La pulsión y el objeto anal en un caso de encoprexis de retención

 Lilia Pérez Amador

Se trata de un menor de 2 años y 3 meses., Adrian, cuyo nombre es la versión masculina del de su madre. Se presenta a la consulta en brazos de mamá, quien explica que al niño lo van a intervenir quirúrgicamente por oclusión intestinal. Añade que trae una bola en el intestino porque desde hace mas de diez días, apenas a defecado y con enemas recurrentes a los que el niño ya no quiere acceder «porque le duele la colita» El pequeño hace caso omiso a mi llamado para jugar y ante la pregunta de que si su madre puede dejarlo, mientras ella lo espera en la sala contigua, el pequeño entra en crisis de llanto y lo calmo diciéndole que suba a los brazos de Mamá y solamente vea los juguetes que le voy a enseñar, reiterándole que no se va a quedar hoy y ofreciéndole una paletita le digo: “ Hoy no, mañana si quieres, vienes a jugar. Se calma
Empiezo a hacer la historia clínica y lo veo interesado en unos bloques de plástico para armar, con los que voy haciendo un túnel mientras escucho lo que la madre dice; intento pasar por ahí diversos objetos y ninguno pasa: un carrito, un osito , hago gestos y pujidos como que quieren pasar y no pueden y finalmente tomo un muñequito (luchador ) diciendo «uff no puede, no puede, ya, ya va saliendo, sale, sale (momento de tensión en el que el niño fija la mirada con una sonrisa, en la acción que desarrollo) !salió! digo triunfalmente y el pequeño brota en risa y pide se repita la acción. Ahora con mas dramatismo repito todo y en el momento que grito ¡¡Salió!! Aventando el muñequito fuera del túnel El niño riendo, lo sigue con la mirada y en eso se voltea con Mamá y le dice “mami, popó» La madre emocionada lo lleva al baño y defeca gran cantidad, según menciona ella «hasta se le bajó su pancita» dice a punto de llorar. Respondo que lo único que hemos logrado ahora es ver que su síntoma es emocional y que vamos a empezar a trabajar, que le diga a su médico que por el momento detenga la intervención quirúrgica.
Posteriores entrevistas con la madre revelan el entramado fantasmático donde Adrian está apresado. La madre comenta que está separada del padre casi desde que el niño nació, que el bebe es su vida, su motivación para existir y que se angustia cuando debe quedarse horas extras en el empleo, porque llega tarde por el a la guardería y se le figura que el niño la mira con reproche. También, comenta que no le importa que el niño se bata con excremento, siempre que defeque y no le vuelvan a poner enemas o saber que lo van a operar. Agrega que cuando el niño tenía dos meses de nacido, su pareja la abandonó diciéndole que no se sentía preparado para ser padre y esposo. Dice que ella se deprimió mucho y a menudo tomaba cerveza en lugar de comer, por lo que en lugar de leche le salía cerveza de su pecho y que después de un tiempo, Dios la hizo ver que se estaba deteriorando mucho no solo ella sino también su hijo, pues una noche la despertó el llanto del niño que le caló hondo pues lloraba quedito con mucho sentimiento, por lo que lo tomo en sus brazos y le juro ante Dios, que jamás lo iba a abandonar y que ya no le iba a estar haciendo daño y que ella misma se dijo: ¡Basta ya de llorar, tengo a mi hijo y mi hijo me tiene a mí , y con eso me basta! Y que a partir de ese momento se levantó y se puso a trabajar. Menciona que fue un martirio dejarlo en “lactantes” porque ella lloraba más que el niño, solo de pensar que no se lo iban a cuidar como ella lo haría, y que cuando pasó a pre-maternal el niño se asustó y lloraba mucho por lo que ella se iba angustiada a su trabajo y le llamaba por teléfono varias veces al día para que oyera su voz. Agrega que ahora que cambio a maternal , lo entrenaron para dejar el pañal y no tuvo problemas pero  hace unas semanas le avisaron que lo van a pasar a pre-kínder y parece que el niño se asustó otra vez porque llora todo el día y si ella le habla por teléfono, el niño le cuelga , como que no quiere hablar con ella ( dice llorando) y que lo que más le preocupa dice, es que desde hace dos semanas esta estreñido, sencillamente no va al baño, no hace popó, ella tiene que sacárselo y el niño llora mucho pero que si no le pone enemas y se lo saca , el médico dice que le puede dar peritonitis y por eso el pediatra la envió conmigo porque si no evacua en estos días, lo van a operar.
En la clínica con niños sabemos la devastación que significa la llamada deprivación materna que puede propiciar trastornos del desarrollo evolutivo en distintos campos hasta un verdadero marasmo y muerte ante este abandono primario que si no mata no justamente fortalece sino todo lo contrario, deteriora o condiciona trastornos subjetivos que deslindan en patologías tempranas de diversa índole sin embargo, poco se habla de los excesos en la función materna es decir, en el atrapamiento que puede significar el que un hijo venga a colmar la falta de la madre o de quien ocupe su función.
A menudo vemos que cuando los padres consultan porque el niño (a), generalmente pequeños, son agresivos, muerden, escupen, tiran cosas, golpean a sus compañeritos del jardín de infantes o de la escuela. En muchas de estas actitudes, que los padres interpretan como que les hace falta mayor atención por parte de ellos, puede verse en realidad que es justamente lo contrario y que en muchas de estas ocasiones, los pequeños en realidad lo que buscan de una u otra manera es dejar en falta al Otro en cuyo goce están apresados.
Con estos actos entonces, pareciera que los niños intentan sacudirse al Otro de encima ,por lo que pudiéramos decir que estas actitudes tienen valor de acting, de una mostración sin palabras pero si en acto que devela la estructura fantasmática en que están atrapados y la necesidad de efectuar un corte, una diferenciación, un quiebre en el Otro que le procure un acotamiento de su goce, y de ahí también que cuando ese Otro no muestra su falta, su diferenciación, su no saber absoluto, los pequeños imaginan que monstruos y demonios vendrán a corregirlos, a castigarlos. Esto cuando estamos hablando de fallas en el corte que marca la diferencia, en la dialéctica del uno y del otro y no de una ausencia de separación pues si así fuera, de existir la falta de la ausencia del Otro que produjera la completud absoluta entre la madre y el niño, entonces no habría Yo, no habría acceso del niño al campo simbólico ni tampoco lenguaje, por lo que estaríamos hablando de “fortalezas vacías” (Saal, F. 1983) es decir, organismo viviente sin sujeto, como en el caso de las psicosis infantiles o el autismo.
Es cuando falta esta falta de diferenciación, cuando se da esta falta de la falta (Lacan, 1962)  donde se produce esta angustia que el niño da a ver a partir de estas actitudes violentas, agresivas, imperativas e inadaptadas que avergüenzan en algunas ocasiones a los padres, al toparse con algo que les falta a ellos como padres y de lo cual no logran explicarse que les faltó darle al niño(a), “¿En qué nos equivocamos?” -Preguntan- “Si le dimos todo…”.En el relato de los padres sobre los acontecimientos que rodean estos síntomas infantiles suelen escucharse comentarios como: “Es que mi niño es mi turbina para respirar”, palabras de un padre de un menor infractor. “Mi hija es mi todo, dejarla en la guardería, es un verdadero suplicio para las dos”, palabras de una madre a quien, a su pequeña de dos años la expulsaron por morder a maestras y compañeros y herir gravemente a un niño en un ojo.
Muchas veces el analista de niños no necesita hacer justamente un análisis como tal para el niño o sus padres, el hecho de quedarse a solas con éste sin la presencia de ellos, puede implicar de hecho un corte entre los padres y el niño(a), significando esta cita a solas por si misma, una cesión de los padres de este objeto de su goce. En estos entramados ocurre a veces, que el chiquito se asome varias veces a la sala de espera para ver si está su madre o, que ésta toque algunas veces la puerta para comprobar si su niño no está asustado.
Suele ocurrimos también, y si somos principiantes creer que somos re-buenazos, el que se dé desde las primeras entrevistas, un cambio en el pequeño (a) de manera que los padres entusiasmados nos comentan que desaparecieron algunos actos y conductas problema de los chicos. Y es que con el sólo hecho de separarlo simbólicamente de los padres, esto produce algunos cortes que permiten cierta estabilización de la armadura fantasmática; un cambio de posición de los padres y los acting paran, se detienen. Otras, sí es necesario y habría que estar atentos en estas primeras citas con los chiquitos viendo cómo se desarrollan las sesiones o bien, como se juega y qué lugar toma la angustia de los padres, si se detiene o aumenta, entonces quizás se nos permita si esta angustia no les ahoga a los padres o, a nosotros, indicar un análisis, sobre todo cuando el apresamiento en la fantasmática parental del pequeño (a) resiste la posibilidad de algún corte ya sea del lado del niño o de los padres.
Lacan, en el Seminario X “La angustia”, plantea que la angustia aparece cuando falta la inscripción del objeto como faltante es decir, cuando en lugar del signo de la ausencia aparece la presencia gozosa del Otro, a quien no se le ha podido sustraer el objeto y que por ende, amenaza con aplastar al sujeto tomándolo como objeto de su goce, como tapón de su propia falta, sin entender que para que el niño desee para que ingrese al campo del lenguaje es decir, que demande en forma articulada, es necesario que el Otro renuncie a saberlo todo sobre él, que deje de traducirlo, es decir de taponar todo el tiempo la diferencia entre el adulto y el niño.
Por otra parte, también plantea en este mismo Seminario que la angustia no es sin objeto por lo que surge aquí la pregunta, ¿De qué objeto se trata?, ¿Que objeto o re-presentación de éste desencadena la angustia?, ¿Por qué la clínica nos devela la dirección de la cura a través de esta angustia y el objeto en que se deposite, en el análisis no sólo con niños? En la Clase XVII, Lacan afirma que si hay angustia esto significa que el objeto está próximo. Se trata entonces de ese objeto que se perdió o que debería estar perdido, lo que se aproxima al sujeto, con el equivalente de goce excesivo que conlleva. Recordemos que hay un objeto que debe perderse, para recuperar un goce posible alucinatorio (Deseo). Si el objeto está próximo entonces no hay deseo en tanto no hay falta y entonces aparece la angustia, que expresa la falta de la falta es decir, se presentifica algo que debería estar ausente, en falta, perdido.
También en este mismo seminario clases XXII y XXIII, Lacan construye un grafo con diferentes pisos donde ubica los diferentes objetos, en tanto representaciones distintas del objeto “a” En este grafo demuestra la existencia de una lógica que escapa a lo evolutivo es decir, que el niño no se desarrolla por la sola cronología de la edad aunque las estructuras neurofisiológicas ya estén dadas, sino que es en directa relación con el Otro por un lado y por el otro lado, con relación a los objetos parciales y el falo. Para (Freud,1923) en “La organización genital infantil”, la amenaza de castración es lo que re significa las anteriores pérdidas y en este sentido Lacan, retomando este postulado freudiano plantea que toda pérdida para el sujeto, en lo oral, lo anal, lo escópico, lo genital, etc., tiene una idéntica función para las diferentes modalidades del objeto es decir, la de representar al sujeto en el lugar del Otro, en este construirse o producirse ahí el sujeto y el objeto de la pulsión a partir de ese corte y recorte en el campo del Otro.
Empiezo a ver a Adrian primero una y luego dos veces por semana, siempre con la madre dentro, a quien le pido que no intervenga y ella obediente lee mientras juego con el niño, siempre al mismo juego. Adrian coloca las bolitas de las damas chinas en sus colores correspondientes y enseguida voltea el tablero derramando todas las bolitas riendo gustoso porque se desparraman por doquier Es hasta la octava cita que el niño acepta que su madre se quede fuera, cuando los recibo en la sala de espera, lo nombro a él y como siempre la madre viene detrás suyo pero esta vez le hago a ella la seña de que espere afuera, observando si el niño se percata de esto ya que lo veo entrar corriendo gustoso. Cierro la puerta y el pequeño no parece darse cuenta que no esta mamá de modo que asumo su consentimiento y empezamos a jugar. Adrian toma como siempre las damas chinas pero el juego tiene esta vez algunas variantes importantes que develan el fantasma fundamental del pequeño, el apresamiento en el goce materno.
Esta vez el niño escoge tomar las bolitas de las damas chinas y dramatizar que cada color es un niño y que la madre correspondiente de ese niño, es otra fichita, de otro juego que es un rectángulo del mismo color de la bolita. Una y otra vez juega a que los niños se colocan en el área que no es de su color, gritando entusiasmado ¡Ahí no es! Y riendo muy alegre repite la acción una y otra vez, esperando que yo grite espantada que ¡Ahí no es! Acto seguido sacude la caja para que todas las bolitas se revuelvan, riendo y gritando emocionado que ahora ya se perdieron todas. Sí le digo cada vez, ya se revolvieron los niños y sus mamás no los encuentran ¿dónde están? Mientras el niño ríe divertido, como disfrutando el hecho de que su madre no lo encuentre. En así durante muchas citas que el niño no cambia de juego, y cada vez mostraba el mismo entusiasmo y ritual hasta llegar a revolverlo todo y en la desbandada de niños las madres correspondientes gritaban a través de mi voz ¿donde están mis niños ‘? Mientras el también fingiendo la voz gritaba como una madre angustiada, ¿Donde está mí niño? lo que parecía causarle mucha alborozo manifestada con cantarinas e infantiles carcajadas.
Con este “ahí no es” Adrian marca la equivocación del Otro como falla, lo que le produce gran júbilo pues le permite diferenciarse al diferenciarme a mí como otro en falta y de ahí la remarcación de esta falta del otro que él se asegura de personificar revolviéndolo todo para que yo ( mamas de los niños) no los encuentre,. Este juego le permite tomar una posición activa en el fantasma de apresamiento, tomando él el control de perderse, perdérsele a la madre angustiada que no sabe dónde está su niño en la revoltura de colores (niños)
Posteriormente en las siguientes citas el niño cambia de juego pidiéndome cada vez, que le ayude a armar un túnel y un puente (parecido al que le arme yo la primera cita) una y otra vez , hace pasar por ahí toda clase de objetos , gritando entusiasmado !salió¡ lo que festejaba con mucha alegría riendo estrepitosamente una y otra vez en que repetía el proceso. Estas citas duraron meses con ligeras variantes pero básicamente era el mismo juego hasta llegar al ¡Salió! Seguido de una estruendosa y cantarina carcajada, repitiendo el proceso una y otra vez con distintos objetos durante todo el tiempo de las sesiones
En una ocasión su madre cancela dos semanas, debido a que por su trabajo la envían fuera de la ciudad y tiene que llevar al niño con su madre (abuela del niño) a otro municipio del Estado. A la tercera semana, cuando reanuda las sesiones el pequeño llega emberrinchado, no me re-conoce y solo grita angustiado apretándose con una mano el pene (como si retuviera la orina o lo protegiera)!vámonos, Mamá, Vámonos, Mama! Repetía llorando angustiado. La madre calla y el niño empieza a aventar y patear todos los juguetes del consultorio. Empiezo a fingir la voz de las barbis que patea y les tira la comida de la mesa y del refrigerador, distiende camas , etc. «Ay, Ay, Adrian está enojado porque no nos despedimos de él , ay, ay, me duele , me pateó pero el no quiere patearnos, él es un niño bueno y nos quiere pero está enojado, ay,» El pequeño pone atención en lo que platican las muñecas y se va calmando, empieza a arreglar todo, levanta lo que tiró , etc. y enseguida me pide que juguemos al puente y toma a su madre de la mano y la saca del cuarto. La madre dice que había estado muy bien el niño que ya defecaba cada tercer día (sólo que hasta el momento lo hace parado, no quiere sentarse a la taza del baño ni en la taza entrenadora) Que en su salida fuera, el niño visito al padre y estuvo agresivo con el, que le colgó el teléfono y hasta con los abuelos estuvo grosero.
En las posteriores citas no ha dejado que su madre salga del cuarto y así hemos estado hasta ahora, aunque ya ha empezado a jugar con un nuevo juego, el scrable, toma las fichitas de las letras para llenar todo el tablero diciendo «son mías» y enseguida me da unas y luego de nuevo «son mías» Así repite la acción de “tentarme” con darme las fichitas y retirándolas en el último momento para quedarse con ellas, una y otra vez la misma acción , parece enojado, tenso , no se ríe como antes. Si le pregunto o le señalo que parece enojado se enoja más y me dice “a que no”, “a que no” hasta llegar a gritarlo si le sigo preguntando ¿Seguro que no estás enojado? Al final de la cita siempre termina obsequiándome todas las fichitas, más bien me las avienta con cierto desdén, y cuando le digo gracias, su sonrisa me dice muchas cosas, algo así como: “aguanta el castigo”
Dos semanas después de estarme marcando su desprecio, Adrian, me sorprende pues entra sonriente y me abraza diciendo que vamos a jugar a las letras y cuando la madre se va a sentar a leer como siempre le dice ¡no, vete! – y la saca del cuarto. En toda la sesión, no comenta nada de su conducta anterior; se porta muy obsequioso pues me regala todas las letras del scrable y a todo dice que sí. En ningún momento amenazó con irse como en otras sesiones que lo hacía y a lo que yo siempre respondía: » Si sales de aquí ya no vas a entrar, termina el juego y nos vemos mañana» y el pequeño siempre se detenía en la puerta y volvía sobre sus pasos argumentando que quería jugar más.
Aquí puedo suponer que el primer acto de la operación del corte simbólico registrado en él fue cuando saco él mismo a su madre del cuarto, (cuando se percató desde luego que yo no le devolví las agresiones) ahí empezó a ser él fuera del deseo de la madre. Ahora bien, la confirmación de este acto de autonomía parece ser la amenaza constante de irse de la sesión, para ver si yo le ruego como su madre para que acceda a complacerme. Al responsabilizarlo a él de parar la sesión si su deseo es irse, lo marco como sujeto con un deseo propio, estableciéndose el corte que lo responsabiliza a él de su deseo. (Un deseo suyo y no del Otro) Creo que a partir de aquí empieza a jugarse él en lo que dice o hace.
La tía que lo ha traído en las siguientes refiere que la madre está saliendo tarde del trabajo por una auditoria a la empresa, y siempre de una u otra manera hace el comentario que el niño va muy bien , que ya defeca también en la guardería y no se ha asustado por el cambio de sala de pre-kínder a kínder, como ocurrió de lactante a maternal y de maternal a pre- kínder Añade que el lenguaje del niño es más claro, «como si estuviera más madurito», en cada cierre de sesión cuando se lo entrego en la sala me obsequia diversos comentarios de los logros del niño, que al parecer ha comentado con las otras madres de la sala de espera por lo que la siento como una especie de “fans” y ulteriormente me siento comprometida (ansiosa) con lo que vayan a esperar de mi las otras madres.
Adrian, sigue jugando con el Scrable muchas sesiones mas pero, recientemente han habido cambios con menor o mayor fidelidad al juego repetitivo, efectuando acciones que hablan de sus fantasías y la inclusión del padre en estas.. Regularmente pone todas las fichitas juntas dando ordenes con: «mila (mira) así van etas son mías he? (la mayor parte de las fichas) etas son tuyas y ponlas así mila, así se hace, así…» Luego me dice que por ahí va a pasar el tren y me pide fabrique un trenecito de plastilina que en el momento justo cuando va a empezar a andar me dice: !No!, espelate, (y sigue llenando todo el tablero de fichas) «es que se va a “cael” al agua , espelate ( sigue llenando y llenado el tablero hasta ya no haber más fichas y cuando empiezo a decir yo:  huuu, chuchu, chuchu , ahí va el tren” el niño grita invariablemente !No! , y le empieza a quitar fichitas para que no tenga camino que andar, enseguida tira todas las fichas al suelo y me pida le ayude a recogerlas para iniciar el ritual donde me el me prohíbe, me incita y luego me castra una y otra vez.
Me ausento diez días del país, (Aunque previamente lo preparé diciéndole que me iba de vacaciones, explicándole lo que son las vacaciones que hay una ida y un regreso, etc.) En esta cita de regreso, entró Adrian como siempre corriendo y con una sonrisa, cerrando la puerta tras de si, esta vez pregunta » ¿por qué no viniste? Estuve fuera de la ciudad, respondo, ¿recuerdas lo que hablamos?  Bueno, contesta – pero ya no te vayas otla vez ¿he? _ (Noto que empieza a pronunciar la “r” algunas veces) Bien, le digo pero si es necesario te aviso de nuevo. Enseguida va por la caja del scrable y nos encontramos con que no podemos abrirla y el me la quita de las manos y me dice «Yo soy fuelte, ya verás, logra abrirla y exclama alborozado «Mira la abli y tu no” ;( risa jubilosa) Así, es le digo, tu eres fuerte y yo no y además ya creciste , mira, hablas mucho mejor- le digo y el niño ríe jubiloso diciendo sí, enseguida me dice cerrando de nuevo la caja – Ándale ábrela tu y como yo me tardo porque verdaderamente está atorada , él se desespera y la tira al suelo y se abre solita la caja El niño ríe a carcajadas jubiloso celebrando su proeza (y el constatar mi falta) haciéndome repetir la acción de que no puedo abrirla y el sí.
En las demás sesiones no se da la dificultad de abrir la caja, de modo que Iniciamos directamente con el ritual del trenecito que requiere un camino para andar, por lo que el niño le pone un camino y me indica por donde para que no caiga y luego en una de estas me dice. Ponle ojitos al tlen y se lo ponemos y exclama «Ahora es un gusano mira» Si, le digo- es un gusano a donde va? Se va a meter en tu panza, exclama divertido, “ay, ay, grito- me duele la panza y por donde va a salir? “Por la popo,” exclama riendo. Enseguida me levanto y le digo, bueno voy al baño a sacar el gusano. ¡NO! , Exclama siempre ahogándose de risa” ¡acá esta el gusano¡” “ ¡Dónde! – digo yo, ¿que no está en mi panza? ¡NO! Aun riendo sigue diciendo Por acá me indica, voy en la dirección indicada y me da otra pol acá, Siempre cambiando la dirección para constatar mi equivocación, entre risas de júbilo hasta que el gusano cae de la banquetita hecha con la fichas. Lo que celebra con jubilosas carcajadas.
En otra de las sesiones de este bloque de juego pudiera decir el del trenecito,  nuevamente enfrascados en el ritual del gusano que está, que no está, por acá y por allá, etc. Esta vez cuando el gusano cae de la banquetita el niño grita «Ay, se mojo los pies y enseguida exclama » Mi papi me llevó a la playa y me mojé aquí » – señala los pies _ ¡Oh¡, le digo tu papi y cuando fue eso?- El otlo día fuimos a verlo y me trajo una pistola. Y enseguida dice: “vamos a hacer un puente” y empieza a desprender las fichitas y a guardarlas primero ordenado luego las avienta por todos lados y ríe jubiloso cuando las cacho en el aire. Guarda la caja del scrable y se dirige al estante y me pide arme un puente con los bloques de hule, empiezo a hacerlo y me corrige ¡así no!, ¡así no! , el lo intenta y no puede pero no se rinde, quiere lograrlo. Finalmente le ayudo y lo armamos, quiere que pase por ahí toda clase de objetos y muñecos, por debajo del puente y el con una pistola les tira diciendo:”pum pum te di”, y hago que caigan los objetos diciendo a mi vez “Ay, me diste» mientras el ríe divertido.
Ambos tirados en el suelo yo los presento y el los derrumba- Le digo que ya terminó su sesión y se levanta y me dice Quiero un dulce, donde esta tu caja mágica? ahí le digo y va y toma uno y me dice » Quielo jugar más , -¡No puedes! le contesto , ya terminamos. Y el niño se impone “¡No!, Quielo quedarme”. Exclama imperativo Entonces abro la puerta y le digo: nos vemos mañana. Se me queda viendo divertido como esperando que me enoje. Le sonrío y le digo: Adiós. Sale y le hablo a la madre para comentarle que nos vemos en la siguiente y efectúe el pago de la sesión. La Sra. entra sonriente y dice que «Adrian es otro» y que ha madurado mucho y ella esta muy contenta, se despide diciéndole al niño que se despida y el niño viene y me da por primera vez un beso en la mejilla.
Creo que Adrian, hoy, que por primera vez hablo del padre se postula como hijo de papá y ya no sólo de mamá y esto a partir de que el trabajo que hicimos, consistente en marcarlo a él como sujeto deseante y representar la falta del Otro con mis fallas (no pude abrir la caja,  ahí no es, así no se hace etc., abrió la vía para asumirse como sujeto de su discurso. Pienso que este reto al Otro por hacer valer su deseo es lo que expresa que el es un otro también, con lo cual estamos en vía de continuar reforzando su deseo de separación así como, bordeando su conflicto de atracción -evitación en la alienación total con el cuerpo materno.
Suspendemos por vacaciones de Navidad, previamente acordadas con Adrian, marcando en el calendario los días de ausencia y el inicio de sesiones, el niño quiere marcarlas con crayón azul y rojo y dejo que lo haga.
En enero cambio físicamente el consultorio a un edificio más amplio y con cuarto de juegos integrado mediante una puerta que comunica con el consultorio. Previamente lo había hablado con la madre dándole la nueva dirección y con él también, solo que me falto dibujarle las nuevas instalaciones para que no se sorprendiera con el cambio, lo que ocurrió la primera vez que entró al nuevo consultorio, aunque afortunadamente no se angustio sino que sonrió diciendo ¿tienes más juguetes que allá verdad? Si le digo pero también todos con los que jugamos en el otro lugar. Esta vez ya no juega con las bolitas de colores ni el scrable, quiere armar rompecabezas y enseñarme que él sabe cómo hacerlo pues no quiere que lo ayude. Se concentra en una pista de carreras donde participan cuatro carritos a la vez y me pide que yo verifique cual de todos ganó, creyendo en mi palabra.
Aquí compruebo además de su apego a la norma, que los cambios ya no le asustan como cuando cambió de maternal a pre kínder. Sólo trabajamos cuatro sesiones mas y en la última nos despedimos pues a la madre la asignan en su trabajo a otra ciudad del estado, me lo dice con gran pesar y preguntando si lo deberá dejar con su tía para que continúe con el tratamiento pero no sabe si el niño le va a afectar verla solo cada quince días o quizás cada mes, porque va a trabajar también los sábados y son seis horas de camino. Le digo que lo platique con él y no lo obligue a tomar la decisión que ella espera y que si decide quedarse no lo presione pues seguramente a la mera hora va a cambiar de opinión. El pequeño finalmente decide irse con mamá porque además van a estar cerca de la abuela materna y decidimos cerrar las sesiones, despidiéndonos con una piñata construida por nosotros dos con papel de china y un globito inflado con dulces dentro. El pequeño disfruta su fiesta de despedida y me dice que me va a invitar en su fiesta de su tercer cumpleaños próximamente en cuatro meses.
Su madre me escribe de vez en cuando por internet comentándome las proezas de Adrian, que ya paso a segundo de kínder que es un niño muy aplicado y obediente y que en ocasiones me recuerda pidiéndole que un día lo traiga a jugar conmigo. Que a veces al niño le parece como si hubiera sido un sueño porque olvida unas cosas y recuerda otras como el juego de las bolitas de colores pero que cree que solo nos vimos unas cuantas veces y no los cuatro, casi cinco meses de trabajo continuo de una y veces dos sesiones a la semana.
Como podemos ver, esta viñeta nos ilustra las diversas modalidades del objeto necesario de recortarse en el campo del otro, en este caso es el objeto anal (representado por las heces) que no quería Adrian darle a su madre desprendiéndolo de su cuerpo, para marcar la falta en ésta es decir, marcar que de él no todo lo tiene ella, hay algo que le falta a esa madre que le llama tres veces por teléfono diariamente a la guardería, la que lo abraza llorando pidiéndole perdón por haberse tardado en recogerlo, la que le pone los enemas y le mete los dedos para extraerle eso que ella le pide, las heces. Esta madre que tomó a este pequeño como motor de su vida y como el tapón de su angustia cuando el padre del niño la abandonó al segundo mes de vida del pequeño, la que relata avergonzada su falla, su terrible equívoco que la llevaba a emborracharse diariamente y no le importaba que “En lugar de leche sólo le salía cerveza de su pecho” y asustada por esto, un día se dijo “¿Qué estoy haciendo?”, “Tengo a mi hijo y con eso me basta”, por lo que a partir de ese momento, tomo al niño como tapón de esta falta, convirtiéndose en lo contrario una madre avallasadoramente buena y en exceso.
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A manera de conclusión puedo subrayar, que es frecuente como seguramente hemos observado quienes trabajamos con niños, que en la constitución de la subjetividad, la fantasmática de los padres pueden ser marcas devastadoras en los sujetos, tanto en lo que se produce con relación a la llamada “deprivación materna” como a los excesos en esta función de ese Otro, que conduce a apresar al sujeto en la condición de objeto que obtura una falta, la del Otro. Ese Otro que de su falta nada quiere saber y en su fantasía de ser un todo para el hijo(a), no se percata de los efectos nocivos de este acto.
Y por otra parte, también quiero remarcar que en algunos de los conflictos conductuales de los niños, donde se dice que se portan mal para llamar la atención, con la ulterior connotación de manipulación que esta palabra conlleva, por lo que la madre sobre todo, pregunta si debe dejar su trabajo para encargarse absolutamente del niño, es importante que el psicólogo sepa diferenciar esta llamada de atención del niño(a) como una manera de pedir un límite que marque la diferencia entre él, ella y el Otro y no necesariamente, más de lo mismo es decir, mayor apresamiento en la fantasía común de algunos padres y madres del deber ser todo para sus hijos.
Bibliografía
Freud, S. (1923). La organización genital infantil; (Vol XIX). Amorrortu Ed.1990
Lacan, J. (1957). Seminario IV La relación de objeto; Clase II. PAIDOS. 1996
Lacan, J. (1962-63). Seminario X La angustia; Clase IV, XVII, XXII y XXIII. Paidós, 2006
Lacan, J. (1965). Seminario XI Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. Paidós. 1996
Saal, F. (1983). La re-flexión de los conceptos de Freud en la obra de Lacan. Siglo XXI.

[1] Psicoanalista miembro de L’école Lacanienne de Psychanalyse. Vive en México.
[2] . Como Halperin no duda en nombrarlo, en David Halperin, Saint Foucault, Toward a Gay Hagiography, Nueva York/Oxford, Oxford University Press, 1995. Título irónico que implica una práctica contradiscursiva y un modo de ejercitar el discurso en el sentido inverso al establecido. Este autor nos hace ver cómo es que Foucault forja su teoría crítica frente a todas aquellas perspectivas de fabricar una teoría de la sexualidad. Teoría crítica que forma parte de una tentativa estratégica más basta para escapar a esas teorías que pretenden dar con la verdad de la sexualidad. Se trata –nos dice- de desnaturalizar y desrealizar (desubstancializar) la sexualidad con el propósito de impedir servir de fundamento positivo de una teoría de la sexualidad, de impedirle responder a las exigencias funcionales del discurso que debe producir su verdad. Tentativa de destruir la circularidad establecida entre verdad, sexualidad y poder, como esfuerzo por arrancar la sexualidad de las manos de los expertos, y así formar una fuente donde incitar una serie de contra-prácticas para la investigación y la política.
[3] Inserto aquí una nota virulenta que apareció en el texto de Jean Allouch Erotologia de Pasaje (página, 171) y que él mismo nos índica se encuentra en la introducción de Amy Richlin a su Garden of priapus, sexuality and agresión in Roma humor, Oxford, Oxford university press, 1992: Allí se declara que Foucault no cree en la existencia de la sexualidad antes del siglo XIX, que confunde los mundo helenísticos y romanos, que tiene una posición ascética en cuestión del sexo, que es constructivista (opuesto al esencialismo de la autora según el cual hay una esencia femenina) que perjudica a las mujeres, que lleva a la ética a un punto muerto, que es espectador y no partidario, que olvida la experiencia del penetrado (Kinaidos) que mezcla el oprimido y el opresor en una idea casi sadeana, en resumen, y ésa es la conclusión , que es un desalmado.
[4] L’émergence de la sexualité. Épistémologie historique et formation des concepts. Bibliothèque Albin Michel Idées. París, 2005..
[5] Michel Foucault, Siglo XXI editores, México, 1966.
[6] Michel Foucault, Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Tomo I, Siglo XXI editores, México, 1976
[7] Estudios a los que los psicoanalistas no deberíamos ser indiferentes, cuando menos porque dirigen críticas inteligentes al psicoanálisis. ¿Qué son los estudios gays y lesbianos? Son estudios que se desprenden en una gran mayoría de las ideas promovidas por Foucault y no siempre estando de acuerdo con ellas. Otros estudios se desarticulan y se apoyan fundamentalmente en el pensamiento generado a partir de la revisión metodológica realizada por los grupos feministas y su concepto de género. Estos estudios no se reducen a las tribulaciones y sus reflexiones sobre la homosexualidad, la heterosexualidad es también un tema de controversia como los son los estudiosos S/M, las categorías psicopatológicas, lo que concierne al deseo, a la identidad, al placer y al goce (como se ve, temas nada ajenos al psicoanálisis) su perspectiva sociocultural, histórica es todo un pensamiento de hace una veintena de años, que se encuentran promovidos principalmente en los países anglosajones, integrados casi todos a las universidades estadounidenses más prestigiosas. Por supuesto hay grupos independientes, tales como: Queer Nation, vinculado al grupo anti -sida del grupo ACT UP, etc.
[8] M. Foucault, Historia de la sexualidad. La voluntad del saber. Siglo XXI Editores, México, 1976. p. 14. Las negritas son mías.
[9] M. Foucault, Sei to Kenryoku.  (Sexualité et Pouvoir). En Dits et Écrits, París, Gallimard, T III, 1994, p. 552-570
[10] M. Foucault, Op. Cit., 553
[11] M. Foucault, Une interview: sexe, pouvoir et la politique de l’identité. En Dits et Écrits,  T. IV, París, Ed. Gallimard, p. 735-752
[12] Sei to Keinryoku. Op. Cit., Pág. 560
[13] Le sexe et l’effroi.   Paris, Ed. Gallimard, Folio, 1994.
[14] M. Foucault, Op. Cit. , p.563
[15]J. Allouch, « Pour introduire le sexe du maître », L’opacité sexuelle. Le sexe du maître. Rev. L’unebévue, Nº 11, Paris, E.P.E.L., OTOÑO, 1998, P.77 (En español, El sexo del Amo, Editorial Epeele, México, , 2004).
[16] El analista jamás supone lo que es bueno para el otro. Se distinguirá de las philias  y de las caritas. Pues la philia  es el amor que uno a los hombres en el saber sobre el bien común que todos tenemos y la caritas implica el saber sobre la salvación y la gracia. El psicoanálisis no tiene como fundamento estas partes ideales de nosotros mismos gracias a los cuales podemos dominar nuestro destino o alcanzar nuestra salvación. Para la philias, Cf. Aristóteles en la Ética nicomaquea, Ed. Porrúa, México
[17] Lacan señala que Freud rehuía con horror el mandamiento “Amaras a tu prójimo como a ti mismo” Freud también decía que no era lo suficientemente sádico para basar su tratamiento en la compasión por el sufrimiento de su paciente. Cf. Sigmund Freud, en “El malestar en la cultura” Obras Completas, Amorrortu Ed. T. XXI, B. A. 1976.
[18] En Dits et Ecrits. T. IV, Editions Gallimard, París, 1994. p. 383-411 y 609 a 631.
[19] Historia de la sexualidad. Op. Cit. , p.72
[20] Ibíd., p. 73. Las negritas son mías.
[21] M. Foucault, Généalogie…. Op. Cit., p. 400
[22] J. Lacan, Lituraterre  (1971) En  Ornicar?  Nº. 41, 1987. p. 13.
[23] Varios autores convergen en decir que en los últimos tiempos Foucault se centró más en la ética. Para Alan Schrif “Concebir la ética desde el punto de vista de las prácticas de sí mismo, permitió a Foucault un enfoque en el que la constitución del sujeto pasa desde la voluntad agustiniana a la idea de la vida como obra de arte. En  Pour considérer le sujet comme un processus de soi: de Michel Foucault a Judith Butler.  L’Unebévue. « Les communautés électives I. Une Subjectivation queer ? Nº 15, printemps, EPEL, París, 2000.
[24] J. Lacan, en « La place de la psychanalyse en la médecine » . Cahier du Collège de Médecine, 1966. p.761-774.
[25] M. Foucault, en Á propos de la généalogie de l’éthique un aperçu de travail en cours. Op. Cit., p. 388
[26] Ibid, p. 401
[27] Entrevista de René de Ceccatty, Jean Daner y Jean Le Bitoux. En Foucault live (Interviews, 1966-1984) , Sylvére Lotringer Ed. Semiotext(e), 1989, p. 206-215
[28] Ibid., p. 206
[29]En el argumento para un Seminario dictado en Córdoba, Argentina en el año 2000.
[30] Citado en el mismo Argumento Op. Cit Esta sesión del Seminario de J. Lacan se localiza en L’envers de la psychanalyse. (1969-1970).( También publicado en español con el título El reverso del psicoanálisis. Ed. Paidós libro 17, Barcelona, 1992. p. 122)
[31] Frank Browning, The culture of Desire: Paradox and perversity in Gay lives today. N. Y. Crown Publisher, 1993, p.103

[1] Se dice de la suspensión, paralización, inmovilidad, en lo moral y/o en lo físico
[2] Término Lacaniano que remite a sustituir el deseo materno (reintegrar simbólicamente al hijo(a) a su vientre) por el deseo paterno (establecer un corte entre la madre y el hijo(a) para entregarlo a la cultura)
[3] Unidad abstracta que comprende el conjunto de grafías de una letra
[4] Objeto “a”: Plus de goce, agalma, resto, fantasma, etc., aparece como el operador que le permite a Lacan elaborar un gran número de articulaciones teóricas y clínicas apoyado en el álgebra, la topología y la lógica.
[5] Término lacaniano que denomina la representación imaginaria del pene y su asociación simbólica con el poder