hace mucho tiempo en analogía con la configuración de las sectas. Y que la lectura monoteísta de la voz y la letra de los amos teóricos que aspira como todo monoteísmo a lo universal, de entrada está minada, hay más de un dios y no necesariamente el último monoteísmo como en el caso del islamismo es la última palabra. Pero que difícil es aceptar en este campo polémico que el tótem teórico clínico de referencia, no cubre ni resuelve todos los problemas que se plantean. De igual manera, también está en entredicho el supuesto retorno a las fuentes primigenias para recuperar la verdad de lo escrito y lo dicho, en una apuesta literal. El texto del Hombre Moisés, como ya lo adelanté permite afrontar las nostalgias del retorno y la supuesta pureza del origen. Aunado a esto, el planteamiento de M. Foucault acerca de la diferencia entre los orígenes y los principios, termina por barrer dichas nostalgias.

    Finalmente, el caso Caruso permite visualizar – si se le trasciende – las implicaciones del ejercicio del Psicoanálisis en situaciones límites, y mirar de una manera diferente la transmisión del psicoanálisis cuando se toma en cuenta su historia, sus silencios institucionales sus complicidades con los poderes fácticos, sus impensados etcétera. Y a la luz de esto, los psicoanalistas no podemos reclamar ningún privilegio de lucidez sobre otros grupos humanos cuando se trata de enfrentar nuestra historia. Más aún, la tendencia es utilizar las herramientas con las que contamos para tratar de banalizar, exorbitar y dislocar lo que vemos. Salvo excepciones que si las hay.

     

    Fernando M González. IISUNAM.

      México D.F. agosto de 2015.

    (Versión corregida por el autor de un texto entregado a Cartapsi en julio de 2015)

    [1] Javier Marías, Así empieza lo malo, Alfaguara, 2014, p. 532.

    [2] Rosa Beltrán Alta infidelidad, Alfaguara 2006. P. 31.

    [3] Editorial Cuadernos Melanie Klein, abril de 2015.

    [4] Transferencial con mis dos primeros analistas.

    [5] Raúl Páramo, O. “México”, en Peter Kutter, ed. Psychoanalysis International. Guide to Psychoanalysis Throughout the world, vol. II, Frommann- Holzboog, Stuttgart, p. 154, traducción de Rodolfo Álvarez del Castillo. Esta cita, parcialmente da cuenta de lo ocurrido desde la fundación, porque para empezar el CPM a diferencia del Circulo Mexicano de Psicología Profunda (1969), se fundó en 1971; desde el inicio se manifestó entre los dos cofundadores mayores, una diferencia de orientación. En el caso de A. Suarez una clara tendencia de simpatía hacia el psicoanálisis Francés, de ahí entre otras cosas la promoción de Los Escritos de Lacan en los inicios del CPM – Suarez fue director de la colección Psicoanálisis y Etología de la editorial XXI-; Los escritos de Caruso como tales no fueron trabajados, en cambio sí y muy a fondo los de Freud, y la primera generación del Psicoanálisis Francés, así como los aportes de Levis Strauss, Foucault Althusser, la lingüística el análisis del discurso etcétera. En el caso del Dr. Páramo su orientación hacia el psicoanálisis alemán y austriaco fue clara. Ciertamente influyó la preocupación social de Caruso en la formación, pero creo que fue más determinante al respecto, la que vino del Cono Sur con el exilio a partir de finales de 1974. En el caso de las corrientes lacanianas lideradas por J. A. Miller y Jean Allouch- ya en la década de los ochenta-, al producirse un conflicto al interior del CPM –por diferentes razones- con dos de los que iban a ser representantes muy importantes en Mexico de dos miradas acerca de la obra de Lacan -los doctores, Nestor Braunstein y Marcelo Pasternak-, en el CPM se dio un neutralización de los textos de Lacan en la década citada. Historia a ser investigada y que a mi parecer tuvo menos que ver con los importantes aportes de Lacan y más con cuestiones internas e institucionales del campo psicoanalítico en el México de ese tiempo. En cuanto a mí, la critica que he hecho de algunos aportes de Lacan, ha pasado centralmente por su incoherencia y disociación entre su creativa y original doctrina, y su manera de llevarla a cabo en relación a la organización institucional mientras vivió, por ejemplo: en relación a la cuestión del Pase y a la denominada sesión de tiempo escandido –en donde utilizó a una parte de sus analizantes y los conminó a mentir-; también con la manera en que se colocó cuando se publicó la revista Scilicet, revista en la cual sólo el nombre de Lacan podía figurar; o por la manera autoritaria de disolver “su” institución, y luego por la inmediata carta para crear otra, en la cual se volvía a poner en el centro como si no acabara de darse cuenta del simulacro de autocritica que venía de realizar con la “disolución”; O finalmente, por los usos de la transferencia y de lo que algunos consideran “actos analíticos” o “anécdotas”, que fueron francas violencias a ciertos pacientes. Pero aparte de eso –que ya es bastante me parece-, sus aportes teórico clínicos me parecen dignos de consideración y algunos de ellos invaluables. Parte de esas críticas, se pueden encontrar en mi libro La Guerra de las memorias, Psicoanálisis, Historia e Interpretación. IISUNAM, Plaza y Valdés, 1999. “Lamento” decir que no soy antilacaniano para algunos colegas que me tiene así catalogado, y que confunden el no recibir unos aportes de manera beata y colonizada, con lo ant, dicotomías simplificadores mediante. 

    [6] E incluso ¿entre el CMPP y el CPM?

    [7] Cosa que por cierto tampoco agrado a más de alguno de sus congéneres de origen judío.

    [8] Para una lectura más precisa de este punto de vista se puede consultar el texto de Michel de Certeau: acerca del Hombre Moises, en L´Ecriture de l ´histoire, Gallimard , Paris, 1975. Y mi texto intitulado “El acontecimiento y la parte caníbal de la historia”, en el cual intento a partir de un juego de relevos relacionar las posiciones de Michel de Certeau, Michel Foucault y Sigmund Freud respecto a la peliaguda cuestión de las continuidades y discontinuidades. Texto publicado en la revista electrónica del IISUNAM, Cultura y Representaciones Sociales, año 9, núm., 18, 1 de marzo de 2015, D.F o en versión más sintética: “Caruso y el Nazismo”, aparecido el mismo mes en la Revista de la Universidad de México.

    [9] Como el que vengo de citar acerca de la Legión de Cristo.

    [10] Salvo indicación en contrario las cursivas me corresponden. FMG.

    [11] Javier Marías, op, cit, p. 99.

    [12] Aparecido en Tusquets México, enero de 2015. El valioso testimonio del Dr. Raúl Páramo se puede leer, en las páginas, 58 y 113 a 116. En dicho libro contribuyen con sus escritos tres colegas del CPM: Katia Weissberg Glazman, Claudia Brinkop y Eloísa B. Rodriguez e Iglesias.

    [13] Lo veré más adelante.

    [14] Ver Fany Schkolnik “Efectos de los Traumático en la subjetivación”, Revista Uruguaya de Psicoanálisis, Núm., 100, 2005.

    [15] Ver al respecto mi artículo “La cuestión del padre y la del fundador. Entre lo inconsciente y lo impensado en las instituciones”, Rev. Carta psicoanalítica. Núm., 1 junio de 2002.

    [16] Y me quedo corto.

    [17] Un caso al respecto lo trabajé en el epílogo de mi libro intitulado La guerra de las memorias. Psicoanálisis, Historia e Interpretación. Editoriales, UIA; IISUNAM, Plaza y Valdés, 1998.

    [18] El primer texto publicado en México respecto al caso Caruso, fue realizado por el citado Dr. Álvarez del Castillo intitulado: “Igor Caruso: una entrevista y un debate” el cual apareció en la revista Cuadernos Melanie Klein, Núm. 2-3 septiembre marzo, 2013 Monterrey. No estoy seguro de que se hubiera hecho público tal cual el mes de marzo. Pero lo dejó así porque carezco de información al respecto.

    [19] Eveline List, Warum nicht in Kischniew? Zu einem autobiographischen tondokument Igor Caruso“, Zeitschrift für Psychoanalytische Theorie un Praxis, vol, 23, núm, 1-2 2008. Los otros dos investigadores que también trabajaron al respecto son: Gehard Benetka y Clarisa Rudolph “Selbstverständlich ist viels damals geschehen”, Igor A. Caruso am Spiegelgrund, Werkblatt, 60, 2008.

    [20] Todos los subrayados salvo aclaración son míos, FMG.

    [21] Un testimonio en contrapunto es el que ofrece el Dr. Arturo Fernandez Cerdeño, compañero de formación tanto de Rosa Tanco como de Raúl Páramo y Armando Suarez en los inicios de los sesenta en Viena, cuando en una llamada telefónica -1 de agosto de 2013- le pregunté si se hablaba durante su formación respecto a Caruso y el Spiegelgrund me contestó así: “no se hablaba nada al respecto”. ¿Un testimonio anula al otro?, No necesariamente. Simplemente pasamos de la cuestión de un solo testigo a dos. Y como son tan opuestos los testimonios, nos deja un nuevo enigma.

    [22] Para tratar este asunto, cita lo siguiente del Dr. Johannes Reichmayr: “no se puede escapar a la impresión de que el Circulo Vienés de Psicoanálisis sólo puede conducirse “desnazificando” y con un nuevo socio, para poder encontrar su lugar en la imaginadas salas sagradas del grupo API. Ahora había una oportunidad para exponer la maldad del padre fundador del Círculo como asesino de niños, y tratarlo con la fuerza necesaria de los rituales de limpieza autoimpuesta y sacrificios. La cooperación entre Bettina Reiter como redactora de la revista [Zeitschrift für Psychoanalytische Theorie und praxis Julio 1 de 2008] y Eveline List como autora era, al menos para la sincronización armoniosa, un éxito […] Esto plantea la cuestión de si los cuentos de hadas psicoanalíticos, como los de librar al mundo del mal, son inherentes al contexto político de la Sociedad Psicoanalítica de Viena y si la Revista para la Teoría y la Praxis Psicoanalítica proporciona un foro”. Citado por Rodolfo Álvarez, (p. 25). Del texto “¡Furor es error! Carta al editor sobre el artículo de Eveline List acerca de Igor Caruso”. O sea, que más acá del furor ¿De quién en este caso? Tenemos que el matrimonio entre el Circulo de Viena y la IPA implicaba nada menos que proceder a una versión inspirada en el modelo de Tótem y Tabú, pero esta vez, recurriendo a un suceso efectivamente ocurrido dentro del nazismo en donde supuestamente había que ofrecer el cadáver del padre fundador como prenda para purificarse. Afirmar esto sin dudarlo un mínimo habla de una manera de hacer historia desde una de las perspectivas psicoanalíticas, que el Álvarez del Castillo parece dar por buena junto con su colega austriaco, sin aparentemente interrogarse acerca de la historia de la IPA durante el nazismo, historia que desde mi punto de vista, vuelve muy problemática este tipo de interpretación. O ¿se trata solo de contextualización? A cada quien sus purificaciones y totemismo de por medio. En mi caso, yo hice mi investigación sin ninguna pretensión “matrimonial”. Por lo tanto, en un contexto substancialmente diferente al vienés.

    [23] Tampoco el de Rosa Tanco lo encontré citado.

    [24] Año, 1964, no se precisa ni mes ni día. Está citado por Christian Schacht, en “Sobre afirmaciones y omisiones unilaterales. Observaciones sobre el artículo de Eveline List y el actual debate sobre Caruso”, Revista de Teoría y Práctica psicoanalíticas, Salzburgo (entregado a la redacción el 23 de junio de 2008).

    [25] Ver por ejemplo Ernest Klee, Euthanasie im Dritten Reich. (2010).

    [26] Akal, 2007, p.228.

    [27] La fundación del CVPP con nazis o simpatizantes del nazismo es todo un tema que retomaré.

    [28] Toma la cita de C.J. Mallmann “Historia e genealogía do CPRS e do CBP” Estudos de Psicanálise, No. 41 Julho 2014. Que cita a su vez a Frank –Rieser, (2013).

    [29] Los diagnósticos recabados y seleccionados por List y Rudolph y Benetka , se pueden consultar en mi libro en el apartado VI. I págs., 118 a 130.

    [30] Igor A Caruso, “Entrevista radial autobiográfica”, citado por el Dr. A del Castillo, p. 66.

    [31] Citado por E. List.

    [32] Para alguien que presumiblemente se creía de “raza” homogénea, las fracciones cuentan.

    [33] O mandado alguno a los campos de exterminio.

    [34] Si hubiera citado a la Dra. List tendría más pistas de ello.

    [35] Páginas más adelante, Álvarez del Castillo cita el testimonio de Ernest Federn afirmando en un texto de 1990, que para poderse ejercer, el psicoanálisis depende de la libertad del individuo “sin temor a interferencias sociales económicas y religiosas” (p. 48). Y si, basta revisar la historia de esos tiempos para darse cuenta de la imposibilidad de realizar el análisis en relativa paz. Y esto lo reafirma el Dr. Alvarez cuando en la página anterior cita el testimonio de Marie Langer al respecto. Entonces al parecer solo había posibilidades para la psicología que iba en concordancia con la política del régimen.

    [36] Este punto lo deja sin desarrollar. Se puede decir que en todo caso, Aichhorn tuvo una relación nada tersa con los nazis. Tema a investigar.

    [37] Esgrimiendo otras razones, entre la cuales se jugó la llamada cuestión de la sesión de tiempo escandido, en donde hizo jugar a sus analizados un papel ciertamente nada elogiable. Pero también, desde una reflexión teórico clínica renovadora y original.

    [38] Análisis psíquico y síntesis existencial, Relaciones entre análisis psíquico y los valores de la existencia. Herder, Barcelona, 1958., pág., 25-26. La primera edición en alemán fue publicada en 1952.

    [39] Ver en mi libro el anexo 1, p. 289-90 el texto de Jung.

    [40] A. Suarez, “Igor Caruso profeta desterrado”, p. 20

    [41] En este punto conviene atenuar la afirmación del doctor Suarez respecto a la supuesta “hazaña histórica de Caruso”, basta leer el texto -producto de una tesis de doctorado- de Agnés Desmaziéres L´incosnscient au paradis. Comment les catholiques ont recu la psychanalyse, (Payot, 2011), para hacerse una idea de que Caruso en todo caso no fue ciertamente el actor central en esas complicadas relaciones que se dieron a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI. Claro que por obvias razones, el Dr. Suarez no estaba en posibilidades de conocer esto.

    [42] Ver artículo ya citado de List. En mi libro sintetizo sus aportes al respecto, cap., VII, págs., 143-149

    [43] La salida de los citados, llevó muy rápidamente a la creación de una nueva institución denominada Taller de Investigaciones Psicoanalíticas. Existe una polémica interna entre ambos grupos CPM y T de I. P. Psicoanálisis, con mails de ida y vuelta, pero por lo pronto eso entra en el orden de lo privado.

    [44] Salvo excepciones que he tratado de señalar.

    [45] Y de pasada ¿ahora si colocarse como alguien que si realizo “una condena pública de condena a Caruso”? ¿O sólo está describiendo el comportamiento de otros guardando su neutralidad ya probada?

    [46] Se puede encontrar en la página Web del CPM.

    [47] Como dato histórico, Jung no esperó la muerte de Freud para lanzar su noción del “Inconsciente Racial”. Lo hizo desde 1934.

    [48] Y puede que en algunos casos este sea así. Pero aun ahí habría que ver de qué manera operan los filtros implícitos.

    [49] A estos colegas se les puede aplicar lo que cita Tony Judt de Leszek Kolakoswski a propósito de su crítica a ciertos marxistas: “Una de las causas de la popularidad del marxismo en las gentes cultivadas, es su extrema facilidad bajo su forma simple; Sartre mismo observa que los marxistas son perezosos [ya que les ofrece…] un útil que permite dominar la totalidad de la historia y de la economía sin tener que estudiar ni la una ni la otra [y…] resolver los problemas de la humanidad de un solo golpe. [Al pretender poseer…] una teoría general que pueda explicar simultáneamente el presente y garantizar el porvenir”. Tony Judt, Le retour sur le XXe Siecle, Champs Flammarion, 2012, págs., 205 -nota 2- y 207.

    [50] En mi libro se puede ver mi análisis a dicho programa, en el Cap., II, págs., 60 a 69.

    [51] En ese momento todavía no se sabía si se publicarían uno o dos libros al respecto. Uno con mi contribución, el otro, con artículos de miembros del CPM incluido el de la descubridora de la información. Lo que si me quedaba claro hasta entonces, es que dado que yo tenía un contrato con la editorial Tusquets, mi investigación saldría por ese medio.

    [52] Yo había puesto en primer plano que había recibido la noticia por medio del Dr. Felipe Flores, el 12 de octubre de 2012. Lo cual fue así.

    [53] Aparecido en una revista editada por A del C, Grupo, revista de psicoanálisis, , No. 5-6, abril de 2005.

    [54] Tengo que aclarar que si bien yo soy un cofundador del CPM, renuncie voluntariamente a mi pertenencia en 1998.

    [55] Lo que no implica el que esté suponiendo que ella sabía de la comunicación de Álvarez del Castillo conmigo.

    [56] Una vez que se enteró post factum de la publicación.

    [57] Pero existe una diferencia substancial entre ellos dos. Felipe Flores ha presentado el libro de Caruso ya dos veces y además, ha encarado en foros públicos lo que vivió respecto a la noticia. En cuanto a otro miembro de Carta psicoanalítica el Dr. Luís Tamayo, no podría esperar ninguna aclaración en la medida de que tomó partido por los descubridores de la cripta virtual. Y que mejor que tener la inspiración del gran filósofo alemán M. Heidegger – como es su caso – para afrontar sin tapujos cuestiones referentes al nazismo.

    [58] A la que traté de contestar en mi libro sin pretender ser exhaustivo.

    [59] Salvo para dos personas que si la sabían y que tenían el contexto, pero jamás la dijeron tal cual.

    [60] Cada quien sus exigencias de rigor y de precisión.

    [61] Cynthia del Castillo, “Los avatares de deshilvanar una madeja…Reflexiones tras una publicación sobre Igor A. Caruso”. Publicado en el libro coordinado por Rodolfo Álvarez del Castillo, “Psicoanálisis, nazismo…” op, cit, p. 150.

    [62] Y nosotros mismos cuando estemos en esa posición no es improbable hacerlo.

    [63] Y antes el primero, como ya señalé en el número 20 de Carta psicoanalítica, coordinado por el citado.

    [64] Y en dos de los tres casos, también en un contencioso conmigo.

    [65] CPM incluido.

  • Un caso de homosexualidad y narcisismo presentado en la Sociedad Psicoanalítica de Viena anterior a “Introducción del narcisismo” de Freud.

    Un caso de homosexualidad y narcisismo presentado en la Sociedad Psicoanalítica de Viena anterior a “Introducción del narcisismo” de Freud.

     Miguel Gasteasoro

    Al inicio del texto, Introducción del narcisismo[1], Freud definió brevemente este fenómeno, acuñado por P. Näcke en el siglo XIX, como: “…aquella conducta por la cual un individuo da a su cuerpo propio un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; vale decir, lo mira con complacencia sexual, lo acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos manejos alcanza la satisfacción plena.”[2]

     

    Inmediatamente después, Freud señaló un nuevo momento de la investigación sobre el narcisismo, aunque ya al interior del grupo psicoanalítico reunido en torno a él, en la primera década del siglo XX. En este momento Freud destacó las investigaciones de un miembro de la Sociedad Psicoanalítica de Viena: “Resultó después evidente a la observación psicoanalítica que rasgos aislados de esa conducta aparecen en muchas personas aquejadas por otras perturbaciones; así ocurre, según Sadger, entre los homosexuales.”[3]

     

    En último lugar, y anterior a esta publicación, Freud hace otra mención, también muy específica, a otro miembro: es Otto Rank: “Por fin, surgió la conjetura de que una colocación de la libido definible como narcisismo podía entrar en cuenta en un radio más vasto y reclamar su sitio dentro del desarrollo sexual regular del hombre.”[4]

     

    A este pasaje Freud añade una nota que refiere a una publicación de Otto Rank de hace algunos años antes, en 1911, que llevaba por título, Ein Beitrag zur Narzissmus.[5] El contenido de esta publicación es la presentación del historial clínico de los sueños de una analizante en el que ella, habiendo enviado de regalo un gran retrato suyo a un amigo, se enamora de su imagen en el retrato de un otro.[6] Otto Rank, siendo un frecuente lector de literatura y mitología, recuerda el relato de Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray[7], y lo compara con el caso de su analizante.

     

    De esta manera Freud, al hacer un repaso histórico de este fenómeno, nos esboza tres momentos, y que anteceden a sus posteriores ensayos sobre Leonado Da Vinci[8] e Introducción del narcisismo. El primer momento es el de la fundación del fenómeno por Näcke, considerado como una conducta perversa en el sentido psiquiátrico del siglo XIX. El segundo es el hallazgo por parte de Sadger de ciertos rasgos narcisistas en la homosexualidad. Y finalmente, en tercer lugar, la observación de una porción de la libido es narcisista, y regular durante el desarrollo.

    Estos tres momentos comentados por Freud, al inicio de su texto, son unos breves puntos en la larga línea de la elaboración de este concepto, antes de la publicación del texto de Freud. Ahora sabemos por su texto, por ejemplo, que otros psicoanalistas publicaron sus hallazgos antes que él, y, todavía más, J. Strachey nos dice que “Freud había estado usando el término “narcisismo” mucho antes de 1914. Nos informa Ernest Jones que en una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, el 10 de noviembre de 1909, Freud declaró que el narcisismo era un estadio intermedio entre el autoerotismo y el amor de objeto.”[9]

     

     

    El comentario de Freud sobre el narcisismo en las minutas.

     

    No es una casualidad que la referencia histórica al narcisismo durante una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena que consignó James Strachey en la Nota introductoria[10] al texto de Freud en las obras completas, la tomó de la biografía de Freud escrita por Ernest Jones, sea aquella en la que, precisamente, Sadger hizo una presentación de un caso de su práctica psicoanalítica.

     

    ¿Quién fue Sadger y cuáles fueron sus investigaciones a las que alude Freud en su texto de 1914?

     

    Isidor Isaak Sadger[11] nació en Nowy Sącz, al sur de Polonia, el 29 de octubre de 1867, y murió en el gueto y campo de concentración de Theresienstandt, en Terezín, República Checa, el 21 de diciembre de 1942. Obtuvo su doctorado en medicina en 1891, y a partir de 1893 desempeñó su práctica en la misma ciudad. Fue conferencista de la clínica ambulatoria de Viena, fundada por Freud[12], y del Instituto de Entrenamiento de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. Dedicó sus intereses de investigación al estudio de la homosexualidad y las perversiones.

     

    La fecha que Ernest Jones comenta en la biografía de Freud, 10 de noviembre de 1909, es una reunión de la Sociedad Psicoanalítica de Viena. En ella y la reunión anterior, 3 de noviembre de 1909, Isidor Sadger presentó ante los demás miembros de la Sociedad un caso, durante ambas reuniones, que fue titulado en las Minutas de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, “Un caso de perversión multiforme. Primera parte” y “Segunda parte”, respectivamente.[13]

     

    El comentario de Freud sobre el narcisismo que consigna James Strachey en la Nota introductoria al texto de Freud, a través de Ernest Jones, es, a su vez, la transcripción de Otto Rank que hacía las veces de secretario durante las reuniones. En la Minuta del 10 de noviembre de 1909, Otto Rank transcribió de esta manera el comentario de Freud, mucho más extenso que el indicado por J. Strachey: “El comentario de Sadger vinculándose al narcisismo parece nuevo y válido. El narcisismo no es un fenómeno aislado, sino un estadio del desarrollo necesario en el pasaje del autoerotismo y el amor de objeto. Estar enamorado de uno mismo (de sus propios órganos genitales) es un estadio indispensable del desarrollo. Desde ahí, se pasa a unos objetos semejantes. En general el hombre tiene dos objetos sexuales primarios, y, posteriormente en su vida, depende de aquel al que permaneció fijado. Para cada quien, estos dos objetos sexuales son la mujer (la madre, la niñera, etc.,) y el si- mismo; es importante separarse de los dos y no detenerse demasiado tiempo en torno a ellos. Habitualmente, la propia persona es remplazada por el padre, quien no tarda, sin embargo, en ocupar una posición hostil. Es en esta situación que bifurca la homosexualidad. El individuo no se libera tan pronto de él mismo, como el caso en cuestión lo demuestra tan bellamente.”[14]

     

    ¿Cuál es el caso en cuestión al que alude Freud, presentado por Isidor Sadger, que lo llevó a comentar el narcisismo?

     

     

    La presentación de un caso.

     

    El caso presentado por Isidor Sadger se dividió en dos partes, durante las reuniones del 3 y 10 de noviembre de 1909. Hasta ahora no se ha identificado el nombre de este analizante, pues las minutas no indican biografía alguna sobre este caso. En la última parte del ensayo propongo una hipótesis de su identidad.

     

    Se trata de un joven de treinta y dos años que fue enviado a Viena por su familia, a través del médico de la familia, que hizo contacto con Sadger. El motivo inicial de consulta fue que este hombre tenía una tendencia a enamorarse de jóvenes de nivel socioeconómico bajo. Uno de ellos, por ejemplo, el más reciente, era mesero. ¿Por qué sería una dificultad familiar el interés de este hombre por los jóvenes, al punto de enviarlo a Viena? Pues bien, al parecer, este hombre formaba parte de la nobleza, y portaba el título nobiliario de Barón. En las minutas no se identifica quién es este analizante. Sadger contempla, sin embargo, que, si bien el médico familiar en su carta introductoria acentúa los ataques de epilepsia y aspectos degenerativos del Barón y menos la tendencia homosexual, para él el cuadro clínico estaba dominado por la “vita sexualis”; “por ejemplo, ciertas formas de autoerotismo, el onanismo, el narcisismo[15], una modalidad de auto-coito, erotismo anal exacerbado, exhibicionismo, unas tendencias voyeristas, manía por las estatuas, unos deseos sadomasoquistas, etc.”[16]

     

    En cuanto al joven mesero del café que impulsó definitivamente a la familia a enviarlo a tratamiento, Sadger declaró: “A propósito de su apasionamiento temporal por él… el paciente declara que sólo quería estar cerca de él, y tener un ligero contacto corporal; eso ya era para él un placer sexual. “En efecto, en mi, las sensaciones pasan por los ojos.” Más tarde, admite que uno de sus placeres más grandes consiste en tomar con sus manos los testículos de su pareja. Le atraen dos tipos de hombres: 1) jóvenes de 17 y 18 años con ojos vivos y apariencia femenina. Sin embargo, éstos no deben ser homosexuales porque, dice él, todo lo que es contrario a la naturaleza le repugna. 2) también le atraen hombres, aunque un poco menos, entre 25 y 30 años, que posean una naturaleza sexual vigorosa y una marcada tendencia por el sexo femenino, un rasgo que él reconoce en sus miradas.”[17]

     

    Una historia de intereses homosexuales habían existido antes de esta atracción por el joven del café: al principio, por su padre, y un tío de él, arqueólogo, hermano de su padre. A sus dieciocho años se le hizo evidente su homosexualidad, cuando vivió una experiencia amorosa con un cadete de diecisiete años. “En todos sus amores homosexuales, el hecho de observar y de admirar al hombre, es decir, la sensación de amor por los ojos, desempeña el papel principal; en otras ocasiones, un deseo de recostarse desnudo a un lado de ellos (como el cadete), una aversión por las relaciones sexuales y, en fin, la tendencia pasiva a hacerse querer y acariciar.”[18]

     

    El joven Barón tuvo un gran aprecio por su tío, el hermano de su padre, quien era arqueólogo y ejerció un papel determinante para decidir estudiar a su vez la misma profesión. Esto sucedió cuando contaba con quince o dieciséis años. Este tío, a quien amaba profundamente, lo sentía como desempeñando el papel de una “madre.”[19] Su padre, habitualmente, sufría de ataques melancólicos; y su madre, por su lado, se mostraba muy orgullosa de su origen aristocrático. Hacia una de sus hermanas, desde niño, tuvo fantasías incestuosas. Incluso, en alguna ocasión, llegó a proponerle tener relaciones sexuales, y hacer avances hacia ella, algo que su hermana rechazó terminantemente.

     

    El interés del joven Barón por los varones, entonces, no era exclusivo. En el momento del tratamiento con Sadger, simultáneamente, mantenía relaciones con una vieja prostituta “desde hace dos años… en un vínculo tan íntimo que sólo faltaba la ceremonia religiosa para hacer de ello una matrimonio.” Desde joven, cuando venían a él periodos de melancolía, solía visitar prostitutas para consolarse. Le atraían las jóvenes entre las edades de 16 y 18 años; sobretodo si tenían ojos azules. Iba a visitarlas, aún sin tener deseos sexuales, sólo para dormir junto a ellas. Fue hasta sus 30 años cuando tuvo una relacional sexual con una prostituta, muy joven, que le recordaba a su madre. “Como homosexual se identificaba a su madre, como mujer que procura satisfacer a su amante.”[20] Su ex-esposa le agradó mucho desde que la vio por primera vez. Más tarde, sin embargo, se vieron obligados a terminar, “puesto que él tuvo relaciones sexuales con una colega de ella. Él no quería sólo tener a su mujer, sino solamente con un tercero, un amigo.”[21]

     

    El gusto por las estatuas, Sadger lo vincula al periodo infantil en que comenzó a masturbarse. Un día, mientras se masturbaba, “no podía recordar, precisamente, si su madre estaba espiándolo.”[22] Sadger, durante la segunda reunión de la presentación de este joven Barón, destacó un fenómeno singular: “El interés del paciente por los testículos, que lo cautivan más que el pene, es significativo. Quiere acariciar los testículos del mesero del café, por delante y por detrás.”[23] Igualmente, todavía un niño, mientras orinaba a un lado de su padre, comparaba su pene con el de él. Tiempo después “desarrolló una disuria psíquica.”[24]

     

    El tratamiento de este analizante con Sadger tuvo una duración de cinco meses. No se alude a algún motivo particular para el desenlace del tratamiento. Sadger ubica, en sus comentarios finales al caso, un hecho interesante: “El paciente no recuerda haber tenido ideas directas de coito con su madre. Una vez concluido el tratamiento, escribió que estaba entonces muy sorprendido de tener sueños diurnos en relación a este tema. Los ojos de su hermana, que era el objeto de sus ideas incestuosas, jugaban un papel en el tipo de hombres que amaba.”[25]

     

    En torno al narcisismo, Sadger ubicó la importancia de ciertos rasgos en la elección del objeto amoroso: “Un gran papel juega el autoerotismo bajo la forma del narcisismo. En los tipos de persona que ama el individuo [el joven Barón], se pueden reconocer, además de los rasgos de personas amadas homosexualmente o heterosexualmente, unos rasgos que le pertenecen a él.”[26]

     

     

    Una hipótesis historiográfica.

     

    ¿Quién es el joven Barón que se analizó con I. Sadger? A lo largo de la presentación, Otto Rank transcribió muchos detalles que se mencionan de este hombre. No sólo sabemos que es un Barón, sino además se indica en qué país radica, antes de llegar a Viena: Suecia.[27] También que su tío fue decisivo en su elección de carrera, la arqueología.[28] Sobretodo -y este dato es el más significativo para discernir la identidad de este hombre- es la edad que Sadger comenta que este hombre tiene al relatarlo. Si acaso ésta no está desfigurada, y es actual con la fecha en que Sadger presentó ante la Sociedad Psicoanalítica de Viena, noviembre de 1909, se trataría de un hombre sueco que nació en 1877 aproximadamente, de estudios antropológicos, con un título de Barón y un tío, a su vez, antropólogo como él. ¿Encontraremos a uno o varios candidatos?

     

    Por cierto que sí. Al hacer una revisión aparece un caso posible. Se trata del Barón Nils Erland Herbert Nordeskiöld, quien nació en Estocolmo el día 19 de julio de 1877. Su padre fue el Barón Nils Adolf Erik. Se graduó en estudios de paleontología en 1899, como “fil. Kandidat”,[29] y al poco tiempo después, cuando contaba con veintidós años, hizo un viaje de expedición a la Patagonia. De nueva cuenta viajó a Sudamérica en 1901-1902 para visitar Bolivia y Perú.

     

    Otros datos podemos hallar, por ejemplo, en una breve monografía.[30] Su tío, Nils Gustaf Nordeskiöld, su primo Gustaf, también fueron también antropólogos. Asimismo tenemos noticias de otras expediciones que realizó a Bolivia y a Brasil en 1913-1914, y Panamá y Colombia en 1927. Durante estas expediciones hizo investigaciones tanto etnográficas como arqueológicas. La academia sueca halló algunos de sus trabajos “inmorales”[31], pues “entre sus investigaciones etnográficas había incluido descripciones de prácticas sexuales, y sus reportes incluían fotografías de individuos desnudos o escasamente vestidos.”[32]

     

    Es posible que sea este hombre, o ya sean sus primos, Gustaf, o su primo segundo, Nils Otto Gustaf, el hombre que estuvo en tratamiento con Sadger. Lo que no ha sido posible esclarecer sería un detalle no menor: si el Barón Nils Erland Herbert Nordeskiöld visitó Viena al menos durante cinco meses, su tratamiento se realizó entre los meses de junio y octubre de 1909. Ahora bien; en las monografías de Lowie y Browman hallamos que Nils Erland estuve en Bolivia en los años 1908-1909. Hasta no confirmar las fechas exactas de la expediión a Bolivia, no podríamos aseverar del todo que se trate, efectivamente, del Barón Nils Erland Herbert Nordeskiöld.

     

    Tal vez exista en un futuro, entre los historiógrafos del psicoanálisis, alguien que ayude a resolver esta interrogante y enriquecer, seguramente, los escasos datos hallados acerca del Barón Nils Erland Herbert Nordeskiöld. O quien haya sido el analizante del Isidor Sadger.

     

     

    [1] Freud, S. (1914) Introducción del narcisismo. Obras Completas, Vol. XIV. Traducción de José L. Etcheverry. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1976.

    [2] Ibid., pág. 71.

    [3] Ibid., pág. 71. No es la única remisión de Freud a las trabajos de I. Sadger. Por ejemplo, en el historial clínico, Freud, S. (1911) Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito autobiográficamente. Obras Completas, Vol. XII. Pág. 56. Traducción de José L. Etcheverry. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1976., Freud escribió “Indagaciones recientes nos han llamado la atención sobre un estadio en la historia evolutiva de la libido, estadio por el que se atraviesa en el camino que va del autoerotismo al amor de objeto.” Y agrega una nota de pie de página que remite a un trabajo de I. Sadger de 1910: Sadger, I. (1910) Ein Fall von multipler Perversion mit hysterischen Absenzen. Jb. psychoanalyt. psychopath. Forsch., 2, pág. 59.

    [4] Ibid., pág. 71.

    [5] Rank, O. (1911) Ein Beitrag zur Narzißmus. Jahrbuch f. Psychoanalyt. Forschungen, Bd. III. 1911.

    [6] Toutin-Thélier, C. (1994) Présentation du texte de Freud: Pour introduire le narcissisme Zur Einführung des Narcißmus. L’Unbévue. No. 5 Parler aux murs. Printemps. Été 1994. Pág. 167. E.P.E.L. Paris. 1994.

    [7] Wilde, O. (1891) The picture of Dorian Gray. The Complete Works of Oscar Wilde: stories, plays, poems & essays. William Collins Sons & Co. Ltd. Great Britain. 1966. Para conocer con más detalle la historia y la función de este texto de Oscar Wilde, remito al lector al estudio en detalle de Rodolfo Marcos-Turnbull, Oscar Wilde o el amor de lo imposible. Coll. Ta Erotiká. Editorial Me cayó el veinte. México. 2013.

    [8] Freud, S. (1910) Un recuerdo infantil de Leonardo Da Vinci. Obras Completas, Vol. XI. Traducción de José L. Etcheverry. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1976.

    [9] Freud, S. (1914), Op. cit, pág. 67.

    [10] Strachey, J. Nota introductoria a Introducción del narcisismo de Sigmund Freud. Obras Completas. Vol. XIV, pág. 67. Traducción de José L. Etcheverry. Amorrortu Editores. Buenos Aires. 1976.

    [11] Bronner, A. (2008) Vienna Psychoanalytic Society. The First 100 Years. Págs. 60-61. Christian Brandstätter Verlag. Wien. 2008.

    [12] Danto, E. A. (2005) Freuds free clinics: psychoanalysis and social justice, 1918-1938. Pág. 78. Columbia University Press. New York. 2005.

    [13] Nunberg, H. y Federn, E. (1967) Les premiers psychanalystes. Minutes de la Société psychanalytique de Vienne II 1908-1910. Págs. 286 y 298. Traduit de l’allemand par Nina Bakman. Éditions Gallimard. Paris. 1978. La traducción del francés al castellano es mía.

    [14] Ibid., pág. 307. La traducción es mía.

    [15] La cursiva es mía.

    [16] Nunberg, H. y Federn, E. (1967). Op. cit., pág. 287. La traducción es mía.

    [17] Ibid., pág. 287. La traducción es mía.

    [18] Ibid., págs. 287-288. La traducción es mía.

    [19] Ibid., pág. 288.

    [20] Ibid., pág. 299. La traducción es mía.

    [21] Ibid., pág. 291. La traducción es mía.

    [22] Ibid., pág. 299. La traducción es mía.

    [23] Ibid., pág. 299. La traducción es mía.

    [24] Ibid., pág. 299. La traducción es mía.

    [25] Ibid., pág. 302. La traducción es mía.

    [26] Ibid., pág. 302. La traducción es mía. Una puntualización: tanto en la lengua francesa, como en la traducción que hago, un malentendido no se deja de asomar en este pasaje: “…unos rasgos que le pertenecen a él.” Surge la pregunta: esta tercera persona, él, ¿a quién remite?

    [27] Ibid., pág. 286.

    [28] Ibid., pág. 288.

    [29] Lowie, R. H. (1933) Erland Nordeskiöld. American Anthropologist, N. 5, Vol. 35. Págs. 158-164. 1933.

    [30] Browman, D. L. (1998) Swedish contributions to American Archaeology: A note. Bulletin of the History of Archaeology 8(1):1-2.

    [31] Ibid., pág. 2.

    [32] Ibid., pág. 2.

  • Marie Langer: El rol del psicólogo clínico en diferentes partes del mundo Simposio Psicología y ciencia. 1,2 y 3 abril 1976, Facultad de Psicología UANL.

    Marie Langer: El rol del psicólogo clínico en diferentes partes del mundo Simposio Psicología y ciencia. 1,2 y 3 abril 1976, Facultad de Psicología UANL.

     Julio Ortega Bobadilla

    Langer79.jpg
    «Langer79» por Julio Ortega B. – Langer. Disponible bajo la licencia CC BY 2.0 vía Wikimedia Commons.

    Digna representante de la tercera generación de psicoanalistas, cuyos integrantes, Anna Freud (1969) caracterizó como “Peculiares, soñadores, sensitivos”, Marie Langer llevó las marcas de la historia vivida consecuentemente en su pensamiento y en su praxis. Fue miembro del Partido Comunista Austriaco en los tiempos del ascenso del nazismo, inició su formación psicoanalítica en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, siendo entrevistada en su ingreso por Anna Freud y realizó su análisis personal con Richard Sterba. Ante la prohibición de parte de la Sociedad Psicoanalítica de que sus miembros militaran en partidos políticos ilegales (solo el partido nazi era legal entonces) decide suspender su formación psicoanalítica y viaja a España para participar durante la guerra civil en las Brigadas Internacionales como médica. La derrota de la República por las fuerzas franquistas la obliga a emigrar, las circunstancias la llevan a Montevideo donde trabaja unos pocos años y finalmente se instala en Buenos Aires en donde junto a un pequeño grupo de analistas encabezados por Ángel Garma fundan la Asociación Psicoanalítica Argentina. Siguieron años de trabajo de consultorio, tareas didácticas e investigación sobre la psicología de la mujer, la psicoterapia de grupos, la psicopatología psicosomática, etc. Nuevas conmociones sociales la mueven a retomar su militancia política y esta vez sin abandonar el psicoanálisis, participa junto a otros analistas miembros de la APA en el análisis y cuestionamiento de las contradicciones de la institución psicoanalítica oficial y junto a sus nuevos compañeros agrupados en el movimiento Plataforma Internacional renuncian a su afiliación institucional. Ante las amenazas de muerte de parte del grupo terrorista ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina emigra a México en 1974 por invitación de Armando Suárez y se integra al trabajo de formación en la UNAM, la Asociación Mexicana de Psicoterapia Analítica de Grupo, el Círculo Psicoanalítico Mexicano y otras instituciones. Participa activamente en la gestación y organización en La Habana de Encuentros Latinoamericanos de Psicoanálisis y Psicología Marxista, y en 1981 en la organización del Equipo internacionalista de Salud Mental México Nicaragua, que colabora con el gobierno Sandinista en la elaboración de los programas de salud mental del ministerio de salud (Fernández, L. 2003). Morirá en el año de 1987 en Buenos Aires.

    Dos años después de su llegada a México, en 1976 es invitada a la Facultad de Psicología de la UANL en Monterrey para participar en un Simposio sobre Psicología y Ciencia, componían el panel de ponentes: Diego García Reinoso (también del grupo Plataforma), Néstor Braunstein, Patricia Escalante Y Fernando González. Fue un evento memorable que dejó una marca profunda en algunos integrantes de las generaciones de estudiantes de psicología de ese entonces, que estimulados por las posturas críticas sobre psicología y política influyeron significativamente en el rumbo y actividades que en ese tiempo vivió la institución.

    Como se verá la intervención de Marie Langer constituye una pormenorizada crónica de la historia del psicoanálisis de parte quien ha sido testigo directo y protagonista de sus vicisitudes.

    Carta Psicoanalítica pone a disposición de sus lectores por primera vez el audio de la ponencia de Marie Langer, cuya transcripción fue publicada en la revista Subjetividad y cultura números 22 de Octubre de 2004 y 24 de abril de 2006.

     

    Rodolfo Álvarez del Castillo.

    Referencias.

    Frud, Anna (1966) Difficulties in the path of psychoanalysis, The Freud Aniversary lectura series, International University Press.

    Fernandez Livia, (2003) “Marie Langer y los grupos en la Nicaragua sandinista”, Grupo, No. 1, agosto 2003. Monterrey.

  • Catalogo de infamias

    Catalogo de infamias

    José Eduardo Tappan Merino

    Platicando con Julio Ortega el director de la revista sobre la situación actual, me dijo: … y: ¿Por qué no escribes algo? Ya que además de psicoanalista eres antropólogo y … bueno, éste es el resultado.

    ¿Cuál es la mentira que hay aquí? Me refiero a: ¿Qué hay de nuevo en los últimos acontecimientos que sacuden al país? Quizá lo triste es que no se trata de nada nuevo, no puede sorprendernos la corrupción y la impunidad de la que goza nuestra clase política, tampoco la manera en que el crimen organizado y los narcotraficantes han logrado cooptar e insertarse en los distintos niveles de gobierno federal, estatal y municipal.

    ¿Corrupción?¿Quién no sabe que los gobernadores son como virreyes enriqueciéndose y endeudando a sus estados?, y que los presidentes municipales, replican ese modelo en su pequeña escala. Hace muchas décadas que perdimos la paz y vivimos temerosos de robos, secuestros, homicidios y todas las formas de violencia de los cuerpo delincuenciales y policiales. ¿Alguien no sabia de las formas corporativas del Estado que legitiman la corrupción de los sindicatos leales a los intereses del Estado, que genera líderes sindicales multimillonarios?.

    Quizá lo nuevo es la claridad que la ciudadanía tiene hoy, sobre la actuación de los partidos políticos, sabemos ahora que no son importantes ni la plataforma, ni el ideario político, todos han demostrado que son corruptos y voraces. Merecido es el descontento que les tenemos por el descrédito de décadas de cinismo y oportunismo electoral.

    Las cámaras de representantes, muestran también una enorme falta de sensibilidad al otorgarse salarios y beneficios muy alejados de los estándares internacionales y, desde luego, de los mexicanos.

    Refresquemos la memoria antes de seguir adelante, compilo algunos fragmentos de notas periodísticas, que abarcan aproximadamente una década. Es importante hacer memoria, ya que por lo general preferimos tener cada evento desarticulado del resto, perdiendo de vista el hilo conductor. Es como el cuento de las ranas que están sumergidas en una olla al fuego lento y que la gradualidad con la que sube la temperatura le impide tener conciencia de que se están cocinando, eso nos está pasando.

    Comencemos por la guerra contra el narcotráfico que inicia con el sexenio de Calderón 2006- 2012 en el que murieron más de 121 000 personas por esa causa, según afirma el periódico Excélsior, sin embargo la inteligencia financiera no logro en ese sexenio detener los flujos económicos que permitió a los narcotraficantes armarse y crear narcoterrorismo, comprando armamento y con una capacidad de fuego como la de un ejército regular de algún país mediano. En el último año de su sexenio se destapó el lavado de dinero que hicieron bancos asentados en México, gracias a los comentarios de la investigación financiera Norteamericana.

    De esta guerra, aparecieron historias escalofriantes, una de ellas apareció en el terreno conocido como La Gallera en las afueras de la ciudad fronteriza de Tijuana, en una favela mexicana con casas de techos de cartónn o llámina, detenidas en el cerro por neumáticos viejos, para evitar se cayeran o se derrumbaran. En enero de 2009, Santiago Meza confesó, haber disuelto en ácido a 300 cadáveres que el Cártel de Sinaloa le enviaba, por eso lo llamaron el «pozolero». Sin embargo, la policía supone que pudieran ser al rededor de 900 personas las desintegradas.

    En el primer semestre del 2010 Margarita Rojas Rodríguez, la que fuera titular del Cereso (cárcel) de Gómez Palacio en el estado norteño de Durango, con ayuda de su personal, organizaba a los presos para que: «abandonaran el recinto, con vehículos y armas oficiales y realizaran, ejecuciones», así explicó Ricardo Nájera, vocero de la Procuraduría General de la República. Entre los crímenes vinculados a los reos del Cereso 2, destacan tres matanzas que ocurrieron en bares y en una casa particular de Torreón, Coahuila, estado colindante a Durango, dónde murieron más de 30 personas.

    Entre el 22 y 23 de agosto del 2010, 72 migrantes de Centro y Sudamérica en su paso por México en camino a Estados Unidos fueron asesinados en el poblado de San Fernando, en el estado norteño de Tamaulipas, por integrantes del crimen organizado con la colusión de policías del lugar. Un año después, en abril de 2011, al menos 193 personas fueron encontradas en fosas clandestinas en el mismo municipio, lo que muestra que perdieron la vida en ese municipio al menos 265 migrantes indocumentados.

    En el 2011, un niño de 14 años identificado como El Ponchis, admitió tras ser detenido que asesinó de manera brutal a varias personas. CNN tuvo acceso a un video en el que confesaba haber decapitado a cuatro personas. No es un caso aislado, el crimen organizado recluta frecuentemente a menores de edad a quienes les dan diferentes tareas, entre ellas: la de sicarios.

    El 2011 en agosto sucedió la tragedia del ataque al Casino Royale en la ciudad Monterrey. Un asalto incendiario obtuvo 52 muertos, al parecer como represalia por no querer pagar el impuesto a los delincuentes.

    También tenemos, la prolongada ola de feminicidios en Ciudad Juárez… más de 20 años de impunidad, se calcula que son alrededor de 700 las asesinadas hasta el 2012.

    El dominio criminal de territorios completos en Michoacán, Sinaloa, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca etc. son muestras de una profunda descomposición política, social y moral que lleva lustros y que afecta ya a una buena parte del Estado y del territorio nacional, todo esto, empuja a la creación de autodefensas, ciudadanos armados, que buscan defenderse de criminales y de autoridades corrompidas. Recordemos a Lope de Vega: ¿Quién mató al Comendador? ¡Fuenteovejuna señor!

    No podemos olvidar la reciente ejecución de 22 personas en Tlatlaya en el Estado de México perpetradas por el Ejército, en junio del 2014.

    Hasta llega a lo ocurrido la noche del 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, cuando policías municipales, coludidos con el crimen organizado, desaparecieron a 43 normalistas, mostrando nuevamente la descomposición de autoridades y de partidos políticos, supuestamente de oposición.

    “Llevamos un promedio de al menos mil cien fosas en muchas de las regiones del país en los últimos seis años” reveló al periódico Crónica Luis García López, titular hasta el 31 de diciembre próximo de la Primera Visitaduría, encargada de dar seguimiento a violaciones en materia de seguridad pública y de coordinar el Programa Especial sobre Presuntos Desaparecidos. Los hallazgos involucran a más del 90 por ciento de las entidades federativas. presentó el Periódico Crónica. Más… todas las que aún no son descubiertas.

    Sólo resta presentar un par de datos más: incrementó 245% el secuestro en México, de 413 plagios registrados en 2003, pasaron a mil 583 hasta noviembre de 2013. La cifra promedio de la privación de la libertad por mes en el último año, fue de 143 casos. Fuente Grupo Milenio

    Por último: el robo en México representa entre el 34% y el 41 % del total de los delitos registrados en denuncias ante el Ministerio Público. De 2006 a 2012 el robo en nuestro país tuvo un aumento del 30%. Son datos de México unido contra la delincuencia.

    Regresemos a la pregunta original: ¿Cuál es la mentira que hay aquí? Que todo es mentira, todo está maquillado, ocultado, silenciado, la situación es grave, pero la clase política parece frívola y sin mirar directamente a los problemas, quizá es porque los políticos en México le deben el puesto a otro político y ese sistema de DON: dar para recibir, los obliga a atender a esos hombres que les abrieron la carrera política, no a la sociedad que los elige: «la puerta para entrar a la política se abre desde adentro». Las cadenas de favores les impiden cualquier movimiento serio, están atados ya que sirven a intereses, no a ideologías. Su causa superior es ganar dinero. El cine mexicano, en especial el director Luis Estrada, a logrado abrir las puertas a la denuncia, a la exhibición de lo privado y lo público, lo cotidiano y lo excepcional, pero finalmente de lo sabido por todos y callado por el miedo, somos un pueblo con miedo a las represalias, los asesinatos a informadores y periodistas es uno de los más altos del mundo, dice Reporteros Sin Fronteras: «México sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas…En la última década han sido asesinados más de 80 periodistas y 17 han desaparecido. Asimismo, ciertos medios de comunicación frecuentemente son blanco de ataques armados y de amenazas, en especial en el norte del país. ¿Quiénes están detrás de estas intimidaciones? Los cárteles de la droga, que se preocupan por hacer callar a los periodistas y blogueros que informan sobre las actividades del crimen organizado y la violencia ligada a ellas».

    En las cercanías de la Chilpancingo, tuve la oportunidad de hablar algunas horas con estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa en la tarde del 30 de noviembre del 2014. Antes de ese encuentro entendía las razones por las que la inteligencia del Estado vigila a las Normales Rurales, en especial la de Ayotzinapa; no podemos olvidar que el guerrillero Lucio Cabañas y Genaro Vazquez estudiaron en ella, con lo que existe una asociación entre lo que fue o es la guerrilla en el estado de Guerrero con la Normal Rural de Ayotizinapa. Lo que tuve frente a mí, es a jóvenes en su mayoría de extracción campesina, con los ojos llenos de ilusiones y sus barrigas llenas de hambre, un año antes habían matado a uno de sus compañeros en la Carretera México -Acapulco. De verdad, quieren que las cosas cambien y con su juventud, creen que su descontento se regará por el país, empático con sus ideas. Los zapatistas les advertían que hoy contaban con un gran apoyo, pero que también encontrarán organizaciones que enarbolarán las propuestas como suyas, simplemente para defender a sus propios intereses. El Ché en Bolivia pensaba lo mismo: el movimiento guerrillero sería el chispazo para que el descontento social prendiese y se generara un movimiento revolucionario en todo el país, lo que sucedió es simplemente que mataron al Ché y no pasó nada de lo presagiado.

    Los estudiantes de la Normal rural son jóvenes que han vivido durante toda su vida en condiciones paupérrimas, siempre víctimas de la demagogia de generaciones de políticos que no han hecho nada por el bienestar de sus comunidades, no les creen a estos políticos, pero: ¿Quién lo haría? Es por eso, que sin acciones directas de beneficio a las comunidades el malestar estará presente y será la pólvora que se encenderá con prácticamente cualquier pretexto, si por parte de los políticos permanece siempre la oratoria y no la acción objetiva y contundente, la situación se irá agravando. Podemos ver por la radiografía que he presentado, que Ayotzinapa es un botón de muestra, de cómo, nuestro país se esta descomponiendo frente a nosotros.
    Es por todo eso que los profesionistas y ciudadanos debemos dejar de hacernos cómplices de ese temor y de ese silencio. Hay mucho dolor en nosotros más allá de Ayotzinapa.

  • Comentario al libro Comentario al libro La traza de lo invisible de Alejandro Montes de Oca. Publicado por la UAM y el CPM.

    Comentario al libro Comentario al libro La traza de lo invisible de Alejandro Montes de Oca. Publicado por la UAM y el CPM.

     Julio Ortega Bobadilla

    Para TEM.

    Kafka. La atroz condena de la literatura.

    Estudio psicoanalítico acerca del sujeto, la escritura y la creación.

    De Alejandro Montes de Oca Villatoro. 2ª edición 2013.

    Publicación entre el Círculo Psicoanalítico Mexicano y la Universidad Autónoma Metropolitana.

    Kafka expresa la tragedia mediante lo cotidiano y lo absurdo mediante lo lógico.

    Albert Camus.

    El libro sobre Kafka de Alejandro Montes de Oca, nos plantea un examen teórico, sobre la base del psicoanálisis y ciertas influencias estructuralistas expresas, que toma como objeto de estudio la obra de uno de los más grandes escritores del siglo XX que vivió al margen de la vida muchas veces, encerrado en sí mismo – sufriendo de amor e incertidumbre que en él parecían enlazados –, y que desde esa sombra exhalada por su mismo aliento, mira con pasmo, como aquél niño tímido e ingenuo que observa con los ojos desmesuradamente abiertos en una actitud de extrañeza: el mundo desconocido.

    Ese modo de ver las cosas, tan natural en Kafka, nos cuesta trabajo a los seres mezquinos que miramos el universo y adivinamos siempre un orden franco en las cosas, como si fuesen naturales, la crueldad, la ingratitud, la indiferencia, y finalmente la barbarie que nos caracteriza a los humanos en esta sociedad patriarcal capitalista, que apenas nacía en sus desalmadas extensiones cuando empezó a escribir su obra. Hace un par de meses en una clase en Psicología, les puse como ejemplo de relaciones complicadas entre un padre y un hijo a Kafka, la respuesta de mis alumnas me dejó asombrado, nunca habían leído al autor, no sabían quién era, ni de su importancia… todo me pareció kafkiano y francamente entré en una depresión acerca de mi papel como maestro frente a las nuevas generaciones.

    Sus letras tienen características muy particulares que Alejandro Montes de Oca nos hace patentes en su libro, dónde nos explica cómo la escritura es una forma de existencia indispensable para el autor, en dónde más allá de lo imaginario se juega en lo real, a través de lo simbólico que implica la escritura. Quizá estas coordenadas sean también las que marcan la sublimación artística de todo autor, que se salva a sí mismo de su soledad y a veces, amargura, a través de la palabra escrita. El autor nos dice que su obra se divide en cartas, cuentos y novelas, notas de diario. Hoy sabemos que – por increíble que parezca, pues habla de una creatividad verdaderamente genial – , también tuvo su faceta de dibujante cómo bien lo muestra la cuidada edición de sus dibujos publicada por primera vez en Praga por Vitalis, en una edición de 2006, al cuidado de Niels Bokhove y Marijke van Dorst que ha sido reproducida en 2011 por Editorial Sexto Piso.

    La faceta de dibujante de Kafka y su temprana vocación por el dibujo surgió, según cuenta el editor de la edición original, Niels Bokhove, al contemplar en el escaparate de una tienda dos cuadros que le dejaron una fuerte impronta. Éste nos señala un significativo ejemplo de la función de las artes plásticas en la prosa de Kafka, la figura del pintor Titorelli en El proceso, en quien proyectaba su ideal de convertirse en un escritor reconocido.

    Franz es el hijo de un autoritario y todo poderoso padre, que vemos reflejado en su Carta al Padre de noviembre de 1919. Ese hombre mediocre, tirano frío, será el punto de frustración y límite para su vida, al mismo tiempo que, la manga que aprieta su ser, inyectándolo hacia una productividad sin límites.

    La obra de Kafka es un diagnóstico casi científico, parafraseando a Camus, de nuestra realidad absurda, alejada de la búsqueda del bienestar común y en la que, cómo se muestra en sus letras, los protagonistas parece que anticipadamente están muertos al inicio de la historia.

    La vida de Kafka, creo que hay que subrayar, es de frustración, dolor, penuria, temor y sufrimiento, en dónde hay que destacar como un rasgo fundamental – y me parece que Montes de Oca pasa por alto este nudo –, su origen judío, Freud tiene esa misma raíz, aún cuándo no pareciera haber influido como una norma religiosa imperativa, en ambos que se consideraban más bien alemanes en su cultura. Sin embargo, podemos rastrear en sus rizomas no sólo ocultos sino superficiales, rasgos como: la búsqueda en la naturaleza de una realidad oculta, la fe en la imaginación como constructora de edificios de la Razón, la construcción de una semántica de la verdad, cierto falocentrismo manifiesto, un sentido de lucha expreso y sobre todo, la idea – a veces frágil –, de anhelar alcanzar un puerto de esperanza al final del camino.

    Su biógrafo Ernst Pawel, nos recuerda los frecuentes sucesos antisemíticos en Bohemia, la provincia Austro-húngara dónde él creció a finales del siglo diecinueve. Es cierto que no fueron particularmente seguidores de esas costumbres en su familia, pero en esos momentos en ese espacio, la identidad de un judío de Praga era algo que era irrecusable. De hecho, Kafka mismo se volcó hacia el estudio del hebreo en 1923 cuando ya se encontraba gravemente enfermo, cómo queriendo volver a sus orígenes, puesto que murió en junio de 1924. Y sus tres hermanas, así como su querida Milena Jesenská, murieron todas en los campos de concentración entre 1942 y 1944. El mismo triste destino que las cuatro hermanas de Freud que permanecieron en Austria y acabaron muertas por los nazis.

    Esta sociedad de Viena, es una comunidad que a principios del siglo XX, forjará e implementará, pensamientos radicales como el anarquismo, el comunismo y el sionismo, para finalmente ceder en los años 30’s al fascismo que perseguirá ante todo a los judíos, pero perseguirá también a los gitanos, y eslavos, por su origen étnico, hasta arribar a una cruel política de exterminio que hoy conocemos como el Holocausto y cuya herida debemos mantener abierta para que la huella de esos acciones no sea olvidada para las generaciones siguientes.

    Franz Kafka, pertenecía a una familia judía de clase media de Praga. A la muerte de dos hermanos en la infancia, pasó a ser el hermano mayor, papel de gran responsabilidad en un ambiente . Su hermana Ottla, la más joven de sus tres hermanas, fue la más allegada a él de toda la familia.

    Se ha dicho que Kafka, se identificaba firmemente con sus antepasados maternos por su espiritualidad, distinción intelectual, conocimiento rabínico, excentricidad, disposición melancólica y delicada constitución física y mental. Sin embargo, no sentía especial afinidad con su madre, mujer sencilla consagrada a sus hijos. Ella, estaba subordinada a su avasallador e iracundo marido y a su exigente comercio, compartía con éste la falta de comprensión de la improductiva y quizá insana dedicación de su hijo a las “anotaciones literarias de [su] … nebulosa vida interior.”

    La figura del padre de Kafka se imponía sobre su labor y sobre su existencia. En su fantasía, este almacenista, patriarca grosero y práctico de carácter dominante, que no adoraba más que el éxito material y el ascenso en la escala social, parecería perteneciente a una raza de colosos imbatibles, pero esa idealización, no es otra cosa que producto de fuertes sentimientos ambivalentes, dónde el odio inconsciente a su carácter forma una parte destacada de su admiración.

    El conflicto con el padre está también, directamente reflejado en el relato Das Urteil (El Juicio, 1916). También, el mismo problema se proyecta en mayor escala en las novelas de Kafka, que refieren, con una prosa lúcida y engañosamente sencilla, la desesperada lucha contra un poder implacable, el cual puede perseguir a su víctima (como en El Proceso) o el cual se busca para pedirle en vano su aprobación (como en El Castillo) y que sin embargo permanece distante, como la figura silenciosa de un Dios omnipotente al que le gusta jugar con los hombres como si fueran hormigas confundidas.

    Hay que destacar que nunca pudo separarse del todo de su relación con el padre y su familia, no logrando encontrar su propio camino, permaneciendo así en una proximidad claustrofóbica que le alejará del mundo, le privará de la relación con otros seres humanos y le impedirá encarnarse en el rol de un hombre verdadero en su propia vida, huyendo del compromiso de una relación definitiva o de una proximidad con las mujeres que amó, manteniéndose a una distancia sufriente, que acabó por matarlo a él y a precarias relaciones que entabló con dificultad. Aún resuena en mi cabeza esa frase del diario, dónde habla de sus dificultades para asumir la sexualidad: “El coito como castigo por la felicidad de estar juntos. Vivir en lo posible de manera más ascética que un soltero, esa es la única posibilidad para mí de soportar el matrimonio. ¿Pero ella?”, escribía.

    Las raíces de la ansiedad y desesperación de Kafka, se relacionan estrechamente con la dependencia de su padre y la familia, con quienes eligió vivir en condiciones de apretada proximidad la mayor parte de su vida de adulto. La fuente de su desesperanza radica en un sentimiento de aislamiento de la comunión con la mayor parte de los seres humanos, lo que hizo su mundo fantástico tanto o más real que su propia cotideaneidad.e

    La magnífica página en internet Kafka Project nos revela que fue un niño tímido, lleno de culpabilidad y obediente, un estudiante aplicado en la escuela elemental y en el Altstädter Staastsgymnasium, un exigente colegio de secundaria para la élite académica. Allí fue respetado y estimado por sus maestros. Pero, en su interior, se revelaba contra la institución autoritaria y su humanismo aparente pero, a fin de cuentas, deshumanizado, en que predominaba la memorización y el aprendizaje de las lenguas clásicas.

    La oposición de Kafka a la sociedad establecida se hizo aparente cuando, de adolescente, se declaró socialista y ateo. A lo largo de su vida expresó simpatías razonadas por los socialistas; asistía a reuniones de los anarquistas checos (antes de la 1ª Guerra Mundial) y, en años posteriores, demostró marcado interés y simpatía por un sionismo socializado. Aún entonces era en esencia un individuo pasivo y políticamente no comprometido. Por su condición de judío, Kafka estaba aislado de la colonia alemana de Praga a la vez que, como intelectual moderno, se encontraba igualmente desconectado de su propia herencia judía.

    El aislamiento social y el desarraigo contribuyeron a su infelicidad personal a lo largo de toda su vida. Aún así, Kafka llegó a trabar amistad con varios intelectuales y literatos judíos alemanes de Praga y, en 1902, conoció al que será su mejor amigo y quien rescatará su obra póstuma del olvido: Max Brod. Este artista literario menor fue el más íntimo y solícito de los allegados de Kafka y, con el tiempo, resultó ser el promotor, salvador y exégeta de los escritos de Kafka así como también su biógrafo más influyente.

    Los dos hombres se conocieron cuando Kafka, sin mayor interés, cursaba derecho en la Universidad de Praga. Recibió su doctorado en 1906 y el año siguiente encontró empleo permanente con una empresa de seguros adquiriendo un empleo deseado por muchos y sin embargo, desagradable y triste de ejecutar para Franz. Pasó largas horas cubriendo las exigentes demandas de la Assicurazioni Generali y no podía dedicarse a escribir. Es así como en 1908 Kafka halló un cargo en Praga en el Instituto de Seguros de Accidentes de los Trabajadores del Reino de Bohemia. Allí permaneció hasta 1917, cuando la tuberculosis lo obligó a pedir intermitentes permisos por enfermedad y, por último, a retirarse (con una pensión) en 1922. En su trabajo se le consideraba incansable y ambicioso; en poco tiempo pasó a ser la mano derecha de su superior y era estimado y querido de cuántos trabajaban junto a él.

    Kafka parecía una persona agradable, inteligente y llena de humor pero encontraba su labor en la oficina rutinaria y la agotadora doble vida a la que ésta lo obligaba (con frecuencia, la escritura consumía sus noches) como una extrema tortura, y su neurastenia perturbó sus relaciones personales más profundas. Las incompatibles inclinaciones de su personalidad, compleja y ambivalente, hallaron expresión en sus relaciones sexuales. La inhibición afectó penosamente sus relaciones con Felice Bauer, con quien estuvo comprometido en matrimonio dos veces antes de su ruptura definitiva en 1917. Más tarde, su amor por Milena Jesenská Pollak también se vio frustrado. Su arte, cómo dice Marthe Robert, se volvió su religión y agregaría, apoyándome en Montes de Oca, su única esperanza para salvarse a sí mismo, cosa que no logró. Su salud era precaria y el trabajo en la oficina lo agotaba. En 1917 se le diagnosticó tuberculosis e inició entonces sus largas temporadas en sanatorios.

    Hay ciertas coincidencias en su literatura con su vida, interesantes para nosotros sus lectores. Por ejemplo, el protagonista de La Metamorfosis es un viajante de comercio, es decir, comerciante como el padre, no un sujeto frente al Otro. En El Proceso, el protagonista no es cualquier hombre sino uno llamado José K. con la K fatal de Kafka. Y en la obra inconclusa, análoga en muchos sentidos a El Proceso, con el título de El Castillo, el protagonista se llama K. En la primera el personaje trata de alejarse de la burocracia, en la segunda el actor principal intenta acercarse al dispositivo, en ambos casos, el fracaso les espera. 

    En 1923 Kafka se desplazó a Berlín para escapar a la familia paterna y dedicarse a escribir. Allí encontró nueva esperanza en la compañía de una joven judía nacionalista, Dora Dymant, pero su estadía en Berlín debió ser interrumpida por el declarado deterioro de su salud el invierno de 1924. Tras un breve período final en Praga, donde acudió Dora Dymant para acompañarlo, murió en una clínica cerca de Viena.

    Me hubiera gustado que Alejandro se hubiese metido más, en su vida familiar, en sus temores de niño, y el ambiente frío, sombrío de su hogar. Que hubiera remarcado el anticristianismo implícito en su obra, su judaísmo denegado, la discriminación racial del Imperio, su retórica llena de lugares extraños que hacen una alusión a la extrañeza misma del mundo, a su otredad siniestra. El fenómeno Kafka, me parece a mí, es un acontecimiento social propio de su zeitgeist, no un milagro personal, sino la consecuencia de una época cetrina que desembocó en dos guerras mundiales.

    Desearía que hubiese menos teoría lacaniana tratando de comprender esa obra alérgica a la teoría, profundamente vital y directa, Hanna Arendt, ha dicho que Kafka prescinde de todo experimento y manierismo, escribiendo en un lenguaje claro y sencillo como la vida cotidiana.

    Montes de Oca ha preferido tomar el camino de la poesía y de la pasión para hacer una exégesis, una descripción de su obra, que debo decir, alcanza momentos verdaderamente sublimes pues Alejandro es un hombre dotado para la palabra. Es un libro que deleitará a quienes han leído a Barthes, Lacan, Michaux y André Gide, aquellos que también se han deleitado con La pregunta sin respuesta de Charles Ives.

    Notamos en sus letras un amor por el escritor checo, que le hace posicionarse desde el mismo autor, desnudando y desanudando al hombre que tallaba las letras que hoy leemos con admiración y reverencia. Me parece que la dimensión subjetiva es la que más le importa en este caso, y la mortificación implícita en el ejercicio de la escritura de este hombre atormentado.

    Su celebración de la escritura de Kafka nos lleva a través de su amor a Felice, en una delineación de su angustia frente a un objeto que él mismo se ha hecho inalcanzable. Lucha consigo mismo por alcanzar el objeto amado, y castigo por su pecado por desear lo inalcanzable. Nos dice Montes de Oca: La escritura lo aparta del trabajo y lo obliga a no dormir para consagrarse por entero a esta pasión que lo posee y lo aparta de la convivencia en sociedad hasta llevarlo a la muerte. La escritura, en suma, lo lleva a escribir, literalmente, desde la muerte. El bicharraco es él como escritor, que no es decir, que es Kafka, o más justamente, es metáfora del sujeto que no escritor emerge por su literatura, y tal desafío deberá ser pagado con la vida.

    La desesperación en Kafka, se vuelve vital en el sentido kierkegaardiano: Temor y temblor. Abandono de lo individual y en consecuencia: apertura a lo infinito.